sendrowski, después del Sigfried del 8 en el Liceu tú preguntas: ¿por qué se van? No lo sé, no sé de tu público. Pero te tengo otra anécdota auténtica. Leo Slezak, un tenor wagneriano de la primera mitad del siglo pasado, publicó una autobiografía muy anecdótica, mein lebensmärchen, FischerTB, (la fábula de mi vida). Una de las anécdotas: Del Sigfried en Londres, Slezak dice que no cantaba sino el segundo acto, en el primer y tercer acto se hizo figura decorativa y cantaba «algo» para los estudiantes de música y otros desesperados allá arriba en el palomar (Taubenschlag). Para el intermedio del Sigfried llegaba la Sociedad en Gala, para hacerse ver y la Sociedad en Gala se quedaba hasta el segundo intermedio, así que a Slezak le tocaba «cantar» el segundo acto. La Sociedad, después del segundo intermedio ya no tenía nada que mostrar en roba, peinados y joyas y se iba a la casa y Slezak cantaba algo para los estudiantes de música. Se non è vero è ben trovato, pero en esas palabras lo narró.
Saludos cordiales, Bayreuth
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