Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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Tannhäuser en Bayreuth : impresiones de un neófito.
De: montefeltro
Fecha: 20/08/2004 23:39:55
Asunto: Tannhäuser en Bayreuth : impresiones de un neófito.

Yo no debería hacer ninguna crónica sobre la representación que he presenciado, principalmente porque carezco de conocimientos técnicos y todas mis afirmaciones no son más que emocionales. Sin embargo, os prometí hacerlo a aquellos que amablemente me alentásteis en mi viaje.

Al salir de la Hauptbahnhof asomaba ya a la derecha entre las cúpulas de los árboles la parte superior del palacio de festivales. Me tuve que sentar en un banco de la misma puerta para contener la emoción. Recobrado el aliento, y luchando contra la idea de salir escopetado hacia el teatro pese a ser las diez de la mañana, me ceñí a mi plan inicial y comencé a visitar la ciudad, que me pareció deliciosa. En Wahnfried casi sufro otro ataque de apoplejía, ya que, imbécil de mí, no recordaba que la tumba estaba en el mismo jardín. Las viejas escenografías que se exponen allí me revelaban como posible que alguien volviese a hacer Wagner con cascos de plumas de cuervo. Desgraciadamente, ni el elenco que me esperaba por la tarde ni la repulsiva escenografía recordaba ni por asomo a la tradición de los cuarenta, cincuenta o sesenta. Me compré en la ciudad un libro sobre la herética producción de Chereau y Boluez y empecé a andar hacia el teatro, con la sangre bulliendo al pasar por las calles que me dijísteis (Nibelungenstrasse, Meistersingerstrasse) .

¡Qué noble se yergue al final de la colina el Walhalla! Ascendía la calle flaqueada de farolas muy despacio, no sólo para regodearme, sino también porque estaba muy nervioso. Comprobaba una y otra vez mi entrada, y el teatro seguía imponiéndome demasiado como para acercarme del todo.
Cuando llegué arriba me fui de cabeza a la tienda, donde compré un Rienzi deWindagassen y un programa. La gente empezaba a llegar con unos trajes de gala como yo jamás los había visto, y yo me atusaba una y otra vez el pelo y la corbata. Luego leí con detenimiento la losa en la que están grabados los nombres del primer elenco. Estaba tan aturdido que en cuanto abrieron las puertas troté hasta mi sitio sin reparar en el toque de fanfarrias. Os recuerdo que mi sitio era el del extremo izquierdo del último piso en la última fila, lo que no me hacía augurar nada bueno. Sin embargo, el teatro está tan magníficamente pensado que desde mi sitio se veía todo clarísimamente.

Comprobé que el número de pingüinos que llegaba a la sala cargados con cojines era alarmantemente alto. Más tarde entendería su lógica: las horrendas sillas de madera no sólo acaban por aniquilar la región lumbar del más pintado, sino que además propician el hecho de que cada vez que alguien hace el más mínimo movimiento en ellas, éstas crujen como si uno estuviese sentado encima de una bolsa de Boca-Bits.
El teatro me sorprendió por la sencillez de su concepción y su escaso tamaño. La calle está tan cerca y la estructura es tan frágil que, según me contaron, desde fuera se oye perfectamente todo.

La función empezó milimétricamente puntual, y las chicas que guardaban las puertas cerraron tras de sí con llave, algo nada tranquilizador en un teatro de madera que puede arder con mirarlo.

En los larguísimos descansos me dediqué primero a investigar el foso de la orquesta, sin éxito. Después, a atiborrarme de salchichas y helado mientras veía cenar a la ?alta sociedad? y me tragaba literalmente en mi atolondramiento a una mujer japonesa vestida con kimono que aguantó mi retahíla de disculpas en alemañol con una paciencia verdaderamente oriental. Luego bajé otra vez hasta abajo del todo sólo por el placer de volver a subir, y, por último, descubrí por fin que el objeto de que tanta gente se hubiese reunido en el mismo punto del pavimento obedecía no sólo a que estaban esperando las fanfarrias, sino también a que se sabían fotografiados desde arriba por los fotógrafos enviados desde una tienda de la ciudad que luego expone las fotos en el escaparate. La gente luego se busca en las fotos y la compra si quieren. Esto me recordó terriblemente a la entrada del Zoo y me pareció de una vulgaridad espantosa.

Cuando comenzaba el tercer acto me ocurrió lo mejor: un japonés me asaltó y me propuso que nos cambiásemos los sitios porque, según decía él, ?quería comprobar la acústica?. Cuando vi que el sitio que me ofrecía era en la fila 20 del patio de butacas le dije que como broma no estaba mal, pero que era un tanto cruel reírse así de la gente sin recursos. El tipo insistía en que no era ninguna broma y me aseguraba que no estaba desprovisto de sus facultades mentales. Así que no lo dudé y bajé volando en el último minuto a mi flamante nuevo sitio pisando todos y cada uno de los callos de la gente de la fila para poder pasar. Como me insultaban en alemán, pues no me importaba demasiado, y seguía mi camino salmodiando ?Enchúldigun, enchúldigun!?. Todavía me causaría problemas antes de apagarse las luces la señora de al lado, que pretendía decirme que yo no me parecía en nada al japonés del acto II, y que la cosa le olía a chamusquina. Le dije que era mi hermano , que mis padres le adoptaron porque en España se adoptan niños japoneses como quien no quiere la cosa y que incluso suponía una vergüenza para algunas familias no haber adoptado al menos uno. No pareció muy conforme, pero se apagaron las luces y se calmó. Aunque la muy arpía se pasó el tercer acto mirándome de reojo de la cabeza a los pies.
Después, según avanzaba el tercer acto el señor de al lado, al que calculé por encima unos ciento cincuenta años, adquirió la irritante costumbre de respirar. Pero no respirar como haría cualquier mamífero superior, sino más bien como uno de esos depravados que llaman por teléfono a las mujeres que saben solas en casa. Estos inquietantes jadeos fueron la única nota de erotismo de la jornada, ya que comparada con la Venus de Judith Nemeth, hasta la Señora Patata parecería sugerenre. Es una mujer tan grácil y esbelta como el Orient Express, y no me extrañaron nada las dudas de Heinrich.
¡Ah, bueno, esa es otra! El diseñador de vestuario, (que sin duda aborrece este título con toda su alma) vistió al decididamente gordo Tannhäuser con unos pantalones de cuero negro con tachuelas y camiseta de hombreras de cuero negro ceñidísima, además de botas con remaches . Esto, unido al bigote y las patillas, le daba un aspecto que no se ve ni en las carrozas más atrevidas de la Love Parade de San Francisco. Técnicamente, no digo que no fuese bueno. Su fraseo era notable y las inflexiones expresivas de la voz muy procedentes (especialmente en el larguísimo monólogo del acto III) Pero, simplemente, su voz no me gustaba.
Estupendo el contenido y noble Wolfram de Roman Trekel y soberbio el Landgrave de Youl (un tanto envarado, pero inscribible en la mejor tradición).
Hay algo que sí me dejó estupefacto: el coro. Sin duda el mejor del mundo, si no fuera porque tal y como les vistieron recordasen más bien a ?Los Inhumanos? o a cualquier murga gaditana.
La escenografía, de juzgado de guardia. El director de escena estaba obtusamente empeñado en que todo pareciese transcurrir en una cloaca con florecitas. La sala del Wartburg, una discoteca para pastilleros en Ibiza.

De la dirección de Thielemann , ¿qué voy a decir? Espléndida desde la obertura. Cuando salió a saludar el teatro se venía abajo. Además, las guardianas del campo de concentración no abrían las puertas, así que tenía que aplaudir todo el mundo, te gustase o no. Aquello era el delirio. Era el delirio , pero también era muy tarde, y si no cogía el último tren para Nuremberg iba a tener serios problemas. Rogué y me abrieron. Bajé volando la cuesta mirando hacia atrás mil veces y oyendo aún los aplausos . El teatro ya estaba encendido del todo y era más imponente que nunca. Como imponente era la fila de taxis.

No hace falta que os diga que ha supuesto un cénit en mi vida. Pero sé que voy a volver, algo me dice que será así. Por eso no quiero ponerme solemne.

He sido muy extenso, perdonad.

Un saludo a todos.

De: Nacho Loge
Fecha: 21/08/2004 0:22:16
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : impresiones de un neófito.
Gracias por contar tu experiencia, he disfrutado mucho leyéndola. Cómo has encontrado la acústica, sobre todo para las voces? Un saludo.

De: rexvalrex
Fecha: 21/08/2004 6:01:08
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : impresiones de un neófito.
Hola, Montefeltro:

Yo también he disfrutado leyendo tu escrito. Me he quedado con ganas de más. Casi diría que he ?vivido?, de alguna manera, tu experiencia en el Festival. Enhorabuena.

Quisiera preguntarte tres cosas:
1. ¿Era muy grande la diferencia en cuanto a sonido y visibilidad de los dos asientos que ocupaste?
2. Precios. ¿Cuánto valen las entradas? ¿Es Bayreuth tan caro como dicen (alojamiento, comida, libros, discos, etc.)?
3. ¿Es posible colarse (sin entrada) en el segundo o tercer acto? Lo digo por si detectaste ?huecos? tras los descansos y no hay control de entradas más que al principio, como sucede en otros lugares.

Recibe un fraternal saludo wagneriano y que Wotan quiera que cuando vuelvas de nuevo a la Verde Colina la puesta en escena sea digna de Wagner y de los que amamos su obra.

Rex.

De: willem
Fecha: 21/08/2004 7:32:51
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : impresiones de un neófito.
Montefeltro:

Ante todo te felicito por tu experiencia y al mismo tiempo sanamente te envidio, pues he estado en Bayreuth pero no en la época de los Festivales. Tu crónica es amena y transmite tus impresiones. En Wahnfried estuve casi cuatro horas viendo y aprendiendo cuanto podía. Los pianos que tenía el maestro, los timbales del viejo Bayreuth y toda la historia tanto de Wagner como del Festival. Respecto de los escenarios del Tannhäuser pude ver dos fotos a color, una predominantemente roja (que supongo debe ser el Venusberg) y otra más bien verde. Las fotos no eran feas, pero tú dices que no te gustó la escenografía. ¿Podrías explicarnos un poco qué defectos y virtudes le vieste a la puesta en escena y cómo es el sonido tanto orquestal como de las voces, cómo se lo escucha?
Saludos de un envidioso,
Willem

De: montefeltro
Fecha: 21/08/2004 16:20:03
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
Intentaré contestar aquí a lo que me pedís.

Acústica.

Claro que os quisiera explicar mejor todo lo referente a la acústica y las voces, pero nuevamente tengo que reconocer que me veo apuradísimo para hablar en términos técnicos.
Sólo os diré que la diferencia que pude percibir de un asiento a otro fue, de puro sutil, casi imperceptible. No fui capaz de notar ninguna diferencia de matices, ni reparé en ningún grupo orquestal que desde mi posición inicial me hubiese quedado amortiguado. El sonido le envuelve a uno por igual. Si acaso, podría hablar de que abajo se oía todo un poco más alto (se puede decir ?más alto?, pero no ?más claro?). Hablamos de un teatro pequeño, (desde las posiciones más alejadas pueden verse las expresiones faciales de los cantantes), en el que la extensión de butacas apenas ocupa más que el mero Paraíso del Teatro Real, un teatro que conozco mejor y del que puedo hablar con más propiedad. Uno casi diría que los cantantes no tienen que hacer mayores esfuerzos para proyectar la voz y que pueden poner énfasis en otras preocupaciones.


Visibilidad.

La visibilidad es asombrosa. A ello coadyuva la posición escalonada de las butacas, en una disposición análoga a la que ostentaban los teatros de Epidauro o el teatro de Dioniso en Atenas, y el reducido número de columnas.



Precios.

Salvo el precio de la mía, que era la peor y costaba 37 Euros, ignoro el precio de las demás, pero en la página del festival aparecen muy detalladamente, así como en el folleto que manda el Festival a quienes requieren una entrada. Los precios de la ciudad no son disparatados en absoluto: menúes por 7 y 8 euros en cada esquina y centenares de libros de baratillo, 3, 4 y 5 euros. Coca-colas en la ciudad, 1?50 (en el festival, 1?80). Salchichas asadas en la ciudad, 2 euros, y 3 en el festival. Helados en el festival, 1?80, ídem en la ciudad. Servicios, gratuitos en todas partes. Las postales , 80 céntimos. Por cierto que en la misma puerta del teatro, junto a la tienda de postales y discos, y a dos pasos de un acongojante busto de Cósima en el que se aprecia de manera inmejorable su prodigiosa nariz, hay una oficina de correos y un buzón, así como algunas mesitas para escribir. Así la gente puede comprar la postal y mandarla allí mismo.
Descubrí también en los alrededores un descomunal aparcamiento que ríase usted de cualquier Alcampo. Este aparcamiento es gratuito.


¿Es posible colarse sin entrada en el segundo o tercer acto?

Creo que todo depende de dos cosas: el atuendo y la resolución que uno demuestre para hacerlo, porque , efectivamente, las walkirias que controlan las puertas prestan muchísima menos atención en los actos segundo y tercero. Ni siquiera la revisión de la entrada en el primero es demasiado exhaustiva. Ahora bien, no tiene demasiado sentido hacerlo porque no hay sitios vacíos que ocupar, ni siquiera huecos en las escalerillas adyacentes, ya que es el sitio que ocupan las chicas durante la representación.


Escenografía.

En el primer acto , el monte de Venus, que debiera haber sido un verdadero lupanar, no tiene ni luz rosácea, ni gruta, ni lecho, ni ninfas danzantes, ni parejas de amantes, ni bacantes. Sólo una superficie rarísima en la oscuridad, una luz tenue y dos guarronas que se zarandean al fondo. Venus y Tannhäuser hacen sus guarreridas en una especie de silla incomodísima, y, para colmo, al desaparecer la escena, todo sale volando hacia la estratosfera.

En la escena siguiente, el pastorcito (que hizo una actuación sobrecogedora) aparece en lo que quiere ser un verde valle y no es sino una gruta a todos los efectos. Se trata de una serie de arcos que se superponen unos con otros creando una sensación de profundidad parecida a un túnel detrás de la cual se percibe el cielo azul. O sea, que aquí sí hay "luz al final del túnel". El problema es que los arcos forman un semicírculo por arriba que le dan aspecto de arcoiris, pero el suelo también tiene esa misma forma semicircular pero en sentido contrario, de modo que todo parece un enorme ojo.
Creí percibir en el vestuario de los cazadores un guiño al célebre cuadro de Franceso Hayez ?el beso?, que ya había visto en la pinacoteca di Brera, en Milán, y que se convirtió en su época en un símbolo de la unificación italiana. Cuando uno de los cazadores dio un beso una zagala confirmé que así era. El cuadro cobraba vida. Un detalle bonito, pero la condena a trabajos forzados del director no se la iba a quitar nadie ni por esas.

La sala del Wartburg, como he dicho, mantenía una forma de grada que la asemejaba a una especie de congreso de los diputados intergaláctico. Esto, unido a la torcida columna del centro, iluminada por colores fosforescentes, le otorgaba a todo un barniz de vulgaridad que la hacían completamente indigna de las palabras de alabanza de Elizabeth y más propicia para grabar un vídeo de Lenny Kravitz o Kylie Minogue. No parecía un ?espacio amado?, sino un espacio destinado claramente para el jolgorio, sin un ápice de la nobleza y serenidad que se le presume.

Y aquí acaba todo. Las demás escenas repiten estos mismos escenarios con lo que el director cree que es un hábil uso de las luces del crepúsculo. Luego, ni niebla venusiana, ni nada. Venus, que más que andar, se deslizaba, aparece por el fondo de repente y a paso ligero.

Al final, respetando esto al menos, la escena se llena a rebosar de peregrinos para cantar el espeluznante coro final. Aún así hubo otra cosa que no me gustó, y es que a Wolfram, que se le ha caído muerto Tannhäuser en los pies, no se le ocurre cosa mejor que ponerse a pasear por delante del coro, al borde del foso orquestal con unas ganas terribles de chupar cámara, lo que resultaba un tanto perturbador y lo que desde luego era un gesto feísimo para con su amigo.



Gracias a todos por vuestra amabilidad.

De: Fátima
Fecha: 21/08/2004 21:04:13
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
Gracias a ti por unos relatos deliciosos.


De: flosshilde2
Fecha: 21/08/2004 21:42:00
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
Hola, Montefeltro!
Esperaba con impaciencia tú crónica.
Me has hecho reir y como dice Rex,al ir leyendo tu relato, he vivido tú experiencia. Gracias!, por compartirla.
Alles Gute!

De: beckmesser
Fecha: 22/08/2004 12:43:16
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
Amigo Montefeltro:
He disfrutado leyendo tu crónica, porque yo tambien "estrené" Bayreuth el pasado día 16 con Tanhauser. De acuerdo en bastantes cosas que comentas, y notar unicamente la gran calidad de Judith Nemeth como Venus, a pate de la de Trekel y Youn,sensacionales. Merbeth y Gould tampoco estuvieron mal, pero la escenografía era cutre y anticuada. Lo mejor, sin duda, la dirección de Thieleman que, segun nos contó el propio Gould, vendrá a Barcelona a finales de año para el primer acto de la Walkure y el segundo de Parsifal en el Palau.
En tu relato he echado en falta dos detalles importantes: la sonoridad del Festpielhouse y la pasión del público. Con la orquesta tapada, el sonido aparece más compacto y más amortiguado lo que facilita la labor de los cantantes. Tambien tuve ocasión de pesenciar el Holandés y corroboré esta peculiaridad de la acústica. Los cantantes ganan. El sonido me recordó el de las grabaciones de Golden Melodram de los Bayreuth de los años 50. Es algo único.
Tambien noté quelos espectadores disfrutaban escuchando Wagner. Una vez dentro del incomodísimo teatro, la mayor parte se sacan las americanas y quedan en mangas de camisa. Al final hay bravos para los que se lo merecen, y se nota-repito-que hay pasión.
Es una experiencia inolvidable. Dos amigos alemanes que facilitaron las entradas, y sigo en lista de espera (llevo cinco años). Lo más grave es que el plazo de espera llega ya, segun comprobé, a los diez años...
¿Resistiremos?

Francesc

De: montefeltro
Fecha: 22/08/2004 13:25:03
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
Por favor, delego en ti todo lo referente a la sonoridad. De hecho, me vendría de perlas saber en qué peculiaridades arquitectónicas del teatro estriba exactamente la extraordinaria calidad de que puede disfrutarse, porque yo, al menos, no paraba de preguntármelo.

Con respecto a la pasión del respetable, tienes mucha razón.
No eran pocos los que se veían balanceando la cabeza con los ojos cerrados en una expresión extática y completamente entregados a lo que veían. Quien hace eso en España es poco menos que un zumbado, pero allí el público ama y conoce lo que ve y oye, y ninguna de sus expresiones se deben al exhibicionismo que sí gastan en España los diletantes de medio pelo que apenas han oído más allá de la cabalgata de las walkirias en su teléfono móvil. Por cierto que allí, si la gente se queda en mangas de camisa una vez dentro es porque a los cinco minutos de haber entrado a uno le empieza a entrar un complejo de pollo asado muy desagradable.

Y, es verdad, tras la última nota sonaron poderosísimos "BRAAVOOO!", pero yo me huelo que no partían de ningún alemán. Hasta donde yo sé, gritar "bravo" a un heldentenor es una sandez como un piano, ya que los bravos nacieron para celebrar las "bravuras" de las arias de los cantantes de coloratura y del belcanto. En Wagner, para empezar, no hay arias que valgan, y las acrobacias vocales de los cantantes tienen más que ver con la resistencia que con el virtuosismo. No es un canto que produzca admiración por su brillo, ni siquiera lo pretende; las frivolidades rossinianas están en las antípodas de lo que Wagner pretendía, a saber, que el público se pusiera en contacto con lo más profundo de su naturaleza.
Los "bravos" dejémoslos para "Il Trovatore".

(Por favor, corregidme si no es así).


Otra cosa que me sorprendió sobremanera fue el estruendo que montó todo el público pateando el suelo de madera. Ni una carga de caballería.


Lo que me dices de los diez años me deja por los suelos, porque si hay algo que quiero hacer en la vida es volver lo antes posible. De todas maneras, creo que con Viajes Ecuador puede conseguirse una entrada para el mismo año en que se pide, aunque los precios son absurdos, y no puedes elegir ni día ni título.


Un saludo a todos.

De: xepkna
Fecha: 22/08/2004 17:34:30
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
GRacias por hacerme revivir en tu relato mi estancia del año pasado para ver el anillo. Ha sido deliciosamente evocador y me he emocionado
Saludos
Josep

De: roland
Fecha: 22/08/2004 20:15:55
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
La experiencia acústica en Bayreuth es del todo especial. Yo tuve la oportunidad de experimentarla dos veces. Una fue en 1993 durante una visita guiada al teatro en la cual se hace una escala en la sala, totalmente vacía pero iluminada y a telón abierto (sin ninguna escenografía) y donde se le hace escuchar a uno, ubicándose en cualquier lado, el sonido de un gon que está en el ?abismo místico?, el misterioso foso de la orquesta. Y allí uno puede comprobar que ?se escucha bien?. Luego se pasa al foso de la orquesta y ve esa curiosa construcción que se esconde bajo el escenario. Y hasta uno puede tener la osadía de sentarse en la silla del podio del director y comprobar como él ve la orquesta y la escena (y como nadie del público puede verlo a él ni a la orquesta). La segunda fue en 1996 cuando fui a ver un Parsifal dirigido por el desaparecido Sinopoli. Allí pude experimentar como se escucha una obra de Wagner en su teatro y, ?se escucha bien?. Me llamó la atención, destreza aparte del director, el equilibrio sonoro de toda la obra.

Para hacer una comparación (quizás no tenga nada que ver pero se me viene a la memoria), Wagner sonaba como debía sonar, así como cuando uno escucha una sinfonía o una ópera de Mozart con una orquesta proporcionada a lo que era una orquesta mozartiana y no con una super sinfónica que en los tiempos de Mozart no existían. Evidentemente, Mozart, escribió sus obras para ?esa? orquesta y uno disfruta escuchando la realidad sonora que pensó Mozart así como la de Wagner.

La acústica del Teatro de los Festivales es del todo especial y no se circunscribe solamente a la sala, como en el resto de los teatros del mundo, sino que comienza con el foso de la orquesta y el escenario combinadamente. En los teatros de ópera convencionales, el foso de la orquesta, al estar abierto, la música orquestal oficia como una especie de cortina sonora entre el escenario (los cantantes) y la sala (el público), por ello implica muchas veces que los cantantes deben esforzarse para no ser tapados por la música de la orquesta o la orquesta debe ?bajar? sus decibeles para no tapar a los cantantes. El director, generalmente, si es detallista, debe hacer malabarismos para lograr un equilibrio y, muchas veces, hemos podido comprobar como en los grandes climax orquestales la voz humana queda sumergida. El teatro de Bayreuth tiene la peculiaridad de que esa ?pantalla?, gracias a la cual no se ve la orquesta (que como decía Wagner: distrae al público), por su forma, envía la sonoridad de la masa orquestal en su totalidad hacia el escenario en donde se junta con las voces y recién, desde allí, se dirige hacia la sala y lo que uno escucha es una totalidad de orquesta y voz, equilibradas y combinadas perfectamente. Ese es el sonido ?compacto? y ?amortiguado? del que habla muy bien Beckmesser. Es decir se escucha como debe escucharse sin estridencias ni competencias sonoras, cada uno en su lugar y armoniosamente.

De: rexvalrex
Fecha: 22/08/2004 21:30:48
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
Hola, montefeltro:

Me encantaría que siguieras participando en el foro. Es un placer leerte. Me dedico a la enseñanza y estaria encantado si todos mis alumnos fuesen como tú. Chicos de tu edad, con tus intereses culturales y sensibilidad artística son la delicia de los profesores. Desgraciadamente, no abundan. Enhorabuena y felicita a tus padres de mi parte por tener un hijo como tú.

Un abrazo. Rex.

De: montefeltro
Fecha: 23/08/2004 1:37:33
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : apostillas.
¡Rexvalrex, que me sonrojo...!

Lo que pasa es que leo mucho, muchísimo, desde pequeño, y mi vocabulario supongo que lo terminado acusando. La contrapartida es el choteo que tienen en clase a mi costa.

Claro que seguiré participando, pero con moderación. Hoy por fin, tras años leyendoos, tenía algo medianamente sustancioso que aportar, pero por lo general lo único que constato al leeros a ti y a los demás es el montón de lagunas que aún tengo por colmar.

De verdad que estoy abrumado por tanta amabilidad, muchas gracias.

De: barrio
Fecha: 24/08/2004 23:57:08
Asunto: RE: Tannhäuser en Bayreuth : impresiones de un neófito.
Me ha divertido mucho tu carta.Me ha recordado mi experiencia tambi´n de neófito en el 2003, con la "Tetralogía". Un año antes había visitado la ciudad,el teatro y la casa de Wagner, con emoción casi incontenible.Has referido sensaciones muy similares a las que yo sentí, pero carezco de tu envidiable sentido del humor. También pienso volver en cuanto me sea posible