Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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Dresden Bayreuth. El Oro del Rin
De: ls111553
Fecha: 23/08/2013 7:58:35
Asunto: Dresden Bayreuth. El Oro del Rin
Anoche comenzó la última serie de presentaciones del Festival 2013 y con ella, mi segunda visita a Bayreuth. Empezamos con el Oro del Rin.
Antes de entrar en detalles, tres impresiones generales:

1. Lo que se escuchó por radio no da una buena idea del trabajo de los cantantes, a quienes la acústica del teatro favorece considerablemente. Petrenko y la orquesta, excelentes, tal como esperaba.

2. Katharina y Eva están como regaderas. Una cosa es buscar interpretaciones novedosas, rompedoras y todo lo que quieran, pero otra es que les patine el coco.

3. Si el tal Castorf no es verdaderamente un abominable H.P., la imitación le queda bordada.

Madrugada en el Golden Motel, un "todo servicio" de los que abundan en la Ruta 66 de Texas, con gasolinera Texaco, fuente de soda/bar, piscina, terraza y un segundo piso con varias habitaciones. Tres prostitutas trasnochadas descansan de su jornada laboral cerca de la pequeña piscina sobre tierra. Una de ellas cuelga bragas, tangas y demás herramientas de la profesión en un tendedero. Las bombas de gasolina y la arquitectura sugieren los cincuenta; el vestuario y los teléfonos, los sesenta; el televisor Sony Trinitron, los ochenta, mientras que el letrero de "Wi-Fi here" nos trae al presente, comentando que la época importa un comino.

Y así comienza este invento. Alberich es un estafalario huésped del motel, que al fracasar en su intento de ligarse alguna de las chicas, se lanza a la piscina en bikini Speedo, robando el Oro que se supone está en el fondo. Luego vemos en la habitación que mira a la gasolinera a Wotan, un Tony Soprano venido a menos, revolcándose en la cama en un "ménage à trois" con su mujer y su cuñada. Y digo vemos porque tres omnipresentes camarógrafos captan todo lo que oculte el decorado, mandado las imágenes a una gran pantalla lcd, que parece ser un anuncio en la azotea del motel. Aquí lo que importa es la "visión" del director, el que no permitirá que nos perdamos nada de ella, acompañada por el fondo musical de un tal Wagner. Los gigantes son unos tipos rudos en camiseta y monos de trabajo. Fafner no deja de amenazar a Wotan con emprenderla a batazos con el impresionante Mercedes negro de éste, el que luego roban las chicas de la piscina después de cargar con las llaves del coche y todo el dinero que encuentran en la habitación. ¿Y Mime? Una especie de zombi con la cara quemada -por demasiado jugar con gasolina, digo yo.
Loge es un hortera de barrio banjo, con los imprescindibles traje rojo y mechero, mientras que Froh y Donner son mafiosillos petroleros de dibujos animados. Erda es una prostituta de las caras, quien termina aplastada contra la puerta de cristal del cuarto mientras Wotan "obtiene sabiduría" de ella. Fricka y Freia, otro par de putónicas, como todas las mujeres de este show.

Y ¿para qué contar más? Resulta indignante que se conmemore el bicentenario de Wagner menospreciando su música, reduciéndola a la mera banda sonora de una película barata. Y aquí me corrijo: las buenas bandas sonoras contribuyen a la trama y a la psicología de los personages. Aquí se trata de todo lo contrario: lo más perverso de Castorf es el contrariar lo que sugiere la música una y otra vez, recordándonos que la obra de Wagner no tiene ya nada que decirnos y que no tuvo más remedio que integrarla a su show porque si no, no le pagan. Así lo vemos burlarse de los momentos de gran intensidad dramática, como el secuestro de Alberich, con los personajes en tumbonas junto a la piscina, cantando sus partes como quien conversa de fútbol; reduciendo a casi nada la interacción entre Wotan y Fricka, ya que todas las mujeres son putas y sólo sirven para una cosa e intentando neutralizar -sin lograrlo del todo- la no- entrada de los dioses al Valhalla que no existe (cuando Wotan le canta a la "magnífica obra terminada", se refiere al coche que le entregan los mecánicos) poniendo a los extras a bailar twist como robots. Todo este cinismo brechtiano está bien para Madre Coraje, pero ¡por favor! ¡que aquí se trata música intrínsicamente romántica! Supongo que lo que me espera en La Walkiria será de armas tomar.
En fin, el cacareado tema del petróleo y la decadencia materialista está resuelto amontonando detalles y clisés de Regietheater hasta atragantarse.

Kirill Petrenko parece luchar contra esta banalidad acentuando la dinámica y el drama de la música, quizá sin la luminosidad que tanto me impresionó con Thielemann hace seis años, pero con mucha intensidad, especialmente en los metales, a pesar de algunos "accidentes" aislados de éstos.

Esperaba muy poco del Wotan de Wolfgang Koch, ya que en las emisiones de radio sonaba pequeño, nasal e insuficiente. No sé si es gracias a la acústica "cariñosa" de la sala, pero su actuación vocal fue una grata sorpresa, con un timbre aterciopelado, cortante y de gran presencia, excepto por algunos pocos momentos en que sus limitaciones en el registro bajo le roban efecto. El Alberich de Martin Winkler amenaza con robarle el show a Wotan, con una amplitud vocal e intensidad dramática envidiables, a pesar de las payasadas a las que le obliga Castorf. También me gustaron el Loge de Norbert Ernst, con agudos en piano que no había notado hasta ahora y la voluptuousa -en lo vocal y en lo otro- Erda (Nadine Weissmann). Un atractivo trío de Hijas del Rin, (o de la Piscina) dejan como único patito feo a la anónima Fricka (Claudia Manhke) cuya voz se rompía en cualquier esfuerzo. Veremos si mejora en La Walkiria.

El impresionante decorado de Aleksandar Denić y la iluminación de Rainer Casper, hubieran encontrado mejor uso en un intenso drama de Tennesee Williams. De hecho, servirían bastante bien para algo así como "La Noche de la Iguana".

Algo que sí me ha parecido un acierto, es la decisión de aboardar el tema de Wagner y el Nacismo honestamente y sin rodeos. Alineadas a ambos lados del busto de Wagner, como severas tumbas, hileras de placas de metal, cuentan cada una, las vidas de artistas judíos, expulsados del Festival por los nazis.
En otra puede leerse un testimonio de aceptación por parte del Festival y una sencilla puesta en perspectiva del antisemitismo de Wagner y la propaganda nazi. Toda una lección al arrogante Castorf de cómo encarar la verdad sin despreciar la obra

Saludos

Luis

De: rexvalrex
Fecha: 23/08/2013 18:58:33
Asunto: RE: Dresden Bayreuth. El Oro del Rin
Hola, Luis:

¡Por fin estás allí! Lamento mucho que hayas tenido que sufrir la basura degenerado de Castorf. Solo con ver su aspecto, ya te tira para atrás. Otro gilipollas del "materialismo decadente". El decadente es él. Menudo caradura. Leí una entrevista suya en inglés. Dijo algo así como que "las obras están para destrozarlas". Es un bufón que se sirve de la obra de Wagner para sus fines. Me hace pensar en el cuento del rey desnudo. ¿Cuando van a decirles a estos farsantes que van desnudos?

Se puede ser creativo e innovador, pero sin cargarse la obra. No comprendo cómo estos sujetos tienen predicamento entre los programadores operísticos. ¿Qué piensan? ¿Que el "escándalo da dinero? Están equivocados. Hace años iba a ir al Liceu para ver Wozzek, obra que me apasiona. Leí que el farsante de Bieito era el que iba a destrozar la obra y no fuimos. Cuatro entradas menos. Y menos mal, porque hizo una auténtica porquería, que es lo suyo.

Por lo menos,me alegro, amigo Luis que la músicate compensara en parte lo visual. Volver a comprobar la acústica de la sala, el ceremonial de los metales llamando al público, entrar a la sala, apagar las luces... Seguro que lo pasaste bien a pesar del estúpido Castorf.

Saludos.

Rex.

PD. Navegando por internet he leído comentarios laudatorios hacia Castorf y sus hallazgos, el Konzept, etc. Hipócritas snobs.