Es mucho más que una noticia. Todos los españoles que amamos y estudiamos la voz tenemos, de una forma u otra, un poquito de Victoria dentro nuestro modo de ver el arte lírico, de sus formas, de su técnica. Ella fue creadora de un estilo inconfundible, que fue transmitido de primera mano a cantantes y profesores que a su vez lo han expandido, tanto teóricamente como en la práctica. Creadora, pero también heredera de lo mejor de sus inconfundibles antecesoras, cuyo estilo supo modernizar como nadie manteniendo todo el encanto.
Nunca la conocí, pero alumnos suyos me han contado las anécdotas que a veces narraba (por ejemplo, aquella de los supuestos nervios de la Schwarzkopf, antes de salir a escena mientras se maquillaba, y suplicando: que me sustituyan, que me sustituyan, hoy no puedo salir... "Y luego salía y era la reina, tú...")
Después de una vida muy difícil, nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos por todo lo que entregó y todo lo que significó. Fue la mayor figura del canto español de todos los tiempos, y con ella hemos crecido y nos hemos formado musicalmente. Que haya muerto no sólo importa por ella, por lo que fue y por lo que siempre será. Es por todos nosotros.
Cuando en el telediario se ha dicho que fue la única española que triunfó en Bayreuth, "el festival de festivales", ya ha sido dificil contener el llanto... No se suele acertar en estos retratos divulgativos en tiempos de óbito (esta vez sí), pero valga este hecho, el de Bayreuth, para darnos cuenta, aún más si cabe, de la excepcionalidad de esta figura. He escuchado su "Dich, teure Halle" de 1950 y he vuelto a pensar que es uno de los mejores. Menos mal que, como en tantas ocasiones, nos queda la música grabada... Y, en el caso de Victoria, la música en vivo, porque no es dificil rastrear su influencia en grandes cantantes de hoy.
Gracias por la flor que nos dejaste.
|