Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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La estafa escenogáfica de Parsifal
De: xepkna
Fecha: 24/02/2011 19:48:51
Asunto: La estafa escenogáfica de Parsifal
Hola a todos.
Asistí al estreno de la producción de Parsifal que se ofreció en el GT Liceu el pasado día 20. De las siete producciones en directo que he visto a lo largo de mi vida es, una de las mejores, musicalmente hablando. La orquesta del Liceu, bajo la batuta de M. Boder, sonó razonablemente bien, y en algunos momentos, muy bien.
Los cantantes principales, encabezados por el Gurnemanz de H. P. König (para mí, el mejor bajo wagneriano actual), mostraron una adecuación y un logro de sus partes extraordinario. El coro del Liceu, sonando a veces un poco pequeño, también cumplió con dignidad considerable.
Ahora bien, el punto más negro de la representación lo constituyó la estafa escenográfica de Claus Guth.
Quien conoce esta obra se siente un poco insultado al ver una leyenda artúrica, convertida en un drama hospitalario, con todas las connotaciones e interpretaciones que se quiera, pero al fin y al cabo, ambientado en un hospital de guerra a principios de los años 20 del siglo XX. El hecho de que aparezcan los objetos "icónicos" originales de la obra resulta indiferente, si el segundo acto, el jardín de las chicas flores se convierte en un "guateque charlestoniano" de los locos años 20.
El inconveniente de estas escenografías presuntamente rompedoras es que se escucha un concepto y se visualiza otro completamente diferente y alejado del espíritu de la obra.
Con los medios tecnológicos actuales, existe la posibilidad de profundizar mucho más en el espíritu dramático y visual de este tipo de obras y es hacia donde se debería tender.
En fin, dado que "todo vuelve" esperamos tiempos escenográficos mejores.
Saludos
Josep

De: Ossian
Fecha: 24/02/2011 21:17:09
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Me pregunto lo que debe de ser escuchar una de esas buenas interpretaciones con una puesta en escena adecuada. Tiene que ser algo mágico.
De momento, si vuelvo a pisar un teatro, será cuestión de buscar un nuevo uso al antifaz para dormir.

Saludos

De: samuelisch
Fecha: 26/02/2011 10:40:43
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Xepka, por lo que usted cuenta esa puesta en escena no debe de tener nada de rompedora, sino que parece más bien clásica, porque ese estilo hace mucho tiempo que predomina al menos en Europa. Con reminiscencias hospitalarias yo al menos he visto un par de Tristanes. Sobre su adecuación, Ossian, sería mejor explicar cómo funciona escénicamente antes que desecharla por el estilo. Recordemos que la variación y sorpresa de las puestas en escena es lo que ha convertido a la ópera y dramas musicales en un espectáculo debatible, sostenible (posible) y razonablemente popular.

Un saludo.

De: beckmesser
Fecha: 26/02/2011 21:37:59
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Solo comentar a los que todavia no han presenciado este Parsifal quer es una de las mejores escenografias que recuerdo. Tal como se comenta, direccion musical y cantantes, excelente. Entre los aficionados wagnerianos del Liceu se esta de acuerdo en que en conjunto es lo mejor que se ha visto en muchos anos. Aficionados: vayan a verlo ! Vale la pena.
Francesc

De: xepkna
Fecha: 28/02/2011 17:01:38
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Cuando dices "Entre los aficionados wagnerianos del Liceu se esta de acuerdo en que en conjunto es lo mejor que se ha visto en muchos años" No se a que aficionados te refieres. Los que estaban a mi alrededor del tercer piso no deben contar entre ellos porque casi unánimemente protestamos y gritamos contra la escenografia que nos pareció una estafa. Lo único que lamento es que parece que el escenógrafo cobre por decibelio de protesta. Cuanto más se protesta, más caché. Pero en fin, siempre queda el derecho de pataleta. Para ver i oir un Parsifal así, me gustaria más versión de concierto. Así se puede disfrutar de lo que sugiere la música sin que te lo impongan.
Saludos
Josep

De: Fátima
Fecha: 28/02/2011 18:26:23
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Los de mi sector pedían la cabeza del director de escena. Yo me contenté con pedir la hoja dereclamaciones, por fraude.

De: Fátima
Fecha: 28/02/2011 19:16:14
Asunto: Parsifal de los tushíos o Ópera y biodramina (pq lo que es drama, va a ser que no)
"Pá" que te hagas una idea, Samuelisch querido: una mezcla de la Montaña Mágica y Adiós a las armas, con una música de fondo que no tenía nada que ver con lo que se veía en el escenario (que, igual, para disimular lo vacío del concepto, no paró de dar vueltas en toda la función, y no te daban una mísera biodramina con el programa de mano...).

El espacio escénico lo mismo podía servir para Rigoletto, la Fille du Régiment o la Flauta Mágica (para esta última no haría falta ni cambiar las proyecciones...). Igual está muy bien pensado pq con lo que nos costó (a todos): medio millón de euretes (sin contar los cachés del personal), con este Parsifal les va a ser difícil amortizar el pastón. El Retablo de las Maravillas, a la hora de soltar la pasta y aguantar tantas horas, ya se ha visto que no ha funcionado, cuando han repuesto alguna de estas "rompedoras lecturas", fuera de abono, se han quedado miles (literalmente) de entradas sin vender.

Los que aman, conocen la obra y gozan de la espiritualidad y la profundidad que guarda estaban que echaban chispas (lo que el el Liceu no es de desear...). En mi entorno, sólo oí una alabanza: la de una chica que confesaba que nunca había soportabo el Parsifal y que, con esta producción le estaba divirtiendo por primera ver ... Y es que no es para menos, para reírse había una jartá: la discreta simbología de los farolillos rojos en la escena de las muchachas flor; la lanza (mondadientes gigante) que Parsifal coge tranquilamente de las manos de Klingsor, Amfortas y Kingsor cual dos vejetes en un banco del parque contándose batallitas al final de la obra... Lo de Kundry con gabardina y maleta (un Wagner "actual" sin gabardinas y maletas es como un jardín sin flores) yéndose a recorrer mundo (¡¡la pobre, ¡como si no lo hubiera recorrido ya bastante; Wagner empeñado en que pueda descansar y no la dejan!!), pues es cualquier cosa menos original a estas alturas... Ahora bien, fuera de estas pequeñas pinceladas (no tengo tiempo, ni habría espacio, para resaltar en detalle una dramaturgia absolutamente disparatada que no tiene nada que ver con la obra que dice representar. Esí, sí lo del Parsifal de la última escena, vestido de militar de república bananera, acercándose al Grial (que yo recuerde no lo toca y casi mejor) en la última escena, me puso los pelos como escarpias y de un humor...

Pero vamos, felicito calurosamente a quien haya sigo capaz de disfrutar con esto, y ver en ello "una propuesta interesante"; yo me he limitado a reclamar la devolución del importe de mi localidad por fraude. No me va a servir de nada, lo sé, pero es que si ya no me queda ni el derecho al pataleo...

De todos modos, algo he avanzado, del Lohengrin escolar salí llorando, lo que me pude reír con este supuesto Parsifal, no está escrito. Será la edad.

De: Ossian
Fecha: 28/02/2011 20:57:46
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Pues yo no creo que sea una cuestión de estilo sino de destrozo. La historia que hay que representar en el Parsifal es la que escribió el autor y por sí sola da mucho juego para debatir.

Sería un despropósito tan siquiera llegar a contemplar la posibilidad de que tuviera sentido hacer algo diferente (por ejemplo lo que cuentan que se hizo en el Liceo) como para entrar en el debate de si funciona o no.

Pero en fin, parece ser que el hecho de que funcione escénicamente puede llegar a ser un argumento. Y además un tipo de argmento que podemos encontrar entre las anécdotas de la historia más clásica. Bastó con que la belleza de Friné cautivase al jurado del areópago para que se le perdone su impiedad. Ahora bien, a estas "sorpresas escénicas" me atrevería a calificarlas de "antídotos contra la lujuria", por lo que, ni con ese tipo de argumentos las perdonaría.

En conclusión, que no va mucho conmigo el ir a ver una obra con la esperanza de que me sorprendan.

Saludos

De: Niemand
Fecha: 02/03/2011 10:58:00
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Si traicionar al autor es lo que "sostiene" la ópera y la hace posible (lo cual, dicho sea de paso, es absolutamente falso, pues el público, mayoritariamente, quiere ver sobre el escenario las obras que cree conocer, no los engendros distorsionados que les sirve el sinvergüenza de turno), mejor sería prohibir la ópera.

El autor escribió una historia, la imaginó en una escena concreta (para eso no escatimó acotaciones escénicas en libreto y partitura) y le puso música. Puede haber detalles sustituibles, pero alterar la historia y ofrecer otra cosa es traicionar al autor y valerse de una obra ajena para hacer pasar por creación lo que no es sino distorsión, tergiversación y manipulación. Y cobrar por ello.

Si una obra del pasado me habla del mal, no necesito que un sinvergüenza la "actualice", presentándome unos personajes, un texto y una música en un contexto que nada tiene que ver con la obra, pretendiendo con ello haber potenciado la intemporalidad de la obra. Eso es de imbéciles, y, además, es una falta de respeto hacia el público, muy capaz de sacar sus propias conclusiones de la obra original y hacer sus extrapolaciones, sin que le tengan que presentar la obra "convenientemente" deformada. Las obras de arte, cuando son buenas, no requieren de ninguna "intervención". Ellas mismas se explican y se expresan.

De: wanfriedval
Fecha: 02/03/2011 19:16:46
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
me uno a la inmensa mayoria de wagnerianos que, como yo, prefieren a Wagner en su jugo, con evoluciones técnicas - que las hay - pero fieles al espiritu de sus obras. Se acercan las fallas; propongo quemar (simbolicamente, claro) a tantos "ninots" que ostentan el pomposo titulo de Director? de Escena?
wanfriedval

De: Samuelisch
Fecha: 03/03/2011 3:13:31
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Hola a todos.

Yo no he hablado (aún aquí) de lo que prefiero; he hablado de lo que hay y de cómo funciona esto. Es evidente que, pese a que bajo mi punto de vista la calidad siempre es el mejor reclamo comercial (o debiera serlo), también es cierto que el público ha cambiado desde que el peso de la balanza se inclina hacia la -a veces solo supuesta- creatividad del director de escena. Es normal: la ópera es multidisciplinar y cada aficionado exprime sus preferencias. Y para eso paga, faltaría más. La interpretación artística nos permite muchas cosas, pero si hay algo realmente indiscutible es la libertad, concepto muy relacionado con todo lo que tenga que ver con un proceso creativo.

No todo vale, pero las cosas caen por su propio peso, y cuanto más iluminado se crea uno para poder prohibir y dictar, menos derecho tiene a ello (autoprofilaxis ante las verdades absolutas). Todo lo demás me suena al típico dirigismo intervencionista que trata de crear una especie de imposición moral en el arte (como si no tuviéramos bastante con todos esos gobiernos dedicados a destrozar minuciosamente cualquier equilibrio, siquiera casual). Por eso, apriorismos los justos; pataletas a posteriori, todas las que quieran; e insultos de los de siempre y a los de siempre, cero, bajo apercibimiento de penas conocidas e incluso experimentadas.

Por supuesto, es una sugerencia. Aquí gobierna(n) otro(s).

Saludos.

De: Niemand
Fecha: 03/03/2011 7:47:53
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
La gente quiere ver ópera. Y se informa y la escucha antes y se entera de qué va, y luego en el teatro, con la misma música y texto del siglo XVIII o XIX (a veces también del XVII) ve terroristas musulmanes, ejecutivos, gente ociosa en la barra de un bar, yonquis y toda esa mierda que nada tiene que ver con la obra, que es feo y no aporta absolutamente nada.

¿Insultos? Llamar sinvergüenza a alguien que manipula, tergiversa, distorsiona una obra ajena, presenta eso como un trabajo original y cobra por ello no es insultarle, es llamar a las cosas por su nombre. Me sorprende que apruebe la manipulación y luego se ande con remilgos a la hora de buscar calificativos. Llamar imbécil al que cree que las grandes obras requiren de su concurso para actualizarlas y hacerlas más "digeribles" al público actual es poner el dedo en la llaga. Las obras se entienden perfectamente sin la intervención de esos cretinos. Es más, a veces tras su intervención dejan de entenderse. Pero, quizá, eso es lo que se pretende: coger una obra y convertirla en algo grotesco que requiere ser explicado por el canalla que la ha dirigido, que así hace gala de sus dotes "intelectuales". El manual de instrucciones de la producción. Valiente sandez. ¿Y el autor, dónde queda el autor?

De: Emilio Gimena
Fecha: 03/03/2011 19:51:20
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
A mí no me desagradó del todo la escenografía del señor Claus Guth. ¿Saben por qué? Porque me esperaba lo peor (como sus "Meistersinger" de casas de muñecas de hace un par de años) y al menos, esta vez, lo que se vio en el escenario tenía cierta coherencia. Pero, y esta es la eterna pregunta, ¿lo que nos ofreció era realmente "Parsifal"? Yo creo que no.
Estas "innovaciones" ya empiezan a ser viejas, reiterativas y aburridas. ¿Conflictos freudianos? ¿Odio al padre? (Klingsor aquí es hermano de Amfortas y odia a su papá porque no lo ha elegido a él, sino a su hermano, como heredero suyo -no del Grial, sino del sanatorio, que es el negocio familiar). ¿Dictadores fascistas? Hummm.... Ya no consigo recordar cuántos años hace que vi por primera vez al duque de Mantua luciendo camisa negra. Aquí "el redentor" no es más que el futuro Hitler (la acción se sitúa en un hospital alemán tras la primera guerra mundial). En la última "Elektra" en el Liceu, Aegyith lucía uniforme nazi... Todo esto ya aburre un poco.
¿Era necesario que durante la música de la transformación en el primer acto apareciera un soldado enloquecido y epiléptico dándose cabezazos contra la pared, saludando militarmente y tirándose al suelo repetidas veces? ¿Por qué Kundry últimamente no encuentra su redención en lo que ansía -morir por fin- sino que siempre se va de viaje (a veces con Parsifal, a veces sola)?
Cuestiones que no entendí: Todo transcurre en un hospital/sanatorio. ¿Por qué el coro final lo entonan señores en apariencia cuerdos vestidos con levita y chistera? ¿Quiénes son? ¿Los antiguos locos se han transmutado en seres respetables y respetados por la sociedad que entronizan al futuro dictador?
Miren, a mí -a diferencia de Knappertsbusch- que aparezca el Espíritu Santo en forma de paloma sobre el Grial ya me es indiferente; pero -e insisto, he visto cosas mucho peores en el Liceu en la última década- que para gozar de la belleza de lo que estoy oyendo tenga que cerrar los ojos para no ver lo que estoy viendo- me molesta bastante. Soy lo suficientemente mayor para haber visto en escena esta obra ambientada en la época en que transcurre; pero ¿habrá alguien menor de treinta y tantos años que haya visto un Don Carlos con jubón, una Manon Lescaut con miriñaque o un Sigfrido sin gabardina? Lo dudo.
Emilio

De: xepkna
Fecha: 03/03/2011 21:17:32
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Completamente de acuerdo con Niemand, el problema actual, repito es que yo creo que cuanto más se abuchea al escenógrafo, mas sube su cache. Creo que la única solución es, como antes se apuntaba, una escasa presencia de público. Aunque eso, los rectores de los teatros lo solucionan potenciando los abonos i así, te hacen "tragar" lo que les da la gana.
En fin, se admiten ideas
Saludos
Josep

De: Ossian
Fecha: 04/03/2011 12:30:04
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Samuelisch, me parecen interesantes tus reflexiones. Me parece deducir una negativa a las imposiciones morales en el arte y la razón para ello es que se coarta la libertad del que crea. Sin embargo el que creo la obra, pese a quien pese fue Wagner y por lo que se ve, en nombre de una creatividad libre se puede permitir pisotear la del auténtico creador. Y digo auténtico creador, pq el resto de participantes de esa actividad multidisciplinar que rodea a la interpretación operística no son más que pinches al servicio del chef. Y es que actividad multidisciplinar no significa actividad descoordinada y en cualquier proyecto en el que se requiera la cooperación de especialistas en materias diversas siempre ha de existir una dirección que impone los criterios fundamentales a seguir. Y quien hizo eso en sus obras fue Wagner hacer muchos años.

En cualquier caso, si lo que se quiere es debatir, yo sigo esperando a que los defensores de los cambios que (algunos) tenemos que soportar en las puestas en escena actuales, aporten UN solo argumento sólido que las justifique, que hasta ahora no lo he visto.

Por otra parte está la cuestión de cómo la imposición moral en el arte es algo deseable o no. Llamar dirigistas, intervencionistas e iluminados a los que las proponen suena muy parecido a decir que los que las rechazan son promotores de la prostitución, la drogadición, la violación y toda clase de perversiones que retratan en sus puestas en escena.

La primera referencia que conozco sobre la necesidad de condicionar el arte a los criterios morales la leí en la República de Platón, un hombre con una visión política revolucionaria para su época, que terminó siendo esclavizado por un tirano. Uno de esos tiranos a los que les gusta disponer de un prostíbulo donde revolcar sus bajas pasiones, como a los tiranos de hoy en día les gusta revolcar en la mugre las obras de los genios, cuyo contenido no comparten.

Ahora bien, es muy probable que siguiendo al pie de la letra los criterios de Platón, el mismo contenido de las obras de Wagner no fuese moralmente satisfactorio: dioses que conspiran, pecan o asesinan. Pero, a pesar de ello, considero que su punto de vista debe ser tenido en cuenta y aceptado o rechazado con argumentos y con criterio, en vez de ofrecer un retrato de Platón como demonio de la tiranía. Al menos, así lo veo yo.

Saludos.

De: astillero
Fecha: 04/03/2011 13:42:49
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
He leido todas las opiniones que habeis escrito,y estoy de acuerdo con la mayoria de ellos.Tened en cuenta que,en caso de que el director escénico del Liceo los lea,no harà ni caso,pues está respaldado por las instituciones que lo rigen.
He visto muchas representaciones a lo largo de mis años de abonada al Liceo,y de todos los colores,pero lo que està pasando ahora es inperdonable.Como ya dije en su dia,quienes quieran ver esas ¨novedades¨tienen el foller para ello;los wagnerianos nos sentimos muy ofendidos y burlados con ellas,pues representan una falta total de respeto hacia el compositor.
Con todo ello,creo que una buena soluciòn es,y de hecho lo pido,la rápida destitución de este Sr.en la esperanza de que quien lo substituya, venga con la lección aprendida.Es mucho lo que se paga por el abono para que se nos tome el pelo de esa forma.
Un saludo.

Pilar Agudo Villegas abono nº920















De: xepkna
Fecha: 05/03/2011 1:16:52
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Completamente de acuerdo contigo Pilar. Creo que corren malos tiempos para los que nos gustan escenografias "auténticas". ¿Por qué estan tan en auge las versiones "auténticas" con instrumentos antiguos, hasta de obras románticas y en cambio no se hacen escenografías "auténticas", siguiendo el espíritu de la obra según el compositor?
De hecho, cuando aparece una escenografía clásica, los programas de mano se llenan de advertencias en contra y que no nos lo tomemos por costumbre, ya que este teatro no está para estas "reaccionarieces".
Se esperan tiempos mejores.
Saludos
Josep

De: assur
Fecha: 05/03/2011 22:44:44
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
"Uno de esos tiranos a los que les gusta disponer de un prostíbulo donde revolcar sus bajas pasiones, como a los tiranos de hoy en día les gusta revolcar en la mugre las obras de los genios, cuyo contenido no comparten."

Un pensamiento lúcido y brillante como pocos.

Vivimos en una época profundamente deficitaria por lo que hace a talento e inspiración en la creación de auténticas obras de arte y mucho me temo que algunos de los que ni se plantean el desafío de la creación se sirven (parasitan) del arte de los genios indiscutibles (no digo que sea ese el caso de Guth, por suerte o por desgracia no he visto la producción comentada) en vez se servir al arte, del cual, paradójicamente, viven.

En mi caso, no se trata ya de una cuestión de ideología artística, sino de simple cansancio.

Por cierto, me parece que la idea del sanatorio en el acto II ya la tuvo -no sé si antes o después- el actual regista de la producción en curso del Parsifal de Bayreuth, vaya, si no me equivoco.

Se me ocurre que se podría representar el Parsifal en el interior de un avión de pasajeros (los actos I y III) y en una terminal durante un transbordo (acto II). El pasaje podría ser la orden del Grial sin rumbo por la transgresión de Amfortas (el piloto). Durante el acto primero, se recurre a Parsifal (un polizón que la tripulación ha capturado) para que, ante la incapacidad de Amfortas, pilote el avión, pero no tiene éxito. Ante esta situación, el avión hace escala en una terminal, donde Klingsor, vestido de terrorista islámico, intenta apoderarse del avión con la ayuda de Kundry, ataviada cual azafata, pero la iluminación de Parsifal hace fracasar el intento. En el acto III Parsifal, esta vez de pasajero incógnito, será investido como comandante de la nave, la cual, bajo su dirección, llegará a buen aeropuerto.

En fin, si resulta que ningún director de escena no ha tenido, hasta el momento, esta idea y en el futuro aparece una escenografía de estas caracter´isticas, me propongo, con el debido apoyo legal, reclamar una indemnización por plagio, vaya si no lo hacen antes los guionistas de "Aterriza como Puedas"!

Saludos.


De: eduardo
Fecha: 11/03/2011 20:52:33
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Primero, quiero saludar a los participantes en el foro, hace muchísimos años no entraba aqui, de hecho pensé que ya no existía esta página, pero veo que afortunadamente goa de buena salud, mejor incluso que la mía :-)
Un abrazo a todos.
Por otro lado, a ver si por aqui me acompañan en facebook, hace varios meses hago cometarios y coloco videos de wagner pero a mis amigos no les gusta wagner -vaya novedad-
Si quieren agregarme como amigo estaré encantado y además agradecido, mi cuenta en facebook está con : portocarrero3@yahoo.com
Para finalizar creo yo que en cuanto a las escenificaiones -y sobre todo en esta obra- hay que ir con cuidado, para valgan verdades, no sólo las tradicionales son dignas de destacarse, hay representaciones mas o menos vanguardistas que son interesantes y que no le quitan el mensaje que wagner quizo dar, pero de esas son poquísimas, lamentablemente... la mayoría son verdaderos espantos, abortos de la naturaleza artística. Y me duele por que amo el arte bien hecho, amo también de los artistas que respetan las obras de sus colegas cuando los representan, eso tiene mucho valor, sobre todo ahora que nos volvemos cada vez más personalistas.
Un abrazo a todos, a ossian al que no saludo hace décadas, lo mismo que a mi amiga Fátima que participaba en el foro, porsupuesto que al webmaster y a todos.
Un amigo antes que nada, y después el wagneriano más wagneriano de todos los wagnerianos.

De: César Andrade
Fecha: 11/03/2011 23:35:58
Asunto: RE: Artículo de Luis racionero en La Vanguardia
Parsifal manicomial

LUIS RACIONERO


El único remedio a la deriva idiotizante es recuperar algunos criterios estéticos para evaluar las obras
Revalidaré el título de esta serie con Parsifal que presencié en el Liceu en 1953 cuando los festivales de Bayreuth trajeron su compañía y puesta en escena a Barcelona. Entonces yo era un niño de doce años por lo que en el entreacto salí del teatro y cedí mi entrada a mi hermano mayor porque yo no podía llegar tan tarde a casa. Para colmo de limitaciones, mi asiento estaba en el quinto piso y ladeado, pese a todo lo cual aquella experiencia estética me marcó de por vida: me tornó wagneriano, me reveló la emoción estética de lo sublime, y me aficionó a los conciertos que el maestro Toldrà dirigía en el Palau los domingos por la mañana.

En los años cincuenta los hermanos Wagner, Wieland y Wolfgang, nietos del compositor, dirigían las óperas en Bayreuth: su gran innovación consistió en austerizar los guardarropías y sustituir la romántica escenografía y decorados decimonónicos por la luz en espacios casi vacíos ocupados por los actores o coros. Dado que la orquesta era la de Bayreuth y los cantantes de la talla de Wolfgang Windgassen en el papel de Parsifal, la calidad de aquella representación está grabada en mi memoria de modo imborrable. La marcha de los caballeros hacia el templo al final del primer acto me puso los pelos de punta, la emoción fue sobrecogedora, jamás había oído algo semejante, ni jamás he vuelto a oír, pese a perseguir a Parsifal en París, en Londres y en Barcelona hace unos años. Ahora leo al espléndido crítico y musicólogo Roger Alier calificando la representación centenaria de Parsifal en el Liceu como "manicomial". Lo escribe no como metáfora, sino, por desgracia, literalmente. Al genio de turno se le ha ocurrido escenificar Parsifal en un manicomio. ¡Qué derroche de imaginación! Ya me pasó con La dama de pique de Chaikovski que vi en París y sucedía en otro manicomio, pese a que los personajes debían cantar líneas como: "qué hermoso día en el bosque, los pájaros trinan" etcétera, y lo decían con camisas de fuerza. Grotesco.

El último Parsifal que vi en Barcelona tampoco era fácil, sucedía en un campo de exterminio y como medio de transporte, en vez de cisnes o caballos, una vagoneta de mina. He dicho basta, me niego a ser cómplice de la estulticia de escenógrafos que van de modernos pero son incapaces de mejorar un ápice, con las posibilidades modernas, el rendimiento expresivo y emotivo de las obras maestras. Al final la gente aplaude a los cantantes y se rinde ante la música sublime-sublime está aquí en su lugar-de Wagner, pero el estropicio visual de los decorados, montajes o vestimentas es irreparable. Hay que abstraerse, procurar no verlos y concentrarse en la música y las voces. A esto nos está llevando el mal llamado arte de vanguardia. ¿Se puede estar en la vanguardia cien años? ¿de 1920 al 2010 por ejemplo?

El arte moderno rompió con la tradición a principios del siglo XX poco antes de la Primera Guerra. La gran operación de aquel momento fue despojar al artista de cualquier criterio de evaluación posible: la belleza se consideró una frágil antigualla, la simetría intolerable, la proporción previsible, la armonía cursi. Así los críticos se quedaron sin criterios y todo vale, desde que Marcel Duchamp, con su ingenio desbordante, colocó un urinario al revés y convenció a los neoyorquinos que eso era arte.

El único criterio que se esgrime en este momento para evaluar una supuesta obra de arte es el precio, lo cual no puede ser más aberrante dado que el precio no depende de la estructura formal de la supuesta obra de arte sino de la oferta, la demanda y las relaciones públicas. Si yo quiero que un urinario puesto del revés sea una obra de arte, debo cumplir tres condiciones: 1) que una galería prestigiosa se avenga a exponerlo. 2) que algunos críticos prestigiosos digan que la obra es muy buena 3) que el millonario X conocido coleccionista pague por él cien millones de euros.

Se comprende que estas tres condiciones necesarias y suficientes para transformar un urinario en obra de arte no tienen nada que ver con el objeto en sí, sino con una operación de relaciones públicas entre artista, marchante, galeristas, críticos y coleccionistas. Cuando ni eso funciona, el autor recompra su obra a alto precio, como suele hacer Damien Hirst cuando no hay más remedio.

¿Quién podrá reprocharle al ególatra Claus Guth y a su modisto de manicomio Christian Schmidt que se expresen desfigurando Parsifal en una casa de locos? No tenemos ningún criterio con el cual evaluar esa, para mí, evidente payasada y quienes osamos resistir a las cada vez menos ingeniosas y más repetidas innovaciones del supuesto arte de vanguardia, seremos tachados de incultos catetos.

El único remedio a esta deriva idiotizante es recuperar algunos criterios estéticos para evaluar las obras y, de momento, mientras todo vale, que quien pague, ya sea ayuntamiento, ministerio, museo o teatro, se niegue a subvencionar, contratar o presentar los intentos de estos supuestos creadores que ya no saben cómo épater le bourgeois.Por fortuna siempre nos queda la música de Wagner para no regresar a la barbarie.



De: Le Gouverneur
Fecha: 12/03/2011 18:17:11
Asunto: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
Me ha llamado mucho la atención el debate suscitado por este Parsifal sobre las puestas en escena.

Antes de entrar en detalles de la producción del Liceu, en un plano más general, habría que reflexionar sobre lo que supone el tan cacareado respeto al compositor que utilizan los inmovilistas en cuestiones escénicas.

Para empezar, nadie que quiera seguir a rajatabla las indicaciones del compositor debería asistir a una representación de Parsifal fuera de Bayreuth porque se somete a una clara desnaturalización acústica la obra.

Por otro lado, habría que tener en cuenta la insatisfacción permanente que a Wagner le producían las puestas en escena que él mismo estrenaba.

Ejemplo de esta insatisfacción podría ser lo que le comentó Richard Wagner a Richard Fricke, director de escena y director artístico auxiliar, en el estreno de El anillo en 1876, tras la representación: ?El año que viene lo haremos todo de otra manera?.

O la carta que envió a Luis II el 17 de mayo de 1881 referente a los preparativos de Parsifal tras ver parte de la escenografía, de la que copio un breve extracto:

?Yo lo que quiero es algo especial, un efecto verdaderamente poético y no un alarde de suntuosidad peculiar de la ópera en general. Los decorados son diseñados, por tanto, como si tuviesen valor por sí solos para ser admirados como un panorama. Yo no quiero eso, sino un fondo discreto y una ambientación propia de una situación dramática característica?.

En mi opinión, a Wagner no le dio tiempo a completar la obra de arte del futuro en estas cuestiones. La evolución de la puesta en escena de la ópera había sido nula desde el barroco y los elementos tecnológicos todavía eran precarios para poder dar un verdadero impulso a este aspecto. Aunque sí logró cambiar la sala y las condiciones de la misma para que se pudieran presenciar las obras con el debido respeto, no realizó un gran avance en lo que ocurría sobre el escenario.

Si hubiese vivido unos años más, es muy posible que atendiendo a su insatisfacción, con las posibilidades que facilitaría la luz eléctrica y la aparición de importantes teóricos escénicos como Adolphe Appia, muchas cosas hubieran cambiado.

Appia criticó el realismo recargado de los telones de Wagner y explicó, casi me atrevería a decir que demostró, cuando Wieland Wagner en la década de los 50 llevó a escena sus propuestas teóricas, que se alcanzaba y se potenciaba con mayor profundidad la esencia de la obra de Wagner a través de una mayor abstracción y de la perfecta coordinación entre la música (a la que otorga el primer puesto del escalafón), la escenografía, el movimiento rítmico y estudiado de los cantantes, la luz, el espacio y el tiempo.

Es cierto que hay que tener en cuenta en este debate las indicaciones escénicas de Wagner para la obra Parsifal, que no fueron escasas: además de lo escrito en el propio libretto, existe un largo artículo donde hace hasta recomendaciones de cómo se deben mover los cantantes. Pero no debemos olvidarnos tampoco que estas indicaciones están hechas para unas representaciones concretas en una época precisa. No se puede poner en el mismo plano las indicaciones escénicas que el texto y la partitura; éstos deben ser invariables, mientras que los elementos escenográficos, el mismo compositor advertía que deberían ser cambiados.

En mi opinión, en la puesta en escena de un Parsifal, obra de gran calado espiritual, filosófico y político, lo importante no es que podamos ver el castillo de Monsalvat y el de Klingsor, sino que lo que ocurre en escena tenga la suficiente profundidad para que potencie dramáticamente la obra.

Por lo tanto son aceptables las puestas en escena que se alejan de la absoluta literalidad a las indicaciones de situación y época del libretto, siempre que, ya se haya elegido el camino de la abstracción o el de la doble dramaturgia, se realice con el talento teatral necesario y, sobre todo, desde el profundo conocimiento de la obra, al mismo tiempo que todo se coordine con el texto y la música. No son admisibles las banalidades, la provocación por el mero hecho de provocar, sí en cambio las propuestas inteligentes que destaquen aspectos esenciales de la obra. Para ello es muy importante la figura del dramaturgo y la calidad del mismo: si se leen los artículos de Alexander Meier-Dörzenbach, se puede entender el éxito de la producción de Herheim.

Metiéndonos ya a valorar la producción de Claus Guth, claramente es el talento teatral el que destaca sobre el elemento dramatúrgico.

Realmente, no he entendido que se haya levantado este debate con esta producción. Me esperaba una mucho más rompedora. Es una puesta en escena bastante respetuosa con el texto y, salvo la traslación de época y lugar, no hay demasiadas alteraciones respecto a la historia original.

En cambio, al día siguiente asistí a una media Bolena con una producción que fue una auténtica castaña. No hay ninguna trasgresión al libretto, pero es un insulto a la inteligencia y al buen gusto. Un escenario horroroso y una dirección escénica inexistente. Luego nos quejamos en el Real de que las últimas representaciones del belcanto romántico han sido en concierto. Para hacer este tipo de representaciones es mejor que nos ahorremos el dinero de la escenografía, una auténtica tomadura de pelo que alguien cobre por ello. Ante tal bodrio me fui en el intermedio. No consigo comprender cómo se puede plantear debate y llegar a la indignación con una puesta tan trabajada como la de Claus Guth que, se podrá compartir en menor o mayor medida, pero donde no caben dudas de su calidad y en cambio tragar con el espanto de la Bolena. Creo que el ojo del huracán sobre los planteamientos escénicos no está bien ubicado.

Lo que más me gustó de la producción del Liceu fue la dirección de escena. Todos los intérpretes tienen vida propia y el segundo acto fue de una extremada perfección dramática. Se sacó un partido extraordinario al escenario rotatorio del que he oído que ha llegado a marear, pero personalmente creo que dio muchísimo juego en varias escenas que se desarrollan simultáneamente, relacionándose unas con otras, en un ejercicio teatral fabuloso perfectamente sincronizado.

Se aporta al desarrollo más clásico un detalle que abre y cierra la obra. En una interpretación personal y un tanto libre, se ve al comienzo de la representación una disputa familiar en torno a una mesa donde Titurel debe elegir a su sucesor y heredero. Klingsor, hijo primogénito pero dedicado al placer y al lujo, vestido con elegante esmoquin, abandona visiblemente enojado la estancia cuando Titurel elige a Amfortas. En el segundo acto, Klingsor no es destruido por Parsifal, simplemente convencido y, en el último momento, cuando Amfortas es sanado, se produce el abrazo de ambos en una bella estampa de reconciliación.

Lo que menos me gustó de la producción es el poco impacto visual de algunos momentos clave, por ejemplo: cuando se supone que deben entrar en la Sagrada Sala del Grial, es una escena poco lograda donde una producción de Parsifal debería echar el resto; también en el reflorecer del Viernes Santo, donde apenas vemos nada en escena que nos lo sugiera. En general, la producción es demasiado terrenal, falta en determinadas situaciones una atmósfera más misteriosa y espiritual.

Tampoco me gustó la visión final de Parsifal como líder militar, presumiblemente, por la época de la producción, con todas las papeletas de convertirse en un dictador. Creo que es un aspecto que no casa con el espíritu de la obra que, en este caso, no ha sido coherente con el desarrollo de la producción. Si se hubiese enfatizado el posible aspecto arrogante y violento de Parsifal en el segundo acto, se podría entender de mejor manera, pero lejos de ello, Parsifal, una vez alcanzada la madurez, no destruye el castillo de Klingsor sino que para arrebatarle la lanza se acerca a él con el pecho descubierto y los brazos abiertos en una acción más piadosa que bélica. Por otro lado ni Amfortas ni Titurel, sus predecesores, eran militares.

De todas maneras, aunque haya algunos planteamientos discutibles, es una producción que se sigue con enorme interés y que tiene un acabado teatral realmente exquisito.

En el plano musical todo funcionó muy coordinado, en una representación de las que se puede catalogar como de conjunto, donde más que destacar aspectos individuales, es la perfecta integración de las partes lo que maravilla.

De este éxito cabe destacar en primer lugar al director, ya que es en el aspecto coordinador y concertador donde brilló a más altura, ayudando en todo momento a los cantantes.

Sus tempos tuvieron algún desfallecimiento en los monólogos del primer acto, no por lentitud, ya que hay versiones más largas, sino por falta de intensidad y tensión quedando en algunos momentos la orquesta algo plana y sosa.

El preludio del primer acto es muy importante para olvidarnos del mundanal ruido de la vida cotidiana y situarnos en un plano más espiritual. Para ello es necesario que la orquesta sea de la máxima calidad y que se pueda alcanzar ese sonido realmente mágico que surge cuando esta partitura se ejecuta con precisión. Esto no ocurrió en el Liceu. Estoy de acuerdo en que sonó con mucha más calidad que en la Bolena, pero tampoco se puede decir que hiciera plena justicia a la partitura, aunque creo que las cuerdas estuvieron especialmente afortunadas en toda la primera parte del tercer acto.

El reparto de cantantes fue de alto nivel y teniendo en cuenta también la calidad del segundo reparto hay que aplaudir en este caso al Teatro Liceu por conseguir un plantel de cantantes de tanta categoría.

El protagonista era el afamado y discutido tenor lírico wagneriano Klaus Florian Vogt. De este tenor lo primero que sorprende es su timbre; en mi opinión, es un timbre claro muy bello, aunque comprendo que pueda sorprender en papeles dramáticos. No creo que esto suponga ningún problema para abordar este papel que representa a un joven puro, aunque luego tenga que notarse en el canto una maduración. Sí pienso que es más criticable la falta de temperamento dramático, que en este papel es muy necesario en el segundo acto. Hay frases que exigen cantarse con más énfasis, más declamadas, más enérgicas. En cambio veo más acertado el tono melancólico del momento de la lanza tal como se ha desarrollado en esta producción como hemos comentado anteriormente.

Es un placer poder escuchar a Wagner en una opción verdaderamente singular, a través de un tenor que canta con un legato precioso, hilando sonido con sonido sin portamento, en un estilo muy germánico y wagneriano. La dicción clara y exacta, junto con una emisión desahogada son aspectos que terminan por convencer. Aunque los agudos no son muy squillantes por no completar del todo el giro, hasta el La3 este tenor se desenvuelve con soltura y, al menos, hace un correcto sombreado en la vocales abiertas ?o? ?a?, alcanzando con facilidad los resonadores en la ?i?, como se puede observar por la proyección que adquieren sus agudos en esta vocal. Escénicamente estuvo realmente convincente.

Gran Gunermanz el de Hans-Peter Köning. Una gran voz. Le falta en mi opinión, para acercarse al nivel de Pape y Salminen, una mayor dinámica y solventar sin abrir en exceso algunos agudos.

Anja Kampe hizo una interesante Kundry, apurada como casi todas en los Si4, pero muy desenvuelta en escena.

Alan Held, algo peor que cuando cantó hace ya unos cuantos años el papel en Madrid, es un Amfortas entregado, que saca adelante este rol con mucha dignidad.

El más flojo fue Boz Daniel como Klingsor, con la emisión menos resuelta. No entiendo el debate sobre lo que se oye o no a Vogt, que se escucha perfectamente en todo momento, mientras que este cantante quedaba algo tapado por momentos.

La sorpresa de la noche en el aspecto vocal vino de la mano de Titurel, personaje que suele encomendarse a bajos mediocres o viejas figuras un poco acabadas, sin embargo en esta ocasión lo cantó Ante Jerkunica, un joven croata con una voz de bajo de verdad, natural y bella, que emplea estupendamente además de desenvolverse bien en escena. Uno de esos cantantes que hay que apuntar en un papel para seguir de cerca su evolución.

En definitiva unas funciones a las que se pueden poner algunos reparos, pero muy interesantes en lo escénico y con un nivel musical global notable. Que ocurra esto en un Parsifal, en mi opinión la mejor obra del repertorio operístico, hace que la función vivida en el Liceu haya sido lo mejor hasta ahora de esta temporada en España. La Bolena lamentable. Y el debate de las puestas en escena, equivocado de lugar.

Un abrazo

De: Ossian
Fecha: 12/03/2011 22:19:34
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
¡Qué emoción volver a leerte por aquí! La verdad es que resulta grato saber que alguien tan noble sigue por ahí, dando guerra wagneriana al mundo.

La verdad es que en este foro a veces se leen mensajes reclamando la presencia de antiguos amigos. Yo te diré que simplemente me alegro de saber que andas por ahí.

Un saludo.

De: Ossian
Fecha: 12/03/2011 22:20:54
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Disculpad por despistarme al no citarlo en mi mensaje, que se refería a Eduardo.

De: Ossian
Fecha: 12/03/2011 22:29:25
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
Bueno, una cosa es que Wagner se mostrase insatisfecho con el resultado de su trabajo escenográfico y otra que aceptase el trabajo actual. En las palabras que citas no hay ninguna referencia que soporte ese argumento. Sin embargo sí que hay referencias a los trabajos escénicos de su época en las que no se reflejaba el sentido y el carácter que él había querido reflejar en sus personajes. Es más, hay algunos ensayos suyos en los que da instrucciones, paso a paso, sobre cómo deberían ser representadas algunas de sus obras, como El Holandés, creo recordar. De estos ensayos sí que se puede deducir que Wagner no se mostraría en absoluto de acuerdo con las propuestas de los escenógrafos actuales, dado que van en contra de su intención, interés y, en definitiva, en contra de lo que él mismo pretendía de su obra. Entre otras cosas, que Parsifal fuese poco menos que un ritual que se representase exclusivamente en Bayreuth. Como para aceptar lo que se hizo en el Liceu.

Saludos

De: Fátima
Fecha: 12/03/2011 23:33:09
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
"Antes de entrar en detalles de la producción del Liceu, en un plano más general, habría que reflexionar sobre lo que supone el tan cacareado respeto al compositor que utilizan los inmovilistas en cuestiones escénicas."

De entrada, estos términos no parecen invitar al diálogo. Pese a ello, me voy a permitir un par de puntualizaciones (a lo de la "desnaturalización acústica" prefiero no contestar; de que el sonido sea más a o menos aterciopelado a que Motsalvat se convierta en un manicomio de entre guerras hay un trecho).

Me parece un insulto a la inteligencia justificar a quien se sirve del nombre de Richard Wagner para contar historias que no tienen nada que ver con las que él creó (como es el caso que nos ocupa) con "argumentos" como que él tb estuviera insatisfecho con sus propias puestas en escena. El que él, muchas veces, careciera de los medios para realizar lo que soñaba, que fuera un perfeccionista o que sus directores de escena no entendieran exactamente lo que él quería ¿justifica que, hoy en día, se esté viendo una cosa y escuchando otra con la que no tiene nada que ver? Eso por un lado.

Por otro lado, Sr. Gobernador, cuando nos citas la carta a Luis II de Baviera (que, incluso sesgada, sigue sin justificar lo injustificable), por favor cita tb el inicio del párrafo, que es muy significativo a este respecto y que, en un descuido, te saltas: TODOS LO ENTIENDEN MEJOR QUE YO Y CREEN QUE SU ESCENIFICACIÓN ES MÁS BONITA QUE LA PROPUESTA, cuando lo que yo quiero es algo especial, un efecto verdaderamente poético y no un alarde de suntuosidad peculiar de la ópera en general. Los decorados son diseñados, por tanto, como si tuviesen valor por sí solos para ser admirados como un panorama. Yo no quiero eso, sino un fondo discreto y una ambientación propia de una situación dramática característica." ¡Naturalmente! pq la puesta en escena debe presentar el espacio del drama no convertirse en protagonista (al contrario de lo que se hace hoy), y esto es básico en su teoría de la Obra de Arte Total.

Así que, ya entonces, lo que hacía Wagner era quejarse de que había "listos" que querían hacer con su obra cosas que no tenían nada que ver con lo que él había creado, como hacer que el decorado tomase un protagonismo que no debía tener. Pero, vamos, ya en 1854 se quejaba amargamente a Röckel de la forma en la que se realizaban las escasas representaciones de su arte: "Como no lo veo, me he vuelto relativamente insensible a esta prostitución de mis obras" (¡Menos mal que lo de hoy tpc lo puede ver, ni las puestas en escena "rompedoras", ni que tergiversación de sus propias palabras que quieren justificarlas).

Y eso de la ?insatisfacción permanente de Wagner en relación con las puestas en escena de sus obras?. Insatisfacción sí, cuando no se hacía lo que él había dejado claro que se hiciese. Pero de permanente nada, pq, cuando no era así, bien satisfecho que se le veía porque "todos (se está refiriendo a todos los que componían el espectáculo) no querían más que lo que yo (Richard Wagner) quería, y por eso todo era de mi agrado." Y esto lo cuenta en otra carta a Luis II de Baviera de 8 de septiembre del 82, en la que habla de una representación de Parsifal de la que se siente absolutamente orgulloso, satisfecho y feliz.

En el "Si hubiese vivido unos años más" no me voy a meter pq, como no vivió más que lo que vivió, entra en el terreno de la ciencia ficción, que no es el mío.

Lo que me hace mucha gracia es que, en lo referente a la obra de Richard Wagner, sean Appia o su nieto, y no el propio autor, a los que haya que seguir para saber cómo se debe representar. De aquellos polvos (por muy bellos que llegaran a ser) vienen estos lodos. Tpc hay que olvidar que estos señores, además de no ser creadores sino "recreadores", tb pertenecen a una época que no es la nuestra. Éstos sí que se han quedado obsoletos, nos guste o no. A Wagner (de aquella manera, pero...) se le sigue representando.

Habrá a quien le parezca genial que se haga de lo que el propio Wagner definió como un Festival Escénico Sacro una historia absolutamente carente del menor atisbo de espiritualidad, en la que lo que se está oyendo (letra y música) no tiene nada que ver con lo que se está viendo, pero a mí me parece, en primer lugar, un grave error de puesta en escena. Otro error, no menos importante, y muy relacionado con el anterior, es que las modificaciones del director de escena aporten confusión a la historia que se cuenta (además, de que no sea la que concibió Wagner) y resulte imprescindible leer las explicaciones de ese director de escena para entenderla (el teatro tiene que ser comprendido en la inmediatez del escenario, no se puede ayudar de algo ajeno a él). Un ejemplo es cuando se nos presenta una confusa escena de familia (Klingsor y Amfortas son hermanos y se pelean mientras cenan con Titurel...) en pleno preludio del primer acto, rompiendo la atención que en ese momento sólo debe estar en la música (una música muy descriptiva que no está evocando una pelea entre hermanos precisamente). Y esto sin entrar en que el dicho director de escena en vez de subrayarlos, se cargue literalmente momentos esenciales de la obra como destrozar el encanto de la música de la transformación mediante un muy teatral, larguísimo y absolutamente sobreactuado ataque epiléptico de un actor.

En fin, no voy a volver sobre lo ya dicho. Que esto gusta y parece un estupendo trabajo de puesta en escena, una propuesta interesanta y coherente, pues ¡felicidades!; pero que no me hagan comulgar con ruedas de molino, haciendo parecer que el propio Wagner lo justificaría o que Appia o su nieto entendían mejor que él su obra (y no digo que pondría la mano en el fuego que tanto a Appia como a Wieland les daría un infarto si vieran esta puesta en escena, pq no me gusta la ciencia ficción, pero conociendo el trabajo de uno y otro...).

Lo de los amables calificativos como ?inmovilistas?, quizá estén de más, pq aquí se trata, o se debería tratar, de justificar las diferentes posturas con argumentos y, a poder ser, si a Wagner se apela, sin tergiversar lo que dijo.

En definitiva, para mí el ?tan cacareado respeto al compositor? es que, adaptando la obra a la estética de hoy, y sirviéndose (si eso ayuda a comprender y gozar más de la obra original) de los medios que hoy permite la técnica, en el escenario se reproduzca la historia y la música que Wagner creó.

Saludos

De: Fátima
Fecha: 12/03/2011 23:38:43
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
¡¡¡Eduardo!!! ¡¡Qué alegría tan grande!! ¡¡Bienvenido de nuevo a la que siempre fue tu casa y en la que se te ha echado mucho de menos!!

Te escribo a tu e-mail, que supongo que será el mismo de tu cuenta en facebook.

Un abrazo enorme.

De: Fátima
Fecha: 13/03/2011 0:25:11
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
Por descontado, pero, por si acaso: cuando hablo de adaptar a la estética de hoy, no me estoy refiriendo, de ningún modo, a un cambio de época. Wagner situó Parsifal en la atempotalidad del mito, si hubiera querido situarlo alfinal de la franco-prusiana lo habría hecho y hubiera tenido otro sentido.

De: eduardo
Fecha: 13/03/2011 2:29:45
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Yo también me alegro ossian, es decir, me alegro que tus intervenciones son ahora màs sesudas -es decir, que se nota que sabes más, aclarando para evitar malas interpretaciones- pero que sin embargo no han perdido el alma de siempre.
Un abrazo!

De: eduardo
Fecha: 13/03/2011 2:30:59
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Estoy tan emocionado que me has dejado sin palabras, por eso es que en estos casos es tan fácil escribir ... :-)
Un abrazo y un beso!

De: Le Gouverneur
Fecha: 13/03/2011 3:30:16
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
Estimada Fátima, no veo en mi escrito ninguna palabra que pueda no invitar al debate, especialmente sorprende cuando se publica en el foro un artículo de un periódico en el que se dice que quienes abogan por una mayor libertad artística en la escena son idiotizantes.

Appia no está obsoleto, está de plena actualidad. Por ejemplo la Katia de Carsen que obtuvo un rotundo éxito escénico está basada en los postulados de Appia. Pudo ver lo que triunfaría más de un siglo después cuando no se tenían los medios tecnológicos para imaginarlo. Eso es lo que es un genio, el que es capaz de innovar, de ver lo que no ven los demás.

Creo que Wagner hubiese hecho buenas migas con Appia, pero la hipótesis no es importante, lo importante es la argumentación.

Contestando también a Ossian, la insatisfacción de Wagner era mayormente teórica. Se puede recordar también un apunte del diario de Cosima:

"Me horrorizan los disfraces y las caracterizaciones, al pensar que personajes como Kundry van a ser caracterizados, recuerdo con horror las repugnantes fiestas carnavalescas y tras haber creado la orquesta invisible, desearía inventar el teatro invisible".

De esta ecuación no resuelta por Wagner, Appia encontró la solución en su propuesta de abstracción, alejandose por completo del realismo recargado que no terminaba de convencer al propio compositor.

De todas maneras, esto ya lo hemos debatido muchas veces en el foro y no vamos a llegar a un acuerdo. No creo en ninguna tendencia escénica en particular, sólo creo en el trabajo, el estudio y el talento teatral. Eso es lo que funciona.

Un abrazo


De: César Andrade
Fecha: 14/03/2011 16:35:19
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
El musicógrafo marxista José Luis Téllez escribió esto sobre "Parsifal" hace unos años en su sección de la revista "Scherzo":

"Desde una perspectiva estrictamente ideológica, si Tristan constituye un llameante alegato a favor del amor libre, Parsifal, es una obra maestra del pensamiento reaccionario, parangonable con los films de Leni Riefensthal o las esculturas de Arno Brecker, y no cabe fingir sorpresa ni escándalo ante su apropiación por parte del nazismo: si había una obra en el imaginario alemán que pudiera invocarse para justificar a Hitler era precisamente ésa. Mas allá de las conocidas razones de tipo biográfico que impulsaron a Wagner a concebir su última ópera (el desengaño tras el estreno del Ring en Bayreuth al evidenciar la distancia entre la imaginación de la epopeya a la que había consagrado veinticinco años de trabajo y la realidad material de su puesta en escena), Parsifal, en su misoginia y su neurótico rechazo de la sexualidad , constituye también y de modo no poco paradójico, ?el más penetrante estudio de la psicopatología religiosa jamás expresado en términos artísticos?, como bien lo ha descrito Michael Tanner. Se diría que escrita por otro autor, Tristan, por el contrario, es una proclama a favor del deseo al margen de toda convención social , una reivindicación de su poder disgregador."

Por tanto cabe pensar que Claus Guth haya realizado con esa impactante escena final suya una lectura marxista de "Parsifal"

De: Fátima
Fecha: 21/03/2011 15:51:07
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
Hombre, Le Gouverneur, si no nos conociéramos, el que entres juzgando al que piensa de una manera distinta de la tuya, me parecería una falta de respeto. Efectivamente lo que hay que hacer es argumentar no juzgar.

Y eso de que Appia esté "de plena actualidad" pq Carsen se base en algún postulado suyo, a mí me parece una exageración. Sigo considerando de bastante más peso y actualidad a Wagner. Y desde luego él conocia mejor su obra que Appia pq era suya.

Y ¡claro que a Wagner le horripilaban los disfraces y los barroquismos!, tanto como los escenarios recargados que estaban entonces de moda, pero precisamente, entre otras cosas (como que robaban un protagonismo que no tenían) pq no los encontraba realistas, ¡creíbles! Así que estaba contra lo recargado pq no era realista (ni elegante), no contra el realismo. Y, al contrario de lo que tu dices, pero según cuenta el Diario de Cosima, de la última puesta en escena de Parsifal que pudo ver en Bayreuth estaba orgulloso y feliz. Cuando se hacían las cosas como él quería que se hiciesen estaba encantado.

De todos modos, efectivamente, nunca nos pondremos de acuerdo, pq yo además de en el trabajo, en el estudio y en el talento teatral, creo en el respeto y en el conocimiento profundo de la obra.

Otro abrazo




De: Fátima
Fecha: 21/03/2011 15:55:45
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
No consigo ponerme en contacto contigo, Eduardo. Así que hazlo tú, por favor:

fatima@wagnermania.com

¡¡Que me tienes que contar muchas cosas!!

Bss

De: Fátima
Fecha: 21/03/2011 15:58:24
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
Bueno, a alguien tan miope que sólo pueda ver en el Tristán "un llameante alegato a favor del amor libre", mejor no seguir leyéndolo que ya sabemos que todo se pega menos la hermosura...

De: Ossian
Fecha: 21/03/2011 21:52:38
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
Estimado Governeur,

Creo que es un poco osado comparar unas indicaciones sobre cómo representar una obra con un comentario del tipo "desearía inventar el teatro invisible" y considerarlos al mismo nivel sobre las ideas que guiaban los criterios escénicos wagnerianos.

Un saludo.

De: Ossian
Fecha: 21/03/2011 22:31:28
Asunto: RE: Comentario sobre las puestas en escena y pequeña crónica
Creo que una cosa es una lectura de una obra desde un punto de vista y otra cosa es la destrucción de una obra teniendo en cuenta la mala saña que puede aportar un determinado punto de vista.

Se dice del Parsifal que puede ser ?el más penetrante estudio de la psicopatología religiosa jamás expresado en términos artísticos?. Me parece que, lejos de ser una lectura crítica, su autor quiso elaborar una frase altisonante en la que vertía una opinión personal sobre una obra que no le transmitia buenas vibraciones. Creo que hacer una lectura de una obra es un trabajo más serio y profesional.

Y por otra parte está el eterno problema de los clichés. Decir que Tristán es una proclama a favor del deseo al margen de toda convención social es haberse perdido más de la mitad del drama. Además, seguro que en la URSS te cuelgan por proponer algo así, así que no veo que puede tener la propuesta de revolucionaria para un marxista.

De: eduardo
Fecha: 30/03/2011 21:00:49
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Ya te envié mi correo, lo hago por aqui por si hubiese algún otro inconveniente : portocarrero3@yahoo.com

De: astillero
Fecha: 03/04/2011 14:07:41
Asunto: RE: La estafa escenogáfica de Parsifal
Gracias xepkna,me conforta saber que hay alguien que tiene sentido de las cosas bien hechas,pero no estoy de acuerdo con muchos de los comentarios que se han hecho,creo que estan contagiados con la època en que vivimos de cambiarlo todo,aunque ello represente tergiversar la idea,mas o menos acertada del compositor,y no todos los cambios son buenos por necesidad. Un abrazo.

De: il corsaro
Fecha: 09/04/2011 16:06:40
Asunto: Musicógrafo marxista??????
¿Pero aún hoy alguien se declara marxista sin avergonzarse?

De: natow
Fecha: 10/04/2011 13:26:56
Asunto: RE: Musicógrafo marxista??????
No creo que sea este el lugar...

Casi todas las ideas políticas o religiosas tienen de que avergonzarse, desde el marxismo (aplicado por Lenin y Stalin...) al cristianismo.

Saludos. (He vuelto al foro.)