Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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Comentarios
De: LLorenç Casanova
Fecha: 28/07/2008 17:41:40
Asunto: Comentarios
Es cierto que en wagnermania hay pocos comentarios sobre los festivales.
Ya se han presentado Parsifal con buen resultado más en lo orquestal y coro que en los solistas en los que flaqueó algo la pareja Kundry-Parsifal.
El Tristan resultó muy bueno tanto en lo orqestal y en lo vocal. Dean Smit llegó muy entero al temible tercer acto. Lo escuché en la terraza mirando un mar vacío y dusfruté lo mio.
Vi los Mesiter por Internet, la transmisión tecnicamente fué impecable y las pausas muy entretenidas. No escribiré todo lo que lienso pues sería muy largo. La orquesta bien, pero a secas, los coro muy bien como siempre, los solistas pues muy irregular. La pareja femenina justita, Sachs tiene una voz buena pero poco profunda para el papel y llega al final totalmente agotado. Walther con buena voz i afinada, llega bien a los agudos pero canta,no interpreta. Los meores Pogner y Beckmesser.
La escena de la nietísima yo creo que empieza bien y acaba en un naufragio.
No hay necesidad, para presentar lo que se presenta que los cantores sean pintores. Hecha esta salvedad el acto I me gustó, la escena de la reunión de los Meister que, en mucha escenificaciones resulta sosa, tiene un gran dinamismo, Walther es un passota, Beckmesser un puritano y Sachs un pasota reflexivo y un gran fumador.
El segundo acto me gustó pero no tanto, se adiva la tempestat que hará naufragar el trabajo. Sin embargo la pelea callejera final es magnífica.
El tercer acto empieza correcto pero se ve venir la tormenta y el naufragio. Incompresiblemente Beckmesser se ha vuelto pasota, se ve en la forma de vestir, Walther se hace conservdor (traje completo, americana y corbata), y Sachs despues de la reflexión, cuando decide intervenir en el lio entre Walther, Backmesser y los Meister se viste tambien con americana y corbata. El bellísimo quinteto que pone fin al primer cuadro sonó mal y se transforma en un cuadro social-convencional. En una cuadro está David con Magdalena y dos niños, en otro cuadro Walther, Eva y tres niños con al abuelo Pogener en el centro y Sachs impecablemente vestido en el centro entre los dos cuadros. La respuesta a esta situación viene en el segundo cuadro que empieza mal y acaba en un desastre total y además es feo en su presentación. El peublo desaparece y solo sale en una tribuna leiendo todos el mismo libro, el apoteósico recibimento a Sachs con el himno con el saludó a Lutero y a la Refroma se transforma en una sesió se ritos pseudo-parsifalianos de los que entendí el sentido, la canción de Beckmesser en una repulsiva manipulación de cenizas entre las que sale una figura pseudo-humana, el canto de Walther se acompaña con la aparición de una pareja de porte renacentista ella gorda y él delgado, el premio es un cheque del Deutsches-Bank y una figurita de ciervo para Walther que, naturalmente lo rechaza, y marcha tras el cheque con Eva.
Sachs queda solo e inicia el canto final iluminado por la luz que desprende el ciervo que va modificando su semblante hasta parecer un dictador arengando a su pueblo (recuerda esto quizá a una represión pseudo psicótica no superada por la nietísima?) y Beckmesser contembla horrorizado la transfromación de Sachs. Así acaba la obra con loa que llam o un repulusivo, feo y asqueroso cuadro. Aquí la nietisima lleva al obra al naufragio. Como consequencia la bronca fué fenomenal, pero ella la aguantó sonriendo y meneando su cabellera como Beitio agunató la bronca de su repulsivo Don Giovanni en el Liceu.
El foro sabe que en escenificaciones soy "progre" y que defndí a capa y espada el Ring de Chereau y el Lohengrin de colegio del Liceu. Pero el segundo cadro del tercer acto de estos Meister es abominable. El resto me pareció bien con algunas reservas y el promer acto muy bueno.
Perdonad el rollo que lo hubiera hecho más largo.
LLorenç Casanova

De: Antoni
Fecha: 28/07/2008 17:57:59
Asunto: RE: Comentarios
Gracias por su crónica Llorenç.

Comprendo su diplomacia y benevolencia con los solistas, pero se están construyendo ídolos de barro, desgraciadamente.

Veremos(oiremos) ahora que tal va el ORO.

Saludos

De: Le Gouverneur
Fecha: 28/07/2008 19:36:50
Asunto: RE: Comentarios
Estimado Llorenç:

Yo creo que el cuadro del torneo tiene muchísima lógica. Si se ha llevado a la obra de la música a la estética, con la canción de Beck se muestra la escena de Adan y Eva de una forma rompedora, abominable para los seguidores de la tradición, en cambio la canción de Walther es pura belleza y se representa de esa forma tan bucólica.

Hay que decir que la escena de Beck se ha cambiado respecto al año pasado. Ahora ya no sale Beck con una caja que cuando se abre aparece Adan con una muñeca inchable. Ayer lo que se vió era la creación del hombre y de la mujer. De las cenizas sale un hombre desnudo Adan, al cual le arranca de un costado una costilla y derramando este un asqueroso líquido viscoso, como bilis amarilla. Luego aparece Eva y les tiran manzanas al falso público.

Aquí hay una crítica de Eduardo Benarroch en mi opinión muy buena, que corresponde al año pasado y que he leído hoy, estando muy de acuerdo con ella.

Eduardo Benarroch en Operaayre escribió:
FESTIVAL DE BAYREUTH 2007 ? 28 de Agosto -

Wagner ? DIE MEISTERSINGER VON NÜRNBERG ? Franz Hawlata, Hans Sachs; Artur Korn, Veit Pogner; Charles reid, Kunz Vogelgesang; Rainer Zaun, Konrad Nachtigall; Michael Volle, Sixtus Beckmesser; Markus Eiche, Fritz Kothner; Edward randall, Balthasar Zorn; Hans-Jürgen Lazar, Ulrich Eissinger; Stefan Heibach, Augustin Moser; Martin Snell, Herman Ortel; Andreas Macco, Hans Schwarz; Klaus Florian Vogt, Walther von Stolzing; Norbert Ernst, David; Amanda Mace, Eva; Carola Gruber, Magdalena; Friedemann Röhlig, Un sereno. Orquesta del festival de Bayreuth- Director de orquesta: Sebastian Weigle. Coro del Festival de Bayreuth- Director del Coro: Eberhard Friedrich. Directora de escena: Katharina Wagner. Escenografía: Tilo Steffens. Vestuario: Michaela Barth. Iluminación: Andreas Grüter. Dramaturgia: Robert Sollich.



Quién lo hubiera pensado? Katharina Wagner ha demostrado que es una niña traviesa que no sólo ha desobedecido a sus padres sino que ha provocado al público confrontándolo consigo mismo, presentándole una imagen del arte y de su propio país que no les ha gustado (a quien le gusta mirarse en un espejo intelectual?) y por lo tanto, muy pero muy enojados han abucheado a quien los ha provocado de tal manera. Diez puntos para Katharina, algo que obviamente ha aprendido de Peter Konwitschny.

La producción de Katharina Wagner es más que una producción, es un análisis de una sociedad vista a través de los ojos y de la mente de una joven que ha crecido en un ambiente encerrado, lleno de tradiciones inexplicables y aparentemente tontas.

Quienes conozcan como se enseña(ba?) en Alemania y también conozcan como se enseña en escuelas secundarias como la de Rudolf Steiner en Schloß Hamborn, se darán cuenta que cualquier joven que haya atendido tal instituto de enseñanza se rebelará contra la opresión intelectual, que la enseñanza libre y universal del arte no contiene un elemento solo de especialización sino un panorama total de las artes que es general y también específico.

Pero Katharina va mucho mas allá de la enseñanza artificial y encasillada que muestraen su producción, porque Katharina nos presenta el resultado fascista de tal enseñanza y ese resultado es tan horrible y choca tanto que deja un mal gusto en la boca, y también una sensación de alivio que alguien tan joven, nacida y tan metida en el establishment mas cerrado y ultraconservador de Alemania pueda rebelarse contra el sistema y al mismo tiempo revelar talento artístico insospechado. Porque la risa que causa ver a esos jóvenes estudiantes vestidos de riguroso uniforme caminando en forma simétrica llevando patas de muebles en lugar de velas hacia un altar es una risa amarga, que nos hace mirar hacia atrás, hacia los horrores del Holocausto. Y esos libritos amarillos que aparecen tan a menudo, son el equivalente del famoso librito rojo de Mao, pero en Alemania esos libritos son el color característico de la Editorial Reklam, que publica libritos de todos los temas intelectuales y de autores como Kleist, Schiller y por supuesto: Wagner. Y quien posee más libritos? Beckmesser. Cuando los Maestros se sientan a la gran mesa en la tercera escena del primer acto, la pila más alta y se supone mas variada de temas (incluyendo la Tabulatura) es la del Staatschreiber Beckmesser. Y dejo otra imagen aún menos atractiva y mucho más peligrosa para mas adelante.

La producción no es lacónica, es una producción épica en todo sentido y llena de recovecos donde Katharina provee su información para ser digerida por el público, que al final, asqueado vomita sus propios prejuicios. Es una producción purgante y si usted querido lector, tiene algo adentro que no le gusta nada y le gustaría sacárselo de encima, le recomiendo que vaya a verla, empeñe a su abuelita (y por favor desempéñela luego de la función) y consígase una entrada para el año que viene, porque este psicoanálisis operático le hará muy bien a su espíritu y al final lo dejará contento.

Quién no adora a esta ópera tan inocente? quien no conoce casi de memoria lo que sucede durante los tres actos y qué alegría causa al final ver al joven noble lleno de talento casarse con la hija mas rica de Nuremberg y traer el cambio en las artes que tanto necesitan y de paso castigar al villano caricaturesco que osó enamorarse de la joven doncella? No es así señor lector?

ahhhhh, si solo fuera tan simple.....

En mi opinión, Los Maestros Cantores de Nuremberg es la ópera más peligrosa del repertorio y por lo tanto de Wagner, donde todos ven lo que desean ver y se olvidan (o prefieren) de ver lo que realmente sucede. Los Maestros Cantores es una ilusión, un rompecabezas (que de paso Katharina usa en la escena del examen de canto del primer acto) detectivesco que revela aspectos muy especiales de la vida y de las esperanzas de una sociedad que vive de la fantasía y de la haraganería intelectual, tanto ayer como hoy. Algo que hubiera puesto muy contento a Rudolf Steiner, quien siempre pensaba que había otra forma de ver las cosas....y Nurenmber boca abajo es una de ellas....

Como bien lo analizó Carl Dahlhaus, ahora se sabe que la prueba de admisión del primer acto puede ser analizada y considerada como satisfactoria o sea que Walther debería ser nombrado maestro en el primer acto. Y de paso, la canción del premio (en su totalidad) no lo es. Wagner suele jugarnos malas pasadas si somos haraganes y a Wagner le encanta jugar con el prejuicio. Es mucho más fácil pensar que el joven Walther triunfará luego de ser humillado, pero es mucho menos placentero admitir que este joven no cambiará nada y es un mentiroso, que dice lo que conviene cuando le conviene y que al final termina casándose con la joven más rica de Nuremberg. Para un noble menor empobrecido es un arreglo muy conveniente.

Y Hans Sachs? Porqué renuncia al amor que le ofrece Eva? la realidad del verdadero Hans Sachs nos dice que terminó casándose con una joven y que vivió feliz con ella hasta el final de sus días. Pero hay otra forma de verlo.

En una carta a Mathilde Wesendonck, Wagner escribe de su nueva ópera donde ha creado un carácter del cual Mathilde se enamorará. Y esta carta fue escrita luego de la tan mentada ?renuncia? al amor que el sentía por ella. Y cuál es el carácter del cual se enamorará Mathilde? Hans Sachs, que habla por Wagner mismo, o sea que Wagner desea que Mathilde se enamore de Sachs/Wagner nuevamente.

Y es que hay alguien que por una vez tome el carácter de Sixtus Beckmesser en serio en su total dimensión intelectual? Como buena hija obediente (referencia a las propias palabras de Eva a su padre Veit Pogner), Katharina ha seguido los pasos de su padre, quien fue el primero en descubrir que Beckmesser no era el personaje caricaturesco y ridículo que veíamos en forma harto tradicional, sino que luego de estudiar el libro de Wagenseil, nos hizo aprender que era el importante Jefe de Policía de esa ciudad estado y además era un señor muy buen mozo, eso es si lo interpretaba Herman Prey. Katharina hace de Beckmesser la figura central y mas importante de su propio mensaje, de su propio Konzept , porque Beckmesser es el que se convence de la futilidad del arte encasillado, ya que luego del segundo acto ocurre una transformación jamás vista anteriormente en ningún teatro del mundo, Beckmesser se libera de sus prejuicios y es Walther quien los adquiere. La canción del premio de Beckmesser es como una seance donde la realidad se combina con sensaciones antes nunca sentidas, con luces semi apagadas y con Beckmesser como supremo sacerdote sentimos lo que él siente en su punto mas íntimo, ya no es una canción que el jamás logró entender, sino su propia canción válida hasta el punto de poseer mucho mas contenido dramático que la blandura y superficialidad de la canción de Walther.

Y qué cómico es también que Wagner entone loas en homenaje a las virtudes de la Ciudad Estado justo cuando históricamente la Ciudad Estado ha llegado a su fin.

Los Maestros Cantores es una broma de muy mal gusto de un señor que tenía un sentido de humor sospechoso (según Carl Dahlhaus), y es un juego de prestidigitación que lleva al espectador desprevenido por senderos que lo dejan perdido en un bosque lleno de imágenes que lo confunden. Es mucho más fácil entonces cerrar los ojos y pensar que se está cómodo en su propia casa rodeado de sus artefactos familiares y hacerse la ilusión de que todo está bien y que no hay lobos cerca.... con esta obra, le recomienzo al lector que jamás haga eso, porque el lobo wagneriano se lo comerá crudo.

Luego de una overtura bien estructurada sin demasiada espontaneidad donde las partes camerísticas sonaron deliciosas y los tutti muy borrosos y de sonido aglomerado, la primera escena muestra un gran salón interior de una Academia de Arte, el coro, invisible, suena por detrás. Los niños aprendices de riguroso uniforme gris entran en fila india portando patas de mesas con pasos militares, precisos, obedientes, estudiados y conformes, una referencia oblícua a los uniformes marrones de los programas nazis de niños ....(es esta una crítica directa a su tío Bodo Lafferentz quien fuera fundador del programa nazi Kraft durch Freude ?). En este gran salón, hay galerías en tres pisos donde se ven diversos objetos, por ejemplo un piano, un violoncello, bustos de próceres y objetos de escultura y de pintura, típicos de una academia o escuela donde se enseñan todas las artes (mas Rudolf Steiner!). La presencia del pasado es abrumadora y vigilada por ojos atentos desde el cielo raso por figuras del pasado. Uno por uno y en forma simétrica los niños entran con la supuesta misión de rendir homenaje presentando velas en una especie de altar, pero como se verá mas adelante, no son velas las que acarrean sino patas de mesas.

La primera aparición de Walther von Stolzing es de adentro de un piano en el primer piso, pero cualquier asociación con la música estará equivocada porque este Walther von Stolzing es un pintor que se pasea con su pincel y su tacho de pintura; es un pintor de brocha gorda. Por debajo Eva y Magdalena (vestidas de igual uniforme para evitar las diferencias de clases-aún mas Rudolf Setiner....) juegan al gallito ciego. Katharina parece querer decirnos que su propia juventud careció de estos ingredientes espontáneos. A un costado se ve un andamio con un artista que pinta un fresco sobre el cielo raso en una semejanza muy apropiada con Ricondita armonia . En una ópera donde la música es primordial y donde el espíritu reinante es el de la música es una gran provocación ver a la personificación de lo nuevo en la música aparecer como un pintor, es como ser vegetariano en una gran estancia argentina. Pero este Walther es un joven rebelde y abierto que con su pincel pinta a Eva sobre su propio vestido y no olvidemos que en dialecto alemán la palabra ?pincel? tiene asociaciones sexuales con el miembro masculino.....

Y ahora, como era de esperar, viene la ceremonia del armado de las mesas. Esta sociedad tiene sus reglas para todo y estas reglas deben ser aprendidas desde niños. Las mesas, apiladas a un costado, son llevadas al centro de la gran sala y puestas al revés, siempre en forma simétrica los niños proceden a retirar las patas de las mesas que antes habían ubicado en el altar y arman las mesas una a una y las ponen todas juntas en un cuadrado inmenso, no sin antes habernos mostrado la figura de la cruz con las mesas centrales antes de armar el gran cuadrado.

Los maestros visten pantalones que son demasiado cortos, excepto Sachs que esta vestido de intelectual de camisa y pantalones negros y sin zapatos! Beckmesser aparece de traje gris, corbata, un poco desarreglado y con sus enormes zapatos y pantalones angostos y relativamente cortos se asemeja a un Monsieur Hulot alemán sin la pipa. Antes de sentarse a la mesa, viene la ceremonia de lustrarse los zapatos, y los maestros se arrodillan para hacerlo. El único que no viste la toga y sombrerito es Hans Sachs, que permanece descalzo y sentado mientras el resto, de pie, rinde quien sabe que homenaje a quien.....quizás a sus propias costumbres.

Por un costado Katharina nos dice de la manía alemana de pasarse la vida limpiando nunca morirá y por eso vemos a un portero vestido de delantal azul que se ocupa solamente de sacarle el polvo a los bustos, de hacer brillar las manijas de bronce y en general de conservar todo limpio y ordenado.

Mientras Kothner pasa revista a los Maestros y luego Pogner nos cuenta de su decisión para el día siguiente, Walther muestra su aburrimiento y falta de respeto paseándose por los tres pisos y desarreglándolo todo. Por fin cuando baja a presentarse al examen lo hace con el teclado del piano a cuestas, teclado que entrega a David explicándole de donde lo ha sacado y David, horrorizado por lo que Walther ha hecho corre hacia el piano a repararlo. Pero este Walther no es un cantante sino un pintor, por esa razón presenta a los maestros su portafolio de telas en una carpeta y las despliega sobre la mesa de los maestros, que no saben como reaccionar. Kothner ya le ha tomado disgusto al Junker y sus malos modales y se escupen las palabras el uno al otro con tremenda agresión.

A ambos costados del escenario se ubican dos enormes pizarrones donde se deben armar rompecabezas de la ciudad de Nuremberg, algo que Beckmesser hace en un santiamén y que Walther ejecuta en forma muy inusual y creativa. Nadie jamás ha visto a la ciudad de Nuremberg boca abajo! y para hacer las cosas aún mas difíciles para si mismo procede a desarreglar el rompecabezas de Beckmesser y luego usa su pincel para pintar margaritas sobre la mesa de los maestros. Según Rudolf Steiner, hay siempre mas de una forma de mirar las cosas!

El pobre David, tratando de ayudar a Walther, se pone a rearmar el rompecabezas del caballero, pero ya es demasiado tarde, porque Walther se ha enojado y se ha retirado de la sala dejando a los maestros silenciosos y como clavados a sus asientos. Poco después, Sachs también se levanta de su asiento, mira al autosatisfecho Beckmesser y se retira.

En el segundo acto el salón interior de la academia se ha convertido en una cafetería, ya no es una academia de arte sino de la vida y allí encontramos a Eva y a Magdalena tomando cervezas. A un costado David se la pasa estudiando su ejemplar de la Tabulatura a fin de poder pasar el examen con el Profesor Sachs. Sobre una mesa a un costado Sachs no clava suelas de zapatos sino usa una máquina de escribir, la atmósfera es opresiva y melancólica, por detrás una mano gigantesca hace un signo que puede ser visto en casi todas las ciudades alemanas....es como un signo religioso, que nos quiere decir Katharina? Kunst oder Religion? o quizás Kunst als Religion? A un costado Eva y Magdalena pensativas, del lado opuesto Sachs, descalzo, se despereza y apoya sus brazos melancólicos sobre la vieja máquina de escribir y allí canta su Flieder Monolog... sobre el piso encuentra zapatos blancos como los de Walther quien ahora camina también descalzo, como tratando de imitar al maestro.

Eva se insinúa al Profesor Sachs y lo provoca, Sachs siente esta provocación femenina tratando de no tomarla en serio pero no puede negar su atracción sexual. Con aún mas contenido sexual Eva agita una botella de Sekt (vino burbujeante alemán) y la deposita sobre la mesa, la botella explota con una columna de espuma de 5 metros como una eyaculación gigantesca que deja a Sachs muy malhumorado como si hubiera eyaculado en sus propios pantalones.

Walther entra también malhumorado, pero por razones diferentes. Vemos que este Walther es un chico caprichoso, que patea objetos en el suelo para mostrar su frustración y se burla de los Maestros Cantores imitando sus voces (una idea genial). Por detrás aparecen las imágenes iluminadas de los Maestros que lo rechazaron y cuando por fin dice Doch diese Meister! la mano cae como un pene flácido sobre el escenario; sobre la mano se monta Walther a pintarle las uñas y el nombre de Eva, y a un costado de la mano (por ser la última función) Kathy...(refiriéndose a Katharina). La escena comienza a adquirir un espíritu anárquico que culmina con la entrada de otro Profesor de esa Academia: Sixtus Beckmesser. Los aprendices (estudiantes), se aprontan para una lección especial de este renombrado académico y negando de un lado a otro con sus cabezas indican los fallos de acuerdo a las reglas. Poco antes de comenzar su canción Beckmesser se había dado cuenta que tenía alumnos presentes y les había hecho una reverencia. También durante la canción de Beckmesser caen zapatos blancos desde lo alto cada vez que este comete un error.

El final de esta escena es totalmente anárquico pero lleno de imaginación, puesto que ahora aparecen los grandes maestros del pasado, Bach, Beethoven, Schiller, y hasta Brecht, desde el fondo del escenario con sus grandes cabezas (en alemán los ilustres son llamados Cabezudos) y por debajo mostrando nada mas que calzoncillos y uno de ellos (Brecht) medias de mujer de nylon negras. Son los Cabezudos quienes debaten como castigar a Beckmesser mientras los estudiantes (aprendices) le tiran sus libritos amarillos. Y como si eso fuera poco, los Maestros Cantores aparecen por detrás totalmente desnudos pero no hay violencia, aunque si hay ridículo y dolor por parte de Beckmesser. La escena final del segundo acto se ha convertido en un Happening , en escena quedan solo Sachs, Beckmesser y Walther como en un sueño. El Portero Limpiador (el sereno) luego de recoger desperdicios canta la canción del sereno mientras los bustos vivientes (los Cabezudos) se sorprenden por el desorden, pero queda tiempo todavía para más sorpresas. Mientras Beckmesser, rejuvenecido y renacido baila con uno de los Cabezudos, Walther avergonzado por lo que ha hecho, procede a limpiar con un trapo la mano que había pintado.....poco después sabremos porqué y que transformaciones fundamentales les han ocurrido a estos dos caracteres.

Desde el comienzo del tercer acto vemos el apartamento de Sachs, de estilo minimalista, y de riguroso blanco, por un costado un escritorio y por otro un sillón, por detrás de una cortina cada busto ha adquirido vida y se ven a Dürer, Bach, Beethoven y los otros cabezudos atormentando a Sachs que se debate consigo mismo. Sachs escucha la canción de David con nostalgia por la frescura y espontaneidad que el mismo ha perdido y cuando entona Mein liebes Nürnberg se cierra la cortina que oculta a los bustos vivientes dejando la habitación moderna y a Sachs. Durante el Monólogo Sachs se quitaba su camisa y al pronunciar Ein Kobold... se ponía una camisa blanca elegante sobre sus pantalones azules oscuros listo para la ceremonia del Wiese.

Walther aparece acarreando una maqueta en forma de pequeño escenario que estaba en el segundo piso en la Academia de arte del primer acto, y allí en forma novedosa y muy bien justificada (algo que veremos mas adelante), Katharina nos confirma que Walther es pintor y que juega con los colores como Wagner jugaba con las armonías supuestamente diatónicas de esta partitura. Si esta partitura es diatónica Walther es un pintor! parece querer decirnos con una sonrisa!

Pero hay mas sorpresas, porque durante la narración del sueño, Walther pinta parte de la maqueta (un teloncillo interno) de color rosa, y cuando Sachs se rie, la borra... Poco después y bajo la mirada atenta de Sachs, Walther mezcla nuevos colores y pinta el decorado de la maqueta, pero también pinta su autoretrato que exhibe a un costado.

Esa es la base de su canción del premio.

Beckmesser entra por donde habían desaparecido los Cabezudos, o sea detrás de la cortina blanca y enseguida ve el retrato de Walther al que viste con su propio saco burlándose del narcisismo de Walther . La transformación de Beckmesser ha sido tan radical como inesperada, sobre su camiseta negra se lee Beck in town , una alusión al futbolista Beckham en Los Angeles, y mas de un reflejo al Sieg fried de Sergio Morabito y Josi Wieler en el Sigfrido de Stuttgart. Pero este es un nuevo Beck....messer que ha llegado al departamento de Sachs y allí descubre la pintura fresca sobre la parte del decorado de la maqueta....y luego al aparecer Sachs ambos riñen y como en un sueño se baten a duelo con pinceles.

Eva aparece vestida en forma nada atractiva como una caricatura de la Primer Ministra alemana Angela Merkel con un zapato blanco y otro marrón, y al llegar Walther por el costado ve los zapatos de Beckmesser y se los pone....mmmmmm!!! (ven que es lo que esta por suceder?), pero mientras tanto Sachs le ha puesto los zapatos a Eva y le toca el muslo y se calienta como debe ser con ella y explota de rabia y en lugar de eyacular como en el segundo acto, vuelca sus emociones sobre la máquina de escribir.

Y poco antes del quinteto la transformación de Walther es completa, ahora es el quien pone orden y limpia los pisos y se ha convertido en el odiado spießig und piefieg, o sea el mas estrecho de los pequeños burgueses. Para el quinteto Katharina nos presenta una imagen familiar, dos niños por venir en el matrimonio de David y Magdalena y como corresponde a una familia de ricos casados con Junker, tres hijos para la familia de Walther y Eva mas el padre, Veit Pogner. Para confirmar la escena, bajan dos marcos que encuadran a las dos familias para el álbum familiar, pero el marco de Eva y Walther estaba descentrado (a propósito) y es Eva quien debe encuadrar a su nueva familia. Durante el quinteto uno de los niños se siente con terrible dolor de estómago y se aleja corriendo al final para vomitar a un costado.

Y ahora Katharina no deja títere con cabeza para su escena final que da escalofríos. Los Maestros Cabezudos se pelean entre ellos a ver quien castiga mejor a Sachs y terminan atándolo sobre una silla. El coro asciende automáticamente en una tribuna eléctrica desde el piso y se ubica en forma de anfiteatro frente al público por detrás de los maestros, quizás otro homenaje a su tío Wieland, que solía usar al coro en forma de coro griego espectador. Los Cabezudos ( Großkopfgerten ) están inquietos, despliegan cuernos (son ahora Gehörnenten=cornudos ) porque sus tradiciones han sido traicionadas, entran tres muñecas que simulan sexo con los Maestros Cabezudos que se ponen contentísimos con ellas hasta que Sachs las echa del escenario. Uno a uno los Cabezudos se despiden del público. Tres comprimarios de trajes amarillos entran a escena con una caja y en ella ponen todos los desperdicios que había en escena durante la escena anterior, y también fuerzan adentro de la caja a los tres regiesseurs que eran responsables por las acciones y regie de los Cabezudos. Sachs, serio e implacable de traje negro y camisa blanca, enciende con un fósforo el contenido de la caja y de paso calienta sus manos con el fuego que se levanta.

Mire señor lector, el mundo es así, si Ud todavía no es un pequeño burgués no se preocupe, lo será muy pronto.....(mensaje de Katharina, no mio) y al extinguirse el fuego, Sachs saca un ciervo dorado de la caja. Contentísimo pr su propio renacimiento y en forma casual Beckmesser aparece vestido con su camiseta negra, pantalones crema y zapatos blancos. Beckmesser convierte a su canción en una experiencia surreal y de paso muy bien cantada con un texto que adquiere nuevo significado cuando es presentado de esta manera. Durante la escena y de la misma caja anterior sale un hombre desnudo que desea poseer a una mujer inflable de goma, Beckmesser despliega un pene de un metro y lo usa como si fuese un largo micrófono, el coro indignado arroja sus ropas de todos los dias al piso y por debajo revelan sus smoking y trajes rojos largos para las mujeres. Ahora se han puesto serios y severos y con luces reflejadas desde abajo también siniestros. Cuando Sachs pide su testigo para que cante la canción del premio, Beckmesser se rie abiertamente de Walther mirándolo con desdén.

Al entrar Walther como testigo es la imagen del conformista, y trae consigo una plataformita con rocas artificiales y un jardincito sobre la cual se para para cantar su canción, vestido de traje oscuro, camisa blanca y corbata, el pequeño burgués ha llegado su propia cumbre y durante el gran acorde que anuncia la canción de Walther, baja el teloncillo (ahora un gran telón) que Walther había pintado en el apartamento de Sachs, allí está la justificación de Katharina para suprimir al papel con la tinta fresca. Se puede no estar acuerdo con esta idea, pero la justificación para ella esta bien hecha.

Del costado aparecen dos figuras románticas del pasado (que es como se veía siempre a esta ópera, nos dice Katharina) que actúan la canción del Premio mientras Beckmesser ? ahora el verdadero revolucionario - se ríe a carcajadas de la payasada. El coro se pone de pie para darle a Walther una ovación y este se les acerca para firmarles autógrafos dejando de lado con un empujón a su novia Eva. Fritz Kothner que tanto odiaba al joven noble se deshace en elogios y abraza al triunfador y posiblemente se convertirá en su agente. Para culminar las celebraciones entra un enorme cheque del Banco de Nuremberg para Walther con la poco atractiva figura de Eva (Angela Merkel) por detrás. Este será un matrimonio de conveniencia. Como novedad, Walther, luego de rechazar su posición de Maestro (Profesor) se aleja del escenario ofuscado seguido de Pogner y de Eva y no regresa a recibir su medalla.

Queda en el centro la figura siniestra e inmóvil de Sachs frente al coro igualmente siniestro e iluminado desde abajo al estilo de las ceremonias nazis en Nuremberg (veanse las fotos de la Catedral de la Luz de Albert Speer), a los pies de Sachs la figura del Ciervo de Oro (en lugar del becerro...). Sentado en una silla a un costado, sin poder creer lo que esta viendo vemos la figura de Beckmesser con una mezcla de miedo y horror por lo que esta sucediendo frente a sus narices en nombre del arte que el también ama. Dos enormes estatuas aparecen a sendos costados, Sachs se ha convertido en un apóstol de la muerte del arte, Beckmesser se acerca a él dando vueltas a su alrededor pero Sachs ya ha pasado a un estado de fascismo artístico del cual no regresará...Beckmesser retrocede despavorido por las consecuencias mientras el coro se cubre los ojos.....

PELIGRO...ARTE....es el último mensaje de Katharina.

Si la producción de Peter Konwitschny en Hamburgo había demostrado sin lugar a dudas que la provocación del regiesseur había dado el resultado correcto ? se debe usar cualquier medio para proteger al arte? (la respuesta es NO); la propuesta de Katharina también se justificó por si sola al escucharse los abucheos de un público que ve a Los Maestros Cantores como una obra sagrada con la cual no se debe interferir. El público de la última función se vio sus caras y costumbres en su propio espejo y no le gustó lo que vieron. Tesis aprobada señorita ?doctora? Katharina.

El elenco fue variable, encabezado por un Sachs visualmente excelente por parte de un artista de ley, Franz Hawlata, a quien la parte de Sachs no le cae bien. La voz de Hawlata de bajo es perfecta para Ochs y para Wozzeck, pero Sachs necesita un rango más amplio y una voz un poco más expresiva y quizás cálida y aquí Hawlata se encontró en dificultades. El color de su voz tampoco lo ayudó puesto que su bajo es de aspecto reticente e irónico, mientras que la parte de Sachs no es nada reticente.

Otra elección de elenco me pareció inexplicable, la de Amanda Mace como Eva, un rol que generalmente ha sido bien elegido en este Festival. La voz de la Mace es pequeña y de poca variación expresiva y sin el poder tonal para el segundo acto. Durante el quinteto jamás llegó a convencer ni como vocalista ni como soprano de valía. Se espera un cambio urgente de elenco el año que viene.

Norbert Ernst en cambio posee la voz ideal para David y también la disposición anímica para el rol. Su David resultó simplemente perfecto y su canto detallado y buena dicción lo convirtieron en uno de los puntales de la velada. Carola Gruber fue su Magdalena, una voz que sonó bien y una buena actriz. De los dos principales restantes no se con cual quedarme así que decreto un empate con el permiso del lector. No creo haber visto un mejor Beckmesser que el de Michael Volle, su caracterización fue siempre de un nivel superior al acostumbrado y su canto también fue de primera. La forma en que encaró y declamó sus palabras en su canción del premio fue simplemente descomunal, transformando esa caricatura en algo vivo y nuevo. La expresión e intención en cada una de sus frases dieron nuevo significado a las palabras re-estudio del rol. Una creación inolvidable por parte de un artista de mucha valía.

Por otra parte, Klaus Florian Vogt se ha convertido en el tenor favorito del Wagner lírico y con razón. No sólo luce estupendo con atractiva figura alta y fisico privilegiado sumado a una cara bonita, sino que su voz de estilo aniñado pero con poder penetrante se adapta muy bien a este tipo de roles. La acústica de Bayreuth le favoreció mucho y se le pudo entender casi todas las palabras, algo que a sus colegas les critico mucho (excepto Volle).

Vogt llegó a la canción del premio con reservas enormes, como si pudiera cantar todo el rol de nuevo, y eso ya es un logro mayor.

Artur Korn debutó en el rol de Veit Pogner con éxito. Su voz es más adecuada a Strauss, pero su Pogner llegó a convencer por ser una creación noble de un cantante de categoría.

Markus Eiche presentó un Kothner odioso, tan meticuloso en sus procedimientos del primer acto, como meloso hasta la repugnancia al caer bajo la influencia de Walther en el tercero y de paso resultó un excelente cantante en todo respecto, en un rol que tiende a ser gritado, pero no en el caso de Eiche.

Mucho mas que correcto el sereno/portero de Friedemann Röhlig, un cantante joven de voz resonante y fresca.

Del coro de Bayreuth nunca caben dudas porque es simplemente extraordinario, solo que en esta ocasión hubieron desencuentros con el director, pero como también hubo desencuentros con algunos de los cantantes creo que es un problema entre foso, la acústica de la sala y la falta de costumbre de dirigir en ella por parte del director, el muy experimentado Sebastian Weigle.

Debo también admitir que ya había escuchado a Weigle dirigir Los Maestros Cantores en Berlin y allí no me había convencido y mi opinión no ha cambiado. La suya no es una lectura espontánea, aunque es muy exitosa en el uso de las maderas y en los solos en las partes camerísticas. Pero los tutti le presentan problemas de texturas y el sonido tiende a sonar borroso y amontonado. Pero habiendo dicho esto, su lectura fue prolija y movida, de un nivel bueno sin llegar a las maravillas de otros directores también jóvenes.

Pero si cabían dudas acerca de quien fue la estrella de la noche, esas dudas se disiparon entre los abucheos, la estrella de Katharina Wagner ha comenzado a ascender y en esta ocasión ha brillado en forma intensa.



De: xepkna
Fecha: 28/07/2008 23:34:31
Asunto: RE: Comentarios
Hola a todos
Pues no, ya os podeis quedar con las interpretaciones filosófico-psiconalistas de tal o cual sociedad alemana de tal o cual tiempo. Yo llamo a eso escenografias donde oyes una cosa y ves otra totalmente distinta. ¿Será que soy un burgués carcamal y retrógrado?
Pues que le vamos a hacer, me gusta que aparezca Sachs como zapatero, que aparezca el Nuremberg del siglo XVI (cartón-piedra o no) y todo lo demás.
En fin, suerte que solo lo he escuchado por la radio(lo que me han dejado).
Saludos
Josep

De: rexvalrex
Fecha: 29/07/2008 13:15:21
Asunto: RE: Comentarios
Me han parecido muy interesantes las observaciones de Le Governeur, como suele ser habitual en él, ahora bien, lo que yo creo es que si la bisnietísima tenía la intención de interpretar a su manera o, mejor dicho, utilizar como excusa laobra de Wagner para hacer una serie de divagaciones, lo que yendría que haber hecho es escribir un artículo o un libro, pero no deformar la parte plástica de una obra que no es suya, sino de su autor.

Una persona que no conozca de qué va la obra original, no se entera la ver este tipo de escenografía, ya que lo que se ve y lo que se oye no tiene nada o bien poco que ver. Mi mujer estudió Hª del Arte y tuvo un profesor en Hª de la música que es un crítico que publica en revistas especializadas, el profesor Vicent Galvis. Cuando les habló de Wagner, en concreto de Tannhäuser les puso el vídeo de Mehta de Munich (Kolló, Meier), que era el único que tenía disponible ese señor por entonces. Les dijo a los alumnos que no hicieran caso de la escenografía, ya que se trataba de "ocurrencias" del director artístico que nada tenían que ver con la obra. Desde luego, mucho más didácticos son los pases de DVDs tipo MET, que son más fieles al original y hacen comprender mejor la obra.

Con esto no quiero decir que haya que repetir hasta el aburrimiento escenografías naturalistas de tipò tradicional, he visto producciones bien modernas, como lo que va de Tatra en el Palau de les Arts, que son admirables, ya que no desvirtúan la obra, sino que la ilustran haciendo uso de las más modernas tecnologías. esto me parece bien digno. Lo que hacen determinados regidores, como Katharina, no me dice nada positivo. Los Bieitos, Konwinschnis, etc. son un lastre para quienes se ven obligados a soportarlos.

En fin, este es mi punto de vista. Posiblemente la cosa esté en saber distinguir entre opciones modernas inteligentes y renovadoras de la escena y los que pretender dar gato por liebre. Lo mismo sucede en el arte actual (me refiero a la pintura) donde hay mucha basura con renombre entre una minoría de pintores que sí que hacen su trabajo dignamente.

Un cordial saludo y buena recepción.

Rex.

De: xepkna
Fecha: 29/07/2008 13:46:20
Asunto: RE: Comentarios
Completamente de acuerdo contigo Rex
Saludos
Josep

De: LLorenç Casanova
Fecha: 29/07/2008 14:02:20
Asunto: RE: Comentarios
Agradezo sinceramente a Gouverneur su información, muy interesante y ciertamente con grandes verdades. Pero Los Meister no son esto, al menos en mi opinión que pueden estar equivocada. Para mi Katharina tiene unas ideas, que pueden ser correctas, y aprovechó los Meister para presentarlas. En este sentido pervirtió su significado. Ya he dicho que en los actos I, II y el primer cuadro del III la idea la veo bien plasmada, con ciertos detalles discutibles. Me gustó mucho especialmente el primero.
En el segundo cuadro del tercer acto se le va la mano y hace decir cosas en su escenificació que la obra no pretende. Pervierte el sentido implícito que lleva la obra para dar unas ideas, repido que pueden ser correctas, pero que el significado de la obra no sostiene. Los tres elementos de este cuadro: el pueblo, Sachs, Beckmesser y Walther son manipulados por una idea preconcebida, son pervertidos y así las escenificación naufraga. Esta es mi opinión, que puede ser discutible.
Vi un Lohengrin escenificado por Katherina en Budapest que presenta la acción en la situación de un estado socialista-totalitario de la Europa del este y me gustó muchisismo, ¿Por qué? Lo obra no fue pervertida ya que Lohengrin es un drama social en una sociedad en decadencia y esto es lo que presentó Katharina y a mi me pareció genial.
Pero en los Meister hay manipulación del sentido intrínseco y per eso naufraga.
Lorenç Casanova