Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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BAYREUTH, EXPERIENCIA GASTRONÓMICA
De: bulju
Fecha: 22/12/2012 18:11:58
Asunto: BAYREUTH, EXPERIENCIA GASTRONÓMICA
Bueno, veo que el webmeister ya a pasado el anterior post a mensajes antiguos. De todas formas ahí va el último capítulo de mi relato. Desde aquí aprovecho para solicitar al webmeiste que, si es posible, lo añada en la antigua conversación.

El viernes, como César no tenía ópera ya que ese día no había representaciones, decidimos irnos de excursión a la zona montañosa del Fichtelberg que se encuentra a una hora de Bayreuth en dirección a la Republica Checa. En estos parajes se encuentra el lago Fichtelsee del que Ángel Fernando Mayo habla en su guía y en el que se dio un chapuzón en su última visita a Bayreuth. Después de una excursión por los frondosos bosques que lo rodean, dignos de albergar a los personajes wagnerianos en sus correrías (Siegfried y Fafner sobre todo), aprovechamos para emular a Mayo en su ?baño de Amfortas? bañándonos en unas aguas rojizas que no superaban los 15 ºC en un día bastante nublados.

Ya que estábamos por la zona decidimos ir a comer a un restaurante donde poder probar los productos y cocina del terreno. El lugar escogido fue el Hotel Schönblick, que encontré navegando por la red a través de una página de turismo y gastronomía de Franconia donde aparecían establecimientos de los que certificaban la calidad y origen de la materia prima con la que trabajaban. En el caso de este Hotel, se comentaba que tenían una cocina basada en la agricultura ecológica y productos de terreno. Llegamos allí sobre la una del mediodía y nos encontramos con el típico hotel de montaña muy acogedor, con mucha madera y pisos de moqueta. La carta estaba únicamente en alemán y tuvimos que ayudarnos de una pequeña guía de viaje que llevábamos. Pedimos de primero una prueba de sopas y de segundo mis compañeros ternera asada y yo anguila. La prueba de sopas consistía un plato con 3 pequeños cuencos con 3 sopas diferentes: setas, verdura/hierbas aromáticas y calabaza y nos sirvió para atemperar el cuerpo después del chapuzón. La intensidad de los gustos de los ingredientes que intervenían en cada una de las sopas era realmente espectacular y, aunque era un plato simple, estaba muy bien cocinado resaltando la calidad de la materia prima. Por lo que respecta a los segundos la ternera estaba asada a la plancha y acompañada de patatas y cebolla, nada en especial pero todo de muy buena calidad. En cuanto a la anguila creo que estaba cocinada al horno con las verduras (brócoli, tomate, judías verdes, cebolla) por separado y muy ?al dente?. En este caso también destacaba la intensidad de sabores y la calidad de la materia prima.
De postre, a estas alturas del año solo me acuerdo de lo que tomé yo que era una fuente con helado de vainilla con mermelada de frutas del bosque (supongo que eran del terreno porque durante nuestro paseo matinal nos hinchamos a comer moras silvestres) y la verdad que también estaba bruta. Pagamos unos 30? por cabeza siendo la comida más cara que hicimos en Alemania, pero los platos eran copiosos y como he comentado la materia prima de calidad y, aunque de forma simple, bien cocinada.
En resumen, considero este establecimiento un buen lugar para salirse la cocina siempre bastante grasa (por el uso generalizado de la mantequilla) y con muchas salsas que es lo habitual en la gastronomía alemana y una buena oportunidad para probar, sin ningún artificio, la buena materia prima que tienen por aquellos lares. Además se puede aprovechar la visita para darse un paseo por los espectaculares parajes naturales de la zona.

Hotel Schönblick, Fichtelberg
Gustav-Leutelt-Straße 18
95686 Fichtelberg
http://www.hotel-schoenblick.de/

Por la noche después de una visita al palacio del Eremitage y a las Lohengrin Therme donde pudimos relajarnos, aún más si cabe, en nuestra semana alemana decidimos repetir en el Engin?s Ponte para tomar algo ligero después de la copiosa comida. Mis compañeros se comieron unas, nada ligeras, hamburguesas y yo me comí una ensalada con ternera con un vaso de vino tinto alemán. Esta segunda experiencia nos confirmó lo que ya percibimos en la primera, un local acogedor, con una comida correcta pero tampoco para tirar cohetes, muy bien situado, rápido y con un servicio más que correcto. También me sirvió para comprobar que el vino tinto alemán, aunque correcto, no es ninguna maravilla. Además, vi que el Engin?s ponte, en su zona interior es un amplio local musical donde la gente se reúne a tomar copas después de cenar, incluso cuenta con un pequeño escenario en el que deben de dar conciertos, por lo que puede ser una buena alternativa si uno se aloja en Bayreuth y, como dicen en mi pueblo, quiere hacerla un poco larga.

El sábado poca cosa más:

Era el último día de nuestra estancia en Bayreuth, que cerrábamos con el que resultó excelente (solamente por esta representación mereció la pena viajar a Bayreuth) Parsifal de Philippe Jordan y Stefan Herheim. Aprovechamos la mañana para visitar la exposición dedicada a la gran Martha Möld que había en la biblioteca municipal. Posteriormente, un poco ya cansados de la cocina alemana decidimos cambiar por algo más internacional y después de intentar con un par de restaurantes turcos que estaban cerrados decidimos probar un tailandés: el Hua Huin que se encuentra en la Ludwigstraße.

Es un local decorado a la tailandesa y con mucho bambú, el servicio es correcto y, como casi todo en Alemania, es bastante limpio. Para comer César y yo nos pedimos un menú degustación para compartir e Ignacio se tomó una ensalada ya que no quería que le pillara el soponcio (incrementado por la carencia de aire acondicionado en el Festpielhaus) durante el Parsifal. Pues bien, la comida de este establecimiento, excepto por el uso de la leche de coco, el picante y la piña, no difería mucho de la que se puede encontrar en cualquier restaurante chino aquí en España. No estaba malo ni mal cocinado, pero no nos aportó, al menos a mí, mucho. Pagamos sobre 20 ? por persona, lo cual tampoco nos pareció caro. Resumiendo, un restaurante correcto y ya está.

Hua Huin, Bayreuth
www.thai-huahin.de/bayreuth/index.html
Ludwigstraße 30 95444
Bayreuth

Ya por la tarde repetimos el botellón en el Richard-Wagner-Park durante los entreactos del Parsifal, en el que no faltaron el Riesling, cervezas y embutidos y quesos del terreno. Por lo que con esta comida tailandesa, excepto por unos Schnitzel que nos zampamos en el local de Erdinger en el aeropuerto de Munich el domingo al mediodía antes de pillar el vuelo, podemos decir que cerramos nuestro periplo gastronómico por Bayreuth y alrededores.

La experiencia de esta primera visita a Bayreuth estuvo bien, sobre todo en cuanto a lo que a gastronomía se refiere. A nivel musical (y escénico) no diría lo mismo ya que tuvo sus luces y sus sombras, pero, como he dicho antes, el Parsifal del último día lo arregló todo y nos permitió irnos para cas con un buen sabor de boca. De todas formas la experiencia global, sobre todo por los compañeros, fue más que positiva: ir a Bayreuth y experimentar una pequeña ciudad alemana, el ambiente wagneriano que se respira y vive en el Festpielhaus, los paisajes que vimos durante los viajes que realizamos, sumergirte en el ambiente rural alemán, la historia de las ciudades que visitamos. Solamente por eso ya valió la pena.

Nada más, espero que hayáis disfrutado con el relato y, sobre todo, que os sea de utilidad para una futura visita (si tenéis alguna duda me la podéis preguntar sin problemas e intentaré ayudaros en la medida de lo posible). También os animo a que realicéis el viaje, independientemente de que a nivel musical (y sobre todo escénico) os podáis encontrar de todo (?be water my friend? y disfrutad con el resto de experiencias, que seguro que valen la pena).

Gracias a todos los que me habéis animado durante la elaboración de estos episodios y aprovecho las fechas en las que escribo este último post para desearos que paséis unas felices fiestas con los vuestros y que el 2013 sea más benevolente que este sufrido 2012.