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de Wagner para nosotros |
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Creo en Dios, en Mozart y en Beethoven así como en sus discípulos y apóstoles; creo en el Espíritu Santo y en la verdad del Arte, uno e indivisible; creo en que este arte proviene de Dios y vive en el corazón de todos los hombres, esclarecidos; creo que quien saboreó una vez los goces sublimes de este arte elevado tiene que serle devoto para siempre y no puede negarlo jamás; creo que todos llegan a ser dichosos por medio de este arte y que, en consecuencia, a cada uno le está permitido morir de hambre por él creo que seré muy feliz gracias a la muerte creo que fui en la tierra un acorde disonante, que en seguida se resolverá magnífico y por la muerte. Creo en un Juicio Final, en el que serán terriblemente condenados todos aquellos que en este mundo se atrevieron a practicar usura con el sublime arte; que lo deshonraron y lo degradaron por perversidad del corazón y vil ansia de voluptuosidad. Creo que éstos serán condenados a oir su propia música por toda la eternidad. Creo que, por el contrario, los fieles discípulos del arte sublime serán transfiguradosen un lugar celeste de sonidos atravesados por los rayos solares, perfumados, y se unirán por toda la eternidad con la fuente divina de toda armonía. ¡Séame dado un destino digno!-¡Amén!. Richard Wagner "Un final en París" (1841) |