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Los grandes momentos de la vida |
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A nuestro querido forero Antón: A estas horas nuestro amigo debe estar disfrutando del 2º acto del Tannhäusser en Bilbao, escuchando a Gambill, Denoke y compañía. Es tanto el placer que debe sentir que a varios cientos de kilómetros se me ha traspasado. Por ti Antón, por que recuerdes siempre esta tu primera representación wagneriana va mi botella de vino de esta noche. Viva el placer de los sentidos, tanto de los de Narciso como de los de Goldmundo! Un abrazo, Mario. |
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Me apunto a tu brindis querido Mario Rafael, y aunque mi edad es un inconveniente para beber, dejaré que usted brinde por los dos. En este foro nos pelearemos, nos tergiversaremos y nos enfadaremos mutuamente, pero en el fondo, tenemos todos una buena onda que ningún otro foro tiene. Brindo por que "Antonhauser" disfrute en su primera velada wagneriana, y pueda recordarla por siempre como todos recordamos nuestra primera función operística, porque al fin y al cabo, los grandes momentos de la vida son los más sencillos y hermosos. Y segundo, brindo por todos los foreros habituales que también tienen el honor y la libertad de poder asistir a tantas representaciones a lo largo de sus vidas, y enorgullecen este foro con sus sabidurías. ¡Viva el placer de los sentidos! Vuestro: Rai |
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Vaya, que sorpresa me habéis dado, Mario y Rai, que te has apuntado al brindis. La verdad es que he vivido momentos de una intensidad emocional difíciles de describir. Y justo en ese momento, en el que escribías, solo estábamos Wagner y yo en el universo. Me despertaron las luces y los aplausos. Pues bien, GRACIAS y el próximo brindis, Mario, será en persona. Un abrazo. |
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Antón, mi vino siempre estará preparado para un amigo wagneriano. |
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Hola Antón, Yo también me uno a la fiesta emocional de tu bautizo. La primera vez no importa tanto si la dirección fue buena, los cantantes excelsos o la escenografía "adecuada". Lo único que importará será que fue la primera vez. Y que no sea la última. Saludos |
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Así lo creo, Merlín, Gracias. |
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Bien, los grandes momentos de la vida. Voy a contaros una anécdota sucedida en el Euskalduna. Salimos mi mujer y yo a los pasillos al finalizar la obra y nos juntamos con dos amigos wagnerianos (omito ahora sus nombres, quizá no quieran ser aludidos). En seguida nos dimos cuenta que todo estaba vacío y llegamos a pensar donde rayos se metió la gente. Uno de mis nuevos conocidos comentó que estaban cerradas las puertas y que estaría la gente secuestrada, jejeje. Fué divertido, ¿verdad, x?. ¡Cómo diablos se largó la gente a tanta velocidad! A esto le llamo aburrimiento. La gente en Bilbao va a la ópera porque hay que dejarse ver, y mejor un bel canto que una aburrida sesión de drama alemán. Fué encender las luces y...¡pies, para que os quiero!. Mis nuevos amigos y nosotros quedamos solos, extrañados y con la impresión de que era verdad lo de los sucesos paranormales. Un abrazo. |
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Cuenta Solti en sus Memorias que durante sus primeros años en Chicago, el público salía a toda prisa al finalizar cada concierto. Él se dirigía a su concertino y bromeaba diciendo ¡Fuego!, ¡Fuego!. Efectivamente no se encuentran excesivos wagnerianos entre los miembros de la ABAO de Bilbao. De hecho, según me informa algún conocido de esa asociación, es muy frecuente que se deshagan de las entradas en los casos en que se programa Wagner. Durante la representación, me encontraba en la fila 3, escuché varias veces la palabra tijera, en clara alusión al tiempo excesivo que según su criterio duraban los actos. Desgraciadamente hay teatros en que la ópera se concibe mayoritariamente como un espectáculo de alterne social en lugar de musical. Claros representantes son el Euskalduna y el Teatro Real. Todos recordamos espectáculos de este último donde era imposible conseguir entradas y durante la función había gran número de butacas vacías. La solución, supongo, pasa por escribir en las revistas que además de lucirse en la ópera también es posible disfrutar del espectáculo, verbigracia, el Real se puede disfrutar no sólo tomando jamón ibérico durante los entreactos. Además nos evitaríamos ver como se aplauden fervorosamente funciones de medio pelo (ésto último no va sólo por el Real). Un abrazo, Mario Rafael. |
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Tengo pocos elementos de juicio sobre la fauna alternante en el Euskalduna (las tres o cuatro veces que he estado no me he molestado en fijarme), pero el caso de Madrid me parece distinto: lamentablemete lo del jamón (ibérico o no, desconozco el dato) y el alterne trajeado en el Teatro Real, es lo de menos. Eso representa sólo una pequeña minoría del público --algo del patio de butacas, ciertos palcos de primer piso--, y no es una minoría demasiado preocupante. El gran problema es que los aficionados de toda la vida somos pocos y estamos diluidos entre los diferentes turnos, y la masa normal de asistentes se compone principalmente de gente que, por una u otra razón, no tiene idea de lo que está viendo y escuchando. Ni las malas funciones se penalizan como debieran, ni las buenas --aunque escasas-- se premian como merecen. Todo queda en un aplauso grisáceo, cortés y desangelado, no en un "apluso fervoroso" como usted sugería, don Mario, y sólo en los recitales de relumbrón se observa cierto entusiasmo. Como en Bilbao, cada vez que hay un título que se sale del corpus verdiano, verista o belcantista, se escuchan toda suerte de comentarios sobre lo horrible que es Wagner o Strauss, lo aburrido que es el barroco, lo innecesario que es programar nada del siglo XX o producir óperas contemporáneas, y en el Teatro y la Asociación de Amigos de la Ópera se recibe un aluvión de devoluciones. Si por ellos fuera, todo quedaría en reponer incensantemente las obras de Verdi, Puccini, Bellini, Donizetti, Rossini, Bizet, Mascagni o Leoncavallo, a lo sumo algún Mozart poco molesto, que hay que programar como las obras de cualquier otro compositor, pero que no se deben tomar como lo único que se ha de ver sobre las tablas del Real. La solución pasa por educar al público. Esto no es ni sencillo ni se puede lograr a corto plazo. Contando con las temporadas del Teatro de la Zarzuela, la ópera en Madrid en la época posterior a 1925 (cierre del Teatro Real) tiene sólo unos cuarenta años. El público no tiene apenas tradición, como pasa por ejemplo en el Liceo de Barcelona, donde la actual generación representa a los nietos, bisnietos y tataranietos de los primeros aficionados: la ópera como tradición se ha heredado con continuidad de padres a hijos durante más de un siglo y es algo que los liceístas sienten como propio, como parte de su legado cultural. La ABAO es, hasta donde yo sé, una asociación de tradición italiana principalmente, donde siempre se han cuidado mucho los repartos, intentando llevar a Bilbao los mejores cantantes disponibles, aunque nunca han tenido tanta suerte con los conjuntos orquestales y sólo algo más con los corales. Las obras menos trilladas, entre las que lamentablemente se encuentran las de Wagner, son una asignatura pendiente que deberán tratar de superar. Eso sí, con un local tan espantoso acústicamente como el palacio Euskalduna, lo tienen difícil, y más les valiera volver al teatro Arriaga. Un saludo, Der Niblungen Herr |
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Yo creo que en Bilbao hay de todo, como en todos lados. Precisamente conocía a Juan Carlos Matellanes, que es el presidente de la ABAO el año pasado en Bayreuth y este mismo año me lo volví a encontrar en el Escorial en el Sigfrido. No sé por qué pero es más fácil para los ignorantes hacerse notar que para los entendidos. saludos. |
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Celebro que estemos de acuerdo en lo esencial. Además ya veo que la mala acústica del Euskalduna empieza a ser famosa. De todas formas, seguro que Winterstürme podría ilustrarnos acerca del tema, considero que se puede corregir con intervenciones técnicas no demasiado complicadas y poco agresivas para la estética. A fin de cuentas sólo intentamos conseguir que en un teatro se vea y se oiga, algo ya resuelto hace un par de milenios, hoy lamentablemente olvidado. Y siguiendo con el tema, Niblungen Herr, si al Real le sacamos el patio de butacas, el palco real y ciertos palcos del primer piso me parece que nos quedamos con un número de localidades con visibilidad similar al número de wagnerianos que existían entre los australopitecos, permítaseme la expresión. Ma con licenza del gran padre Dante, concedeteme voi, l’atenuante. Saludos a todos, Mario Rafael. |
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Estimado Mario: No creo sinceramente que la acústica del Euskalduna tenga arreglo. Simplemente la sala es demasiado grande y el sonido se pierde. Eso no hay quién lo arregle ni con paneles donde reboten las ondas sonoras, ni mucho menos como se ha intentado: con un infame sistema de megafonía (la muerte de la ópera). La estética ha de ser secundaria cuando se trate de construir un nuevo recinto para la música. Mire la excelente Philharmonie de Berlín, para mí la mejor sala de conciertos del mundo, que cumple los dos preceptos: 1) goza de una acústica absolutamente prodigiosa y 2) se ve desde todas las localidades. Cada un tendrá su gusto personal, pero además la estética me gusta... pero eso es lo de menos. Y ahora tome el caso del Euskalduna o el Palau de les Arts de Valencia: hay localidades con visibilidad reducida (en Bilbao simplemente ocurre que ves el escenario tamaño sello de correos, porque está a cientos de metros) y la acústica es en el primer caso horrorosa, y en el segundo mala en ciertas zonas. La estética será maravillosa en ambos casos, pero son salas que no cumplen la función que deberían. Hablando del Real, no estoy de acuerdo con lo que dice usted sobre la visibilidad. Es bien cierto que, como teatro del XVIII, la visibilidad es un espanto en general. Pero si quitamos palcos de primer piso centrados, palco real (vacío sin remedio en el 100% de las funciones, ocupando una altura de dos pisos) y patio de butacas, aún quedan muchas localidades buenas: toda la zona central del inmenso Paraíso, los palcos del segundo y tercer pisos centrados, toda la zona de butacas y sillas de principal del tercero, y la platea detrás del patio de butacas. Son muchas localidades más de las que usted enumera, pero ya le digo que es cierto que la visibilidad es mala. Claro, es un teatro de herradura de hace 200 años, no uno construido AYER. :-D ¿Ve la diferencia? En Madrid se debió haber construido un teatro moderno y haber dejado el Real como sala de conciertos, aunque visto lo visto a lo mejor así ha resultado mejor: al fin y al cabo la visibilidad será mala, pero la acústica del Real es, sinceramente, estupenda. En fin, yo también creo que estamos de acuerdo en lo esencial y agradezco su cita al inmenso Dante. Hoy se lee tan poco la "Divina comedia"... Un saludo, Der Niblungen Herr |
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Caro Der Niblungen Herr: Completamente de acuerdo, la sala de Philarmonie de Berlín es sencillamente formidable en todos los aspectos, especialmente en su acústica.- Me ha resultado siempre increíble, que con la tradición cultural de Buenos Aires, se carezca todavía de una sala de conciertos y la mayoría, salvo los del Colón, merezcan salas totalmente inadecuadas para esa disciplina.Sobra el espacio para hacerla, pero es como predicar en el desierto, para colmo, se ha cerrado el Colón por refacciones, las representaciones se realizan en un estadio de box. Lamentable.- Creo que nuestro amigo Mario, en su cita del gran Dante, desea evocar al avispado Gianni Schichi.- Un abrazo Tristanisimo |
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Estimado Niblungen Herr: No sólo en lo esencial, creo que sobre este tema estamos de acuerdo hasta en los más mínimos detalles. Suscribo cada palabra de tu opinión sobre el Euskalduna. Mis propuestas de mejora eran, sólo eso, unos cuidados paliativos. Con el Real tengo una historia de desazón, vergüenza e impotencia que, lamentablemente, no puedo contar aquí sin sacar a la luz funestas acciones de otras personas. Créeme que me cuesta mucho callarme. Tristanísimo ha descubierto mi cita. Dada la hora a la que escribí mi anterior mensaje debí saltarme una frase, ahora si que es el momento, "se stasera vi siete divertiti". Algún día que disponga de tiempo contaré, para los que no la conozcan la asociación: Dante - Erasmo - Wagner - Holbein. En cierto modo siempre me recuerda al Enigma de Edward Fitzgerald, relatado por Borges, historia tremendamente adictiva que me llevó a visitar los lugares donde los tres presuntos amigos (Omar Khayyan, Hassan ben Sabbah y y Nizam ul-Mulk) vivieron. La vida de los dos primeros es inquietante. Sólo una cosa más, me viene a la mente al hablar de Oriente Próximo el magnífico teatro romano de Bosra, el mejor conservado del mundo, en el sur de Siria, cerca de la frontera de Jordania. La prueba de como se escuchan los susurros de la escena desde la última grada es reveladora de la sensatez del mundo antiguo contra la construcción del absurdo actual. Saludos, Baco me llama, debo salir a galope tendido. |
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En general, tanto en Donosti como en Bilbao Wagner gusta poco, por ello se programa poco, en San Sebastián es dificil encontrar a alguien que no se espante ante cualquiera de sus obras, claro está hay excepciones, honrosas y meritorias,los conciertos de la quincena atienden más a nombres que a obras, esto es un rasgo casi de caracter sicológico, sin animo de ofender, aunque yo soy Guipuzcuano, todos sabemos de "pasta" són los melómanos Donostiarras. Con respecto a la acústica, cuando yo he estado en el euskalduna no he visto altavoz alguno, cerca del escenario la acústica no es mala, pero si es cierto que no es sala para óperas, el arquitecto seguramente no sabe de acústica o bien pensaba que allí solo iba a ver congresos médicos o políticos, con respecto al Kursal todo es un desatino. Cambio la visibilidad por la acústica una y mil veces, prefiero ver una colunna en el real y escuchar que no ver arquitectura borracha y oir ecos. Cuidense y si alguien quiere ser o ya es arquitecto, por favor estudien acústica. |
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Caro Mario: Superas todo lo visto a la fecha, "desazón", "verguenza", "impotencia", "funestas acciones".Ni en la vida real abandonas los roles operísticos.Toda mi admiración para tí.- Me haces acordar a la Callas cantando el belliniano Il Pirata en la Scala, al llegar a la frase de la última escena "Ah, vedete il palco funesto!", se dirigía, con gran beneplácito y rugidos del publico, al que ocupaba Antonio Ghiringhelli, intendente del teatro, con el que mantenía un encarnizado contencioso (en la lengua de Dante, "palco", además de la correspondiente localidad teatral, significa también "patíbulo". Un abrazo Tristanisimo |
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Estimado mefisto: Si no has visto los altavoces, o los han quitado (improbable), o no has mirado hacia arriba: dos torres enormes, así como de Bilbao ellas, compuestas de varios bafles tamaño elefante cuelgan de sendos postes a ambos lados del escenario. Desde arriba recuerdo que aún se oía como lejos pese a los altavoces. En el patio de butacas (tras el primer acto del "Ocaso" allí no quedaron más que las ratas y unos cuantos sufridos wagnerianos, y descendí de las alturas) recuerdo el sonido por triplicado: 1) sonido directo de escena y foso, 2) emisión sonora de los bafles y 3)rebote en la sala. Vamos, espléndida acústica. Como bien dices, si un arquitecto no sabe de acústica, a poca honrilla profesional que tenga, debe abstenerse de proyectar salas para música. Vamos, digo yo. Y yo también prefiero oír bien a ver bien, pero tiene castigo que en una sala nueva se deba elegir entre uno u otro. Un saludo, Der Niblungen Herr |
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Quizá la única propuesta viable de mejora del Euskalduna pase o por no usarlo para la ópera, o directamente por volarlo y construir una sala como está mandado. O si no, el teatro Arriaga será más pequeño, pero era una sala mucho más digna. Lástima que no pueda contarla, porque adoro las historias truculentas sobre el Teatro Real. Personalmente, ya tengo una colección amplia de sucedidos de diversa gravedad, acontecidos a amigos o a mí mismo. No crea, ha mejorado mucho: al principio nos trataban incluso peor. Esa cuádruple asociación de nombres excita mi imaginación sobremanera. Apunto su recomendación borgiana. No conocía ese relato, pero ya lo he localizado. ¡Gracias! Un saludo, Der Niblungen Herr |
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Seguramente tengás razón, puesto que lo has visto, es verdad que no es un escenario correcto, pero todos sabemos que estos edificios son más publicidad que utilidad pública, pero ese es otro debate, con respecto a los conocimientos de acústica de los arquitectos parecen ser nulos, como decía un profesor mio de física; un arquitecto es aquel que no es lo suficientemente listo para ser ingeniero, ni lo suficientemente marico... para ser diseñador. Bueno esto último es solo un chiste, por que yo moriría por ser Norman Foster (pero sin la Ochoa) Un saludo .. |
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Jajajaja, mefisto, lo que decía tu profesor no lo había escuchado nunca. He de reconocer que me hace gracia. También yo lo tomo como un chiste, no conviene herir susceptibilidades. Saludos, Mario Rafael. |