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Meistersinger 1943 Furtwängler |
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Estimados amigos: Llevo unos días escuchando los Meistersinger de Furtwängler de 1943 en la edición de Gramofono 2000, que tenía en casa desde hacía ya bastante tiempo, pero que todavía no había estrenado. Hasta ahora conocía las grabaciones de Karajan en EMI y Naxos, pero me estoy dando cuenta de que, la de Furtwängler es una versión sencillamente impresionante (a pesar de los cortes). Lo primero que me ha sorprendido es la calidad del sonido, mucho mejor de lo que me esperaba, porque había leído comentarios bastante negativos al respecto. El preludio al tercer acto es francamente emocionante, me pone la carne de gallina, y no me canso de escucharlo una y otra vez. En fin, que estoy disfrutando como hacía tiempo. Me gustaría que alguno de los muchos expertos wagnerianos que frecuentan este foro me diera alguna información más sobre esta grabación, porque, la verdad, no sé mucho de ella. Y si alguno quiere dar su opinión sobre ella, por supuesto, le estaría enormemente agradecido. Un cordial saludo para todos. Carlos. |
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Para empezar te diré que esos "Maestros" supusieron el debut de Josef Greindl en Bayreuth. También que David, (Erich Zimmermann), estaba demasiado influido por sus "años en el Nibelheim" (como Mime)... Saludos. |
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Lamentablemente esos "cortes" a los que haces referencias se deben a que faltan de la grabación original, supongo que hecha en acetatos -discos en los que podían grabar unos 20 minutos- Yo también tengo la edición de Gramophono 2000. Pero acaba de aparecer una de Walhall, de Gebhardt, que debe ser interesante poder escuchar. La versión no obstante esas páginas "perdidas" es magistral! Pero también es interesante la que se grabó -y esa sí está completa- con el segundo elenco de 1943 dirigida por Abendroth y con Paul Schoeffler como Hans Sachs. La editó Preiser y aunque no es económica vale cada centavo de lo que cuesta. Saludos, Willem |
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Seguidamente traduzco lo que dice sobre esta grabación John Ardoin en su libro "The Furtwängler Record": Cuando Furtwängler regresó a Bayreuth para dirigir "Die Meistersinger" (ahora con una nueva y tradicional puesta en escena de Wieland Wagner), la prensa habló de su "estilo musical más camerístico", oponiéndolo a la "preferencia por unos colores orquestales poderosos y brillantes" de Hans Abendroth en la misma ópera durante el mismo verano. Furtwängler parece haber justificado este veredicto, pues en una entrevista concedida por entonces señala: "Sería erróneo intentar y presentar una visión emocional de Wagner. El cuadro que presenta de sí mismo en sus obras es humano y sencillo, incluso flemático. Este es el aspecto esencial, en contraste con una tradición parcialmente incomprendida. Wagner se ha de valorar siempre como una personalidad total. El músico no se puede separar del poeta. Lo que absorbemos conscientemente es la poesía; la música tiene su efecto en nuestro subconsciente. Hoy, sin embargo, es Wagner el músico el que habitualmente se resalta. Fue en 1912, cuando escuché por primera vez ’Die Meistersinger’ en Bayreuth dirigida por Hans Richter, cuando esta relación entre las palabras y la música me impactó con particular claridad. Uno ha de escuchar la ópera de Wagner como un drama hablado, sin notar la música." Los "Meistersinger" de Richter, según declaró Furtwängler más adelante, "fueron sin duda la mejor interpretación de Wagner que jamás haya yo escuchado". "La ópera se interpretó de tal forma que uno no tenía en absoluto la sensación de estar en un teatro de ópera. La impresión fue... la de una pieza hablada; todos los aspectos verbales se pusieron de manifiesto tan claramente como en una obra hablada. Uno no era consciente del hecho de que había música sonando, aunque la interpretación se produjo en una atmósfera tan musical que el efecto total fue tremendo." Visto a posteriori, parece sorprendente que Furtwängler tuviera tales sentimientos sobre esos "Meistersinger" de Bayreuth, pues posteriormente mostró su disgusto por la orquesta cubierta del teatro. Hacia el final de su vida dijo: "Cuando voy a dirigir digamos una ópera de Wagner, generalmente prefiero tener la orquesta al descubierto porque su sonido es mucho más brillante y se mezcla mucho más con las voces. Lo que es necesario, sin embargo, es tener un director que pueda dirigir, que realmente pueda acompañar." Wagner reclamó a Felix Mottl en 1876 que el preludio del primer acto de "Die Meistersinger" siempre se tocaba demasiado despacio. "Debería ser un vigoroso tiempo de marcha", concluyó, con la indicación "sehr mässig", equivalente a "allegro maestoso". Wagner podría no haber encontrado nada que objetar a la animada pero poderosa forma en la que Furtwängler entra en su música. Después de la guerra el paso se aceleraría aún más, la articulación se afilaría hata un punto más fino y los ritardandos llamarían menos la atención de lo que lo hacen aquí. La dirección de Furtwängler en "Die Meistersinger" es sorprendentemente veloz, incluso impetuosa; la poca reflexión se limita principalmente al comienzo del acto tercero, en el "Wahnmonolog" de Sachs. Por otra parte, es una interpretación afectuosa y vivaz, cuya gran riqueza de detalles se consigue sin sacrificar el espíritu y el impulso. Notable es, también, el firme, tenso control que Furtwängler mantiene durante la escena del tumulto del acto segundo; esta escena es más excitante de lo normal porque se escuchan todas y cada una de las notas. Desde luego, la orquesta es más un cuerpo acompañante en "Die Meistersinger" que en "Tristán", aunque tenga lugar el mismo tipo de diálogo dramático-instrumental. Furtwängler da un amplio espacio para respirar y un apoyo modélico a sus cantantes. Pero, ¿realmente los "apoya"? El tenor Ludwig Suthaus indica: "Furtwängler conseguía que respirásemos donde queríamos hacerlo. Fui a un ensayo de ’Tristán’ con él y había estado ensayando por sí mismo con la orquesta una hora. Durante el primer descanso le dije: ’esto suena extremandamente lento para mí, ¿dónde encontraré espacio suficiente para respirar?’ Respondió: ’No se preocupe. Sé exactamente cuándo y dónde respirará Vd.; encontraremos el pulso natural de la melodía y entonces respiraremos sincronizadamente." En el verano de 1943 Suthaus alternó con Max Lorenz en Bayreuth como Walter von Stolzing pero cantó bajo la dirección de Abendroth y no de Furtwängler. Esto es una pena no sólo por la inusual complicidad musical existente entre Furtwängler y Suthaus, sino también porte Lorenz, tristemente, no se encontraba bien, al menos en lá interpretación que se grabó. De hecho, aparte de la brillante Eva de Maria Müller, hay poco recomendable en el reparto. Jaro Prohaska tiene una voz demasiado escasa y poco resonante para Sachs y proyecta poca presencia de su personaje (Abendroth tuvo la ventaja de Paul Schöffler). Erich Zimmermann suena cansado y deslucido como David ("los años en el Nibelheim", como escribió Richard Law, "le habían cobrado un audible precio", en relación con su conocido Mime) y Eugen Fuchs como Beckmesser hace poco más que aproximarse al papel con tonos roncos. El resto de maestros cantores son musicalmente un grupo poco disciplinado y distinguido, incluso Josef Greindl como Pogner. El que Furtwängler consiga hacer tan vívida esta interpretación a la vista de tal adversidad vocal habla mucho del compromiso y la perspicacia con que trabajó. No hay una sola página de la partitura en la que no haya marcado su sello. (ARDOIN, J. "The Furtwängler Record" Portland: Amadeus Press, 1994 pp. 204-206) Un saludo |
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Muchas gracias por todas las molestias que te has tomado y por la excelente traducción. Un saludo |
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Hermosa versión. Müller y Lorenz lo máximo. Grande Greindl y Prohaska aceptable. Y Furtwängler. Esta versión me acercó a la obra. Gracias a ella (y a la representación que se dio por aquí en esas fechas) logré amar esta obra humana y terrenal, tan lejana a lo divino. Además, por ella conocí a Max Lorenz. Para mí, el más grande. Saludos |