Yo estuve el sábado. Viaje exclusivamente por ver a la Meier en este papel ya que en el Real no creo que tengamos un Parsifal en muchos años, y menos con ella. Yo también le pregunté si era verdad que había decidido no volver a cantar a Madrid y me dijo muy sorprendida que de dónde me había sacado eso! Añadió que guarda maravillosos recuerdos de esta ciudad y que estará encantada de volver en cuanto le ofrezcan algo. Ahora, Sr. MORTIER, a qué espera??????????!!!!!!!!!!!! Corra como alma que lleva el diablo a contratarla ..........pero ya! que los años no pasan en balde, ni siquiera para los monstruos de la ópera. Parsifal como primera opción ya que aún no lo ha cantado en Madrid...pero vamos, da igual, cualquier papel de su repertorio!
Es difícil expresar lo que vivimos en el Palau...con los primeros acordes de la orquesta, Meier dejó de ser Meier y se transfiguró en Kundry. Me estremecí y las lágrimas pugnaban por salir; aún ni había abierto la boca! Su mirada, primero perdida, luego atenta, fue cambiando paulatinamente según lo que la música expresaba, según las palabras de sus compañeros de escenario. Yo estaba en la fila 3 del patio de butacas y no pude dejar de mirarla de principio a fin del acto. Ni Trekel con su impresionante altura y esa levita negra a lo conde Drácula, ni su potente voz de ya preocupante vibrato, ni el orondo O’Neill, de voz impersonal, pálida, insuficiente en el centro y graves y de insulsa expresividad, lograron distraer mi atención ni un segundo de ese monstruo escénico vestido de amarillo-mala suerte (?) llamado Waltraut Meier. No es que se "comiera" a sus compañeros, director y orquesta, es que , simplemente dejaron de existir. Tal era el magnetismo y la magia que emanaban de su voz, de su rostro, de sus manos, de su cuerpo... el delirio llegó cuando dio un paso al frente, alzó su brazo derecho y cantó:" Ich sah Ihn - Ihn - und - lachte..." (Yo lo vi a Él...a Él...y...me reí) Alguien ha dicho que "gritó" algún agudo....mejor que se compre un sonotone! La Meier jamás grita cantando Wagner...no como otr@s!!! Su timbre es tan penetrante que nos dejó pegados a la silla como si nos hubiese fulminado un rayo! Tras un silencio desgarrador durante el cual ni el aire se atrevió a moverse, continuó en un pianísimo cargado de tristeza y desesperación contenida pero taladrante con la frase "Da traf mich sein Blink! Nun such’ich ihn von Welt zu Welt." (¡Entonces me alcanzó su mirada! Ahora trato de volver a encontrarlo de un mundo en otro.) Bufff...ya no pude contener más el llanto...era tanta la belleza de lo que allí estaba pasando, tanta la verdad del Arte (con mayúsculas), tanta la emoción que sólo un pensamiento me dominaba: ¡qué privilegio estar aquí en este momento!
Con los últimos acordes del acto...volvió el silencio...nadie se atrevía a iniciar los aplausos...no es de extrañar. La sensación era: ¡no hay nada que añadir! Ahora entiendo muy bien por qué Kna no dejaba aplaudir en Bayreuth al acabar Parsifal...
En fin...absolutamente inolvidable!!!
Me sorprendió en los aplausos que sólo éramos unos pocos los que estábamos totalmente fuera de sí con los bravos y las ovaciones y nos pusimos de pie. En Madrid se hubiese venido el teatro abajo ante una actuación de ese calibre. Me dio la sensación que gran parte de los abonados no supieron o pudieron ser conscientes plenamente del fenómeno que estaban presenciando.
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