Yo creo que una representación del Tannhäuser en el Liceu o en cualquier otro escenario siempre vale la pena.
Puede decirse que el hecho que el papel protagonista se lo partan dos de los principales tenores wagnerianos del momento, que no heldentenores -Peter Seiffert y Robert Gambill- incrementa su interés, pese a no ser necesariamente una garantía. En todo caso, está al nivel de los primeros teatros del mundo.
Otra baza sería la dirección del que pronto dejará de ser el titular de la orquesta del Liceu, Sebastian Weigle. De lo mejor que ha pisado nuestro teatro desde que tengo uso de memoria...!
Respecto a la producción ya veremos lo que el destino (o el iluminado de turno)nos depara. A juzgar por lo que hasta ahora nos ha deparado, la cosa no invita al optimismo, pero, en todo caso, no hemos de adelantar juicios.
Un saludo.
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