Saludos consagrados wagnerianos. Un wagneriano procedente del mundo de la música clásica y no del de la ópera os saluda.
Me he quedado atónito al leer una crítica como la del holandés del real. ¿saben que creo que están exagerando?
Veamos. Uno coge la partitura del holandés, y no se me escandalicen, no hay que ser muy ágil para percatarse que la cuarta parte de las notas que ahí salen están puestas por casualidad y buen albedrío del propio Wagner. No niego que el ilustre se esmerara en los momentos cumbre de la ópera, pero de mi punto de vista (antes de pensar que era así de malo) muchos otros momentos los deja de la mano de Dios.
Ante un hecho así me sorprendo de una crítica tan exhaustiva. Cuando se critica por ejemplo el concierto de violín de Beethoven se hace un apunte del compás en caso de un error estrepitoso, pero estamos hablando de obras de distinta magnitud. No olviden que del concierto de Violín de Beethoven no sobra una sola nota, es perfecto. Hasta que no se demuestre lo contrario el holandés no lo es aún.
Dejo prendida la llama con doble pregunta. En primer lugar, respecto a mi juicio sobre Wagner y en segundo lugar sobre el holandés. ¿fue tan malo, penoso, aburrido como lo pinta la crítica?
Disculpas a todo aquel que se sienta ofendido
FAUST
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Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
