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Liceu, Rijkaard y Ronaldinho |
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Ya se sabe ?el ?ya? es al menos para mí, que no lo sabía-, más o menos, lo que nos deparará el Holandés del Liceu. Como no podía ser de otra manera, el director Rigola nos avanza la ópera al siglo XXI. No opinaré ante quem pero me gustaría alguna vez que no hubiera tantos adelantos. Parece ser que no habrá ni acantilado ni playa ni ná de ná. Afortunadamente hay barco, pero también hay fábrica de conservas, supongo que moderna y ultratecnológica (Mein Got!). Que curiosidad tengo por ver a las hilanderas, el botellón que se anuncia como fin de fiesta, etc. Y de dónde salen esas ganas por cambiar las cosas? Ahora no quiero que muera Kundry, pero sí quiero matar al Holandés. No es una crítica, es una reflexión. Un Mito se caracteriza por su imteporalidad Un Mito no tiene historia Un Mito no evoluciona Merlín, crador de mitos PD: No conseguirán que deje de ir, ni aunque me avancen que Rijkaard hará de Holandés y Senta será Ronaldinho El enlace http://www.lavanguardia.es/gen/20070329/51319006823/noticias/rigola-debuta-en-la-opera-como-director-de-escena-de-el-holandes-errante-wagner-richard-wagner-teatre-lliure-alex-rigola-barcelona-liceu-teatro-real.html |
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"Rigola, que ha expresado reiteradamente su "satisfacción inmensa" por su primera experiencia operística, ha confesado que no tenía miedo de afrontar este debut lírico con todo un Wagner, aunque sea de su etapa inicial. "Cocinar con buenos productos es lo mejor que te puede pasar, si bien -matiza-, si todo el mundo sabe que tienes las mejores hortalizas, te van a exigir que hagas la mejor de las ensaladas". Siempre pensé que algunos "miedos" son necesarios... Pero bueno, siguiendo su dudosa metáfora, ¿cuándo se enterarán estos señores de que la ensalada ya está perfectamente cocinada, que ellos lo más que tienen es que emplatarla, y que, si al emplatarla, le quitan el aderezo o le añaden otros productos que se dan de bofetadas con el sabor y la textura del original, la espifian? Pero bueno hay a quien le gustan les fabes con mermelada, roquefort y unas gotitas de cointreau... En fin, me guardaré la críticas de lo que ha hecho este señor sobre el escenario, para después de haber visto la nueva producción perpetrada por el Liceu (después del Don Carlos último, se puede esperar cualquier cosa). Pero sus palabras previas no dejan entrever nada ni nuevo, ni bueno: "El director teatral justifica estos cambios porque "El holandés errante" "no sólo es una leyenda antigua, sino, sobre todo, una tragedia sobre la alienación, que es parte también de nuestro mundo". ¡Bien! Eso de que el Holandés sea "sobre todo" "una tragedia sobre la alienación" (que está muy en la línea de Kupfer pero muy poco en la de Wagner que escribió bastante sobre el tema) puede ser, si me apuran, hasta discutible. Pero que se nos siga tratando a los espectadores de incultos o imbéciles, ya que, si no nos sitúan la obra en nuestras coordenadas temporales no la podremos captar, ya pasa de castaño a oscuro. En fin, escucharemos la interpretación del maestro Weigle, y en su música reconocermos a Wagner, pq me temo que en el escenario lo vamos a tener crudo. |
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"En opinión de Titus, "ese giro realista que se ha dado a la ópera de Wagner ha condicionado también el final, en el que no hay una redención del protagonista, sino su suicidio". La dramaturgia de Rigola pretende subrayar la obstinación de los personajes, Senta, Daland y Erik, por desear lo que sobrepasa los límites de su realidad. Lo dicho, toman a los espectadores por incultos y/o imbéciles. Y, para que lo veamos todo clarito, nos cuentan otra historia que no tiene nada que ver con la original que, para más inri, Wagner explicó hasta el más mínimo detalle. Mago Merlín, no des ideas a los del Liceu y Cía con de le Rijkaard y Ronaldinho, que ya con lo que tenemos vamos bien... |
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estimados merlin y fatima: constato una vez mas en este prestigiado foro que los operaticos del tipo conservador son los mas, temen y huyen de todo lo que no sea expresion sacra de la obra wagneriana, se espantan de la mas minima lectura que se pueda hacer a alguna de sus obras apartandose un milimetro de lo que EL dejo estipulado, se beneficia asi una vision unidireccional de su arte sin permitir que su legado sea permeable a la evolucion estetica e historica de los procesos artisticos, por supuesto que los mitos son atemporales y eso los hace basicamente dinamicos ya que basicamente no "son" sino que "representan" y eso nos impulsa a oir su voz en el eco de nuestro presente, en varios hilos anteriores se ha discutido sobre los mal llamados experimentos escenicos y todos estamos de acuerdo que aqui la gratuidad en la eleccion de simbolos y signos no cabe, pero estemos atentos a saber distinguir la paja del trigo y sepamos ver cuando una concepcion escenica apartada de lo tradicional (y por lo tradicional a veces, decadente) es un real aporte a la natural evolucion y dinamica de la escena contemporanea, wagner fue un adelantado, no nos neguemos a que su aporte al teatro y la musica no se estanquen en un periodo determinado y dejemos que su vision nos trascienda. saludos a todos. K. |
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Mire, Sr. Kleinzack, yo que en su día admiré el Anillo del Centenario y hoy sigo admirando el Tristán de Müller, por poner dos ejemplos claritos, no le admito a Ud. que me diga que "temo o huyo de todo lo que no sea expresión sacra de la obra wagneriana", primero pq es mentira pero, sobre todo, pq me emoieza a aburrir el que por expresar mi opinión, sin personalizar en ningún momento, ni señalar con el dedo (que de chica me dijeron que estaba muy feo) a quien sé que piensa de manera diferente a la mía en este foro, se me achaquen, personalizando, etiquetas que me son ajenas, y aunque no lo fueran. Mire Ud., a mí que un fantasma se suicide (que ya tiene o suyo), en algunos casos hasta me haría gracia (incluso ilusión -pero esto no necesariamente en una obra teatral-), pero en éste no tiene pies ni cabeza: ¡pobre Holandés! ¡Si hubiera podido suicidarse antes, los siglos de sufrimiento que se habría ahorrado! Lo malo es que Wagner tb se habría ahorrado la obra... Si a Ud. le parece que algo así evidencia "una evolución estética e histórica de los procesos artísticos", pues lo argumenta, lo defiende y no se le va a juzgar por ello; en todo caso, y para eso es un foro, se le darán argumentos distintos. Así que le ruego que no me juzgue a mí, ni a ningún otro compañero. Yo distingo entre representaciones coherentes y que me transmitan la obra que su autor creó (tradicionales o no) de las que no lo son. Y creo que tengo derecho a expresarlo sin exponerme a que me digan que huyo de o que temo nosequé, pq me parece, entre otras cosas, una falta de respeto considerable. Saludos |
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Solo un apunte: creo que no hace falta cambiar nada en relación a lo estipulado por un autor en su obra (sobre todo si esta obra es de carácter mítico) para que cada generación sucesiva haga sus própias interpretaciones de esta en cada una de sus representaciones; y si alguien necesita cambios escénicos (o más allá) para poder reinterpetar una obra, es que simplemente nos hemos vuelto tontos. Puedo leer el Edipo de Sófocles sin que me venga un sabelotodo y m diga lo que tengo que entender, puedo hacer mi propia lectura de este con mi propia interpretación sin necesidad de cambiar ni una sola palabra o escena alguna. No necesito que Edipo luche con una arma laser para entender que este podría representar la lucha del ser humano contra su destino. Me gusta la definicion de mito de nuestro amigo Merlín, la encuentro exacta. El mito no necesita cambios en su estética para estar vivo en qualuier época. Y por que no decirlo... NO es nuetro para que lo cambiemos como queramos, entendámoslo como podamos, pero respetemos la esncia. En relacion al miedo a la modernidad, en mi caso no lo llamaria miedo... lo llamaría de otra manera... parece ser que hoy en día qualquier "genio" solo puede mostrar su valia "redescubriendo" lo que han hecho otros... es que no pueden hacer nada más... |
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¡Bravo Fátima! 100% de acuerdo contigo. R. |
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Muy bueno su discurso, wagneriano Kleinzack, si lo apreciamos desde una perspectiva propagandística al mas puro estilo Goebbels. Si no recuerdo mal esta producción del Holandés se estrena el miércoles. No se haga ilusiones antes de tiempo. Saludos |
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Aquí no son mayoría los wagnerianos de tipo conservador: aquí son mayoría los wagnerianos que conocen las obras y que dominan la materia. este señor pensó primero ambientar la ópera ¡en el espacio!, ennplan "2001 una odisea espacial", luego en no sé donde. Vamos, imagínense cómo domina este señor la obra: ni rastro de las olas, ni del viento, ni de la lucha contra el medio, no de las tempestades... Que no tiene ni idea de las obra ni de cómose interioriza una ópera, vamos. |
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No estoy satisfecho con lo que escrito, así que añado una post data: me refiero a que todo lo que está en la partitura, todo lo que se siente, estaría ausente en la concepción original de este señor. No se puede hacer una ópera contra la música. |
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No creo que se trate de una cuestión de modernidad versus conservadurismo, sino de honestidad artística. El problema, en general, es si el intérprete (cantante, instrumentista, director, escenógrafo, etc.) sirve a la obra, al artista o si se sirve de la obra del artista para sus propios fines (fama, éxito...). Y ello conlleva que todo aquel que se ha hecho un nombre se apunta a todo. Creo que lo honesto es que cuando se conoce algo porque se ha vivido, practicado, estudiado y asimilado, es entonces cuando, quizás, se tiene algo que decir. Lo que sucede muchas veces es justo lo contrario. Cualquiera que se ha hecho un nombre por lo que sea -lo que se ha venido a denominar "ser mediático"- se apunta a todo aquello que su situación social y/o profesional le permite. Así, nos encontramos con que muchos que no tienen ni idea de lo que significa o representa la obra y el creador que la hizo, se embarcan en ella porque "toca" y "queda bien". Un caso paradigmático de esta tendencia es el de Christof Schlingenshief, director del actual Parsifal de Bayreuth. La producción es el bodrio teatral -no únicamente operístico- que nunca jamás he visto (se desarrolla en África, con ceremonia budú inclusive). Pues el tal individuo,declaró que la ópera no le interesaba lo más mínimo y que nada sabía de Wagner. ¿Se puede entender que a un tal sujeto se le encomiende ni más ni menos que dirigir un Parsifal? No obstante, para mí, lo peor es pensar cuánta gente, cuánto profesional en las orquestas, coros y solistas, que se habrá pasado años y años de duro estudio, práctica y ensayo -en definitiva, sacrificio- ha de ver que su trabajo queda supeditado a los caprichos del frívolo de turno, que no tiene ni idea de lo que se representa, y cuya única obsesión es que se hable de él a cualquier precio. Me pregunto, ¿qué pensarán? Saludos. |
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Perdón,volviendo al tema del Holandés, me he olvidado decir que, lamentablemente es esta la tendencia que impera. El año pasado en la ópera de Munich anunciaban un Holandés y se exhibían fotos de la producción. Únicamente os diré que la escena de las hilanderas se desarrollaba en un gimnasio y las hilanderas eran gimnastas pijas que vestían "majots" y pedaleaban en bicicletas estáticas. Saludos |
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"me refiero a que todo lo que está en la partitura, todo lo que se siente, estaría ausente en la concepción original de este señor. No se puede hacer una ópera contra la música." En la partitura y en en el libreto pq unidos forman la obra que se termina de completar con una escenografía que les sea fiel y coherente. Si el fantasma puede suicidarse qué sentido tiene que en su primer monólogo diga precisamente: "¡En ninguna parte una tumba! ¡Jamás la muerte! Ésta es la terrible sentencia de mi condena." Para el Holandés (como para Kundry, por cierto) la vida es condena y la muerte liberación. Liberación que, por fin, se consigue gracias al amor sin fisuras y sin preguntas de Senta(a diferencia de el de Elsa, por lo que Lohengrin fracasará), que es el único capaz de redimir; un amor que yo creo que está muy lejos de una histeria quinceañera hacia el último ídolo de masas, como piensa este señor. No sé, pero creo que cuando no se entiende o se es incapaz de sentir algo que a todas luces desborda, a lo mejor, habría que dedicarse a poner en escena otro tipo de obras. Saludos |
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Caro Kleinzack: Siempre he sostenido, que debemos releer nuestras ponencias, antes de hacerlas efectivas.Aprecio en tu mensaje que no lo has tenido en cuenta.- "Este prestigiado foro" en tus palabras, no sería tal, sin elementales reglas de respeto y gentileza .Nadie puede arrogarse el derecho de imponerle a otros, como debe ubicarse frente a un hecho artístico. Cada cual lo hace conforme su sentido estético, y así debemos aceptarlo.- Nuestra Fátima, ha expresado en forma pormenorizada y con profusa argumentación, que es la suya, su posición con respecto a la puesta escénica del Buque Fantasma.No creo que por ello, merezca calificativos desconsiderados de tu parte.- Descarto, que tu intención fuera la ofensa, pero que respuesta pensabas obtener, si descalificas a "priori" a los demás, en lugar de argumentar lo que crees corresponde, conforme a tu pensamiento.- No dejas lugar a la polémica ni al intercambio de ideas.- En nuestro foro, existen divergentes opiniones con respecto a las escenografías wagnerianas, lo que estimo muy ponderable.En este caso se critica a alguien, que de acuerdo a lo expresado, sirve a su persona y no al compositor.- No observo en tu misiva, como hubiera correspondido, ningún argumento en defensa de la propuesta de éste escenógrafo, conforme la descripción que nos ofrece Fátima.- No vale la pena mi relato de un "Holandes" que en parte transcurría en un aeropuerto, donde no faltaban las areromozas.Me hubiera gustado, que el regista me explicara, donde había conseguido esa aeronave con una una autonomía de siete años en el aire.- un abrazo Tristanísimo |
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?Ya hemos dicho que la substancia íntima de la obra de Wagner es inalterable. La esencia que la hace inmortal no necesita protección contra ataques inoportunos. Puede ser rechazada por algunos, pero nadie puede modificarla bajo pretexto de modernizarla o ponerla al unísono de nuestro tiempo. ¿Puede decirse, sin embargo, lo mismo respecto a la representación de las obras de Wagner, respecto a la escenografía a ellas relativa? Cabe preguntarnos cuales serían las exigencias del propio Wagner si dirigiese en la actualidad la representación de sus obras.? ?Tradición y renovación?, Wieland Wagner, Bayreuth. Amigos, este tema siempre estará presente en nuestro foro. Unas veces con mas pasión que otras y siempre con la frescura que aportan los nuevos aficionados que van llegando. Sin duda, siempre será un tema apasionante. Coincido, desde luego con la línea argumental de Fátima, sin desmerecer las demás, por supuesto y apoyo,( perdón por la broma), la idea de que un fantasma no se puede suicidar. Antón. |
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Mi querido Antón: el preguntarse, con Wieland, cuáles serían las exigencias del propio Wagner si dirigiese sus obras hoy en día (a no ser que echemos mano de una ouija, y así y todo...), queda en pura especulación. Nunca lo sabremos. Pero Wagner siempre estuvo dispuesto a explicar el sentido de sus obras y eso no es especular. Lo menos que podría hacer un director de escena es interesarse por ese tipo de escritos y no imponer una lectura, como poco, miope. En el caso del Holandés, hay uno que no es ni farragoso, si largo, ni difícil y está en sus obras completas en prosa, al alcance de quien lo quiera leer. El texto formó parte de unos programas redactados por Wagner con ocasión de una serie de conciertos que se inauguraron con la Heroica de Beethoven el 26 de febrero de 1851, y dice lo siguiente: "Obertura del "Holandés errante". La siniestra nave del Holandés errante boga en medio de la tormenta; se acerca a la costa y aterriza en el lugar en donde se predijo que su capitán encontraría la salvación y la redención; escuchamos los acentos piadosos del anuncio de esa salvación, que expresan un rezo y una queja; sombrío y desesperado, el maldito las escucha; cansado y aspirando a la muerte, desciende hasta la orilla mientras que su tripulación, rota por el insomnio, maniobra en silencio para anclar el navío. ¡Cuántas veces ha vivido, el infortunado, momentos idénticos! ¡Cuántas veces condujo su barco, lejos de los flujos marinos, hacia la orilla de los hombres en donde sólo le está permitido descender cada siete años! ¡Cuántas veces creyó haber llegado al final de su martirio! ¡Pero, ay! ¡Cuántas veces tuvo, terriblemente desilusionado, que reembarcar hacia la eterna y vana travesía! Incluso su pérdida era lo que buscaba ahí, en la tormenta y en las olas aliadas contra él; hacia el abierto abismo de las olas, lanzaba su navío, pero el abismo no le quería; intentó destruirse contra las rocas, pero los arrecifes no le rompieron. Todos los terribles peligros del mar, que antaño desafiaba, con su ímpetu salvaje de hombre de acción, hoy se burlan de él y ya no le amenazan; invulnerable y maldito, condenado a buscar eternamente, en los desiertos marinos, tesoros que no se le aparecerán, jamás encontrará el único que podría salvarle. Robusto y ágil, un navío pasa cerca de él; escucha el canto alerta y confiado de la tripulación, contenta por regresar a sus hogares; esta alegría le llena de cólera; furioso, atemoriza a estos hombres alegres que se callan y huyen llenos de angustia. Desde el horror de su desamparo, camina hacia la redención; en el espantoso desierto humano de su existencia, ¡sólo una mujer le salvará! ¿En dónde? ¿En qué país se encuentra esa redentora? ¿En dónde late ese corazón que comparta sus sufrimientos? ¿En dónde está aquélla que no huirá temblando aterrada como esos cobardes que se persignan en su presencia? Entonces, una claridad brilla en la noche; como un relámpago atraviesa su alma torturada. Se apaga y vuelve a lucir; el piloto pone rumbo a esta estrella brillante, a través de las olas. Lo que tanto le atrae es la mirada de una mujer, que penetra en su interior, llena de sublime melancolía y de divina compasión. Un corazón ha abierto sus profundidades infinitas al terrible dolor del condenado: se sacrificará por él, se romperá de compasión y se abismará en sus sufrimientos. Delante de esta aparición divina, el desgraciado se derrumba, como su navío, se rompe en pedazos que inmediatamente desaparecen en el abismo del mar; pero él, santificado y sublime, surge de entre las olas: victoriosa y resplandeciente, aquélla cuya caritativa mano le salvó, le guía hacia la aurora del amor sublime." Y, ahora, me pregunto qué tiene que ver esto con fábricas de conservas, botellones, fans histéricas, suicidios de fantasmas y/o con la evolución de un proceso artístico. Saludos |
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Magníficas reflexiones, amigos. Yo las resumiría así: el problema de los escenógrafos "modelnos" es que el público conoce (y comprende) las obras 100 veces mejor que ellos. |
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He estado pensando (uff, no volveré a hacerlo, cansa mucho) y voy a darle otro enfoque, estimado telramund. ¿Y si somos nosotros el problema? Conocemos las obras, indagamos en sus fuentes, somos muy exigentes. Quizás el público normal, no tan?digamos?apasionado no vea las cosas tan complicadas y acepta sin mas los cambios esenciales en las, para nosotros, sagradas obras de arte. Me refiero no solo a Wagner, también a Verdi, Mozart, etc. El público acepta porque no se complica hasta el fondo. Se queda en la forma. Así tenemos que estas producciones ?distintas? siguen teniendo acogida. ¿Y el resto del arte? Aceptamos sin dudar un cuadro con un simple brochazo si en el pasillo de color beis queda bien. Quizá el pintor trató de expresar su angustia o su alegría en ese momento y lo manifestó desde su particular visión?pero eso no nos importa. Se compran imitaciones baratas de Pollock o de Picasso y se cuelgan en el cuarto de estar sin entender nada. La gente solo se queda en la superficie y no bucea en los sentimientos. Y el arte es eso, sentimiento (y técnica, claro). Y así nos va. Hasta pronto. |
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Antón, lo que tú llamas "público normal" ha obligado al Liceu a que rebajara y regalara entradas en los "actualizados" y "rompedores" (esto último nunca mejor dicho) Lohengrin del año pasado y Don Carlos de éste (ambos fuera de abono), y aún así no consiguieron, ni mucho menos, llenar el teatro. Y eso en una ciudad que no es centroeuropea y en la que los aficionados la ópera no podemos elegir entre varios tipos de representación. No, el público, en general, que ama la ópera y respeta a sus creadores, no acepta cualquier cosa y no necesita ser un gran entendido para ello, sino medianamente sensible. Saludos |
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Caro Antón: "Mala tos le siento al gato" frente a la mención que nos brinda Fátima, de las expresiones culinarias del señor Rigola,que revelan de su parte, una pobre imaginación, en las antípodas de lo que se puede pretender de un artista de la escena.- No me permitiré abrir juicios de valor, sobre una puesta que no he visto. Al faltar pocos días para la representación, será interesante apreciar en su momento, diferentes o divergentes opiniones de nuestros amigos sobre la propuesta escénica.- Creo sinceramente estimado Antón, que no se trata de problemas personales, publicos normales, pasión, exigencia, ni sacrosantas obras de arte, sino del respeto a no sacrificar el drama de un autor, con burdas e ininteligibles manipulaciones.- Es probable, que estos buenos señores, que la estupidez humana ha revestido como los verdaderos protagonistas del teatro, especulen con la superficialidad de públicos neófitos, que desconocen el interior de las obras, con el remanido argumento "que integran nuestro mundo actual" lo que les sirve de excusa, para vendernos toda su basura.- Por supuesto, que nadie debe negarse a disfrutar y apreciar nuevas propuestas.Muchos directores de escena de nuestra época han renovado e innovado profundamente en las obras, sin alterar su esencia y haciéndolas creible a nuestros ojos.Podrán ser o no de nuestra preferencia, pero nunca falta el espíritu del compositor.El verdadero artista no necesita alterar ni desnaturalizarlo todo, habla con sus propias palabras, como si nunca hubieran sido pronunciadas por otro. Un abrazo Tristanísimo |
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Hola, amigos: Cuando colgué mi intervención en otra conversación, no me había dado cuenta de que ya se estaba tratando en ésta. Poco más tengo que decir. Considero que es una vergüenza que personas sin preparación ni escrúpulos profesionales se dediquen a tomar el pelo al público, y me hago cruces cuando hay quienes les aplauden confundiendo mediocridad, mal gusto y desinformación con modernidad y libertad artística. Resulta curioso que más que hablar de Wagner o de Weigle, que es un excelente director, lo estemos haciendo de un cantamañanas que pretende hacerse con un nombre en la ópera a través del escándalo y la utilización torticera de una obra de arte que ni conoce, ni ama, ni respeta. ?El Holandés de Rigola?, menudo sarcasmo. Asimismo, considero que una escenografía puede ser igualmente digna con independencia de si es moderna o tradicional. Lo que tengo bien claro es que nunca lo podrá ser si el director artístico no se ha documentado previamente, si no hay una coherencia entre lo que se ve y lo que se oye y si no se respeta la intencionalidad del autor. Lo contrario no es más que una burda manipulación, como es el caso que nos ocupa. Vivimos en el tiempo de la incultura, de la banalidad, del papanatismo, de la desinformación, del embrutecimiento. Una época en la que llegan a la fama personajillos que no aportan más que su mediocridad a través del morbo que se fomenta en diferentes medios: desde las revistas y programas del ?corazón? hasta las manifestaciones supuestamente más elevadas, como la ópera. Leyendo el artículo de La Vanguardia, se puede comprobar que el periodista que ha redactado la noticia tampoco está bien informado. En un par de ocasiones ha hecho referencia al siglo XIX, cuando la acción de EL Holandés se desarrolla en las costas de Noruega a principios del siglo XVII. También ha afirmado que se actualiza al siglo XXI, cuando la estética que propone Rigola se sitúa en la década de los 70 del XX. Todo es desinformación y mal hacer. Tras la retahíla de absurdidades ?rigolianas?, propias del papanatismo pseudointelectual militante, nos amenaza el ilustre señor con algo peor que la maldición del Holandés: su deseo de volver, cual holandés errante, pero sin esperar los siete años de rigor, a mancillar otra obra de arte. Lo malo es que esto no tiene remedio ni redención posible, al menos mientras que próceres responsables de coliseos como Matabosch y cía sigan ocupando sus cómodos cargos. Saludos. Rex. |
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Hola a toda/os, Da la impresión de que he despertado al Dragón y he huido... Pero es que hasta hoy no he podido acercarme al foro. No supuse que fuera un Dragón tan colilargo. Esto que sigue es para que cada quien lo haga suyo o no, puesto que no pienso, a priori, personalizar en nadie. No tiene demasiado sentido una confrontación. Ya empecé diciendo que no opinaba sobre lo que no veré hasta el próximo día 10, pero sí de lo que leí. Por tanto, el resto de mis comentarios, incluido el título, ya quedan en ?estado latente?. No soy para nada conservador. En ningún ámbito. Pero no entiendo la razón de cambiar. Que no se llevan los cuernos (en un teatro, quiero decir), porque es ?kistch? o ?rancio? o ?yoquesé? pues no se ponen y se cambian por lo que se le ocurra a algún intelectual. Pero no cambiemos los conceptos. ¿Acaso el cine no evoluciona si no se disfraza a los troyanos de odaliscas o a 300 espartanos de toreros? Siempre he pensado que los grupos o cantantes que versionan una canción pop ?clásica?, es porque no son capaces de crear ellos mismos una. Si te gusta el original, no le des ?un homenaje? versionándola: cántala en la ducha para tu patito de goma y punto. Si quieres recrear el mito o la novela X y no te gusta como la escribió Y, pues no la toquetées: HAZ un Z!!! Y fírmala. Porque sino original y recreación acabarán confundiéndose y resultará que Oh, Sole mío! es rock&roll americano... Y de esa obra tuya podrás variar lo que te venga en gana. La historia contrafactual es interesante y sobretodo divertida. Creo que ni el propio Wagner sabría lo que haría él mismo hoy en día. Igual era punk. Antón, tú darías un brochazo encima de un Pollock? Fátima, Yo vi una vez en Escocia a un fantasma sosteniendo entre sollozos unas tijeras entre el pliegue de su sábana. Nunca más se supo de él. Voy a conjurar al Dragón. Merlín |
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"Yo vi una vez en Escocia a un fantasma sosteniendo entre sollozos unas tijeras entre el pliegue de su sábana. Nunca más se supo de él." Seguramente pq, con ellas, estará persiguiendo a su sastre. Saludos |
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"Antón, tú darías un brochazo encima de un Pollock?" ¡Jamás! |
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Estoy meditando qué es más surrealista, si el suicidio de un fantasma o que éste busque a su sastre. No lo dudé ni un instante, Antón. Porqué se darán brochazos a las óperas? merlín |