Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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Siegfried Wagner y cía.
De: rexvalrex
Fecha: 28/08/2005 5:11:00
Asunto: Siegfried Wagner y cía.


Apreciados wagnerianos:

Desde que Pérez de Arteaga dedicara los primeros entreactos de las retransmisiones del Festpielhous de este año a la figura del hijo de Wagner he sentido interés por conocer algo más sobre su vida y obra. El tema de la familia Wagner tras la desaparición del genio me parece muy interesante, especialmente en lo que tiene que ver con la turbulenta política de la época.

Siegfried fue un niño buscado y querido. De hecho, su progenitor, que hasta el momento sólo tenía hijas, ?se cortó la coleta? ? como se diría en el lenguaje taurino ? cuando por fin llegó su único vástago varón.

Aún no tenía 10 años el niño, cuando Wagner se preocupó por su futuro servicio militar y ya pensaba en usar toda su influencia para evitárselo. A finales de los 70 Cósima escribe en su diario: ?La idea de ofrecer un hijo a la guerra, sea con Francia y Alemania, le horroriza [a Wagner]. Mientras unos pobres soldados mueren diciendo a su sargento: ?Muero por Alemania?, ellos [los dirigentes alemanes] beben champán en Versalles?. Es curioso que ella, tan belicosa en 1870 ahora haga referencia a ?la estupidez del uniforme?. Esta afirmación antimilitarista no parece propia de una persona que nos han querido presentar como una belicista feroz, celebrando ?precisamente con champán ? el bombardeo de París por el ejército prusiano. Yo diría que está en la línea de Eric Mª Remarque, autor de ?Sin novedad en el frente?, perseguido por Hitler, o de Dalton Trumbo, autor de otra obra antimilitarista, ?Johnny cogió su fusil?, y víctima de la caza de brujas de McCarthy

En 1914 estalla la 1ª Guerra Mundial y Cósima cumple la voluntad de Wagner logrando evitar que su hijo sea movilizado. (En la siguiente guerra, será Wieland el que también tendrá este privilegio). El Festival quedó suspendido durante años. Sobre la guerra afirmó que era ?un crimen para la música?.

Diez años estuvo el Festival en dique seco. Hasta que Siegfried logró su reapertura en 1924 (meses después del fallido Putsch fascista de Hilter en Munich, quien ya era un asiduo de Wahnfried). Pero no adelantemos acontecimientos.

Volvamos a Siegfried, que un niño mimado envuelto en algodones en un entorno femenino. De espíritu abierto, tenía una sexualidad asimismo abierta, ya que mantuvo relaciones tanto con hombres como con mujeres. Resulta curioso que quien llegaría a ser padre de cuatro hijos fuera chantajeado por sus relaciones homosexuales. No acabaron aquí sus problemas amorosos, ya que mantuvo relaciones con la esposa de un pastor protestante (en Bayreuth precisamente) de las que nació un hijo que, aunque no fue reconocido por ser ilegítimo, sí que fue discretamente protegido por los Wagner.

Aparece una jovencita llamada Winifred. Cósima presionó a su hijo, soltero y ya algo talludito para que se casase con ella y acabar de una vez con los chismes acerca de su homosexualidad. Fue Winifred, íntima amiga de Hitler, quien le introdujo en Wanhfried en 1923, año del referido Putsch. Según dicen, tenía gracia para atraerse a los perros y a los niños. De hecho, los hijos de Siegfried le llamaban ?tío Adolf?. Sus visitas eran frecuentes e incluso se quedaba a dormir. Hay quien afirma que mantuvo relaciones sexuales con Winifred, quien le fue fiel hasta el final y fue una de las principales responsables de la nazificación de Bayreuth, lo que le costó el cargo tras el fin de la guerra. Hay que recordar que Winnie ?como la llamaban familiarmente ? ayudó a Hitler mientras estuvo en prisión enviándole lo que necesitaba, incluyendo papel y pluma. Se jactaba de que ella tuvo su participación en la redacción del ?Mein Kampf?. Es más, Friedelind Wagner afirmó que, tras la muerte de Siegfried, hubo un romance entre ellos.

Winifred se ganó la animaversión de sus cuñadas, las hermanas de Siegfried, ya que tenía planes para el futuro. Cósima, que ya era una anciana decrépita con problemas de visión (acabó ciega) y de audición, veía con buenos ojos tanto a ella, como a su amigo Hitler, que la llamaba ?la grande dame?, en francés. En cuanto pudo dejó bien claro a sus cuñadas que, tras la muerte de Cósima, sería ella la que llevaría las riendas del Festival junto a su marido. En ese momento era Siegfried quien lo dirigía, pero tras la estrecha supervisión de su madre. De hecho, él había llegado a la conclusión de la necesidad de realizar algunos cambios, pero no se atrevía a tocar ni los barrotes de las sillas para seguir con la ?tradición? y no molestar a su anciana madre, la guardiana de esta tradición, ya entonces un tanto encorsetada.

Llegamos ahora a un punto conflictivo: la ideología de Siegfried. Hay quien asegura que sentía simpatía hacia el nacionalsocialismo y que incluso realizó un viaje por los EEUU para hacer proselitismo de esta criminal ideología y recaudar fondos para el partido nazi. Yo no lo veo así.

La relación entre la familia o, mejor dicho, parte de la familia Wagner y el nazismo es incuestionable. Cósima, que sentía estima por Hermann Lévi, judío y no sólo director titular de Pársifal, sino consejero artístico jefe de Batreuth en la era Cósima del Festival hasta 1894, se sintió atraída por Hitler, que sabía cómo ganarse a quien le interesaba. De Winifred, sólo queda añadir que se afilió al partido nazi. Eva, otra de las hijas de Wagner, se casó con Chamberlain, historiador fascista inglés nacionalizado alemán en 1914 y uno de los principales teóricos del ?wagnerismo hitleriano?, congenió con Cósima (a la que llamaba ?haute dame?) y abonó el suelo que después pisaría Hitler. Tampoco faltaron en la familia elementos discordantes, como la citada Friedelind, que denunció públicamente la relación de su familia con el nazismo, y Daniela, que no podía soportar a Chamberlain.

Pero, ¿y Siegfried? Hay que decir que no compartía el apasionamiento de su madre y esposa ? dos mujeres férreas entre las que su personalidad se vio asfixiada ? por Hitler, de hecho y a diferencia de ésta ultima nunca militó en el partido. Como murió el mismo año que Cósima, en 1930, no llegó a ver la toma del poder por los nazis y no podemos saber cómo hubiera sido su relación con el nuevo régimen. Lo que sí que tenemos son testimonios de sus escritos, que demuestran que no era antisemita y la opinión de estudiosos sobre el tema.

Eduardo Pérez Maseda en ?El Wagner de las ideologías? cita una carta suya, fechada en 1921, que es bien ilustrativa: ?Usted pretende que sería bueno poner en la puerta a aquellas gentes por el mero hecho de ser judíos? ¿Es esto alemán? ¿Es esto cristiano? ¿Es esto humano? No.?

Dada esta manifestación de crítica al antisemitismo, no parece factible que realizara una gira por EEUU para hacer proselitismo y recaudar fondos en beneficio de una ideología que se basa en el más feroz y execrable antisemitismo.

¿Hubo o no viaje? Lo hubo. Es cierto que fue a los EEUU, aunque la finalidad era muy diferente. Según Françoise Giroud en ?Cósima Wagner?, Siegfried era ?de ideas liberales?, ?poco sensible a los cantos de sirena nacionalsocialistas?, ?de ser algo, sería monárquico?. ?No parece haberse contaminado del fanatismo de su mujer. Lamenta, incluso, su actividad militante, llegando a afirmar: ?Ella destruye todo lo que yo pretendo reconstruir? [se refiere al Festival, que no funcionaba desde 1914]?. Para ello, se necesitaban fondos. Como con los ?certificados patrimoniales? que se emitieron no se recaudó lo suficiente, se dedicó a dar conciertos para reunir más fondos. Por ello, se fue de gira a los EEUU, aunque fue un fracaso, ya que la prensa americana sacó a relucir ?la amistad entre Winifred y el líder fascista Hitler?.

Otro elemento a tener en cuenta para el esclarecimiento del tema es el siguiente. En su testamento, Siegfried estableció que Winifred no podía casarse so pena de perder la dirección del Festival. Hay quien ha interpretado esto como un intento de evitar que se casara con Hitler.

Para concluir el tema, el mismo Hitler dijo que no quería tener hijos porque los hijos de los genios suelen ser mediocres. El ?genio? era él, naturalmente, y yo juraría que el ?mediocre? hijo de genio no era otro sino Siegfried, hijo del genio por excelencia para el dictador, ya que era un wagneriano fanático, entre otras cosas. ¿Qué concepto podía tener de una persona que era liberal, no discriminaba a los judíos y tenía tendencias homosexuales un individuo que mesiánicamente se sentía llamado a ?purificar? (en palabras de Winifred) la nación? No creo que fuera demasiado positivo...

Un saludo. Rex.

PD. Un dato más. Mahler, judío y wagneriano, no sólo trabajó en Bayreuth en la época de Cósima, sino que fue quien dirigió la première de una ópera de Siegfried. Como nos recordó Pérz de Arteaga, también fue el responsable de la mejor representación que Hitler presenciara del Tristán, por encima de Furwängler, aunque se enfurecía si alguien le preguntaba si no era judío.