No me parecen correctas sus declaraciones. Me parece muy bien que no quiera tocar a Wagner en Israel, es su decisión personal. Pero sus declaraciones públicas contribuyen a una situación muy injusta.
En este caso lo tengo muy claro. Apoyo totalmente al presidente de la asociación wagneriana de Israel, que es entre otras cosas, quien ha estudiado en mayor profundidad la música empleada en los campos de concentración y de exterminio, tanto por Wagner como por otros compositores.
Su postura es muy tajante, quien no quiera escuchar a Wagner que no lo haga, pero es absolutamente inadmisible que en un estado democrático se prohiba a un compositor por unos hechos que no tienen ninguna relación con él mismo.
Ellos no pretenden que se incluya a Wagner en ningún abono ni nada parecido, solo quieren tener la opción de poder montar conciertos o representaciones wagnerianas para que quienes en el legítimo derecho de su libertad puedan hacerlo.
Un abrazo
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