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Lohengrin sí pasó por Salamanca. |
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La función, en versión concierto, se celebró en el Palacio de Congresos de Salamanca, el 10 de septiembre de 2.005 y contaba con varios atractivos, a destacar: el director ruso Semyon Bychkov, el tenor sudafricano Johan Botha y la mezzo Petra Lang. A alguien le duele hoy el bolsillo en Salamanca, yo, agradecido. El ruso sabe lo que hace y logró que la sinfónica de Castilla y León terminara convenciendo, a pesar de las reiteradas pifias de los metales? luego supe que eran un refuerzo para la ocasión. Lo del coro nacional checo era un imposible y no se puede anotar en el debe del ruso. Aquí se dio la impresión de ausencia de ensayos previos y los checos no parecían precisamente unos Brabanzones del centro de Bilbao. Te cuento que el acto primero pasaba sin pena ni gloria, que la acusación de Telramund pareció un discurso de Ibarretxe y que la plegaria de Elsa resultó igualmente anodina. Bostezos y más bostezos? Entonces irrumpió Johan Botha. Terminada su primera intervención (?mein lieber schwan?) di por plenamente justificados los kilómetros de viaje a Salamanca. El tenor construyó su Lohengrin alrededor de su lirismo fácil y una musicalidad extraordinaria, retratando un ser cristalino, casi inocente diría yo, un autentico enviado-de-Dios. (Como tal lo recibimos Elsa y el patio de butacas por donde ya rondaba el aburrimiento). Así, Johan Botha logró animar al resto del reparto y la función continuó a buen nivel hasta el final. Añadir que, a pesar de su gran actuación, dio la impresión de poder dar más, quizás en otro escenario más propicio hubiésemos visto más. Del resto del reparto, destacar la mala-malísima que dibujó Petra Lang (gran segundo acto) a quien las estrecheces del escenario no le permitieron estar del todo cómoda y es que esta mezzo es el tipo de cantante-actriz que algunos preferimos en los teatros en vez de los cantantes- tronco que no deberían salir de los CDs o de los recitales. En resumen, buen nivel general y grandes momentos? ¡qué se repita y qué nosotros lo veamos! Saludos, Pavlo PD: Último apunte para los que buscamos una nueva y adecuada dramaturgia para el drama musical (sin ser Lohengrin un drama musical ya tiene momentos). Decir que la ausencia de puesta en escena permitió que destacara el poder de evocación que el solo texto-cantado posee. Quedando constancia que, en Wagner, el drama ya aparece en la música, ¡escuchémosla antes de meter el bisturí! |
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Gracias por la crónica, pavlo. Me encuentro a más de 3000 kilómetros de mi Salamanca natal y me apena mucho no haber podido presenciar ese Lohengrin. Para una vez que tenemos ocasión de escuchar música de Wagner en Salamanca... Sobre la Orquesta Sinfónica de Castilla y León... ¡qué me a contar Vd.! Y es una pena no contar con un escenario idóneo para este tipo de eventos. La sala mayor del Palacio de Exposiciones y Congresos no es en realidad una sala de conciertos, y tampoco reúne las condiciones necesarias para convertirse en un escenario improvisado (o al menos no para representar una gran ópera wagneriana). Dígame, ¿qué le pareció la acústica del lugar? Un saludo |
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Una crónica bastante acertada. Yo estuve allí como no podía ser de otra forma, pues para una vez que traen Wagner a Salamanca y además sin tener que aguantar ningún extravagante decorado... Hasta mejores tiempos tendrémos que agradecer las versiones de concierto. En general fue una buena representación. Ortrud estuvo genial y hubiese merecido la pena verla actuando en una versión teatral con escenografía y vestuario, donde seguro que se metería aún más en el personaje. Lohengrin cantó con un gran chorro de voz y con un bello lirísmo. Eva no estuvo muy allá pero a mí tampoco me desagradó. Yo creo que el coro no sonó muy bien, le tapaba demasiado la orquesta en ocasiones y la acústica no parecía favorecerles mucho. Pero la sonoridad en términos generales fue buena. Steuermann, como compatriota suyo le doy la razón en que el Palacio de Congresos no da para mucho como para hacer una buena representación wagneriana. En fin, yo pasé una tarde estupenda, ya que en Salamanca no estamos acostumbrados a escuchar a Wagner en directo, y ya va siendo hora de que podámos disfrutarlo en casa. Un cordial saludo wagneriano. |
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Donde digo "Eva no estuvo muy allá pero a mí tampoco me desagradó." me refería obviamente a Elsa. Disculpen el error. |
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Me pregunta por mi opinión de la acústica del Palacio de Congresos de Salamanca... Desde luego, es bastante peculiar, y no lo digo como eufemismo, sino como virtud. Su cúpula de hormigón y la arquitectura de caja abierta dentro de un recinto mayor es personalísima, exactamente del arquitecto Navarro-Baldeberg?, como uD. ya sabe. El problema, oigo yo, es la posición de la orquesta. El "escenario" no es tal y la baja altura del mismo "apaga" el sonido. Creo que eliminando unas filas de asientos, situando a la orquesta algo más en el centro, mejoraría de forma importante y daría a la cúpula un protagonismo aún mayor... subrayando la "acústica personal" de la sala. De todas formas, el volumen abierto de la sala garantiza que el sonido nunca sea raquítico, lo demás son gustos personales. El precio a pagar por un "mejor" sonido serían unas localidades perdidas que, dicho-sea-de-paso, no se ocuparon el sábado de Lohengrin. Saludos, Pavlo. PD: Harto de que todos los teatros suenen igual... |
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Mi resumen: coro regular, Botha estupendo, Sunegard sosa y con ciertos problemas técnicos, aunque bella voz, Lang con voz descolocada aunque buena actriz, mal el rey Heinrich y Telramund, excelente Bychkov y excelente la orquesta, cuyas pifias no fueron tantas y en general sonó magnífica en todas las familias (para oír pifias valemos todos). Regular la acústica del Palacio de Congresos, que no es un auditorio, aunque el edificio es bonito. Remito a quien le interese a mi reseña en www.mundoclasico.com. Saludos. |