Estos días, aprovechando los largos ratos que el estudiante pasa en casa ante la cercana llegada de junio, he podido encontrar en una biblioteca dos registros que me han sorprendido muy gratamente. Seguro que bastantes foreros los conocen, pero aun así, los recalco, porque creo que nunca se ha hablado mucho de ellos.
El primero es el Tannhäuser que grabara Franz Konwitschny en 1960 con la Filarmónica de Berlín, un director para mí absolutamente desconocido, y del que hay también en disco un Tristán en 1950 con Suthaus como Tristán y un Holandés en 1960 con Fischer-Dieskau como protagonista y nada menos que Fritz Wunderlich como timonel. Poco he podido encontrar de él: comenzó siendo viola en la Orquesta de Leizpig, se hizo después director, estando en Stuttgart, volviendo a Leizpig, Dresde, y desde 1955 a su muerte en 1962, director de la Ópera Estatal de Berlín. Como anécdota, un gran aficionado a la bebida.
Su dirección resulta muy interesante, con unos tempi que sirven en todo momento a la escena, sabiendo recrearse cuando hay que hacerlo o ser ligero cuando conviene. La toma de sonido es muy buena, aunque un pelín metálica (sobretodo en las escenas con coro, que le hace algo chillón). El reparto, de excepción: Hans Hopf como Tannhäuser (que si bien resulta un poco estentóreo en el primer acto, compone un Tannhäuser verdaderamente heróico, con una narración de Roma imponente), Elisabeth Grümmer como Elisabeth (la soprano lírica de referencia para papeles como Elsa, Freia o Gutrune, y que no cantó en Bayreuth Elisabeth), Fischer-Dieskau como Wolfram (sobra decir más), Gottlob Frick como Landgrave y Fritz Wunderlich nada menos que como Walther.
Un magnífico registro a veces olvidado ante los de Bayreuth 1955 (Windgassen/Brouwestjin/Fischer-Dieskau) o 1961 (Windgassen/de los Ángeles/Fischer Dieskau). Si este registro de 1960 lo hubiese cantado Windgassen, no sé lo que hubiese supuesto.
El segundo disco es el Tristán e Isolda de Karajan, que me ha sorprendido gratamente por su fidelidad a Wagner y no al sonido Karajan (con matizaciones). Así, la Filarmónica de Berlín posee una auténtica sonoridad wagneriana, amplia y vibrante. Los tempi son los típicos para la obra, sin sorpresas inesperadas. El balance es en general muy bueno, y no encuentro esas estridencias orquestales que había leido en alguna crítica de este disco. Únicamente se nota el "enlatado" de estudio en las escenas con coro del primer acto, donde el balance resulta irreal (sobretodo en el final del primer acto).
Entre el reparto, destacar el fantástico Tristán de Jon Vickers y su cambio de la arrogancia del primer acto a la ensoñación y entrada en el segundo. La otra grande es Christa Luwdig como Brangäne, etérea en sus llamadas a los amantes del segundo acto, acompañada magníficamente por Karajan.
Helga Dernesch, metida con Karajan a papeles pesados (Isolda o Brünnhilda), convence, teniendo en cuenta que es una grabación de estudio, y no se aprecia que la voz sea lírica en sentido estricto, aunque tampoco estamos ante una soprano dramática ni mucho menos. Igualmente Walter Berry, fuera de sus habituales Mozart y Strauss, hace un trabajo satisfactorio como Kurwenal. Bazas de la época son Karl Ridderbusch como Marke o Bernd Weikl como Melot.
En definitiva, un registro de Karajan que me convence mucho más que su Anillo o su Parsifal, más fiel a Wagner que en otras obras. No he tenido oportunidad de escuchar el Tristán de Bayreuth de 1952, pero desde luego, creo que me deparará una grata sorpresa. Un saludo.
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