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La escena: ¿Tradición o innovación?? |
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Hola a todos. Me gustaría abrir un debate en torno a un tema un tanto interesante. Hace unos días me compré el doble dvd de Los Maestros Cantores de la EMI con José Van Dam y Welser Most a la dirección. No esta mal por 12 euros que costó, pero me dió algo en que pensar. Es de todos bien sabido que los teatros y compañias operísticas europeas muestran una gran preferencia por la innovación escénica, romper moldes y buscar nuevas formas de ornamentación (caso de la opera de Zurich); frente a los tradicionales( y anticuados) decorados que tanto gustan a los norteamericanos (caso de la MET y Levine). Personalmente prefiero lo nuevo, la busqueda de nuevas tendencias que den una nueva vida a la música (sin ofenderla). Creo que el caso de los Maestros Cantores de Welser Most es un buen ejemplo. Puede gustar o no. Sinceramente es muy bonito el vestuario y decorado de los Cantores de la MET, pero son demasiados emperifollados, rayan en lo caduco y hortera. ¿A quien no le gustaría ver una Carmen de Bizet donde nadie vista de torero o folclórica?. También es cierto que el tema económico influye en esto. Frente a poco dinero para decorados y vestuarios prima la inventiva e imaginación. Y es que con poco se puede conseguir mucho. ¿Que opinais sobre esto?. ¿Tradición o innovación? Un saludo a todos. |
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Este es uno de los temas más trillados por los foristas habituales; como yo soy medio nuevo, aprovecho para decir una vez más que estoy totalmente deacuerdo con la iniciativa de puestas en escena renovadas: vivimos en el siglo XX y el teatro (y cualquiera de sus géneros como lo es la ópera) e una metáfora de la sociedad que lo crea, por tanto siempre vigente y renobable. Sencillamente, no comprendo que sentido tiene montar "La walkirya" con rocas de cartón que parecen todo lo real que ustedes quieran, semidiosas con cascos cornudos y trenzas y telones pintaods en el más puro estilo monumental y polvoriento de hace décadas. Otra cosa es la calidad, que nada tiene que ver con el estilo: se puede hacer costumbrismo (Faggioni, Zeffirelli, a veces Ponelle), muy bien hecho y puede funcionar. Pero la importancia, el impacto que Götz Friedrich, Harry Kupfer o Peter Mushbach -por decir trs al azar-hacen llegar al espectador, está a años luz de los preciosisimos "belenes" metropolitanos, que siguen las dudosas y obsoletas instrucciones de la acotaciones, tan respetadas por artistas y publicos poco imaginativos, y que nunca cuentan nada nuevo. No es necesario llegar al exceso (Bieito) o la provocación sin más, pero entre aburrirme y que me provoquen, me quedo con lo segundo: por lo menos cuando trmno de verlo no estoy pensando en si voy a a seguir o no tomando sacarina. Saludos :) |
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En efecto, el tema es trillado. Sólo una cosa: me llama la atención que se llame "caducidad" a la fidelidad al artista. Ahora bien, como todo depende de la definición de fidelidad -y eso da para un debate completo-, lo que realmente me desconcierta es que quienes se quejan de aburrimiento se opongan al empleo de técnicas láser o cinematográficas para animar los cartón-piedra. Como si el empleo de láser sólo casara con trajes de arlequín y de prostitutas para los dioses, por ejemplo. Es más, suelen decir que los efectos en la escena "distraen". Luego, ¿cómo pueden afirmar que los públicos poco imaginativos gustan de las "dudosas y obsoletas instrucciones de las acotaciones" (!!!!!) que nunca cuentan nada nuevo. ¿En qué quedamos? ¿No que por lo menos no distraen? O, de la otra mano, ¿no que es mejor ver a Kundry con traje de astronauta coronándose reina del grial mientras que Kurwenal es electrocutado en la silla, en lugar de seguir con ese vejestorio de que ella muere y él se une a los caballeros mientras una paloma baja de la bóveda? La verdad, muchos "innovadores" son tan cobardes o mediocres que no se animan a escribir su propia obra en la que mostrar todas las innovaciones que quieran; incluso estaría bien que compusieran unas "Variaciones Escénicas sobre Parsifal", por ejemplo, con tal que no nos den Bieito por Wagner. Saludos. |
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HOla Kalender: No comparto nada de su opinión, por ejemplo, yo creo que queda mejor una producción clasicista y mil veces repetida que ver a Fafner y Fasolt vestidos de obreros y a Loge vestido de homosexual con vaqueros apretados. Prefiero mil veces ver un 3ºacto de la Walkyria sobre una cima de piedra cartón con plantitas y un un telar que muestra una puesta de sol; que ver un alcantarillado de Nueva York o una sala con un ventilador giratorio que pende del techo. Prefiero mil veces ver a un Lohengrin vestido de medievo que ver a un profesor de escuela que viene a salvar a una alumna de sus compañeros escolares. Me refiero a esa horrible producción del Liceu que vuelven a echar esta temporada, una burla de la mitología que es tomada como los personajes fueran niños con muchísima imaginación. ¿O es que me he quedado anticuado en cuanto a lo que tiene que ver con la obra?. Sin duda, meter a un actor porno eyaculando es muy progre, pero... ya sabeis, no me encaja. |
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Hola. Estoy de acuerdo con la opinión de Raimundo: la obra de arte es así y no podemos cambiarla en contenido troncal. Sobre los ejemplos que has dado, se me ocurre algunas comparaciones que seguramente nos dolerían a bastantes con temas españoles (porque parece que cuando nos tocan nuestra llaga nos damos cuenta como le duele al vecino que le toquen la suya): - Una adaptación teatral del Quijote: éste es un demente que recorre una ciudad moderna (la Mancha) acampañado de un deficiente mental (Sancho). Nuestro personaje es además megalomaníaco y lascivo (cambiamos el amor idealizado hacia Dulcinea por ésto) y la purga de libros la realizan los militantes de un partido ultraconservedor. Bonito, ¿a que sí? - El Cid es un vulgar camello que es llevado al destierro, no por la malversación de fondos de Sevilla y la jura de Alfonso VI, sino por quedarse con el dinero de la droga y tener una rencilla con los de su "clan". El matrimonio con Jimena es un ajuste de cuentas pasional con su suegro, miembro de un "clan" rival. Valencia es un dominio donde poder vender a sus anchas el "costo", siendo traicionado por dos "clientes" (los Infantes de Carrión). Probablemente, no nos gustaría que se hiciera ésto con dos de los héroes más famosos de la literatura española. Pues lo mismo pasa con Lohengrin, Sigfried o Parsifal (véase la producción en Barcelona, donde el texto era Parsifal y lo demás era El Último Mohicano). No discuto que se puedan hacer decorados algo más "moralizantes" y con sentido alegórico o metafórico (véase Chéreau), pero en este caso no se pone en tela de juicio el cuerpo central de la obra. Versiones pachangueras sabemos hacer todos. Respecto a "nuevas versiones": dentro de los cánones "clásicos", ver como se puede mejorar teatralmente, con luces, vídeo, nuevas tecnologías: agua, fuego, dragón en Siegfried... así como disposición teatral... (algo así como un Wieland en el siglo XXI): esa tiene que ser la labor del escenógrafo (y descuiden, que puede ser muy creativa, incluso más costosa...) Un saludo (espero críticas) |
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No creo que el dilema haya de ser necesariamente tradición o innovación, sino qué hay de calidad y ya no digamos de originalidad en las diferentes propuestas escenográficas. Cabe pues preguntarse si las propuestas escenográficas de Harry Kupfer, Jürgern Film o Nikolaus Lenhof, por ejemplo, en el caso de la Tetralogía, son innovadoras o si son un sucedaneo de la de Patrice Chereau. ¿Cabe hablar en estos casos de calidad -indiscutible oficio de Kupfer en el manejo de los cantantes autores-, pero no de originalidad -la idea es basicamente la misma que la de Chereau, con algún cambio de época y muchos detalles descaradamente copiados-?. ¿Quien es más innovador, Harry Kupfer en su anillo futurista, o Jean Pierre Ponnele en su Tristán medieval? Éste último se desarrolla en la edad media (hasta aquí, se le puede considerar tradicional), pero ofrece la alegoría del árbol, cuyo desarrollo corre paralelo a la evolución vital de los protagonistas y algo tan rompedor como el hecho de que Tristán sueñe la llegada y muerte de Isolda. ¿Un Tristán sin redención...? Por otro lado, está también la cuestión de las modas. Así cabe destacar la reciente moda de estética chino-japonesa. En este sentido, el Parsifal de Lenhof que pudimos ver en Barcelonas -con reminiscencias del Mikado, los 7 samurais y los guerreros de Txiang- o el Tristán del Metropolitan en DVD, a juzgar por la portada -confieso que aún no lo he visto- de vestuario japonés. Finalmente, existe la innovación por la innovación, en la cual, a menudo, no se sabe qué quiere explicarse exactamente, se explica algo que nada tiene que ver con la obra, o simplemente no explica nada. Muchas veces, lamentablemente, se intenta compensar la falta de talento con la burda provocación. En esta categoría me permito destacar el caso del vomitivo Parsifal de Christof Schlingeshief -el cual declaró que no le interesaba la ópera lo más mínimo y que nada conocía sobre Wagner- de la actual edición del Festival de Bayreuth, con una desagradable ceremonia budú inclusive. Lo más indignante es poner unos efectivos musicales tan inmensos como los del Festival de Bayreuth al servicio, o simplemente junto con semejante bodrio. Saludos. |
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Tal vez el problema de aceptar las puestas en escenas de una Opera conforme a como lo dispuso Richard Wagner (u otro autor), radique en cierta ignorancia sobre el contenido del argumento en sí de la opera ,mas superado ese estadio resultará sencillo entender las rocas de carton y todo lo demás; que nos puede parecer tonto, pero olvidamos que desde el enfoque teatral no se busca la verdad en la forma , sólo la verosimilitud de la misma, aquí entendemos la función de la máscara en el teatro griego por ejemplo. Yo estoy en desacuerdo con procurar familiarizar al público con el arte wagneriano tan sólo por la premura de captar lo mas pronto su simpatia por el mismo.La democracia señores no es signo de calidad.Atender a las demandas de la mayoria no es excusa para corromper la obra de un autor de la magnitud de Wagner. |
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Saludos... uff me doy una vuelta por aquí después de tanto tiempo y veo que hay temas que no pierden actualidad e interés. Eso está bien, más tratándose de un asunto que es más importante y trascendente para no perder la esencia de la obra artística de Wagner, de lo que a primera vista pudiera parecer. Los que me conocen ya saben cual es mi parecer al respecto. Hace tiempo que dí la cosa por perdida, ¡¡Qué le vamos a hacer!! Por mi parte seguiré mostrando mi disconformidad siempre que tenga oportunidad sobre estás interesadas y egoístas inovaciones llevadas a cabo por los directores de escena movidos por su inconcebible prurito de notoriedad y pornográfico afan de originalidad además del malentendido obvio de que hacen gala en lo referente a cual debería ser su verdadera labor. Siempre veré algo absurdo, fuera de lugar, poco razonable, pero sobre todo bastante cómico observar a un sacerdote, por poner un ejemplo, oficiando misa vestido de bombero, o jugar un partido de futbol en una cancha de tenis y los jugadores vestidos de toreros, o vestir a los toreros de bombero (que por algo es un espectáculo cómico)... En fin para que seguir, cualquier cosa que se saca de su contexto (y esto es uno de los elementos fundamentales de lo cómico) solo puede producir una irresistible hilaridad ja ja ja ja. Un saludo a todos |
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Yo no sé mucho de producciones modernas, pero hace tiempo que no veo en fotos una producción clásica, con Wotan vestido como un dios, y la cima de una montaña como fondo de piedra cartón. Sinceramente, si la obra fue así concebida,¿para qué cambiarla? Con un presupuesto inferior se pueden hacer grandes cosas sin tener que cambiar el sentido de la obra. Saludos. Vi una fot de la producción del Met del 22 (creo) con Schörr sobre una cima de una montaña, con un telar con un paisaje hermosísimo,¡cómo me gustaría que volviesen a ser así las óperas! Aunque menudo suplicio para los cantantes el tener que llevar esos uniformes. |
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Es que lo que había antes sobre un escenario eran DIOSES, compañero raimundo. Ahora..........eso.........innovadores. SALUDOS. |
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Pero y digo yo: ¿para qué queremos ve una vez más a Wotan con la lanza y el parche? ¿No será mejor sacarle partido uno de los muchísimos aspectos de su rica dramaturgia para contar algo que tenga que ver con nosotros, espectadores del siglo XX, en lugar de ver tarjetas postales meramente decoraticas del año de maricastaña? ¿No sirven de nada los estudios realizados por Appia en los que exponía la verdadera esencia de arte escénico wagneriano? Y que desde luego no era montar belenes... Saludos |
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Pienso que el afán de novedad e innovación, cuando se pasa de cierto límite (para decirlo claro: cuando se tergiversa o manipula la acción escénica), obedece a la sed de novedades de un siglo dado a la banalización, el XX. Y el XXI arranca con las mismas... Si Hamlet y el Quijote y Lohengrin perduran, es porque incumben a facetas particulares y perdurables de la psiquis humana, o porque nos enfrentan a dilemas de toda la vida (aparte de la grandeza de su realización, claro). Ahora bien, la anécdota de por sí no tiene categoría de obra de arte. Hamlet fue un cuento folklórico del tres al cuatro antes de Shakespeare, y lo vuelve a ser cada vez que un mal actor lo encarna. Romeo y Julieta son una cosa y Leonardo di Caprio en las playas de California otra muy distinta. Y West Side Story -la misma anécdota- vale por lo suyo, no por ser una sustitución del idilio de Verona. De aquí, es la hechura del artista superior lo que convierte a la anécdota en un referente intemporal (palabreja que causa escozor a los postmodernos fanáticos, de amputada herencia cultural). Luego cuenta el hecho de que toda obra de arte será más valiosa y profunda cuanto más metáforas emplee. Todo es símbolo en el arte. Y el artista superior ha calibrado lo mejor que pudo el alcance de sus símbolos -aunque a veces exista un componente irracional o inconsciente-. Por tanto, torcer las imágenes y metáforas, introducir otras de dudosa calidad o simplemente quitar detalles, empobrecerá la obra. La libertad de un realizador termina donde se adelgaza peligrosamente el hilo temático y alusivo del autor. Un realizador debería considerarse un servidor del arte, no un coqueto irresponsable que no sabe lo que ensucia. Pedir producciones novedosas, capaces de decirnos algo nuevo, como si de ello dependiera el valor de la obra representada, es ignorar o menospreciar la riquísima simbología de Wagner. Sí, son dioses en la cima de un monte. ¿Y qué? El drama lo es todo, y requiere de un dios en una montaña, no de un viejo de levita en un sillón estilo Imperio en un salón bismarckiano, ni menos de un desfile de cabareteras en una habitación vacía de techos altísimos (las valquirias en Stuttgart, qué desastre). O, si no, llevemos payasos a la misa y mientras el sacerdote consagra, que los monaguillos lleven sombreritos de hélice y monten monociclos. Total, hay que innovar la misa, un ritual anquilosado, desgastado, que no dice nada nuevo... Así de torpe es violar el legado de un artista: "Parsifal" no es de ninguna manera una misa y su carácter sagrado funciona en el ámbito de convenciones artísticas (el rollo de cada uno, por lo demás deseable, es justamente de cada uno), pero se estropea si se le añaden "innovaciones" a lo Schlingensieff o se le suprimen elementos indicados por el autor (recuérdese el caso de la paloma suprimida y la furia de Knappertsbusch). Y perdón por lo crudo del ejemplo, si herí alguna susceptibilidad religiosa. Saludos. P.D. Dice el Sr. KALENDER: "¿para qué queremos ve una vez más a Wotan con la lanza y el parche?" Pues bien, si lanza ni parche las acciones de Wotan resultan de lo más absurdas y tontas. Hay que entender esto primero. ¿Qué propone, entonces? ¿Una lanza y un parche invisibles pero mencionados a diestra y siniestra en el canto? ¿Una rasposa incoherencia entre lo que se dice y lo que se ve, para "revelar" aspectos ocultos de la dramaturgia wagneriana? En un cómic, una película o un ensayo, bien venido sea. PERO NO EN LA OBRA MISMA DE WAGNER, QUE QUERÍA UNA LANZA Y UN PARCHE. ¿Tan difícil es de comprender o de aceptar? |
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Algo más. El título de este hilo es engañoso. La tradición y la innovación tienen esferas de acción distintas, no forman una dicotomía necesariamente. Innovar significa tanto crear algo nuevo como mejorar lo existente. No significa "modificar", "retocar", "cambiar", que es lo que por lo general se hace en los teatros, sin que esto nos haga ver la luz definitiva, y sí más bien nos esconda las intenciones y el mensaje del autor. Lo más curioso es que sólo los registas "innovan", en tanto que -por lo menos hasta ahora-, los músicos se "limitan" (con ironía, ¿eh?) a interpretar más o menos bien o mal lo escrito, tratando de no desfigurar la música. ¿Será porque los directores y cantantes tienen trabajo de verdad, en tanto que los otros fuman y abortan? La tradición de hogaño fue la innovación de antaño. Pero no se trata de una misma masa amorfa moldeada entre los dedos innovadores y cocida en el horno de la tradición para ser amasada nuevamente, y así hasta siempre. No, la tradición -que siempre será una tradición relativa, y aquí entran los verdaderos registas- está allí para ser conservada. La innovación trae lo nuevo. Debussy no "innovó" a partir de Wagner, aunque algo le deba; no tomó "Parsifal" y lo convirtió en "Pélleas y Melisande". Debussy es Debussy por su lado, y punto. Así pues, si quieren un Wotan con visión binocular, libre de lanzas y demás lastres cavernícolas... ¡HAGAN SU PROPIA OBRA E INNOVEN -AHORA SÍ, EN EL SENTIDO CORRECTO- TODO LO QUE QUIERAN! ¡PERO NO DEFORMEN MÁS A WAGNER! ¿Y por qué no lo han hecho, si tantas ganas tienen de cosas nuevas? ¡Aaaaaah! Si serán geniales estos tipos... Saludos. |
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Kalender no entiende bien lo que se quiere decir o frivoliza un tanto con lo que se dice. No se trata de Belenes y cartones etc etc, no estoy en contra de la innovación técnica, es más la veo lógica y conveniente, PERO SIEMPRE AL SERVICIO DEL ARTE Y DE LA TRAMA. Es más hasta puedo aceptar una escenografía de carácter más bastractiva. Lo que es intolerable es alterar los contextos y la simbología empleada por el artista original. En una narración de carácter mítico existen unos símbolos intemporales, dicho esto alguno se preguntará, si esto es así ¿ no dará igual el contexto donde lo hubiquemos?, pero estará confundiendo algo muy importante, que es la exégesis del mito (que es lo que se puede actualizar e inculturizar)y la obra artística original. Un ejemplo, La Biblia (y que conste que no estoy comparando la Biblia con Wagner, ni sacralizando a este ultimo)contiene narraciones de caracter mítico, como el Genesis cuya exégesis ha ido innovandose y actualizandose a lo largo del tiempo, pero no se escribe una Bblia con un texto diferente. LO mismo decir de Las tragedias o teogonias y cosmogonias griegas. Todos sabemos que la obra de arte de Wagner consta de (poesía, música y escena)altera uno de esos elementos y estarás alterando el aspecto formal (lo más esencial) de la obra de arte. Beltenebros tiene razón en su exposición general y apunta también detalles importantes, por ejemplo, cuando el libreto menciona elementos y lugares que desaparecen de la escena representada .... Si hubicas el oráculo que aparece en un drama griego en el despacho de la pitonisa Lola estás alterándo además de el aspecto formal de la obra en sí, su significado intemporal, porque no es lo mismo ni significaba lo mismo un oráculo para un griego (que era sagrado por ejemplo) que lo que significa para nosotros la pitonisa Lola (que no tiene para nosotros nada de sagrado). El efecto psicológico que se produce cuando se traslada una simbología mítica en su aspecto formal a un contexto contemporáneo es el contrario de lo que se pretende, o sea en vez resaltar su intemporalidad lo temporalizamos, al ponerse el acento precisamente en el asunto temporal del mito. En definitiva, si hubicas a Isolda en una hamaca de un crucero en el "Barco del amor" no solo estás alterando el aspecto formal de una obra de arte concreta, sino su semántica (un crucero para nosotros tiene resonancias psicológicas muy diferentes: vacaciones, coqueteo frívolo, descanso, divertimento... etc) . ¿Que nos queda? una burda parodia. Si rotundo a la inovación técnica de los elementos empleados para la escenografía (luces, materiales, lo que quieras pensar), pero siempre bien empleados y al servicio de la obra origina; si los escenógrafos quieren expresar y desarrollar las habilidades del teatro de autor que lo hagan sobre una obra propia, y no como sanguijuelas chupando de obras de otros que ya tenían bien pensado donde y en que contexto hubicar sus obras. No rotundo a la inovación tetral pues va contra la obra de arte en si (en su aspecto formal escénico) y contra su semántica Saludos |
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fe de erratas: pido diaculpas por las faltas ortográficas existentes en el texto anterior como hubicar escrito con h etc etc. Escribir raudo y con toda celeridad acarrea a veces estas consecuencias, que al repasarlas y una vez enviado el mensaje es imposible corregir ;-). |
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En mi opinión Wagner quiso que soñáramos con espadas, héroes sin miedo, walkirias vírgenes de verdad, bosques y gigantes míticos. Y eso es lo que quiero soñar. Leo el Quijote imaginándole en su época, porque no vino en otra, y esa es su esencia. Estoy intentando entender al actual arte de vanguardia (que actual ya no es, lo sé) y pienso que estos artistas componen para ellos y para su público de expertos, pero yo no siento nada, y quiero soñar. Que no me toquen a mi Quijote, por favor, ni le quiten el parche a Wotan, que no es un director de una multinacional (estoy inventando). Es un Dios(wagneriano). Se viste como un Dios. Es mi sueño. Tenemos la gran suerte de vivir en una época en la que contamos con unos medios audiovisuales de fantasía. Pues que hagan obras nuevas. Creaciones nuevas. PARA TODOS. Pero que no me toquen a Wotan. Un saludo. |
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Estoy completamente de acuerdo con usted, Sr Antón. Si una obra es así,¿por qué hemos de cambiarla?¿Porque el público no quiere ver una producción clásica?¿Por los altísimos costes? Yo me muero de ganas de poder ir a un teatro y ver a un Wotan vestido como un dios germánico, llamando apoyado sobre su cayado a Loge mientras con su único ojo y el parche vigila el alto del cartón piedra, donde reposa Brunilda. Con las técnicas modernas, podemos consguir que el teateo se incendie verdaderamente alrededor del cartón piedra. Sería expectacular poder ver una producción clásica con las innovaciones modernas que no alteren la obra original. |
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Saludos! Lo que he leído me ha hecho pensar en un escrito de Wieland Wagner que se encuentra en el programa oficial de los Festivales Wagner en Barcelona del 1955. El título es curiosamente "Tradición y Renovación" y para quienes no lo conozcan, pienso que viene a cuento. Lo podeis encontrar en www.archivowagner.info |
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Hola. Personalmente, lo que más me molesta de una puesta en escena, sea tradicional o moderna, es que vaya contra el drama, incluso contra la música. Ejemplos: el bosque "enfermo" y desolado del acto 1 del Parsifal que se vió hace no mucho en Madrid (contradicendo a la música, que está reflejando continuamente la belleza de ese mismo bosque), el Lohengrin "en negro" de hace poco en Bayreuth, la homosexualidad de casi todos los personajes del Tristán de Kupfer, el Beckmesser "bueno" que se queda en la escena final de Meistersinger y ¡aclama a Sachs! , etc etc. Por no hablar de las incongruencias y contradiciones tan frecuentes en las puestas de escena de estas pobres mentes atormentadas que tienen tantas cosas que contarnos pero que necesitan manipular el arte de otros para mostrarnos lo inteligentes que son: personajes deambulando por ahí que todavía no deben estar en escena, acciones y movimientos escénicos incorrectos, "coneptos" que contradicen la obra, como lo del sueño de Tristán de Ponselle que cita Assur, etc, etc. En realidad no está mal "inventar" una acción escénica que no esté indicada por Wagner, si esta no contradice la obra, sino que la afirma y la aclara todavía más. Ejemplo: en el Tristán de Wieland Wagner de 1962-70, nada más apurar el filtro en el acto 1, Tistan e Isolda corren a abrazarse: y así permanecen hasta que "despiertan" a la cruda realidad. Hermosísima manera de dejar claro que estos dos desdichados seres se aman desde el principio, y que en el momento en que creen que van a morir, en el que creen que es el último imstante, confiesan su amor con este gesto mudo pero elocuente. Hermosísimo.Luego ya sabemos lo que pasa: no era veneno, no mueren, etc, pero tras este gesto ya no pueden seguir fingiendo el juego de la princesa ofendida y el espejo de caballeros etc etc... A propósito, dejo caer esto: ya que estamos en el siglo XXI y queremos modernizar la puesta en escena: ¿por qué no modernizamos también la música? Se empieza cortando aquí y allá (en estos sanos tiempos la gente no tiene mucho tiempo para escuchar un Ocaso), pasamos a alterar el texto, tan anticuado ya en el siglo XIX; luego retocamos el estilo de dirección de orquesta y de canto, alteramos un poco la orquestación... Y al final llamaos a Luis Cobos para que ponga el chis-pún-chis-pús. ¡Toma modernidad! |
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Unos apuntes sobre el texto de Wieland Wagner que sierve de ilustración precisamente para lo que aquí estamos comentando. Precisamente fue Wieland Wagner quien tuvo la feliz idea de introducir el teatro de autor en Bayreuth. Para él la puesta en escena puede tratarse como un elemento no esencial en la obra, con lo que puede cambiarse al antojo del director de escena. Esta separación de música,texto y escena tienen resonancias del teatro épico de Brecht. Su concepción abstractiva de la escena (la de Wieland Wagner) no puede comparase a la de Appia que no hubiera permitido muchas de las arbitrariedades que se cometen. Todo esto junto con los intereses políticos y propagandísticos particulares del director de escena (ahora con total libertad para hacer lo que se les antoje por causa de esta intromisión de las ideas del teatro de autor en la ópera)en cuestión han llevado a la situación en la que nos encontramos actualmente. ¡¡Lamentable!!! Saludos |
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Je,je, je, me has hecho reir, telramund. Si al chis-pún-chis-pún le añades una chirigota, ¿eh? ¿Y un Bisbal cualquiera dando patadas al aire?. ¡UUf! Perdón, ese nombre debiera estar prohibido en estas páginas. Y ya que estoy, he terminado ayer a la una de la mañana de escuchar el último acto de Parsifal. No conocía la obra. Y NO ME LO PUEDO CREER. ES TAAAN HERMOSA ! |
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Comentarios personales sobre este tema, que tantas veces se ha tratado en Wagnermanía. - ¿Es tradición seguir las intenciones del autor? Yo creía que eso era sentido común. - ¿Es innovación repetir durante 30 años las mismas características que hace 30 años fueron nuevas? No, eso es una alarmante carencia de ideas. - ¿Una puesta en escena tradicional es garantía de una buena producción? NO. - ¿Una puesta en escena innovadora es garantía de una buena producción? NO. - ¿Los buscadores de novedades piensan alguna vez en los pobres que sólo se pueden permitir ir a la ópera una vez cada diez años y que, ya que van, desearían una puesta en escena fiel al autor? NO. - ¿Es posible entender el "Quijote" sin necesidad de que el caballero de la triste figura ataque una central nuclear montado sobre una Chopper, en vez de atacar molinos de viento a lomos de Rocinante? Por supuesto que sí. Se supone que hasta ahora el ser humano tenía inteligencia suficiente como para conocer la historia y saber ambientarse en otras épocas. - ¿Es verdad que el público actual prefiere ver las obras clásicas en ambientes contemporáneos para entenderlas? Es una de las mentiras más idiotas que suelo oír en defensa de las "innovaciones". En los cines triunfan sagas galácticas como Star Wars (sin necesidad de que los Jedis sean raperos y que la cantina de Mos Eisley sea un MacDonalds) o las épicas-fantásticas como "El señor de los anillos" (sin necesidad de que Saruman tenga el bigote de Hitler o que los hobbits lleven chapitas de Greenpeace). - ¿Unos vestuarios auténticos de época son horteras? No necesariamente. Son muy difíciles de hacer bien. - ¿Unos vestuarios modernos son horteras? No necesariamente, pero son más baratos. - ¿Las producciones innovadoras son más creíbles? No necesariamente. Basta con ver a esos "actores-reptiles" tan típicos de las producciones de gente como Kupfer, Friedrich y demás, para darse cuenta de que uno no ha visto en su vida a nadie reptando por el suelo durante 5 minutos. Es un gesto histriónico tan patético como el típico "mesarse los cabellos". - ¿Un Sigfrido de 65 kilos y con la figura de Brad Pitt es más creíble que Heppner? Sólo si uno se cree que alguien que se alimente de lo que caza en el bosque puede mantener figurines de Biomanán. - ¿Es verdad que el público que va a ver producciones innovadoras tiene mayor capacidad de abstracción que los que van a ver producciones tradicionales? No necesariamente. El público de producciones innovadoras suele quejarse de los "tenores gordos" o las "sopranos matroniles", lo cual prueba que no son capaces de abstraer su imaginación e idealizar el físico del tenor. En cambio, este mismo público es capaz de abstraerse cuando ven a un Wotan con una señal de tráfico en vez de su lanza. (Nota: lo de la señal de tráfico no es ninguna exageración: es auténtico). Y ahora paso a comentar cosas que he leído en este foro: - "¿A quien no le gustaría ver una Carmen de Bizet donde nadie vista de torero o folclórica?" Jamás me he planteado que pudiera desear tal cosa. Sólo quiero que lo que vea sobre la escena encaje con el texto y la música, en vez de pegarse de bofetadas con ambos. Cómo lo logren, me importa un bledo. - "Frente a poco dinero para decorados y vestuarios prima la inventiva e imaginación." Cuando hay poco dinero para decorados, normalmente también hay poco dinero para pagar un productor decente. Si por "imaginación" debemos entender la moda de los "actores-reptiles", vigente ya 3 o 4 décadas, pues... - "no comprendo que sentido tiene montar "La walkirya" con rocas de cartón que parecen todo lo real que ustedes quieran, semidiosas con cascos cornudos y trenzas y telones pintaods en el más puro estilo monumental y polvoriento de hace décadas." Para estilo polvoriento de hace décadas, el de los decorados con persianas mallorquinas, malos con traje de ejecutivo, aventureros tipo Rambo, y dioses con abrigo. Décadas viendo ese miserable vestuario y encima hay que aguantar que se le tilde de original. Y habla usted como si no hubiera otra cosa en el mundo que estas producciones que usted tilde de caducas. Nada más lejos de la verdad. Las producciones innovadoras son mayoría abrumadora. En cuanto a los telones pintados, he visto más en las producciones "innovadoras" que en el MET. Y los cascos con cuernos, no verá muchos en el Anillo del MET. Esta es una de las típicas mentiras que, a fuerza de repetirse, parecen volverse verdades. Esto me hace dudar que usted haya visto alguna producción "tradicional". Encontraré más abrigos en el Anillo bayreuthiano de Kupfer que cascos con cuernos en el Anillo del MET. - "Pero la importancia, el impacto que Götz Friedrich, Harry Kupfer o Peter Mushbach -por decir trs al azar-hacen llegar al espectador, está a años luz de los preciosisimos "belenes" metropolitanos, que siguen las dudosas y obsoletas instrucciones de la acotaciones, tan respetadas por artistas y publicos poco imaginativos, y que nunca cuentan nada nuevo." Esas "dudosas y obsoletas instrucciones" han hecho que esa obra pase a la historia. Kupfer, Friedrich y Mushbach ni siquiera logran que sus producciones duren... ¿5 años? No comparemos, por favor. Es como comparar una vivienda de protección oficial con la Pirámide de Keops. En cuanto a que no cuenten "nada nuevo"... diga mejor, que usted no es capaz de encontrar nada nuevo en ellas. - "pero entre aburrirme y que me provoquen, me quedo con lo segundo:" Yo me quedo... en casa: me pongo el Anillo de Kna y me lo imagino con mis propias ideas. Así no mantengo con mi dinero a sinvergüenzas que sólo se dedican a aburrir o a provocar. - "ni le quiten el parche a Wotan, que no es un director de una multinacional (estoy inventando)." ¿Le parece exagerada su ocurrencia? Pues lamento quitarle la razón, pero Wotan como director de multinacional ya está más visto que el tebeo (eso, aparte de que la idea sea una tontería). Por ejemplo, yo lo pude ver en Bayreuth en el año 2000. Un saludo. |
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Sr. Germán: Asumo su postura, en el peor de los casos, y como mínimo en un 85%, y sobretodo, le felicito por la lucidez expositiva de sus planteamientos. Creo que ha dado en la médula. Saludos. |
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Peter Mussbach no puede calificarse de "innovador" ni de "original" sino en una idea que se repite en sus producciones: los accidentes de tráfico (!). Su "Traviata" berlinesa se ambienta en una carretera donde Violetta Valery se ha estrellado con el coche y sobre la que progresan (más bien lo contrario) los personajes sin mantener contacto directo con la protagonista, que se supone que imagina toda la trama mientras está tirada en la cuneta... Me la colaron en el abono que incluía el "Tristán" de Heppner, Meier y Barenboim en el Festival de Pascua de Berlín de 2003, y allá que fui. Ciento y pico euros la broma. Poco tiempo más tarde Barenboim trajo a Madrid con el Festival de Verano del Teatro Real el "Pierrot Lunaire" de Schoenberg, con la producción berlinesa del mismo Peter Mussbach. ¿Adivinan dónde se desarrollaba el monólogo del Pierrot? Sí, en un coche estrellado con los cristales rotos. Muy original. Claro, parece conveniente recordar que Peter Mussbach es el intendente de la Ópera Estatal de Berlín... Polvo, naftalina y telones pintados, no, por favor. Pero abrigos, levitas, señales de tráfico y demás idioteces sin ápice de imaginación o talento, tampoco. Saludos, Der Niblungen Herr |
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Después de haber hablado muchas veces de esto, y haber escrito todos nuestras razones, he llegado a la conclusión de que el asunto se reduce a un error de concepto respecto a la consideración de lo que es una puesta en escena. Es decir, los que ambientan Lohengrin en una clase de secundaria no saben qué suelo pisan, porque la puesta en escena no es un arte en realidad: no es como la pintura, la escultura, etc, sino que participa de varios y depende de uno, ya creado y moldeado: la música. Pero claro, con lo anterior, la situación es cómoda y se presta a que ciertos señores tengan la cara de llamarse artistas cuando ya les entregan un soporte mascado y digerido, que es la obra musical, creada por el talento de alguien, y con la que alguien se esforzó. Pero como casi siempre el autor esta criando malvas y no puede quejarse, se agarra el producto digerido y como tal se excreta. No hay duda que un Konwitschny o un Bieito ejercen de magnífica fauna intestinal, al César lo que es del César; pero de ahí a que haya que llamarlo ’arte’ va un mundo. Que se me entienda: está muy bien que el director de escena tenga talento, pero mucho más importante es que tenga cultura, conocimientos de la obra a la que sirve y capacidad para la dramaturgia, la cual, por cierto, siempre funciona con los mismos elementos, o no funciona. Pero que tenga muy claro que no es un artista, igual que un periodista o un crítico musical, por muy bien que escriba y por mucho que acierte, tampoco lo es: para mí, una crítica pertenece realmente al ámbito de la obra, una puesta en escena pertenece a la obra (en otro nivel), lo mismo que el sonido de un tenor, o el movimiento de una soprano, o que su autor se fuera a las las Islas Tarugas a componerla. Lo mismo que un anuncio de el día y la hora en que tendrá lugar. Si en este anuncio, por ser "creativo", no se cambia la fecha; si un crítico, por ser "creativo", no llama a tal obra con el título de otra; si un tenor, por ser "creativo", no canta como un contratenor... ¿por qué un obrero como al director de escena se piensa que puede hacer cosas equivalentes? Pues muy sencillo: porque se le deja. ¿Y por qué? Porque hablamos de imágenes, y hoy es lo que manda, ya que una imagen evita el esfuerzo de interiorizar cultura, y de lo que se ha visto puede hablar cualquiera en el café de media mañana; de canto no, claro, a no ser que te aprendas las tres palabras fetiche ("entubar", "calar" y "fiato") y las sueltes sin ton ni son, como hace el 90 por ciento de los que escriben. En fin, que tendríamos que empezar a poner las cosas en su sitio. Saludos. |
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Que barbaridad, con algunas excepciones, ésta banda de forajidos que se creen "los Reyes de la Canción" hacen que nos ocupemos de ellos.No me harán entrar.Aquí veo que ha corrido demasiada tinta, mucha gente indignada,otra complaciente, pero he notado que nadie se la juega.Por eso yo lo haré,con toda convicción.Sres.tradicionalistas no todo es "pescado podrido".No quiero ver sus caras de envidia. Tuve la dicha, de presenciar una puesta del "Buque Fantasma" maravillosa.La primera escena trascurre en un AEROPUERTO.Confieso que al principio me sorprendió un poco, pero que va, yo venía muy bien asesorado.Me habian dicho que tenía que entender el mensaje y jugar con la imaginación.Como soy avispado, lo entendí de inmediato, Genial, como no se le ocurrió a nadie, todo era clarísimo.Enterada AMNESTY INTERNATIONAL que éste pobre cristo, giraba por el mundo y tocaba puerto cada siete años, planteó un recurso ante la Corte de la Haya,que indultó al holandés.Eso sí mantuvo la obligación de buscar a su querida.Y que mejor para ello, abandonar el barco y tomarse un avión.Lamentablemente no bien comenzada la función, me sentí mareado y me fuí de la sala.Pero no me importó estaba contento, había recibido el mensaje, que facil era.La única asignatura pendiente fué que no tuve, a pesar de mi inteligencia, capacidad para dirimir, si el holandes viajaba en primera o economica, si pagó el billete en efectivo o tarjeta de crédito.No puedo asegurarlo, pero me parece que viajaba en KLM.Un gran saludo a todos.TRISTANISIMO. |
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Hola Tristianisimo: Yo sigo opinando que donde esté un marinero que sale de las aguas cada 7 años, se quite cualquier otra idea, al fin y al cabo, es la original, la que Él intentó plasmar. Me hace gracia pensar que Senta se tire desde un avión, o se deja atropellar por el avión del Holandés al final del 3º acto; o que la tripulación del Holandés sean azafatas-zombis. La idea tiene su miga, pero es un poco arriesgada,¿no? jeje ¿Y el 2ºacto?¿Qué hacen las mujeres? La idea más graciosa que he oído ha sido que estaban haciendo bici para quitarse los kilos de más. Aunque seguro que esta la supera. ¿Qué diría Wagner?¿Se estaría retorciendo en su tumba como Titurel? |
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Alguna vez en este foro (creo que el hilo se llamaba "Desbarres sobre el Anillo" o algo así) expuse mi particular versión, con los personajes como personajes históricos de Europa y América a lo largo del ciclo (así, un mismo personaje aparecía en sucesivas óperas o actos como Carlos V, el Zar Pedro el grande o el canciller Bismarck, por ejemplo). Me tiraron de todo a la cabeza. Me gusta la fidelidad al autor -no una tradición anquilosada- y la defenderé siempre, pero tampoco me falta algo de sentido del humor. El problema con algunos es que ganan dinero con su bromas indigestas y encima convencen a un sector del público de que hacen arte. Que dibujen comics, filmen películas o escriban sus propias óperas. Saludos. |
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Pues en la Ópera de Munich el coro de hilanderas del Holandés se desarrolla en un gimnasio con todas las muchachas vestidas con chandal haciendo cachas sobre bicicletas sin ruedas. Así lo vi en una fotografía. El posible mensaje político, social o filosófico se me escapa por completo. Reconozco que soy un ignorante. Saludos. |