Vengo de ver a Placido Domingo dirigiendo en el palau de les arts de Valencia a la orquesta sinfónica de Valencia con oberturas de Verdi y Wagner. Rienzi , el holandés, y el idilio de Sigfrido (de propina el preludio del tercer acto de Lohengrin). Debo decir que aunque en general la interpretación ha sido correcta, con un tempo quizás algo ritardando pero giusto, lo que menos me ha gustado es la descompensación que existe en la orquesta entre las cuerdas y los metales (sublimes) y el viento (no da el nivel para ésa gran orquesta). Deberían revisar esa sección si aspiran a ser un referente. No sólo con un buen director se garantiza el éxito.
|