Ya sé que no es una noticia excepcional en términos puramente musicales. El Concierto de Año Nuevo tiene mucho de marketing, y los habituales de los últimos años eran escogidos más por afinidad a este concierto que a la trayectoria con la propia Filarmónica de Viena. No ha ocurrido siempre, pues ahí estuvieron Karajan, Kleiber, Abbado... Pero claro, también han faltado muchos muy buenos, quien quizás no se prestaban a ello.
Uno de los directores que pensaba que nunca dirigiría al Concierto de Año Nuevo es Christian Thielemann. Un monstruo de la dirección con mayúsculas. Él quiere hacer música, no otras cosas. Y eso le ha pasado ya factura con más de un compañero y una cantante. Con lo cual, siempre pensé que Año Nuevo era poco para él, que él quiere que le dejen la Filarmónica de Viena para hacer un Beethoven o un Bruckner.
En cualquier caso, dirigirá en 2019. Creo que puede marcar un antes y un después en los términos puramente estilísticos. Después de un Dudamel inflado por mercadotecnia, un Pretre simpático pero muy mayor, un Mehta descolorido en su última aparición o un Welser-Möst que dirigió más por su cargo (director de la Staatsoper) que por sus éxitos con la Filarmónica de Viena, Thielemann puede hacer recordar a esos directores gloriosos: Karajan, Kleiber... Y lo preveo por lo siguiente: la Staatskapelle Dresden organiza anualmente un concierto de fin de año donde Franz Lehar, el gran compositor de opereta, está muy presente. Y todos los años lo dirige el titular de la agrupación. Basta escuchar estos conciertos en youtube para darse cuenta de lo que hace Thielemann, con una elegancia y exquisitez apabullante. Con lo cual preveo una gran afinidad con el repertorio.
Con la formación vienesa la afinidad es indudable, tanto en foso como en concierto. Alguien que ha grabado una integral sinfónica de Beethoven con ellos y un Anillo, todo en directo, no cabe duda de que un mínimo entendimiento hay.
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Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
