Puro teatro muy bien montado. En esta producción, el concurso de cantores ocurre en el Festspielhaus de Bayreuth y el « personal » del teatro es parte del elenco. No hay más que observar los planos de las cámaras, perfectamente colocados para captar el suceso: primero en « vista aérea » y en el momento justo, a ras del suelo, precisamente en esa esquina del escenario. En la vida real, un accidente así hubiera detenido la función y hubiera caído el telón apresuradamente. De otro modo, la demanda por negligencia hubiera dejado al festival más arruinado que la derrota de Hitler.
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