Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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Un anillo maldito en «Las mil y una noches»
De: Fco Javier
Fecha: 09/07/2003 18:38:08
Asunto: Un anillo maldito en «Las mil y una noches»
Me rindo, soy incapaz de terminar el resumen de un relato de «Las mil y una noches» que comencé a escribir en junio de 2000 para la lista de correo Richard Wagner de Román Rodríguez, así que les indico título y noches en las que transcurre esta historia, cuyo final es 100% wagneriano.

«Historia de Chawar, hijo del mercader Umar, y de sus dos hermanos». 606-624.

Esto fue lo que escribí:
EL ORO DEL QARÚN EL TESORO/ANILLO DE LOS SAMARDALES

Chawar, así me lo explicaron, estaba afligido; llevaba varios días sin pescar, y no sabía por cuanto tiempo podría mantener a su madre y sus dos hermanos, Sálim y Salim.

Aquella mañana decidió probar suerte en el lago de Qarún y cuando iba a echar la red vio acercarse a un magrebí montado en un mulo y con una vestimenta lujosa. "Chawar te necesito" le dijo el magrebí. Le explicó que si le ataba las manos a la espalda, le echaba al lago y esperaba a sacarle del agua cuando sacase la mano del agua, obtendría muchos bienes; si sacaba los pies significaba que había muerto. Entonces, debía coger la mula ir al bazar y entregársela a un judío llamado Sumaya, que a cambio le entregaría cien dinares. El magrebí murió en el lago y Chawar cobró lo que le había prometido el magrebí. Al día siguiente, se presentó otro magrebí, mejor vestido todavía con el que llegó al mismo acuerdo, volviendo a repetirse el desenlace. Al tercer día, cuando Chawar ya tenía prisa por cobrar sus cien denarios, el tercer magrebí sacó la mano a la superficie. Chawar le sacó del agua con su red y le pidió que le explicase lo que estaba sucediendo.

Por lo visto sus anteriores visitantes eran hermanos suyos y también lo es mercader, que no es judío. Su padre, recién fallecido era mago y los cuatro hermanos querían poseer el libro que explicaba todos los encantamientos y en el que se citaban todos los tesoros que había en la tierra. Para acabar con las discusiones el que había sido el maestro de su padre, decidió lo siguiente: quien quisiera el libro debía conquistar el tesoro de Samardal y entregarle la esfera celeste, el anillo, la espada y el recipiente de khul. Quien poseyera el anillo, dominaría el mundo. Con la espada, saldría invicto de todas las luchas en las que participase. Gracias a la esfera celeste podía verse y visitar cualquier país sin moverse. Quien se untase con un poco de khul vería donde se hayan los tesoros. El tesoro lo poseía el rey Rojo hasta que sus hijos se escaparon con él y el rey no pudo atraparlos al caer al lago encantado de Qarún. El magrebí consigue atrapar a los dos hermanos del Rey rojo, transformados en peces, pero necesita a Chawar, lo dicen los astros, para hacerse con el tesoro: ambos parten a Occidente, a Fez, donde fueron recibidos por su hija Rahma. Tras unos días de descanso partieron a la conquista del tesoro del adivino Samardal. Tras los conjuros del magrebí, Chawar debía pasar una serie de pruebas hasta llegar a la séptima puerta: allí dormía el adivino al que le quitó la espada, la esfera celeste, el recipiente de khul y el anilo, que entregó a su señor. En recompensa el magebrí le regaló una alforja mágica, que proporciona todo tipo de manjares y otra llena de oro y joyas.

Al regresar a Egipto,
[2 de junio de 2000]