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Bayreuth 2008, Tristán y Parsifal |
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Este es un post para contaros mis correrías este año por Bayreuth, donde he podido presenciar el Tristán del 26 de agosto y el Parsifal del 28. El Tristán ha sido absolutamente nefasto. En otra producción fallida de Bayreuth como la del Parsifal del conejo al menos no se llegaba al aburrimiento. Este Tristan es un auténtico plomo inaguantable. El principal culpable de este desaguisado ha sido el responsable del apartado escénico, Christoph Marthaler, en un trabajo que intenta ser sesudo y se queda en un sinfín de gestos sin sentido, ?ejemplo es que los personajes no mueren, se quedan de pie mirando contra la pared!?... gestos que no aportan nada en una escenografía de Anna Viebrock feísima. Todo se desarrolla en el mismo espacio, un ferry de los años 50 de rancio abolengo, mostrando un lujo ya desfasado y paredes desconchadas. La supuesta gracia es que todo la acción se desarrolla en el mismo espacio, cada acto se baja 3 metros, terminando el 3º en una especie de sótano donde se ve hacia arriba los dos actos anteriores? ¿Y?. El director musical era Peter Schneider, del que no guardo buenos recuerdos por sus bolos protagonizados en España, por el insulso anillo del Teatro Real, pero sobre todo por destrozar un Parsifal que presencié en Viena con la filarmónica, eso no tiene nombre. Ha sido el mejor trabajo que le he visto a este director, la orquesta ha sonado con precisión y vuelo, aunque sin excesivos apasionamientos. La experiencia en Bayreuth es un grado y se nota que es un hombre aceptado por el foso. De todas maneras el mejor Schneider tampoco es algo como para tirar cohetes. Isolda era Irene Theorin de la que le había escuchado en el anillo del 2006 en Bayreuth el papel de Helmwige. Me suelo fijar en las cantantes que abordan este papel porque a pesar de su brevedad es muy difícil, su salida contiene dos Si4, dos Do5 para culminar en un Si4 mantenido, todo con la orquesta a todo trapo. Isolda evidentemente es otra cosa, uno de los más extensos del repertorio. Se nota en Theorin que funcionó maravillosamente como Helmwige, tiene un registro agudo muy potente, eso es siempre de agradecer, pero el centro es discreto y los graves muy débiles. Sobre todo lo que se le echa más en falta es una mayor maduración del personaje, transmitir las emociones y estados de ánimo de Isolda. Es un papel que seguramente mejorará en el futuro, pero nos quedan muchas reservas al registro grave. Con la muerte de Isolda me quedé frío. El Tristán era Robert Dean Smith, muy conocido en España por sus frecuentes visitas. Es un tenor que me agrada pero lo veo muy flojito para el Tristán. Su voz es muy justa para este papel, especialmente en el tercer acto donde queda tapado en cuanto la orquesta aprieta, ?que la acústica en Bayreuth es muy buena pero no hace milagros. Además le falta expresividad para emocionar en este personaje sicológicamente tan complejo. Quizás la mustia dirección escénica evidenció todavía más las dificultades vocales y expresivas de la pareja protagonista. El que estuvo muy bien fue Rukka Rasilainen como Kurwenal, con una voz grande, fue quien se salvó de la quema. Aceptable Robert Holl como Marke y muy flojita Michelle Bredt como Brangäne. Me acordé mucho de Lioba Braun que interpretó el papel en Oviedo de manera excelente. Los demás personajes eran reputados cantantes que participan en el anillo por lo que andaban bastante sobrados para sus breves cometidos. En definitiva todo estuvo lastrado por una dirección escénica y escenografía tan lamentable, que estaba deseando que acabase la función para irme a cenar un buen codillo con unas cervezas. Cuando se empieza a ir la cabeza fuera del teatro es que algo no funciona. ------------------------------------------------------------------------------------- Al día siguiente pude hablar con una persona de la administración de los amigos del festival y le pregunté por el tema de la sucesión. Según ella, aunque no tiene ni voz ni voto, este último invento de Nike Wagner y Mortier no cree que prospere porque da mucho miedo en Bayreuth. Mortier es una persona de mucha reputación, pero tampoco sobresale por su tradición wagneriana y se le teme especialmente como gestor o más concretamente como despilfarrador. Cree que hay muchas más posibilidades para la candidatura presentada por las dos hermanastras, que auque tienen sus detractores se les ve más de la casa y además tiene el apoyo de Thielemann, director que se ha labrado un merecido prestigio en Bayreuth con su dirección del anillo. Aunque ella me dijo que desconoce la opinión de quienes deciden, era más una opinión personal y lo que se escucha por los pasillos. Le pregunté por otra cuestión que me interesaba mucho y es la vuelta al festival de Rene Pape. Me contó que no sabe exactamente si han hablado ya en concreto con él, pero que en el festival se da casi por hecho que va a ser el encargado de hacer el Wotan en el anillo del centenario en el 2013, por lo que aunque sea por el momento sólo la pretensión del festival es ya una buena noticia. También hablando con Roger Alier que estaba por allí me dijo que ya le habían comentado que se había iniciado el tema de Pape. Ese mismo día comencé a entrar en el maravilloso mundo de Parsifal para la representación del día siguiente, dirigiéndome al precioso teatro barroco para ver la exposición Wer ist der Grial? Esta exposición situada en los que sería el escenario del teatro, que fue precisamente el que atrajo a Wagner a Bayreuth por sus grandes dimensiones, aunque luego viendo lo reducido de la sala se dio cuenta que no era lo que estaba buscando, pero le gustó el lugar y comenzó la idea de construir en Bayreuth uno de nueva construcción. La exposición es un estudio sobre las primeras apariciones del Grial en el arte occidental, su origen etimológico, su significado, su relación con el mundo wagneriano y con aquellos escritos que fueron fuente de inspiración para Wagner. Ya al día siguiente realicé la visita anual a Wanhfried y sin saberlo en ese momento estaba paseando el mismo escenario de la producción que iba a presenciar por la tarde. Después de tres días de estancia en Bayreuth donde se respira un ambiente de mucha tranquilidad, unido a estos acercamientos a la obra del compositor me encontraba en un estado de ánimo ideal para presenciar una ópera y más en concreto esta obra tan maravillosa, mi preferida de todo el repertorio, que pone encima de la mesa el complejo mundo espiritual del compositor y profundas cuestiones morales y filosóficas. Cuento esto del estado de ánimo porque no le damos importancia a lo que hacemos antes de una ópera cuando es un factor fundamental. A veces no nos queda más remedio de tener que acudir a un Parsifal corriendo estresado al teatro después de salir de una reunión de trabajo. Esta no es forma de recibir esta obra, ni ninguna ópera. Es un arte que requiere un estado anímico reposado, que nos permita tener el oído, la vista y el cerebro al 100% de concentración. Estaba tan inmerso en la obra que ya cuando escuché desde los jardines del teatro a la sección de metales que desde la terraza avisan de que faltan 15 minutos para el comienzo interpretando un motivo del acto que sigue a continuación, sentí ya un pequeño escalofrío. Ya sentado en la butaca, un asiento muy bueno para la acústica, fila 17 asiento 26 derecho la siguiente es 26 izquierdo, es decir justo en el centro y en una distancia que permite seguir la escena. En Tristán estaba en el centro en la fila 2 y aunque se ve la escena muy bien se pierde un poco la sensación de acústica envolvente y se tiene una acústica totalmente direccional como en cualquier teatro. ------------------------------------------------------------------------------------- Se apagaron las luces y comenzó una representación absolutamente fascinante. No sé por donde empezar a contar porque fue un trabajo tan coordinado en todos los sentidos, dirección musical-orquesta-cantantes-dirección de escena-dramaturgia-escenografía-vestuario-iluminación-imágines en vídeo-dirección del coro, que es una injusticia diseccionar. Pongo la palabra dramaturgia en el mismo nivel que dirección musical y escénica porque esto es una novedad que ocurre en los programas de Bayreuth desde el año 2007. En esta producción el dramaturgo es Alexander Meier-Dözenbach, una persona muy documentada en todo lo que rodea a Parsifal y que ha asesorado a Stefan Herheim en desarrollar el planteamiento tan complejo que han escogido. Esto en el programa del 95 y en el 2006 que tengo no ocurre así y por ejemplo el dramaturgo del anillo que ahora ya aparece en primer plano, en el 2006 venía mencionado en una página de asistentes musicales y escénicos, donde nombran por ejemplo a otras figuras importantes en la planificación de la ópera como es el correpetidor. Sé que este ascenso experimentado por la figura del dramaturgo no gustará a muchos foreros pero es un hecho que no sé si ocurre en otros teatros pero que en Bayreuth ya es realidad. La producción de este Parsifal es una auténtica maravilla y estoy seguro que será una producción ejemplo y modelo que se recordará por mucho tiempo, estamos en sus primeros pasos. En ella hay prácticamente de todo, la escena está en permanente transformación, la dirección de los cantantes incluido el coro está estudiada al mínimo detalle, la iluminación es extraordinaria, hay magia, saltos acrobáticos, ironía alternada con la solemnidad, imágenes videográficas muy pertinentes sin abusar del recurso?, pero lo mejor es que todo está realizado teniendo en cuenta?La música. Herheim y Gatti han estado trabajando todo el rato de la mano. Cuando en la partitura se pedía un forte para el cantante, se exigía al intérprete y se tenía en cuenta en la escena, en su movimiento, en la iluminación, en todos los aspectos. Si cambia el estado de ánimo cambia el color vocal, si nieva en la escena esto se nota en la orquesta. Se ha contado una historia y se ha desarrollado conjuntando de manera indivisible la música y la escena. También es muy destacable que hay una perfecta combinación de los elementos tradicionales con un planteamiento paralelo conceptual novedoso, pero que no disminuye en ningún sentido lo que hubiese sido un mero desarrollo tradicional de Parsifal. La acción se localiza en Bayreuth, en concreto en la propia casa de Wagner, tanto en el interior como en los jardines, en un hospital militar, en el propio teatro y en el parlamento, desarrollándose todo entre finales del siglo XIX y la llegada de la democracia en la Alemania Federal, haciendo una repaso a la historia de la familia Wagner y fundamentalmente de la propia Alemania. Todavía estoy pensando en cómo ha logrado todo este desarrollo paralelo al mismo tiempo que hemos visto el Parsifal más tradicional posible, especialmente la aparición de la sala del Grial muy similar a la escenografía del Parsifal estrenado en 1882 realizada por Paul von Joukowsky. Hemos visto al Amfortas doliente, con unas espinas sangrantes que le brotaban de la cabeza, levantar el Cáliz y que este se ilumine, hemos visto a Parsifal vestido con la armadura, hemos visto la lanza, hemos visto a Kundry lavar los pies de Parsifal y secarlos con el cabello, hemos visto descubrir el ataúd de Titurel, hemos visto sanar la herida de Amfortas con la lanza, hemos visto la paloma. Todo esta gran combinación se ha logrado ayudándose de todos los recursos teatrales posibles, imágines videográficas, surrealismo, sueños y pesadillas, mezcla de realidad y fantasía, teatro dentro del teatro, pero todo está desarrollado de forma brillante y formando un todo tremendamente coherente, alternando imágenes de fuerte impacto dramático con otras de belleza plástica superlativa. Además por si fuera poco se han puesto imágenes a situaciones anteriores a la propia acción de Parsifal pero que se relatan en el libretto, por ejemplo la relación de Parsifal y su madre o el combate entre Amfortas y Klingsor. La idea esencial de Parsifal impregna la obra, la compasión por amor. Están también la búsqueda de una identidad colectiva tanto para los caballeros del Grial como para el pueblo Alemán, o el conflicto entre vida y muerte. Hay incluso un parto en escena al comienzo de la escena de la sala del Grial, donde hay mucha sangre y se obtiene un bebe que se mueve, supongo que más cercano se vería el muñeco pero a la distancia parecía muy real. Ese recién nacido es llevado a un altar y es bautizado y circuncidado para transformarse posteriormente en pan y en vino, esto puede justificar diferentes interpretaciones dado la época en que se desarrolla la acción. Una mujer moribunda bebe del grial y cobra fuerzas para la procreación. Es casi imposible explicar todos los detalles de este desarrollo paralelo, pero por ejemplo desde la escena inicial a finales del siglo XIX se pasa al final en la sala del Grial a ver que quienes toman el pan y el vino al acabar la ceremonia son unos soldados que se disponen a acudir a la primera guerra mundial, toman ese alimento que da fuerza a los caballeros y se juntan con inmensas masas de soldados que se proyectan por las pantalla de vídeos, esos mismos soldados ya heridos en los dominios de Klingsor son los que luchan con Parsifal y son lanzados por los aires y descuartizados, pero al final del segundo acto cuando Kundry llama al maligno en su ayuda, estando la escenografía en los jardines de Bayreuth, como era de esperar Wanhfried se llena de inmensos signos nazis como los que se pueden ver en los conciertos de Furtwangler, banderas con la cruz gamada, el águila hitleriana y entran en un impactante desfile fuerzas de las SS, lo que produjo fuertes abucheos en el público en plena representación. Parsifal obtiene la lanza y los destruye. El tercer acto que se desarrolla en una Alemania desolada, la casa de Wagner está destrozada por un bombardeo, tal y como ocurrió realmente. Hay preciosas imágenes poéticas como cuando surge el manantial de la lanza o se invita a unas abatidas mujeres trabajadoras del campo a participar en la reconstrucción de Alemania. Antes de la entrada de los caballeros, la imagen la invade una filmación del escrito que firmaron Wieland y Wagner en 1951 donde se comprometían a dejar la política de lado y dedicarse exclusivamente al arte, cuando volvemos a ver de nuevo la escena está invadida por el parlamento Alemania, donde se desarrolla el último cuadro. Se aprovecha las distintas voces del coro para montar una discusión entre facciones y preside la sesión el ataúd de Titurel, se escucha el mensaje de desesperación de Amfortas y posteriormente el de paz y esperanza de Parsifal, la redención es paralela, la espiritual que recibe Amfortas y la política que obtiene el pueblo a través de la democracia, el poder para el pueblo que pedía insistentemente Wagner y el que le otorga la posibilidad de vivir en verdadera paz, una redención que no viene por sí sola y que hay que trabajarla, todos tenemos que ser cómplices en esa lucha, tanto política como espiritualmente, por eso el espejo del fondo se adelanta al inicio del escenario y refleja al propio público, para después convertirse mientras se escucha el maravilloso coro final, en un mundo que refleja las luces del exterior y las devuelve a los espectadores creando unas preciosas líneas de luz que atraviesan el teatro, para volver a la oscuridad, es entonces en los últimos compases cuando se ilumina con una luz intensísima la paloma que preside la parte superior del teatro de Bayreuth. Bravo. Como ya hemos dicho escena y música fueron en todo momento de la mano. Era el debut de Daniele Gatti. Como se sabe todo debut en la verde colina implica mucha dificultad. Acoplarse a la concha mística, al retardo que se produce entre foso y escenario, la dificultad de escuchar a los cantantes, ser respetado por el foso, adaptarse al calor? Gatti ha entrado en Bayreuth pisando fuerte, no ha ido allí a realizar una dirección simplemente digna en su primer año, ha ido a realizar una versión de verdadero interés, con un claro concepto de trabajo en equipo y dispuesto a ofrecer una interpretación atractiva y personal. En Parsifal es transcendental la elección de los tempos y Gatti sigue la tradición de los tempos lentos, elección que iba perfectamente con la oscuridad de la escena y la atmósfera del teatro, respirando con el cantante, con una transparencia tímbrica ejemplar. Es el Parsifal de la serenidad, el que te emociona y tranquiliza al mismo tiempo. Todos los cantantes estuvieron extraordinarios en el plano escénico. Vocalmente la cuestión ya fue menos celestial, destacó entre ellos Kwangchol Youn. Físicamente Gunermanz en teoría debe ser más bien robusto, en la línea de uno de los grandes Gunermanz de los últimos años Matti Salminen, mientras que este cantante es de pequeña estatura. Sin embargo supo darle un carácter muy enternecedor al personaje que funcionó perfectamente. Se aplicó por ofrecer un expresivo fraseo y pudo emplear su facilidad para apianar y dar una variedad dinámica al canto, teniendo además a Gatti como cómplice y guía. Ventris estuvo muy correcto, aunque sufrió en algunos momentos en el agudo. En el primer acto cantó con la ingenuidad del niño y realizó una convincente conquista de la madurez durante su dúo con Kundry, ofreciendo un notable Amfortas Die Wünde, donde la escena en su permanente transformación pasa a ser parcialmente la sala del Grial originaria del primer Parsifal que vimos en el primer acto, pero ahora al ver el Grial sí alcanza la total comprensión. Es uno de los mejores Parsifales de la actualidad. Una sorpresa positiva en el aspecto musical fue Deleth Roth como Amfortas, le había escuchado algún pasaje de la retransmisión por radio donde tuvo errores de bulto, pérdidas de línea desafinaciones, etc. En cambio a pesar de tener una voz algo ligera para el rol en la función del 28 estuvo vocalmente muy acertado, con una gran expresividad y arrollador en lo escénico. Klingsor estuvo también pasable en lo vocal, al igual que Kundry de Fujimori, quizás sin la talla necesaria para un rol tan importante, pero realizó un personaje fascinante, incluyendo un tercer acto, muy acertado, con muchas exigencias de la dirección escénica. Soberbio el coro del festival, es un auténtico goce escuchar los coros de Parsifal en este teatro, que llegan desde arriba como un sonido celestial. En definitiva una función de las que no se olvidan. Un abrazo |
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!!! Que guayyyyyyy.....!! Y la Kata ¿ qué ?, está tan loca como en Junio, o le va sumando eurotrash a su cerebro. |
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Un detalle muy emocionante que se me olvidaba. Al concluir la función de Parsifal, cuando se incrementaban las ovaciones y se caldeaba el ambiente, se abrió el telón y apareción Wolfgang Wagner, con sus casi 89 años, sentado en una silla, a recibir el último aplauso después de 57 años de dirección del festival. Todo el teatro se levantó al unísono en una tremenda ovación, de órdago a la grande. Un abrazo |
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he estado escuchando un trozo de ese Parsifal, y zzzzzzzzzzzzzzzzz... Lo he tenido que quitar porque el teclado del portátil corría peligro de crujir irreparablemente de un cabezazo. |
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Tenga Vd. cuidado Herr Alberich, Le... pueden morder. P.D. Vió ayer a R.Pape, y sus dos perlas wagnerianas de debut ?? Saludos |
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¿Comorrrr? Como diría un amigo mío, sólo tengo tele de esas terráqueas. Si lo de Pape que comenta lo dieron por algún canal parabólico de esos, tendré que sobornar a algún amigo que lo grabara. |
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Le Gouverneur, muchas gracias por compartir sus experiencias. Ha sido una lectura agradable. Un abrazo y siga usted así. Un placer. |
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Le Gourveneur, muchas gracias por tus doctos y acertados comentarios. Sin duda es lo mejor del foro. Un abrazo y gracias nuevamente. |