Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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El caso Thielemann
De: Mime Stolze
Fecha: 05/08/2015 10:27:01
Asunto: El caso Thielemann
Hola

¿Qué os ha parecido la polémica entre Thielemann y Petrenko de este año en Bayreuth?

Para los que no estén al tanto, Anja Kampe (novia de Petrenko) abandonó su papel de Isolde por diferencias con Thielemann, semanas después de que Petrenko fuera elegido director de la Filarmónica de Berlín, puesto al que también aspiraba Thielemann.

Más allá de lo que hayan podido exagerar los medios, muy propensos a ello en todo lo referente a Bayreuth, parece que Thielemann no ha sido especialmente elegante manejando la situación. Además, a la pérdida de Kampe como Isolde se une la renuncia a seguir dirigiendo El Anillo por parte de Petrenko a partir del año que viene.

Hasta ahora, en la bicefalia/tricefalia de Bayreuth estaban separadas las funciones de las hermanastras Wagner de la parte de Thielemann, pero este golpe de mano del director le sitúa en una posición dominante dentro del Festival, en el que llegó hace 15 años y del que parece haberse hecho indispensable, y no solo en lo musical.

¿Volverá Thielemann a supeditar razones extra musicales para seleccionar futuros directores en Bayreuth?

¿Cómo lo veis?

Saludos

De: Becquer
Fecha: 05/08/2015 19:11:05
Asunto: RE: El caso Thielemann
Sobre el tema yo puedo aportar hasta cierto punto, pues nunca se sabe cuánto exagera la prensa, dónde acaba la realidad y empieza el morbo.

A día de hoy, le pese a quien le pese, Thielemann es la mejor batuta wagneriana actual y lo mejor que ha dado la Historia de la dirección wagneriana desde los históricos. Sólo se le acercan Solti y Barenboim. Y lo pongo por encima de Karl Bohm y Wolfgang Sawallisch, muy notables, pero más dentro del buen saber hacer que del genio musical.

Respecto a Solti, baste escuchar su célebre Anillo de Decca para comprobar que Thielemann tiene mucho más que decir en la partitura. Aunque esa grabación es histórica y es un hito elevadísimo, por orquesta, director y, sobre todo, cantantes. Si Thielemann hubiera tenido cantantes históricos, estaría rivalizando con Kna, en dos estilos muy distintos.

Respecto a Barenboim, creo que no ha conseguido tanta homogeneidad en las diez óperas como Thielemann (a la espera de ver qué hace con Lohengrin en 2018), aunque Barenboim sería el segundo en mi escalafón particular entre los directores actuales.

Thielemann tiene fama de ser muy suyo, un tanto soberbio y poco diplomático en el trato personal. Eso ha trascendido tanto cuando estuvo al frente de la Deustche Oper como de la Filarmónica de Berlín. Ahora en Dresde parece que la cosa está bastante suave. No es el primer problema de este tipo en Bayreuth, pues en 2007 parece que criticó fuertemente a Linda Watson como Brünnhilde (bastante desgastada en la zona alta) y quiso traer en 2008 a Adrienne Dügger, que había cantado Senta, más joven y en mejor estado vocal, pero tendente al grito y poco sutil y que, según se contaba, era una Brünnhilde imposible. Hasta el punto de que Katharina Wagner presenció un ensayo y resolvió que había que reconciliarse con la Watson, quien acabó cantando todas las ediciones de este Anillo.

Sobre la titularidad de la Filarmónica de Berlín, la mayoría de los candidatos eran sólidas batutas, desde consumadas (Barenboim, Mariss Jansons, Bernard Haitink), jóvenes (Andris Nelsons) u opciones intermedias en edad (Christian Thielemann, Daniele Gatti). Yo hubiera apostado por cualquiera de éstos, aunque prefería a Thielemann, no ya por wagneriano, sino por tener un repertorio básicamente germano, pero solidísimo.

Jansons era una opción facilmente descartable por sus problemas de salud (renunció a la titularidad del Concergebouw). También Haitink, con 86 años.

Luego había otros directores más discutibles, en mi opinión. De más mayor a más joven:

1. Zubin Mehta. Con 79 años. Además de las razones de edad, para mí Mehta no se ha desempeñado sobresalientemente en ningún repertorio específico. Es muy solvente en general (y también muy mediático), pero no lo sacas de ahí. La Filarmónica de Berlín requiere algo más que una cara mediática y alguien que dirige aseadamente todo el repertorio.

2. Riccardo Mutti. Con 74 años. Además de las razones de edad, es un director destacado en ópera italiana. De ahí ha pasado a otros repertorios, en algunos casos con mucho éxito (sus sinfonías de Tchaikovsky dicen que son muy buenas), pero la Filarmónica de Berlín es una orquesta germana y no es de foso, parcelas que no son las de Mutti. Tiene fama de intratable (bastante peor fama que Thielemann) y en la Scala los músicos pidieron en masa su marcha.

3. Gustavo Dudamel. Con 34 años, a mí personalmente me parece más un producto de la industria discográfica que una batuta sólida. Yo optaría por otros muchos nombres antes que el suyo, a quien creo que le viene grande incluso la Filarmónica de los Ángeles, pero algún medio español hablaba incluso de que era el candidato favorito.

Y luego estaba el candidato sorpresa: Kirill Petrenko. Yo creo que ningún medio le incluía entre los favoritos (en muchas quinielas ni aparecía). Es un director muy minucioso y comprometido con su trabajo, pero su repertorio sinfónico es escaso fuera de los rusos y trabaja fundamentalmente en foso: estuvo al frente de la Ópera Cómica de Berlín y actualmente en la Ópera Estatal de Baviera. Probablemente haya sido el candidato de consenso: Barenboim es mayor (y quizás el tema judío no termina de gustar a algunos sectores), Thielemann es arisco y personalista (un nuevo Karajan, algunos lo vinculan a la ideología más conservadora), Andris Nelsons muy joven. Gatti acaba de llegar al Concergebouw. Jansons y Haitink no están en condiciones para asumir tanto trabajo. De esta manera, escogen a alguien con grandes capacidades, trabajador, no personalista y que no está mediatizado.

Las quinielas le daban la titularidad a Thielemann, pero claro, esto nunca es como empieza sino cómo acaba. Y aunque Thielemann le guste estar muy a sus anchas, seguramente quería la titularidad de la Filarmónica de Berlín.

Sobre la Isolda de Anja Kampe, primero una reflexión: la mayoría de los trapos sucios que ha tenido el Festival los ha asumido el propio Festival como una forma de no manchar el prestigio del implicado. Así, cuando George London no podía ya vocalmente cantar Gunther y hubo que retirarle del Anillo de Bohm. La versión oficial fue que como Wieland había cortado la escena de Gutrune del acto tercero del Ocaso él también pidió cortes y no se le concedieron.

Desde hacía varios años se anunciaba a Eva-Maria Westbroek como Isolda. Yo había leído en algún medio que el estado vocal de la Westbroek no estaba en su mejor momento para asumir Isolda en unas circunstancias como las de Bayreuth: estreno de producción, primer día, Thielemann en el podio, retransmisión radiofónica y toda Europa pendiente.

Después se anunció a Anja Kampe. Lo que iba a hacer era una heroeicidad, cantar Sieglinde e Isolda. No sé yo qué tal le hubiera venido. Alterar dos papeles protagonistas de gran envergadura lo podían hacer las históricas (Varnay, Mödl, Nilsson...), pero a día de hoy es algo arriesgado. ¿Hasta qué punto tuvo solamente Thielemann la culpa o es que Kampe no se veía capaz? O un poco de ambos: la Kampe se veía al límite y Thielemann no colaboraba.

El nombramiento de Thielemann en un cargo creado para él es una apuesta segura por parte de Katharina, que pocos elementos a su favor puede encontrar para continuar al frente del Festival. Casi todas las producciones que ha traído desde que está al frente de la dirección han tenido escándalos sonoros: Lohengrin de Neuenfels y ratas, Tannhäuser de Baumgarten y biogás y Anillo de Castorf con petróleo y ausencia de línea argumental entre jornadas (además, su presupuesto ha sido enorme). Se salva el Holandés de Gloger de la quema, teniendo en cuenta lo simplón que es, en decorados, acción y propuesta. Pero claro, al lado de lo otro, no molesta. Si Katharina no se asegura a un peso pesado como a Thielemann, nada le queda.

Yo creo que tener a Thielemann en este puesto puede atraer a más cantantes de primera fila. Las batutas van a Bayreuth igualmente. En la última década los que han pasado por el Festival ha sido lo más granado: Gatti, Nelsons, Petrenko, Weigle, Jordam... el año que viene llega Janowski, muy muy experto en Wagner aunque no demasiado imaginativo.

Sobre la marcha de Petrenko, ya había anunciado el año pasado que 2015 sería su último año. Petrenko no se ha mostrado demasiado integrado en la dinámica de Bayreuth. Criticó los pocos ensayos (y hay que recordar que en 2013 y en 2014 hubo alguna pifia bastante perceptible en su Anillo, cosa que no lo hubo en otros días) y criticó la marcha de Lance Ryan como Siegfried (lo mejor que se ha podido hacer). Y además le ha tocado lidiar con el tormento de Castorf en escena. Con lo cual, su experiencia puede haber sido algo agridulce.


De: Mime Stolze
Fecha: 08/08/2015 11:00:53
Asunto: RE: El caso Thielemann
Hola Becquer

Excelente radiografía del panorama actual wagneriano en Europa.

Ciertamente, en lo musical, Thielemann es la gran baza de Katharina, el escudo que la protege en el cargo y una de las razones, quizá, de que haya sido renovada en el cargo hasta 2020. La buena sintonía que parece que hay entre Christian y Katharina pudo hacer inclinar la balanza de la continuidad de la bisnieta porque eso conllevaba la presencia del director. Aunque probablemente aun cambiando la dirección del Festival, Thielemann hubiera continuado en Bayreuth.

Y una soprano como Sieglinde e Isolda el mismo año, como pretendía Kampe, casi parece de otra época, como apuntas. Por no hablar de cuando Varnay cantó, en una misma representación, la tercera norna y Brünnhilde, que creo que lo hizo en un par de ocasiones.

Otro culebrón más de Bayreuth.

Un saludo

De: assur
Fecha: 09/08/2015 13:07:36
Asunto: RE: El caso Thielemann
Estoy de acuerdo con vosotros. Me sorprende que Thielemann que se presentó, o nos lo presentaron, en su día como el guardián de las esencias se haya dedicado a salvar los muebles a Katharina en producciones de tan baja calidad como el Tannhäuser de los espermatozoides y el biogás o el Holandés de la fábrica-manicomio.

Por lo demás, nunca he creído que Thielemann tuviere posibilidades para dirigir la Filarmónica de Berlín, ya que la capital de Alemania es el reino de la corrección política y el director berlinés no pasa por ser precisamente la encarnación de la misma. Además, los continuos desencuentros con muchos de sus colegas (Baremboim, Albrecht, Nelssons, ahora Petrenko) y sus abruptas salidas de la Ópera de Berlín y de la Filarmónica de Múnic no parecen la mejor carta de presentación ante la institución filarmónica berlinesa, estigmatizada ora é per sempre del síndrome Karajan. No obstante, insisto que habría que ver si todo lo que se dice del berlinés es cierto...

En principio, el encasillamiento del director en un determinado repertorio, no habría de ser obstáculo a su promoción a la quizás, mejor orquesta del mundo, ya que, en este sentido, como habéis referido, Petrenko tiene tambíen sus limitaciones.

Por lo demás, coincido con Becquer en que es un director wagneriano comparable a Furtwängler o Knappertsbusch, por lo menos en los Maestersinger y el Ring, cuya proyección se ha visto perjudicada por la imposibilidad de disponer de mejores cantantes. Desde luego que el magnífico y alternativo Anillo de Petrenko no tiene nada que envidiar al de Thielemann pero puestos a elegir, yo me quedo con el del berlinés de 2007. Diría que en posteriores ediciones pierde algo de frescura, pero sigue siendo magnífico.

Saludos.