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Los Maestros Cantores de EMI |
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Hola. Me gustaria saber la opinión sobre el doble dvd de los Maestros Cantores editado por EMI classics, en versión de Franz Welser Möst con la Orquesta de la Opera de Zurich. Los cantantes son Jose Van Dam, Peter Seiffert y Marti Salminen entre otros. Se que no es una versión como para tirar cohetes pero por 12 ?, creo que merece la pena. ¿Que me recomiendan?. Gracias. |
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De todas las que se pueden encontrar en el mercado (DVD), la de Welser Möst, bajo mi punto de vista, es la mejor. Muy buena dirección orquestal, in crescendo a medida que pasan los actos. Buena interpretación vocal, sin ser nada del otro mundo, y una puesta en escena interesante que deriva nada mas y nada menos que la de Wieland Wagner de los años 60. Lenhoff fue precisamente asistente de Wieland. La del Met no tiene una dirección musical como la de Zurich, y a parte de Heppner y Pape, los demás están papuchos (Morris fatal). La puesta en escena es demasiado clásica. Para mi gusto está mejor la de Berlin dirigida por Fruebeck de Burgos, con la mejor orquesta, y el mejor Beckmesser de la actualidad, Eike Wilm Schulte. Tampoco estaba mal la que existía en versión Laser Disc de Bayreuth (dirección Horst Stein). No vale nada, en cambio, la australiana dirigida, creo, que por Makerras. Es posible que pronto salga al mercado la de Bayreuth dirigida por Baremboim. Seiffert está excelente y la orquesta no veais...La tengo en video y no suena como debiera. En versión DVD mejorará. Pero, por ahora, la de Welser Most esmuy buene. Vereis que con el tiempo mejorará vuestras sensaciones.... Francesc |
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Quién sabe lo que separará el futuro, pero yo sigo pensando que, al menos la obertura, es demasiado lineal. Un saludo. |
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Decir que esta puesta "deriva" de la de Wieland Wagner de los años cincuenta (no de la de los sesenta, los Maestros shakespeareanos), me parece decir muy poco, yo diría más bien que es un plagio descarado. Especialmente el segundo acto, en el mismo momento en que se abre el telón, es una copia literal de la escena wielandiana, como se puede comprobar por las fotografías que se conservan de la misma. Lo mismo pasa con la escena final, que por cierto ya en Wieland falsificaba totalmente el espíritu de la obra, pues convierte al pueblo en espectador de un espectáculo que realizan otros, en lugar de mostrarlo como protagonista y hacedor de esa fiesta. Menos mal que al final no se monta ningún numerito políticamente correcto para redimir a Beckmesser, aunque debe anotarse que al final del segundo acto la multitud sí le señala, amenazadora. |