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Wagner y Catalunya. |
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Hola, amigos: He encontrado en Internet un artículo en el que se habla de la influencia de la obra de Wagner en Catalunya. Os pego lo que me ha parecido de más interés. Si os interesa el tema del wagnerismo en Catalunya, os recomiendo un libro de Alfonsina Janés: ?L?obra de Richard Wagner a Barcelona? (Barcelona, 1983) donde podréis hacer leer cosas como la importancia que ha tenido Wagner en esta tierra; el estreno mundial ?legal? de Parsifal fuera de Bayreuth el 31-12-1913 / 1-1-1914), con Viñas en el papel titular; la representación de Lohengrin cantado íntegramente en catalán en el Tívoli (1924), el papel de la ?Associació Wagneriana?; los Festivales Wagner en el Liceu (1955) con el mismísimo Wieland Wagner como régisseur, Keilberth i Jochum en el podio y cantantes legendarios como Hotter, Windgassen, Mödl, Greindl? (la Walkiria está publicada en Walhall), etc. Un cordial saludo wagneriano. Rex. ???????????????????????????????. (...) La obra de Richard Wagner también influenció a los intelectuales catalanes pues, estas, sirvieron para reconstruir y dar a conocer toda una serie de leyendas. Richard Wagner dio, a través de la ópera, identidad y nacionalidad al pueblo alemán. Los intelectuales catalanes buscaban algo parecido para Cataluña, esto es, una nueva identidad cultural e histórica. Wagner les abrió el camino. El wagnerismo fue considerado como instrumento y signo de cultura nacional catalán. El introductor de Wagner en Cataluña fue Anselm Clavé cuando, en un concierto popular, incluyó la obertura de Tannhäuser. Clavé dijo a los allí presentes: ?No conozco nada como esta obertura (?) Tendríamos que dar a conocer toda la obra de Wagner al público. Como se animaría nuestro pueblo.? Esto sucedía en el año 1862 y aún faltaban bastantes años para que el wagnerismo se hiciera popular. Joaquin Marsillach Lleonart, en el año 1870, fundó la primera asociación wagneriana al lado de Felipe Pedrell, Andrés Vidal Llimona, Claudio Martínez Imbert y José de Letamendi. Joaquin Marsillach escribió dos libros dedicados al compositor de Bayreuth: Historia de Lohengrin y Ensayo biográfico-crítico de Richard Wagner (1870). En el año 1875 el crítico del Diario de Barcelona, Antonio Fargas Soler, polemizó con Marsillach. El crítico defendía la ópera italiana, menospreciando la música wagneriana. (...) En el año 1883 se estrenó en el Liceo la ópera Lohengrin. Esta obra romántica puso las bases del simbolismo místico. Ya de por sí Lohengrin es una ópera llena de simbolismos y, por lo tanto, los intelectuales catalanes los adaptaron a hechos claves de la historia de Cataluña. (...) Para explicar el carácter mítico de la raza catalana centrémonos en el acto tercero, escena tercera, donde Lohengrin explica quién es y de dónde viene: En un país lejano, inaccesible para vuestro caminar, Hay una fortaleza que se llama Montsalvat;(...) En el texto hay tres aspectos del simbolismo mítico catalán. El primero es el lugar mágico donde está la Orden del Santo Grial, esto es, Montsalvat. La montaña de Montsalvat se transformó en Montserrat. Como escribe Hughes: ?Uno de los éxitos de la temporada de ópera del Liceo en 1900-1901, cuando se iniciaban las obras en el parque, fue la ópera Hänsel und Gretel de Engelbert Humperdinck, traducida al catalán con el título Ton i Guida por el amigo de Gaudí Joan Maragall. Probablemente Gaudí conoció a Humperdinck, que fue profesor de música en el conservatorio del Liceo en 1886. Pero es seguro que, como todo el mundo en aquellos círculos, sabía que Humperdinck había colaborado en Parsifal con el divino Richard Wagner, quien había situado el escondite del Santo Grial en Cataluña.? Pues bien, la montaña de Montserrat pasó a ser un lugar clave dentro de la historia cultural catalana y el centro donde se originó la identidad nacional catalana. La influencia de los intelectuales catalanes y Montserrat fue tal que, la Enciclopedia Británica, en su edición de 1911, aseguraba que Montsalvat y Montserrat era lo mismo. En la edición de 1928 se rectificó el error. El origen de Montsalvat lo encontramos en el poema medieval titulado Percival. Wagner se inspiró en él para escribir las óperas Parsifal y Lohengrin. Antes de Wagner, Chrestien de Troyens y Wólfram von Eschenbach reutilizaron el tema de Percival. El castillo de Montsalvat es una figura poética imaginativa, por lo tanto, la idea que Montserrat fuera el Montsalvat wagneriano cae por su propio peso. Ahora bien, en una época donde se buscaba una identidad propia, esta imagen conmovió a una sociedad carente de tradición. También se buscaron simbologías en otras montañas emblemáticas de la Cataluña medieval, el Montseny y el Canigó, pero Montserrat permaneció, sin discusión alguna, como el origen de la identidad nacional catalana. El segundo aspecto místico hace referencia a la figura de Parsifal. La leyenda wagneriana dice que Titurel recibió el cáliz y la lanza de Jesucristo. Titurel creó la Orden de los Caballeros del Santo Grial. (...) Según la leyenda: el sencillo de espíritu, el puro de corazón, aquel a quien el dolor abra los ojos a la verdad, es el que salvará la Orden del Santo Grial. Esta persona es Parsifal. ¿Por qué? Parsifal significa persona pura, inocente y simple (parsi significa puro, inocente, fal significa tonto, simple). (...) Parsifal es el salvador del Santo Grial. Su equivalente catalán fue Sant Jordi, el cual mató al dragón para salvar al pueblo de Cataluña. Así pues, Parsifal y Sant Jordi pasaron a ser la misma persona. La similitud de los mitos fue la base para buscar otros aspectos místicos en la ópera de Wagner. La herida en un costado de Amfortas tuvo connotación nacionalista. Amfortas pasó a ser Wilfredo el Belloso. La sangre de de Amfortas y la de Wilfredo el Belloso estaban ligadas. ¿Cómo? Los dos lucharon para salvar unos ideales: la Orden del Santo Grial y Cataluña. Parsifal y Carlos el Calvo recompensaron el valor de los dos hombres. Parsifal le curó las heridas a Amfortas. Carlos el Calvo dio escudo de armas a Wilfredo el Belloso, convertido en senyera, símbolo de Cataluña. El tercer aspecto místico es el aspecto caballeresco de Lohengrin. Los intelectuales recuperaron del olvido el nombre de todos los caballeros, condes, y reyes catalanes. Uno de estos héroes recuperados fue el Comte Arnau, que si de verdad existió, también existieron los Percevals de Troyens, Eschenbach y Wagner. Los intelectuales catalanes también encontraron aspectos místicos en la tetralogía wagneriana Der Ring des Nibelungen (El anillo de los Nibelungos). (...) Las hespérides ?ondinas- wagnerianas quedaron reflejadas en Verdaguer y en Gaudí. En el poema L?Atlàntida Verdaguer habla de ellas y, esa inspiración poética quedó reflejada en el Pabellón Güell, construido por Gaudí entre los años 1884 a 1887. Sobre el particular escribe Hughes: ?En el mito griego original, el Jardín de las Hespérides se encontraba más allá del océano, en el extremo occidental del mundo. Las Hespérides, hijas de la Noche (Nyx) y de la Oscuridad (Erebus), cuidaban de un árbol que daba manzanas de oro: era el regalo de bodas que la madre tierra Gaia había hecho a Hera cuando casó con Zeus, y lo custodiaba Ladon, un fiero dragón. El undécimo trabajo de Hércules consistió en matar a ese dragón y apoderarse de las manzanas de oro.? Existe una clara similitud entre la leyenda de Wagner con la de Sant Jordi. Siegfred mata al dragón y recupera el anillo de los Nibelungos. Sant Jordi mata al dragón para salvar al pueblo de Cataluña. Hughes continúa diciendo: ?En el poema de Verdaguer, Hércules llega al Jardín de las Hespérides pasando por Barcelona y Cádiz ?Siegfried llega a la morada donde vive Brunilda, una hespéride, hija de Wotam-.? En esta última ciudad se encuentra con el pastor Geryon, quien le dice que el jardín, el árbol mágico (el cual, como estamos en España, se convierte en una naranjo) y la viuda reina Hesperis pueden ser conquistados por un héroe que sea lo bastante audaz como para matar a su guardia reptil y coger los frutos??Siegfried es elegido, al ser una persona libre, para recuperar el anillo y restablecer el status quo-. ?Hércules cruza el Atlántico, se acerca al árbol, y cuando el dragón se abalanza sobre él, le da el golpe de muerte. El veneno sangriento brilla en las flores, y los fieros ojos del dragón se velan lentamente como la luz en un crisol seco.? Siegfried, Parsifal y Sant Jordi mataron al dragón. El círculo de los Güell y Comillas no tuvo dificultad en interpretar esto. (...)Gaudí, en una de las puertas de la finca Güell ?hoy en día por ella se accede a la Cátedra Gaudí-, ubicó un dragón, símbolo mitológico de Cataluña. La escena donde Siegfried forja la espada de su padre fue utilizada, alegóricamente, para consolidar la lengua catalana. ?El idioma de nuestros padres estaba roto en diversos fragmentos, nosotros? ?lo hombres de la Renaixença- ?tenemos la obligación de forjar, de nuevo, aquellos fragmentos y hacer renacer la lengua catalana, símbolo de la raza catalana.? Ayudó mucho que, poco después de forjar la espada Siegfried matara al dragón. (...) ¿Cómo evolucionó la devoción por Wagner en Cataluña? Después de la fundación de la primera Asociación Wagneriana y la primera representación del Lohengrin, hubo otro hecho que estimuló el delirio popular. Nos referimos al concierto que el tenor Francisco Viñas, la noche de la inauguración de la Exposición Universal de 1888, delante de la reina María Cristina, dio con fragmentos de la ópera Lohengrin. Al final, según los intelectuales catalanes, se había encontrado un intérprete catalán, de raza catalana, para cantar esos míticos personajes. Viñas se convirtió en el máximo representante del wagnerismo catalán. Francisco Viñas Dorda (1863-1933) era de familia pobre. Su hermano, Mariano Viñas (1868-1923) fue maestro de la capilla de la Catedral de Barcelona. Estudió música durante un año, 1886, en el Conservatorio del Liceo. Antes de esto ya había debutado. El crítico de La Nación escribió: ?Si el señor Viñas se dedica solamente un año al estudio del canto, no habrá tenor que pueda competir con él, ni el mismo Gayarre.? Y eso hizo. El 9 de febrero de 1888 debutó en el Liceo en el papel de Lohengrin, uno de sus personajes preferidos junto con Parsifal y Tristany. Posteriormente triunfó en Valencia, 1889; Scala de Milán, 1890; Londres, 1891; y Estados Unidos, 1894. Volvió a Barcelona, 1903, para cantar Lohengrin. Aquella noche cambio de idioma al interpretar el Racconto o In fernem land. Por aquel entonces y hasta no hace muchos años, las óperas no italianas se cantaban en italiano o en el idioma del país. Existen curiosas grabaciones. En el Gran Teatro del Liceo se han podido oír operas interpretadas, por los solistas, en ruso, alemán o francés, mientras que el coro cantaba en italiano. (...) Bien, pues, aquel día, cuando todos los asistentes al Liceo esperaban que dijera: ?In un lontano...? Viñas cambió de idioma y cantó: ?En un llunyà...?. La emoción fue tal que ha permanecido en los anales del Liceo como uno de los hitos más importantes del wagnerismo catalán. En una sola noche, Viñas hizo más por el sentimiento catalán que todos los intelectuales catalanes. (...) |
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Hola, amigos: Seguro que os habrá llamado la atención el uso de la palabra ?raza? en el texto anterior. No os extrañéis. Hasta no hace mucho (especialmente después de las calamidades de la II Guerra Mundial) se usaba y abusaba de este término, que no tenía nada que ver con ideas racistas. Así, en la época de Canovas ?último cuarto del siglo XX ? se utilizaba mucho la expresión ?raza española?, como sucedía en otros países. De hecho, lo que hoy en día llamamos ?Día de la Hispanidad?, se llamaba ?Día de la Raza?, como aún sucede en la actualidad en América. Recuerdo la participación de Antonio Banderas celebrando ese día, el de la ?Raza? en los EEUU. Un cordial saludo. Rex. |
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Perdonad el error.Cuando me refería a Cánovas, quise decir "último cuarto del siglo XiX, conocido como de la "Restauración", que fue el que siguió al golpe de estado del general Pavía y la caída de la I República Española. Se le llama restauración porque se restauró la monarquia de los Borbones. Rex. |