Bueno, pues se pone fin al primer ciclo del Festival con Tannhäuser y Lohengrin. ¿Qué os ha parecido? Creo que ha habido un poco de todo:
En Tannhäuser, Axel Kober rutinario. El ir a Bayreuth creo que le ha venido grande y que parte de una labor orquestal bien aseada procede de la Orquesta, pues pocas ideas propias aportó, más allá de algún detalle aquí o allá. Y se notó en la respuesta del público respecto del año anterior. Una pena, porque los cantantes estuvieron muy bien (magnífico Landgrave de Gunthr Groissböck, Torsten Kerl, con voz de lírico-spinto se defiende con Tannhäuser con mucha dignidad, Camilla Nylund es una bella soprano lírica y Michelle Breedt suena magnífica como Venus). Cuestión distinta es la del Wolfram de Michael Nagy, cantante que el primer año estuvo a un nivel razonable, pero que el año pasado y éste está por debajo de los anteriores: voz pequeña, a veces la emisión se afea, cuando no tremolante, que no digo que haga un papel correcto, pero en este papel hay cantantes mucho mejores. No entiendo cómo el Festival le ha mantenido los tres años.
En cuanto a Lohengrin, yo creo que la conmoción cerebral que sufrió Andris Nelsons hace unos días se ha notado. La dirección menos arrolladora que otros años, sigue siendo una dirección muy buena, pero se notaba falta de magia hoy. Las trompetas han tenido tres o cuatro pifias muy audibles, y no sé yo si será la temperatura de estos días o que Nelsons no está muy preciso marcando las entradas y tiempos. Igual que Kober en el primer acto de Tannhäuser, donde las trompas se le fueron en el motivo de la caza.
En cuanto a los cantantes en Lohengrin, pues fantástico Vogt, como de costumbre, y Samuel Youn, un Heraldo de voz imponente, bella, bien matizado... Annette Dash creo que hace una muy buena Elsa, no tan bella como la de Anja Harteros, pero muy a tener en cuenta, aunque la voz es pequeña y a veces suene fatigada (este año parece que ha aguantado bien). Petra Lang creo que hace una Ortrud peor que la de Susan Maclean el año pasado, tendente al grito en el agudo, aunque la voz es firme y dramáticamente funciona. Thomas J. Mayer peor que el año pasado, voz desabrida en el primer acto y con pérdida de vigor vocal puntualmente. No ha habido suerte con los Telramund en este montaje. Y el Rey Enrique de Wilhelm Schwinghammer un poco de lo mismo, me gustó más el año pasado, pues la voz en el tercer acto sonaba con falta de fuerza. No ha sido una mala representación ni mucho menos, pero a un nivel inferior a otros años. No sé yo si esta mezcla de fatiga en cantantes, orquesta y director, se deba a un clima adverso, pues con eso de que no hay aire acondicionado en la sala, pero creo que ha sido patente.
|