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Tristan ABAO |
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Jennifer Wilson ha madurado el papel desde que lo debutó en el Liceu por febrero de 2010. Todavía está lejos de dar al primer acto toda la variedad de registros que requiere pero va por buen camino. La voz sigue siendo maravillosa: un centro lleno, oscuro, denso, agudos fáciles y su talón de Aquiles, unos graves inexistentes. Ian Storey (que cantaba el papel desde una esquina supliendo vocalmente a Torsten Kerl que actuaba y movía la boca como un pez) también ha mejorado considerablemente desde el ya legendario Tristan escalígero con Barenboim y Chéreau. A falta de una línea de canto más pulida en el segundo acto (el más difícil para el tenor, contra lo que pueda parecer) logró unos monólogos conmovedores en el tercero, dentro de una visión del personaje como la suya, sufriente e introvertida, muy alejada de lo heroico. Tanto Elena Zhidkova como Alan Held bordaron los papeles de los criados con voces ideales e interpretaciones convincentes. Matthew Best tiene esa voz estomacal típica de los bajos ingleses que generación tras generación se perpetua. Suena de verdad a bajo, lo que no es poco, pero a cambio no sube bien y resulta plano en lo expresivo, con lo que su bellísimo monólogo resultó bastante monótono. La escena de Pierluigi Pier´Alli me ha convencido menos que cuando la ví por primera vez en el Maestranza hace dos años. Ese intento por conciliar lo tradicional en el vestuario y el movimiento escénico con las últimas tendencias informáticas en la escenografía no termina de cuajar, y es una lástima. Desigual la dirección de Gómez Martínez, que logró sacar lo mejor de la entregada orquesta local. El lentísimo Preludio (a mi me gusta así) parecía anunciar una duración exagerada, pero después las modificaciones del tempo eran constantes. El primer acto me pareció muy convincente, no así el segundo (con el corte habitual) que cayó en lo trivial y no caló para nada en lo metafísico del drama. Mucho mejor el tercero aunque de nuevo la Liebestod se quedó en lo superficial. Un Tristan en conjunto muy convincente del que puede sentirse orgulloso la ABAO. ¿Qué prepararán para 2013? ¿Parsifal? ¿Meistersinger? ¿Habrá público más frío que el de Bilbao? |