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Fidelio en Valencia |
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Hola a todos. Alguien hace poco pidió que se hiciera una conversación acerca de las representaciones de Fidelio en el teatro Les Arts de Valencia. Yo todavía no he ido pero algunos amigos sí, y entre ellos está Cesar Rus que como crítico especialista que es, ha publicado este artículo en Las Provincias que me permito reproducir: ************************************************************************** césar rus Beethoveen: Fidelio. W. Meier, P. Seiffert, M. Salminen, J. Uusitalo. Orquestra de la Comunitat Valenciana, Zubin Mehta. Palau de les Arts. 25 de octubre de 2006 CRÍTICA DE música En sólo una noche hemos pasado de no tener prácticamente ninguna representación de ópera a poder presentar una interpretación de la más alta calidad. No es exagerado decir que el nivel ofrecido es digno de cualquier gran teatro de ópera internacional. Cierto es que detrás de este éxito está el trabajo de meses entre especulaciones y críticas, pero a nivel artístico el esfuerzo ha dado sus frutos. Tras el extraño concierto del día nueve, esta era la verdadera presentación de la orquesta de la Comunitat. La agrupación demostró que tiene la calidad suficiente para convertirse en una orquesta del más alto nivel. Cierto es que en la obertura hubo un error de la trompa y que en los acordes sincopados en tutti faltó algo de contundencia, pero en el devenir de la actuación esas imperfecciones se fueron diluyendo culminando en una magistral interpretación de la obertura Leonora nº 3. Por su parte, Mehta ofreció una visón de la obra profunda e intensa, de tiempo algo dilatado pero de gran tensión dramática. El reparto vocal era impecable. Waltraud Meier es una de las más grandes artistas que quien escribe ha visto pisar un escenario. Indudablemente arrastra ciertas imperfecciones vocales que le son inherentes: la dureza de la emisión e imprecisiones en la afinación (también ha perdido algo de volumen), pero no son más que anécdotas en una cantante capaz de encarnar con esa autoridad y credibilidad a Leonora. Sólo ella es capaz de jugar de esa manera con el claroscuro de la voz para enfatizar y subrayar la palabra exacta y jugar con todos los recursos expresivos que la voz permite. Peter Seiffert apareció en el segundo acto con voz poderosa y clara. Al ser un tenor wagneriano lírico puede conferir a Florestán el toque heroico necesario y a la vez cantar la parte con la flexibilidad necesaria. Junto a la Meier consiguió en el dúo del acto segundo alcanzar las más altas cotas interpretativas imaginables. El Rocco de Matti Salminen irradiaba humanidad y calor paternal. Sigue en buen estado vocal. El joven Juha Uusitalo como Don Pizarro hizo gala de poseer una voz fresca, clara y poderosa. La puesta en escena de Pier´Alli demostró cómo se puede ser respetuoso con la obra y a la vez ofrecer una versión moderna e imaginativa. En el acto segundo, gracias al imaginativo juego de proyecciones (no se sabía qué era escenario y qué era imagen), hizo gala de gran creatividad. El Cor de la Generalitat ofreció un buen nivel aunque hay aspectos a mejorar como la dicción y la intención dramática. ************************************************************************* Esta misma mañana le llamé para que me comentara sus impresiones y lo que me ha contado me ha puesto los pelos de punta y me ha hecho estar más deseoso aún de que llegue el día 3, que es cuando voy yo. Saludos. |
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Hola amigos: Os transcribo la crítica aparecida en ?Levante? del estreno de Fidelio. Alfredo Brotons Muñoz. ?Desde la construcción del colosal edificio hasta la programación artística de la primera temporada y lo que se va sabiendo de la segunda, el proyecto del Palau de les Arts resulta muy discutible. La palabra en que probablemente coinciden la mayoría de las criticas es "exceso": exceso arquitectónico, exceso de salas, exceso de .costes, sobrecostes siempre excesivos... En lógica contrapartida, los argumentos suelen destapar las múltiples carencias de la música valenciana que con este proyecto que ahora se pone en marcha ven retardada sine día su subsanación: por no mencionar más que lo que afecta a los conservatorios, su saturación y su falta de medios básicos, de profesorado o de especialidades con gran demanda claman verdaderamente al cielo. Dicho de otro modo: por la magnitud de los presupuestos que compromete,’el nuevo Palau hipoteca el futuro de nuestra música de un modo extraordinariamente peligroso. Pero... pelillos a la mar. Aunque llega con décadas de retraso y su logro ha puesto a todos los profesionales del ramo en pie de guerra por lo poco que se ha contado con ellos, hoy, por fin, ahora si, se ha visto en Valencia una función de ópera en las condiciones materiales y técnicas que, sea por el tiempo que quede dinero en la caja o nos sigan concediendo créditos, en esta especialidad musical nos pone en la primera división mundial. O, por lo menos, con perspectivas fundadas de ascender a ella en un plazo que razonablemente no cabe prever inferior a las cinco temporadas. De momento, el flanco más débil y cuyo fortalecimiento requerirá algo más que moneda fraccionaria lo constituye la orquesta. Por mucho que se diga lo contrario, la realidad es la que es: esta no se cuenta entre las mejores orquestas del mundo, ni mucho menos. A todo estirar, lo podríamos dejar en una prometedora orquesta juvenil; si me apuran, muy prometedora. Con mucho entusiasmo, natural mente, pero con todos los inconvenientes que, inevitablemente y para empezar, comportan la diversa formación y la inexperiencia de sus miembros. En esta inauguración se ha podido calibrar con bastante aproximación la importancia tanto del camino recorrido por esta formación instrumental de nueva planta como del que le queda por recorrer: ni en uno ni en otro sentido, desde luego, menor. En el platillo de los elogios se han por fuerza de situar aciertos individuales de varios músicos en solos comprometidos como los que en Filielio aguardan al oboe y el trompeta solistas o al grupo de trompas. En el de los aspectos en que habrá que seguir buscando mejorar, la necesidad de encontrar una sonoridad internamente uniforme y coherente con las aportaciones procedentes del escenario se antoja urgente. Lástima que "urgente mejora" sea una contradicción en los términos. Salvo por el nivel todavía (insisto) menos estimable de lo que salía del foso, la producción estrenada de Fidelio no puede obtener sino calificaciones muy altas. Hasta el anuncio de la llegada del Gobernador, la escenografía de Pierluigi Pier’ Alli peca de convencional y estática, pero a partir de ese momento va ganando en fuerza. En el segundo acto, la escena del calabozo se resuelve con eficacia y belleza, lo mismo que la del patio aunque con medios diametralmente opuestos. La lectura del libreto es por otro lado muy respetuosa, salvo por: el sesgo reaccionario que con la caracterización del ministro como una especie de Sarastro cobra el mensaje ideológico de una obra tópicamente mblemática de la lucha de la humanidad por la libertad. En cuanto al movimiento escénico, el de los protagonistas se rige por una atención pareja a las exigencias del argumento. Lo único reprochable en este sentido podría ser la tendencia a la opereta de la coreografía de unos soldados que luego tampoco acaban de convencer de sentirse atemorizados por las palabras de su terrible jefe. La dirección de Zubin Mehta acertó por lo general con la cuerda emocional que en cada pasaje correspondía pulsar. El paso de la oscuridad-silencio a la luz-sonido que arrancó del magnífico Cor de la Generalitat en el primer final sería muestra de una regla que tuvo como excepciones la brevedad de los silencios en el dúo de Rocco y Pizarro o el desaprovechamiento del recurso a los trombones siempre. Con todo, los máximos deleites de la función del estreno los proporcionarían los solistas vocales, donde Meier convenció por musicalidad, Seiffert por seguridad y Salminen por la combinación de ambas virtudes. Dentro de un juicio global que no puede ser sino sumamente positivo, la magistral resolución escénica y musical del cuarteto del segundo acto es de aquellos que para cualquier amante del teatro musical compensan de muchos años de espera.? Me despido, que dentro de unas horas me estreno en este palau. Ya tengo ganas de comprobar personalmente que tal es la acústica y cómo ha quedado la sala por dentro. ¡Meier y Salminen en carne y hueso! Es una pena que no pueda verlos actuar en el recital de lied que, junto a Seifert y su mujer darán el día 5.en este mismo lugar. Desgraciadamente, no ha habido coordinación entre los dos palaus y ese mismo día actúa Valery Gergiev en el Palau de la Música con la orquesta del Mariinsky interpretando obras de Shostakovich y Chaikovski y uno no puede partirse en dos. Saludos cordiales. Rex. |
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Hola, amigos: El sábado pasado me estrené en el Palau de les Arts. Años había estado esperando este momento. Valió la pena. Fue algo maravilloso. Solamente acceder al edifico y contemplarlo es un placer estético nada desdeñable, y eso que el trayecto a pie es un poco largo y yo iba con mi muleta. La verdad es que impresiona. Una vez dentro de la sala, la impresión de maravilla sigue. Belleza arquitectónica acompañada del orgullo de ser valenciano y de que en tu tierra se disponga de tal monumento, a pesar de todos los pesares, que también los ha habido y los hay.. Desde mi localidad, la visión es total, del 100 %. La pega es que ocupo la tercera fila y me tapa la cabeza del señor (bastante alto, por cierto) que se sienta delante de mí. Espero que no esté abonado, que si no, me va a hacer la pascua. Esto es un aspecto mejorable, deberían haber colocado más altas las butacas. Por fin, empieza la función. La acústica es DE MARAVILLA. Se oye perfectamente todo, con fuerza y nitidez. Hablé con varios conocidos, que ocupaban posiciones muy diferentes de la mía, y todos coincidieron. Se oye de maravilla estés donde estés, incluso si la visibilidad no es buena. Este tema, el de la visibilidad es el que se tendría que mejorar. En cuanto a la acústica, ya digo que es perfecta. Un amigo mío que ha estado recientemente en Viena me ha dicho que desde su punto de vista (y se trata de una persona que conoce el tema) la acústica de València es aún mejor que la austriaca. Sea como fuere, a mí me satisface plenamente. No os podéis imaginar mi alegría al estrenarme en este auditorio con tres mi mis cantantes wagnerianos favoritos. Salminen, Meier y Seiffert estuvieron geniales. Menudos cantantes. También lo hizo muy bien el resto del elenco, incluyendo el que será el Wotan en el Oro y la Walkiria, J. Uusitalo. A destacar el Cor de la Generalitat, que estuvo soberbio y espectacular. Estamos de suerte con tal agrupación. La orquesta, dirigida `por Mehta, sonó muy bien, cumpliendo con su labor eficazmente. Personalmente, no tengo ningún reparo que hacer, aunque yo no soy especialista y mi opinión es más que relativa. Mi amigo, el entendido, me dijo que es una orquesta muy digna, pero que aún tiene que mejorar. En este aspecto soy muy optimista, ya que hay que tener en cuenta que se trata de una joven agrupación que apenas acaba de empezar. Estoy seguro de q ue irá mejorando paulatinamente, aunque ya digo que a mí me suena muy bien conforme está. En cuanto a la escenografía, tengo que decir que fue estupenda. Todo un ejemplo de cómo utilizar medios modernos, incluyendo el audiovisual informatizado, de una manera no sólo respetuosa para la obra, sino ilustrativa. No es que no molestara a la acción dramática, sino que la potenciaba. En el primer acto la puesta en escena fue bastante estática, con poco movimiento. En el segundo se pudo comprobar lo que dije, la tecnología al servicio del drama. El aria de Florestán (con su terrible ?Gott...?) y la lúgubre música que lo `precede, quedó impresionante acompañado de una solución escenográfica en la que se conjugaba lo virtual y lo real, algo digno de ser visto Resumiendo, que la puesta en escena no era ni acartonada ni apolillada , ni tenía nada que ver con las tomaduras de pelo de los Bieito y compañía. Fue todo un espectáculo, sobre todo en el segundo acto, ya que el primero fue de corte más tradicional. El vestuario era el acorde al tiempo histórico, el siglo XIX. Un nombre a recordar: Pier?Alli, sin duda un buen profesional. Una pega que yo pondría es que sobre el escenario no aparecen sobre títulos, aunque cada espectador dispone de su pantallita delante con el libreto en valenciano, castellano, inglés, francés, alemán, italiano, JAPONÉS y espacio para otro idioma indeterminado. La pena es que si bajas la cabeza para seguir el texto, te pierdes lo que está pasando en el escenario. Nada más. Os animo a venir a València, que ya veréis lo retequechulo que ha quedado el invento. Y si tenéis algún conocido en el Imperio del Sol Naciente, decirle que aquí podrá seguir la ópera en su lengua. Un cordial abrazo. Rex. AVISO A NAVEGANTES: En el mismo periódico, Plácido Domingo, que se encuentra en València con motivo del concurso Operalia para nuevos cantantes, afirma que estaría encantado de cantar Siegmund en la Walkiria y que está deseando actuar en el Palau de les Arts, donde interpretará el papel de Cyrano de Bergerac. A ver si toman nota los organizadores y programan una actuación extra de la primera jornada de la Tetralogía con el cantante madrileño, o se animan a organizar un concierto correspondiente al acto I |
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Hola amigos: Os escaneo la entrevista aparecida en ?Levante? (23-10.06) antes del estreno: Rex. ?EL PROBLEMA ES INTENTAR PARECER MODERNO SIN NADA BAJO LA SUPERFICIE?. Waltraud Meier (Würzburg, Alemania, 1956) encarnará a Leonora, protagonista de la ópera «Fidelio», de Beethoven, con la que el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia inaugurará, el próximo miércoles, su primera temporada. Meier está considerada una de las principales figuras de la lírica europea actual. Alfredo Brotons Muñoz, Valencia ?EL PALAU DE LES ARTS ME HA PARECIDO UN EDIFICIO IMPRESIONANTE? -Es su primera visita a Valencia y, por supuesto, su primera actuación en este teatro. ¿Qué le ha parecido? -Muy impresionante. Además, lo encuentro muy valiente. La forma, la arquitectura... todo tan brillante. Anoche, al acabar el ensayo, vi desde el exterior el maravilloso efecto de este y los demás edificios, con sus luces, todo reflejándose en el agua alrededor, todo por duplicado. Maravilloso. -¿Qué puede decir sobre las condiciones acústicas de la sala? -No mucho todavía, porque todo depende del momento en que se -llene de público. En vacío, durante 10s ensayos, ha funcionado bien, pero sólo a partir del día del estreno se podrá decir algo definitivo. -¿ y sobre la orquesta? -Gente muy agradable, joven y entusiasta. Por supuesto, no están acostumbrados a hacer ópera, de manera que tienen que aprender a escuchar no sólo a los demás instrumentistas, sino también el escenario. Pero me ha parecido muy entusiasmados con el proyecto y con ganas de progresar. -¿Se siente cómoda con el montaje escénico de Pier’ Alli? -Lo mismo que sucede con la acústica de una sala nueva, el resultado de una producción nueva como ésta (en la que, contra lo algunos han creído, lo único que se repite con respecto a la estrenada hace unos meses en Munich es el reparto de los tres personajes principales) sólo puede comprobarse a partir de su estreno. De momento, lo único que puedo decir es que los decorados me gustan y que me he sentido cómoda con el movimiento escénico. ?LOS TIEMPOS DE LA PROVOCACIÓN POR LA PROVOCACIÓN HACE MUCHO QUE PASARON? -¿Qué opina de la moda actual de montajes transgresores? -Para mí lo único que importa es la inteligencia, la capacidad de hacer teatro inteligente, como la han tenido un Patrice Chereau o un Harry Kupfer. El problema viene cuando lo único que se pretende es parecer moderno sin un auténtico contenido teatral bajo la superficie. Entonces se incurre en algo que en realidad es lo más pasado de moda que hay. Los tiempos de épater le bourgeois, de la provocación por la provocación, hoy en día, cuando ya lo hemos visto todo por televisión, hace mucho que pasaron. -Hablando de ?Fidelio)?, ¿no hay una cierta contradicción o al menos paradoja entre la libertad de su personaje y el sometimiento al menos implícito en el subtítulo «El amor conyugal»? -¿Es que el matrimonio niega la libertad?- ¿Es que cuando una puerta se cierra detrás de uno no se le pueden abrir otras delante? Es una nueva libertad, una libertad en un nuevo nivel de desarrollo personal. El matrimonio ofrece unas posibilidades de exploración superiores a las dé la vida en solitario. La persona a tu lado puede abrirte los ojos a nuevas realidades o puntos de vista. Yeso es muy enriquecedor. -Pero Leonora no evoluciona a lo largo de la ópera... -No, claro que no. Su personalidad es demasiado fuerte para eso. Y¡ además, téngase en cuenta que la acción transcurre en un tiempo dramático que no llega a las veinticuatro horas. -¿Qué prima en «Fidelio», el drama personal o el colectivo? -Para mí ambos funcionan y avanzan a la vez, y por eso es una obra tan redondamente acabada. -¿ Y dónde está el punto de conexión entre esos dos mundos? -En los prisioneros, que viven ambos dramas. -¿Cuántas veces ha encarnado a Leonora? -Un número tan grande que no me atrevo ni a calcularlo. -¿Y en cuántas producciones diferentes? -También me es difícil contarlas: doce, quince, veinte tal vez... -¿La mejor? -Una en la que no actuaba yo, sino que vi como espectadora en Ginebra. El escenario era una especie de campo de concentración completamente inundando por una luz brillante que creaba una atmósfera tan opresiva, tan claustrofóbica, que invadía el patio de butacas. Parecía que a quien se le cayera el envoltorio de un caramelo se lo iba a tirotear de inmediato. Cuando volví a casa, dije: «Eso es teatro. Moderno, pero bueno, inteligente. Lo que se quería decir sólo se podía decir así». -¿ Y de aquellas en las que usted ha participado? -Curiosamente, la primera, en Chicago, en 1994, con Barenboiln. Alexander Schulin diseñó como fondo del escenario un muro de estantes repletos de archivos, que recordaba una oficina de la Stasi [policía secreta de la antigua RDA]. Muy inteligente también. ?LEONORA ES LA MUJER MÁS LIBRE QUE PUEDA EXISTIR? A.B.M., Valencia -¿Cuál es su enfoque de Leonora? -Para mi Leonora es la mujer más valiente y libre que pueda existir. Una libertad interior, la libertad con respecto al miedo, la que no depende de las circunstancias externas. Por duras que sean éstas, y a fe que lo son en su caso, ella se siente libre en su pensamiento y en sus opiniones. La cuestión es: si tú te sientes libre, entonces tu vida es libre. Por eso es por lo que admiro tanto a este personaje. -¿Qué le parece la música de "Fidelio?? -Para mi, hay dos planos: el inicial, el del mundo de Marzelline, Jaquino y también Rocco, y luego el que se abre con la llegada de Leonore, momento a partir del cual la obra va ganando en fuerza progresivamente. Mi único problema es con el aria de Rocco, un personaje para mí no tan bueno como se lo suele considerar, sino un oportunista. Pero en su conjunto, por supuesto, es una obra maestra. ?NO SOY NI SOPRANO NI MEZZO? -¿Es usted consciente de lo difícil que resulta definir la tesitura de la voz? -Es que no soy ni soprano ni mezzosoprano, sino algo así como una soprano baja o una mezo alta, en aquel punto intermedio que me hace fácil cantar Kundry (Parsifal) , incluso, Venus (Tannhäuser) , y también Isolda está perfectamente donde yo necesito. -¿Cuáles son los personajes más recientes en su repertorio? -Últimamente he incorporado la Giulietta de Los cuentos de Hofmann (Offenbach) , la Dido de Les Troyens (Berlioz). He hecho tantos en los treinta y tres años de carrera que llevo Pero última-el Lied. -¿Qué le aporta el Lied? -El Lied me encanta por su pureza. También por su fuerza. Desde mi punto de vista, la ópera nunca podrá ser tañ fuerte como el Lied, todo tan concentrado en un par de minutos. Y vocalmente es muy beneficioso para mí, pues me obliga a una precisión técnica que luego me viene muy bien para la ópera. Hace tres años sacrifiqué uno entero de ópera para dedicarme en exclusiva al Lied. -¿ Y qué creé aportar usted al Lied? . -En esto yo creo que hay un malentendido muy difundido, según el cual el Lied es un coto cerrado para especialistas. Por el contrario, yo creo que sólo hay una forma de cantar bien ópera, Lied o lo que sea, y la experiencia que se puede arrastrar de un campo al otro no puede nunca ser más que enriquecedora. Uf! La verdad es que me ha costado un rato, pero ha valido la pena. Espero que os haya interesado su lectura. Rex. |
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Hola amigos: Me alegra que Valencia tenga su teatro, especialmente por uds., los valencianos. Muchas gracias Rex y Tormentas de Invierno por compartir con todos, cosas tan intesantes. Rex, si tenés fotos del teatro, podrías mandármelas por mail? Gracias |
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Rex, no te conozco pero tanto tiempo llevo en estas páginas que eres ya de mi familia. Comparto la opinión de Cecilia y te doy las gracias por tu entrañable relato y por tu esfuerzo en transmitirnos la opinión de Meier. Uno de mis sueños es ver Valencia, ciudad que todavía no he visto y a la que estimo. Un abrazo. |
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Querido Rex: Eres un tío apañao.Muchas gracias por tu crónica del Fidelio y del Palau. Espero que pronto puedas deambular por él sin tu muleta.Todo un detalle por tu parte facilitarnos la entrevista a la Meier.Ha tenido que ser un auténtico lujo asistir a esa representación. Un abrazo. |
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vi el Fidelio el dia 31. esta es mi opinion: magníficos Metha y la orquesta, que es muy joven, pero tiene un brillante porvenir. Soberana y fascinante Waltraud, impactante y dominador Salminen, sobrecogedor "Got!" de Seiffert, buenos los restantes; bien los coros, magnifica iluminación, decorados adecuados a la acción y perfecto vestuario a un hecho "acaecido en Sevilla en el siglo XVIII" (excepto el traje de "Don Mendo" para Pizarro) De orquesta para adentro un nueve de media. EStreno que nos augura un "Oro" y una "Walkyria" brillantes. El edificio... muy grande, muy blanco, muy frio... todavía no hay servicio de avisos, los acomodadores educados y voluntariosos pero muy bisoños aún. El café excelente. DEbo aclarar que me lo temé en una cafetería cercana puesto que NO FUNCIONA aún el servicio de cafeteria. No hay un punto donde tomar un taxi; menos mal que la noche era muy agradable, pero habrá de corregirse cara al invierno. En resumen: un diez a la opera, un seis al ostentoso edificio y un tres corto a los servicios al público. Pero, a pesar de los peros...¡que ganas tenía de ver una ópera en mi tierra! wanfriedval |
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Estimada Cecilia: En http://www.lesarts.com tienes las fotos. Clica en ?imágenes?. Un cordial saludo. Rex. |
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Gracias por tus deseos, apañá. Un abrazo. Rex. |
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Hola, Antón: Yo también te considero de la familia y estaré encantado de conocerte si te pasas por aquí para las representaciones wagnerianas. A mí me pirra Galicia, de hecho pasé la luna de miel (Dios mío, qué cursi que suena!) en tu tierra, de bellos paisajes wagnerianos, como la brumosa desembocadura del Miño, y las escarpadas rías que me hicieron evocar el viaje del maestro por ásperos fiordos noruegos. Cierro los ojos, y me viene a la mente el impresionante conjunto monumental que es Santiago, con la Catedral y las calles medievales que la circundan. Pura belleza. Un fuerte abrazo. Rex. |
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¡ Y que lo digas, amigo mío ! Mis planes dependen de una economía austera y de unas ganas desbordantes. Iré, desde luego, a Valencia, pero en cuanto pueda, será a medio plazo y coindirá con alguna ópera que estime oportuno (que no tiene por que ser wagneriana). Aprovecharé para seguir al Sur, a Málaga, otra ciudad que deseo conocer. Rex, un abrazo muy fuerte. |
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El recinto: Lo excepcional y reciente de su inauguración bien merece dedicar unas líneas a Les Arts. Distinguiré entre envoltorio (aspecto externo del edificio), interior (vestíbulo, pasillos) y Sala propiamente dicha. Poco se puede decir del aspecto exterior del edificio. Ahí están las fotografías: maravilloso, impresionante. El interior ya es otra cosa. El acceso a las distintas localidades es fácil y directo, sin laberintos ni vericuetos, al ser totalmente exteriores las dos escaleras de caracol de y los pasillos de los distintos pisos. Estético-arquitectónicamente queda resultón el vestíbulo con vista a los pasillos de las plantas superiores a modo de balconada (y viceversa), y la profusión de cristal con el blanco del aluminio y del hormigón. Pero, como en muchas ocasiones, lo estético-arquitectónico lucha contra el sentido común. Así por ejemplo: - no hay apenas distancia entre las puertas de acceso desde la calle y las sala propiamente dicha, ni sistema de doble puerta, con lo cual esperar en el vestíbulo es como estar en la calle (lo cual no es nada agradable si la noche es fría); - no hay ni un solo asiento, banco, bancada, taburete, sillón o similar ni en el vestíbulo ni en los pasillos de los pisos altos: todos esperábamos de pie a que se abriesen las puertas de acceso a la Sala (varios espectadores con muletas hubieron de ser acomodados en sillas plegables ?todo a cien?); - el efecto ?tubo? que se crea por lo estrecho y destechado del vestíbulo provoca que las conversaciones de los espectadores en hall y pasillos generen una ensordecedora ola sonora, que hizo del entreacto un sufrimiento (contaminación acústica en estado puro). En cuanto a la Sala, estéticamente no me gustó nada. Esa mezcla de blanco-escayola con azulón-azulejo, esas butacas azul pálido (por cierto, comodísimas), ese techo de plastificado blanco ? ?sala de espera de franquicia odontológica? fue la idea que me vino a la cabeza. Mención especial habrá que hacer sobre el tema de la visibilidad. ¿tiene sentido en el siglo XXI levantar un teatro de nueva planta con sala en horquilla? Desde luego, el diseño de la platea, con adecuada pendiente, es un acierto. Pero crear un teatro con laterales incómodos o inservibles no se justifica. Mi butaca es de primera fila del cuarto piso. No me puedo quejar: la visibilidad es equiparable a la primera fila de tribuna del Real (que está por los 18 euros) o a la primera fila del lateral del quinto piso del Liceo (que está por los 9 euros), con un precio intermedio entre ambas (15 euros). Forzando el cuello, puede dominarse el 60% del escenario. Lo que no tiene nombre es lo de las segundas filas de los laterales: muchos de los asistentes (entre ellos los de segunda fila del primer piso (¡85 euros!) hubieron de seguir la representación de pie). Insisto: no es un problema de lo que hay, sino de lo que se ha hecho haber. Que en un teatro del XIX existan entradas sin visibilidad, es lo que hay. Ahora bien, que se levante un edificio singular con una Sala con laterales inservibles, que venga Calatrava y me lo explique. La acústica desde mi localidad me defraudó: apagada, algo lejana, opaca, ligeramente hueca. Eso sí, no parecía haber espacios muertos acústicamente en la escena: todo lo que se cantaba se oía (menos al Pizarro, vide infra). La función: Respecto a lo musical, mi resumen es que el Fidelio fue de menos a más, con un finale que redimió todos los "peros". La obertura, un desastre. Mehta desangelado y la orquesta en plan charanga. Los números hasta el aria de Leonora, irrelevantes (ni siquiera el cuarteto); el aria de Leonora sólo aceptable; el coro de prisioneros, lánguido. Todo soso, insustancial. Cambio radical en el segundo acto. Desde la introducción del aria de Florestán se notaba que Mehta se había puesto las pilas. Intensísimo cuadro de la cisterna, con los cantantes (excepto Pizarro) dándolo todo. El entusiasmo se desbordó en la sala tras la Leonora 3: bravos, alaridos, espectadores en pie. No compartí tal entusiasmo: la respuesta orquestal (excepto algunos pasajes realmente conseguidos) me pareció muy pobre. Con el ambiente caldeado, el finale fue literalmente apoteósico, de esas cosas que no se olvidan: cantantes, coro y orquesta al máximo y Mehta ofreciéndonos toda la fuerza, brillantez y beethoveeneidad (perdón por el palabro) de la partitura. Justísimo, ahora sí, el enloquecimiento de la parroquia con el último acorde. Por partes, y en mis cortas luces, opino que: - orquesta: lo más flojo de la noche. Cuerda grave paupérrima. Nulo empaste de los metales. Sólo en el finale aquello sonó a Beethoven. - Coro: magnífico. - Inconmensurable Salminen. Es la tercera vez que veo en vivo a este hombre y no pasan por él los años: se echó la obra a los hombros y dejó a los demás en un segundo nivel. - Flojeó la Meier en el aria: faltó apoyo en los graves, patinó en las agilidades, caló el agudo final. Pero llenó la escena en todas sus intervenciones. Excepcional en el cuadro de la cisterna. Lideró el finale como sólo una grande podría hacerlo. - Me esperaba menos de Seiffert y me dejó boquiabierto: potente, ágil, seguro. - La decepción fue Uusitalo: totalmente áfono: inaudible por arriba, por abajo y por el centro. Como su Wotan esté a ese nivel, el Valenci-anillo se aventura desastre. - Mehta: el triunfador de la noche en el aplaudímetro. Sopor en el primer acto y fuerza, intensidad y brillo en el segundo. Deslumbrante en el finale, arrastrando a solistas, coro, orquesta y público al delirio. La escena: no molestó en el primer acto y ayudó e interesó (proyecciones virtuales) en el segundo. Saludos. |
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Estoy bastante de acuerdo con Pepe Ferrándiz, especialmente en lo que cuenta sobre la diferencia de calidad entre el primer y segundo acto de Fidelio, y sobre todo en los problemas de acústica. No creo que mi localidad (primera fila de primer piso en un lateral) sea como para tener problemas relacionados con mi ubicación, así que lo atribuyo a la sala en general. Las paredes de trencadís son lo peor para la acústica de una sala, según los entendidos en el tema, y el material del techo tampoco parece pensado con esos fines. El resultado es un sonido sin cuerpo, frío, apagado. Se escucha todo con claridad, eso sí, pero con unos timbres paupérrimos que le hacen a uno desear una buena grabación en vez del sonido en vivo (en ninguna sala me había pasado esto). Lamento no expresarme con las palabras técnicas adecuadas, pero supongo que me explico. Confío que se apliquen correcciones acústicas en un futuro próximo, aunque sea en detrimento de la idea estética visual del arquitecto, porque es una pena que un logro tan redondo en otros aspectos falle tan absurdamente en un aspecto esencial. |