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Das Rheingold desde Bayreuth |
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Que se ahoguen las ondinas, por Dios. |
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Esto ha ido mejor que ayer,sobre todo por Orquesta y Dirección,y las voces, sin tirar cohetes,pero mejor que las de El Holandés. Saludos |
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Qué pena no poder oír esto con mejor calidad que la de Internet. No me atrevo a juzgar a los cantantes, porque por Internet no me han sonado ninguno bien. Así que me ceñiré a Thielemann. Me ha parecido entre bien y excelente. Entre las excelencias, destacaría las siguientes: 1) Vaya principio de segunda escena. El tema del Walhalla pocas veces ha sonado mejor. Tempo solemne, lento pero sin aburrir. No legato, marcando todas las notas, para aumentar esa solemnidad. ¿Y qué me dicen de las arpas? ¡¡Se oían!! ¡¡Se oían!! ¡Con todo detalle! ¡Qué maravilla! 2) El acompañamiento a Erda ha sido fantástico. Fino, elegante, bello. 3) Los timbales que marcan los estacazos a Fasolt han sonado totalmente realistas. Premio para Thielemann por dar con el tempo correcto. Primero acelerados y luego van frenando, y a un ritmo natural. Odio esos "estacazos" a golpe de metrónomo. 4) La aparición del arcoiris: bellísima. ¡¡Y de nuevo todas las arpas se oían!! 5) Entrada de los dioses en el Walhalla. Un prodigio. Creo que nunca había oído uno tan bueno. Tempo lento, realmente solemne: con ese tempo lento, las tubas pueden marcar cada nota de la frase del tema del arcoiris, y así pueden contrarrestar el enorme peso del resto de los metales, con lo cual no se ahogan en la enorme orquesta (como sucede en la mayoría de las ocasiones). Para quitarse el sombrero. La pomposa "Entrada de los dioses" ha sonado por primera vez digna y solemne. Realmente Thielemann es especialista en quitar esa pompa artificiosa a música de Wagner que, antes de que Thielemann llegara, tenía reputación de "hueca". Pienso, por ejemplo, en esta "Entrada de los dioses" o en la "Marcha de los invitados" del segundo acto de Tannhäuser. Thielemann las ha bordado las dos. Si al menos tuviera unos cantantes que le hicieran justicia... Un saludo. P.D.: Hola, Samuel, Antoni, es bueno ver que seguís al pie del cañón ;-) |
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Samuel, mi primera intención ha sido añadir: "que se ahoguen, pero que ahoguen con ellas a Andrew Shore". Tendría que escarbar mucho en mi memoria para recordar un Alberich peor en una primera escena de Das Rheingold. Después ya no ha sido tan malo, pero no comparto en absoluto el entusiasmo del señor Pérez de Arteaga respecto a este barítono. Otra cuestión: las ristodas amplificadas por medios electrónicos(supongo) en la primera tranformación de Alberich ¿a qué obedecían? ¿y esos extraños yunques en el descenso al Nibelheim? ¿por qué al final de la tercera escena ya no han sonado igual, sino que lo han hecho como los yunques "de toda la vida"? Thielemann me ha gustado, pero no me ha entusiasmado. Quizá esperaba de él algo que no es. Por desgracia, me temo, Thielemann es "el tuerto en el país de los ciegos"; sin duda uno de los mejores directores wagnerianos de hoy en día pero, todavía, muy lejos de los grandes intérpretes que atesoramos en nuestro recuerdo y en nuestra discoteca. Un saludo. Emilio |
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Absolutamente de acuerdo con Germán. Qué dirección. Qué matices. Qué arpas en la escena final. Ya me ha gustado des del principio, con un clarinete magnífico, una frase corta que ha quedado estupenda. Esta clase de directores te hacen redescubrir la obra. |
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Me ha gustado eso de que este director te hace redescubrir la obra. Además, tb me ha gustado Wotan. Yo lo he escuchado desde la Bayern 4 Klassik, que sonaba mejor que la RNE, pero claro, sigue sin ser una buena referencia. Saludos |
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¡Hola, Germán! Hacía mucho tiempo que no sabía de ti, pero ya me ha puesto al día un amigo común, jejeje, ya te contaré... Estoy de acuerdo con lo que dices, aunque creo que Thielemann todavía puede extraer más personalidad y "radicalidad" a su concepto, a veces me suena un poquito blando, no me "arrastra" como otros a los que importaban menos los detalles y más extraer el jugo, el sabor de los distintos momentos. Me gusta por todo lo que cuentas, pero no me llega a entusiasmar; aunque recomiendo una entrevista suya que leí viajando hacia San Lorenzo del Escorial, creo que en Die Zeit: pone cosas muy interesantes sobre Der Ring en general y los motivos en particular (algo así como que no todo, en este aspecto, está justificado en las 15 horas de música). Un abrazo al holandés errante y a los demás... |
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Me sumo a lo dicho por Germán. A mí también me entusiasmó especialmente la entrada en el Walhalla. Me alegro de haber dejado atrás la época Levine. Es una maravilla escuchar a la orquesta del festival en manos de Thielemann. En cuanto a las voces, bastante desastrosas casi todas. Empezando por el Sr. Struckmann, que nunca me ha gustado, ni siquiera en directo en Barcelona. No espero gran cosa de él, la verdad. Los demás, bastante mediocres excepto los gigantes, que se salvan del naufragio, y la señora Fujimura, que me parece de las mejores Erdas de los últimos años. La pareja de nibelungos no ha mejorado gran cosa respecto a los últimos años. Y el trío de ondinas... QUÉ MARAVILLA!!! Rezumaban mediocridad incluso en la lejanía de la última escena. Pero en mi opinión quien se lleva la palma de griterío y mal gusto fue la Freia, que no recuerdo su nombre ni quiero acordarme. Me temo que en las tres jornadas que nos esperan va a mantenerse la misma tónica. Qué pena porque con el nivelazo directorial que tiene este año el anillo, un reparto bueno hubiera elevado esta producción a unas alturas que no se veían desde hace décadas. Saludos |
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Un rápido comentario. Me entusiasmó Thielemann en lo que pude óir, que no fue todo. ¡El descenso al Nibelheim fue tremenndo! Los cantantes, regular, pero mejor de lo que esperaba (a veces es bueno esperar poco o nada). Hasta me gustó Struckmann, a quien he puesto a parir en repetidas ocasiones. A Freia un gigante debió pisarle el callo en el momento del rapto (por los gritos que pegó). Lo que pude oír de Loge no me disgustó. Las ondinas estuvieron a la altura de su cometido: "ralea acuática". Veremos hoy que pasa. Tiemblo ante la perspectiva de tener que soportar el Siegmund de Wottrich... Saludos. |