La noticia ha pasado completamente desapercibida en España. No sé si alguna de sus escenografías se ha exhibido en algún teatro español, esto explicaría la cosa. Uno de los últimos colaboradores de Wieland Wagner, heredó de su maestro sus errores pero no su genialidad. En sus puestas hay de todo sin decidirse por un camino claro entre tradición y ruptura. Una buena muestra de ello son sus dos Ring, el de San Francisco y el bávaro. Mientras el primero, concebido para el público americano, opta por un naturalismo a lo David, no sin algún toque de regietheater en el personaje de Loge, el segundo, para Alemania, se decanta por el caos más absoluto mezclando, sin ningún orden ni concierto , toda clase de elementos.
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