Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
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Ad majorem Dei gloriam
De: Juan Carlos
Fecha: 03/11/2001 19:38:13
Asunto: Ad majorem Dei gloriam

Todo wagneriano que se precie es (o acabará siéndolo antes o después) un bruckneriano de pro. Por ello no he dudado ni por un momento en abrir en este foro wagneriano una conversación sobre la novena sinfonía de Anton Bruckner, heredera directa del cromatismo de Tristán.

La novena de Bruckner forma, junto a la novena de Beethoven y la novena de Mahler, la trilogía de mis novenas favoritas. Claro que las novenas de Dvorák ó Schubert tampoco son como para dejarlas de lado. Y si ya hablamos de la sexta de Tchaikovski ó la Séptima de Sibelius (1), que por su carácter conclusivo y testamentario podrían asimilarse a las otras novenas, no digamos. Pero ?mis novenas? son las tres primeras mencionadas. ¡Vaya ensalada de novenas!



Pero hoy quería centrarme en la novena de Bruckner dedicada ?Ad majorem Dei gloriam?. El compositor la dejó inconclusa a su muerte, conservándose unos detallados esbozos (184 páginas manuscritas) del movimiento final en el que trabajó durante los dos últimos años de su vida. No cabe duda de que el ?finale? podría haber sido monumental, llegando armónicamente más allá de la Octava. Pero por una u otra razón, Bruckner no dio término a su novena sinfonía.

P. de Arteaga (2) ha defendido de forma convincente que Bruckner no quiso terminar el movimiento final ante el temor de llegar demasiado lejos, a la descomposición de la tonalidad, de la que era firme defensor, llegando a identificarla con la Santísima Trinidad. Habría considerado una blasfemia seguir adelante tras el Adagio, que le había llevado ya a un punto sin retorno: ?...cuando al avanzar más y más en su novena, Bruckner descubre que está atentando contra sus creencias musicales primarías, no sólo es su universo estético el que tiembla, sino también su cosmovisión espiritual? (JLPA) Según el critico, Bruckner pudo pensar que su composición se le iba de las manos, que le llevaría demasiado lejos ?y sintió miedo, terror incluso ante lo que estaba escribiendo?. A manera de exorcismo invierte buena parte de su tiempo en rezar, anotando cuidadosamente en una libreta todas sus oraciones diarias. En cualquier caso, la muerte le halla sumido en estos pentagramas ?tan cercanos a la verdad divina? como mantiene Arturo Reverter. No cabe duda de que el compositor tuvo sus dudas y bloqueos, pero creo que hay que pensar que fue un cúmulo de causas, el que motivó que Bruckner no acabase el cuarto movimiento: cansancio, enfermedad, revisión de otras partituras...

Hay quien opina que la sinfonía, con sus tres primeros movimientos terminados totalmente por Bruckner está bien como está, y no hay necesidad de completarla. Incluso Deryck Cooke, que hizo ejecutable la 10ª de Mahler, no era partidario de hacer lo mismo con la novena de Bruckner. François-René Tranchefort, al comentar el adagio de la novena, termina así: ?Y entonces, en el último y poderoso tutti que cubre la casi totalidad cromática, el mundo terrestre parece abolirse y se entreabren delante del ?menestral de Dios? las puertas de la Eternidad...?. Los compases finales del Adagio son un mensaje de paz eterna. No echamos en falta otro final, como si lo haríamos si nos faltase el último movimiento de la quinta o de la octava. Sin duda, no hay necesidad de otro final, por mucho que se empeñen algunos en acabar algo que el propio Bruckner no pudo o no quiso acabar o en programar el Te Deum como conclusión. Con sus tres movimientos, la novena es una sinfonía cerrada.

No existe en esta sinfonía, el complejo entramado de versiones y ediciones de las restantes. Obviamente Bruckner no llegó a revisarla como sí hizo con la mayoría de sus sinfonías. Sólo hay que saber que la primera edición de la partitura es del director de orquesta Ferdinand Löwe y data de 1903, que introdujo numerosos cambios en la armonía y orquestación sobre la partitura original de Bruckner hasta deformarla por completo. Por fortuna, en 1932, Alfred Orel editó la sinfonia según el manuscrito original. La posterior edición Nowak (1951) sólo difiere en algún detalle de la edición Orel. También se han realizado reconstrucciones del movimiento final. La versión que cuenta actualmente con más prestigio es la de William Carragan (estrenada en 1984). De la edición Löwe, existen cuatro grabaciones, tres de las cuales se deben a Hans Knappertsbusch. De la versión con finale incluido, merece la pena conocerse la de Yoab Talmi en la edición de Carragan (Chandos), aunque Inbal grabó (no la he escuchado) la versión, más atrevida, de N.Samale y G. Mazzuca. Las restantes grabaciones que podemos encontrar en el mercado, están basadas todas en alguna de las ediciones de la partitura original.

Yo tengo cuatro versiones de la novena:

- Filármonica de Berlín. 1944. Wilhem Furtwängler. (D.G.)
- Staatskapelle Dresden. (años 70) .Eugen Jochum. (EMI)
- Filarmónica de Viena. 1988. Carlo Mª Giulini. (D.G.)
- Filarmónica de Viena. 1990. Leonard Bernstein. (D.G.)

También he escuchado la versión con el último movimiento (Carragan) con Yoab Talmi y la Filarmónica de Oslo, gracias a mi buen amigo Vicente (wagneriano, bruckneriano y mahleriano de pro). Sin duda alguna la referencia ahora mismo es Celibidache con la Filarmónica de Munich (EMI), pero cuando compré estas versiones (a excepción de Furti) todavía no había salido la edición Celi en EMI. Creo que, ahora que estoy volviendo a escuchar Bruckner casi a diario, voy a tener que hacerme con una quinta novena... y una segunda cuarta y una tercera quinta, y una quinta séptima y una segunda octava... La octava de Celi (EMI) la he escuchado y es excepcional. Sin duda caerá. ¡Alberich: yo también soy de los que prefieren el Ibérico al chopped! ;-) en cualquier circunstancia.

Bueno, otro día comentaré algo de la asombrosa novena de Furwängler, que me tiene realmente atónito.

Un saludo.
Juan Carlos.

(1) Quiero aclarar que la composición de la séptima de Sibelius (1924) es bastante anterior al fallecimiento de su autor (1956), pero no obstante es una de sus últimas obras. Tras el estreno de esta estática sinfonía en un solo movimiento, este ?Parsifal finlandés? como la calificó Serge Koussevitzky, poco será ya lo que nos deje Sibelius. Aislado del mundo, comenzó una Octava sinfonía y destruyó su partitura. Ya no publicó nada hasta su fallecimiento, tras treinta años de silencio. No cabe duda pues de que la Séptima es su testamento artístico.

(2) Ver ?La novena sinfonía de Bruckner y su final truncado ? Un intento de explicación? de José L. Pérez de Arteaga.


De: telramund
Fecha: 03/11/2001 19:53:11
Asunto: RE: Ad majorem Dei gloriam
Querido Juan Carlos:
Has planteado un tema apasionante. Ahora mismo te contesto.

De: telramund
Fecha: 03/11/2001 20:47:54
Asunto: RE: Ad majorem Dei gloriam
Querido Juan Carlos:
Totalmente de acuerdo en que todo wagneriano de pro lleva dentro a un bruckneriano de pro. Comparto totalmente tu entusiasmo por este compositor, especialmente sus sinfonías, pero también su otro repertorio, como el maravilloso quinteto. ¿Lo conoces?
creo que sus obras sinfónicas cumbre son la 5ª, la 8º y la 9ª. Precisamente esta última es su obra más personal y más avanzada. Pero pienso que no la llegó a terminar simplemente porque se murió. Lo voy a intentar razonar.
La Novena (siempre en mi opinión) refleja un conflicto interior existencial y religioso de Bruckner. el siempre se había mantenido firme en su fe, pero en sus últimos años, al llegar la vejez y la enfermedad, creo que pasó popr una inevitable crisis. Y ese es el conflicto que refleja el primer movimiento. Ese primer grupo temático, amenezador, apocalíptico, tal vez quiera expresar un Dios terrible, vengativo. O acaso el silencio de Dios. En una palabra, que a las puertas de la muerte Bruckner no las tenía todas consigo.
En el segundo grupo temático veo la ferviente oración de Bruckner. El movimiento se desarrolla entre estos dos polos y la conclusión es de nuevo amenazadora: las dudas del creyente no han quedado resueltas.
El formidable scherzo podría ser una visión demoníaca del "mundo exterior", con una pequeña concesión al lirismo en el trío.
En cuanto al sublime agagio, tan próximo a Parsifal, es donde a mi juicio se resuelven las dudas de Bruckner. Tras el conflicto, el creyente se sumerge en la fe en su Dios, sus temores decaparecen y se funde con lo divino. en este sentido estoy de acuerdo de que la sinfonía podría concluír aquí, ya que el conflicto esencial queda resuelto.
Pero Bruckner quería concluir su obra con un monumental canto "Ad majorem Dei Gloria.". De esta manera el movimiento inicial de la sinfonía quedaba equilibrado con el último, y al igual que en la 8ª el estatismo del Adagio se contraponía con el dinamismo del finale.
¿Por qué no lo concluyó?
Conozco el artículo de Pérez de Arteaga, pero tienes que tener en cuenta que apareció por primera vez en 1979, cuando soplaban otros vientos en la brucknerofilia mundial. Los brucknerianos querían reivindicar al "cantor de Dios", que estaba un poco olvidado y eclipsado por el "boom" Mahler, y la mejor manera en ese momento era ganar a Bruckner para la modernidad. Es decir: intentar demostrar que Bruckner es el antecesor de la atonidad y Schönberg. Pero hoy estas cosas hay que verlas con otra perspectiva y sin apasionamiento.
En este sentido me parece muy interesante el artículo de Ángel Fernando Mayo que salió en un dossier Bruckner que hace unos años Scherzo dedicó al gran compositor. en ese artículo se examina todo el material que Bruckner dejó escrito: la sección de exposición completa, hasta el coral de las trompetas sobre el motivo de la fe de Parsifal. Luego, el desarrollo, más incompleto y sin orquestar, etc. La conclusión iba a ser una doble fuga y una coda tan monumental como la de la 8ª, pero de esto Bruckner no dejo nada escrito.
Por tanto creo que esta obra no se puede comparar con la 10º de Mahler o Lulu de Berg, porque en estos casos sí existía material compuesto al que sólo faltaba orquestar. Pero ¿quién se atreve a escribir la doble fuga y la coda?
Aun así, existen al menos dos reconstruciones. La que tú conoces, de William Carragan, es más convencional, menos atrevida. pero la de Mazzuca y Salame, que Inbal ha llevado el disco, pretende demostrar precisamente lo que tú decías al principio: que el finale de la Novena conducía a la inestabilidad tonal. La sección final suena inquietante, lo que para mi contradice la solidez de la fe bruckneriana.
en cuanto a la discografía, si quieres en otro momento nos extendemos. La de Furtwängler me parece impresionante. Refleja las condiciones de la guerra que se estaban viviendo en el momento del concierto (fíjate en el año). Todas las de Jochum son muy buenas. La de Inbal,magnífica, en Teldec, es de un estilo que aquí llamaré "objetivista", y tiene el interés del finale reconstrido. especial mención merecen las de Knappertsbusch, un Bruckner humano, hiperromántico, extraordinario, en un estilo que ya no existe pero que creo que está muy próximo a la visión personal de Bruckner. Tiene el lastre de que maneja la edición apócrifa, pero ¿qué importa?
De momento, creo que ya estuvo bien. Me alegro mucho de poder comentar estas cosas contigo y espero que sigamos en contacto.
Un saludo a todos.

De: Manuel Pérez de Rozas
Fecha: 04/11/2001 0:49:13
Asunto: RE: Ad majorem Dei gloriam

Querido Juan Carlos y brucknerianos varios:

Yo también soy furibundo bruckneriano, y me encanta la 9ª de Bruckner. No sé si por casualidad sabes o entiendes el catalán, (pues no sé desde dónde escribes); si la respuesta es afirmativa, te recomiendo una página web de un profesor universitario valenciano llamado Guillem Calaforra, y cuya dirección es http://www.uv.es/~calaforr. Aquí hallarás, entre otras muchas cosas de interés, un artículo titulado "RESAR LA NOVENA (de Bruckner)" (o sea, Rezar la Novena (de Bruckner) ): contiene este apasionante artículo el análisis de 15 grabaciones distintas de la Novena de Bruckner. Es sencillamente fabuloso. El señor, que es actualmente (¡eso es exotismo!)profesor de catalán en Polonia (no recuerdo si en Varsovia o en Cracovia)demuestra a partes iguales un fervor bruckneriano y un conocimiento musical fabulosos. Para él (te cito de memoria) las mejores versiones eran Wand/Fil Berlín, Giulini/Viena, y Celibidache/Munich, y en segundo lugar un grupo con Jochum/Dresde, Furtwängler/Berlín, Klemperer/Filarmonía y Karajan/Berlín. En cambio, para él Kna con la edición Löwe sale bastante mal parado del análisis. Llega a decir que Kna asesina la partitura con su interpretación.
En todo caso, un artículo memorable que no te dejará indiferente. Hazte con él en cuanto puedas. Por cierto que envié un mail al señor Calaforra felicitándole por el artículo, recomendándole alguna versión que él no conoce (Eduard van Beinum) y diciéndole que aunque en general compartía sus opiniones, me parecía severo su juicio sobre la versión de Kna. Me contestó muy amablemente, agradeciendo el mail, reiterando su opinión negativa sobre la 9ª de Kna, y a mi sugerencia de que hiciera artículos semejantes sobre otras obras de Bruckner repuso que lo veía difícil por ahora, al estar él en Polonia y sus discos en Valencia (aunque no descartaba hacer un estudio semejante sobre la 8ª).
Mi discografía de la 9ª de Bruckner es ésta:
1- Filarmónica de Berlín; Eugen Jochum /DG
2- Staatskapelle Dresden; Eugen Jochum /EMI
3- Sinfónica de Radio Baviera; Eugen Jochum /DG The Originals
4- Filarmónica de Munich; Sergiu Celibidache /EMI
5- Filarmónica de Berlín; Wilhelm Furtwängler /DG
6- Filarmónica de Berlín; Hans Knappertsbusch /Music and Arts
7- Concertgebouw de Amsterdam; Eduard van Beinum /Philips
8- Sinfónica de la WDR de Colonia; Günter Wand /Harmonia Mundi

Para acabar quiero que sepáis que Music and Arts ha publicado la 1ª Quinta de Bruckner de Jochum, grabada en discos de 78 rpm en Hamburgo, en 1938. TAHRA llegó a anunciar que lo haría, pero sin culminar el proyecto, que yo sepa, así que los americanos se han adelantado. La grabación de origen era Telefunken, dura 79:19 (en un solo CD) y el Adagio creo que es el más largo de los que nos dejado Jochum: 21:31 es su duración.
Es un disco hermoso, sobre todo para los carcas que seguimos oyendo a Jochum (por fortuna abundantes en esta página web),el sonido es el esperable; en todo caso, interesante como complemento a las grandes versiones de Munich 1958 (DG), Ottobeuren 1962 (Philips), Dresde 1979 (EMI) y la tremenda "postrera versión" de Amsterdam en 1986 (TAHRA) pocos meses antes de que Jochum se reuniera en el más allá con su amado Bruckner.
La referencia es CD1086. Espero que A.F.Mayo comente el disco en algún próximo boletín DIVERDI.

Un saludo
Manuel

De: telramund
Fecha: 04/11/2001 1:25:23
Asunto: De carcas, nada.
Estimado Manuel:
Muy interesante tu información. Aunque no sé catalán voy a buscar ahora mismo esa página.
Sobre las interpretaciones de Kna, casi todos los que las desprecian nunca las escuchado o lo han hecho una vez y poniendo ya desde el principio cara de asco. Hay que valorar la edición manejada por Kna con perspectiva histórica, intentado comprender que son el reflejo de una época que, lo queramos o no, era la del propio Bruckner. Hoy por hoy creo que esas ediciones no se deben interpretar sencillamente porque ningún director siente a Bruckner como lo sentía Kna. Habrá que esperar a lo que haga Thielemann en este terreno.Hoy se pretende desmaterializar a Bruckner, idealizarlo, descarnarlo, hacerlo ascender a las alturas celestiales. Y creo que eso es pasarse. Ejemplo de este estilo: el último Celebidache (eso sí, esto que digo es una apreciación que en nada pretende dañar la excelencia musical del director rumano).
Creo que Bruckner hay mucha "sensualidad", mucho dramatismo. Pienso ahora en el 2º movimiento de la tercera, en el 1º de la séptima o en el quinteto. Y el wagneriano Kna también lo entendía así.Ojo: no estoy intentando pasar al otro extremo y "paganizar" a Bruckner.
En cuanto al gran Jochum, me parece uno de los grandes Brucknerianos de referencia, y que su Quinta de Amsterdam es sencillamente impresionante. Si los "modernos", entre ellos los partidarios de Celebidache, ven en Jochum y Kna unas momias caducas y trasnochadas, creo que no sienten ni aman a Bruckner tan profundamente como nosotros, los "carcas".
Un abrazo.

De: Angel Riego Cue
Fecha: 04/11/2001 2:06:16
Asunto: RE: Ad majorem Dei gloriam


Hola a todos. A mí también me interesa este tema de Bruckner y su 9ª. He de decir que el Sr. Pérez de Arteaga me parece un poquitín farsante y amigo de las especulaciones "literarias" que suenen bonito; recuerdo haberle oído en el intermedio de la transmisión desde Bayreuth del Tristán de 1999 que esa grabación de Grammofono 2000 atribuida falsamente a Wagner, pues que bueno, que sí, que según unas últimas investigaciones de un musicólogo publicadas en una revista alemana, que podría ser auténtica. Vamos, impresentable. La historia del Bruckner devoto creyendo que va a blasfemar contra la Santísima Trinidad si continúa, pues lo mismo: demasiado "literaria" para ser cierta. Me inclino más bien por lo que dice Angel Mayo, que el estado de salud (física y mental) de Bruckner no le permitió seguir trabajando.

Sobre las versiones recomendadas, pues me parecen extraordinarias Furtwängler, Giulini y (con ciertos reparos) Celibidache. Klemperer y Beinum por desgracia están inencontrables. También metería en el grupo de cabeza a la de Kna en Berlín, a pesar de la edición utilizada. Karajan está bien, aunque por debajo de los anteriores. Jochum no está en la 9ª a tanta altura como otras (5ª, 7ª) en sus dos ciclos, y una vez más muestro mi sopresa por ver incluir entre las grandes a la última de Wand en Berlín, que es la anodinia absoluta (no digo que el maestro con algunos años menos no "controlara" mucho mejor).

Un saludo
Angel


De: telramund
Fecha: 04/11/2001 2:18:20
Asunto: Una lanza a favor de Pérz de Arteaga
Querido Ángel:
aunque yo soy el primero en calificar de disparatada la defensa que Arteaga hizo del registro apócrifo de Wagner, supongo que estarás de acuerdo conmigo en que es un profesional comp la copa de un pino. Con El mundo de la fonografía hemos aprendido todos un montón. Y su estilo como comentarista de transmisiones me parece insuperable: domina casitodos los temas, es ameno es didáctico pero no pedante, tiene sentido del humor, se "moja" haciendo valoraciones críticas, incluso negativas (recordad a esa pareja de Siegfried y Mime que solían cantar en Bayreuth). Compárese con el comentarista del Festival de Bayreuth de este año:¡Qué diferencia!
Ángel, un abrazo.

De: Alberich
Fecha: 05/11/2001 11:55:48
Asunto: RE: Ad majorem Dei gloriam
Después de una temporada de abandono, he regresado a Bruckner, todo para reafirmarme en lo siguiente: modestamente creo que si hay un Bruckner imprescindible es el de Celi. Entre Stuttgart y Munich se encuentra la verdad. Escuchando sus versiones no necesitas la partitura: todo está ahí, expuesto con claridad meridiana. Anoche volví a escuchar su Cuarta de Munich (EMI). Desde el sublime comienzo, la llamada de las trompas sobre el trémolo de las cuerdas ("El Om en Mi bemol mayor") hasta el personalísimo "ostinato" en la Coda del "Finale", un catálogo de maravillas reveladas con apabullante coherencia: ¡qué razón tenía Celi cuando afirmaba que "el final está en el principio"!

Un saludo,

Alberich

P.D. ¡Juan Carlos, qué buenos recuerdos me traen tus referencias gastronómicas!

De: Juan Carlos
Fecha: 06/11/2001 0:25:46
Asunto: Furt y la novena de Bruckner
Saludos queridos amigos wagner-brucknerianos:

Me alegra la acogida que ha tenido la conversación sobre la novena de Bruckner que decidí comenzar. No andaba equivocado cuando pensaba que detrás de todo wagneriano hay un bruckneriano de pro, o al menos, un bruckneriano en potencia. La verdad es que no estaría nada mal que hubiera en Internet un foro sobre Bruckner, que podría extenderse también a Mahler, porque con gente como vosotros daría para mucho.

Telramund, he de reconocer que, de momento, de Bruckner sólo conozco su ciclo sinfónico, y desde la segunda. Me quedan, como asignatura pendiente, sus primeras sinfonías, sus grandes obras litúrgicas, los motetes y el quinteto de cuerda. Para sus misas, ¿qué podéis recomendar? Creo que Jochum puede ser la referencia en este repertorio. Además, creo que no hay mucho dónde elegir.

Yo también creo que la cumbre de su obra sinfónica está en la 5ª, 8ª y 9ª. Sobre todo, la monumental octava, de la que se ha dicho que es ?la sinfonía de sinfonías?, la ?coronación sinfónica del siglo XIX? ó ?el equivalente de ?El ocaso de los dioses?. Conozco el artículo de Angel Mayo que comentas; si no me equivoco debe tratarse de ?El otro Bruckner?; lo considero una valiosa introducción a la parte de la obra bruckneriana menos conocida del público.

En cuanto a Furtwängler, a mi también me entusiasma. Ahora hablaré de ello.

Hola Manuel. He nacido y vivo en la provincia de Alicante y leo el catalán sin mucha dificultad. Conozco desde hace tiempo la web de Calaforra, y por supuesto su trabajo ?Resar la novena?. Se puede estar de acuerdo o no con él, pero de lo que no cabe duda es que el suyo es un trabajo muy bien documentado. Cada cierto tiempo entro en la página con la esperanza de que haya publicado otro trabajo similar sobre otra sinfonía de Bruckner, pero por lo que dices, tendremos que esperar un poco. Es una lástima que escriba en catalán; lo digo porque un trabajo de esta categoría podría haber tenido mucha más difusión si lo hubiera publicado en castellano. No lo digo por mí, que como digo, puedo leer el catalán más o menos sin dificultad.

En lo que no puedo estar de acuerdo con Calaforra es en la valoración que hace de la versión de Furtwängler de 1944. Voy a transcribir, traducido por mí, lo que dice y luego daré mi opinión:

? La versión más antigua que he escuchado de la novena de Bruckner es la única que grabó Furtwängler, en el Berlín de finales de 1944 con la Filarmónica de esa ciudad. Debo a Joan B. Llinares la oportunidad de haber podido escuchar este registro. El sonido, como podemos esperar, es bastante deficiente. Al mismo tiempo es necesario decir que esta es una de las versiones discográficas con más prestigio de la incompleta de Bruckner. La partitura empleada es la que editó Alfred Orel en 1932.

No me gusta demasiado la manera de dirigir de la vieja escuela, compuesta por músicos muy atentos al impacto sobre el auditorio pero poco preocupados por el servicio a la obra y al creador. En consecuencia no será extraño que me constituya en hereje y considere superadas ciertas maneras de dirigir. En la interpretación de Furtwängler podemos encontrar muchos de los vicios y muchas de las arbitrariedades de la pretendida tradición de los brucknerianos: aceleraciones, retardandos, diminuendos y crescendos que no aparecen en la partitura, indicaciones explícitas no respetadas, incoherencias agógicas diversas, etc. Todo esto forma parte del Bruckner filtrado por la ?tradición de los grandes? (Furtwängler, Knappertsbusch, Jochum...), y ha sido transmitido de manera acrítica a pesar de los reproches del cantón ?objetivista?. El resultado es una manera tan emotiva como insuficiente de encarar unos pentagramas llenos de detalles e indicaciones que, con tradición o sin ella, es absolutamente obligatorio respetar. Furtwängler estaba más interesado en transmitir un pathos que en intentar acercarse al ideal de la obra en si.

Por otro lado, esta grabación tiene méritos suficientes para entrar en el rango de las antológicas. Hay que admitir de entrada que Furtwängler apenas admite otra dinámica que no sea la del ?forte?: los pasajes p y pp realizados como tales son sorprendentemente escasos. Pero eso, unido a las fluctuaciones de tempo y a un fraseo nervioso, da a la versión un aire tenso, histérico, claustrofóbico, opresivo. Veáse por ejemplo, la manera alucinógena de tocar el segundo tema del primer movimiento (I, letra D), o de la angustia cardiaca de un acelerando poco a poco, que no tiene nada de gradual (I, cc. 325 y ss.), o de la terrible coda del primer movimiento, o todo el segundo movimiento, o....Por otro lado, algunos momentos son de una altura lírica extraordinaria ?pero eso sí, con un lirismo trágico y doliente- . Veáse por ejemplo la letra E del primer movimiento o el aterrador segundo tema del tercero. En el trio del segundo movimiento, la ralentización del tema lírico parece excesiva, aún cuando se adivina que es dictada por la intención de Furtwängler de encontrar un pequeño oasis en medio del infierno. El director no es amante del detalle en ningún caso y las texturas timbricas de toda la obra a menudo quedan enterradas bajo el peso de la masa general o detrás de los tempos acelerados.

La última reserva de desesperación queda para el tercer movimiento. Furtwängler sabe lo que quiere decir y no es necesario dar demasiadas explicaciones. Para él y para los asistentes a aquel concierto, el mundo se acababa. Y se nota, sobretodo cuando escuchamos a más de medio siglo de distancia el segundo tema de ese tercer movimiento, pero sobre todo en la tremenda bajada al infierno que constituye el crescendo agotador de las letras M-Q. Aquí Furtwängler no estaba para remilgos, abrió la caja de los vientos y desencadenó una tempestad de horror que aún hoy nos lleva al borde mismo del abismo, este acorde angustioso y disonante que nos deja sin respiración. Después un final sin redención posible, unos pasajes a los que se suma la paz de los cementerios y, para acabar, el sonido de las trompas en un acorde larguísimo que se sostiene hasta más allá de lo que podemos soportar.

¡Cuánta amargura destila esta interpretación! A pesar de las violencias a que somete la partitura, Furtwängler nos dejó un documento conmovedor de pura mística bruckneriana. Si hubiese sido más fiel a la letra, esta sería la más grande interpretación expresionista de la novena de Bruckner. En todo caso, no es muy recomendable iniciarse en el conocimiento de la obra a partir de esta grabación, porque podemos llegar a conclusiones demasiado parciales. Este es un Bruckner posible pero no el único?.

Bueno, hasta aquí el comentario de Guillem Calaforra, al que, por cierto, no le tiembla la mano al calificar el resultado de la ejecución de la novena por Knappertsbusch con la Filarmónica de Berlín (28-1-1950) como de desastrosa ( ya al margen de la utilización de la edición Löwe). También he de decir que no conozco la grabación de Kna, así que no voy a entrar.

Pero la de Furt si la conozco, y últimamente la he escuchado bastante, junto a la Séptima (también por Furt) Calaforra, o bien no ha entendido a Furtwängler (cosa que no creo porque su cultura musical está fuera de toda duda) o no conecta con su forma de dirigir, con su concepción de esta música en un momento histórico determinado, que le lleva a convertise en ?medium? de su tiempo y ver más allá de las notas. Ya lo dijo Mahler ?Lo importante de la música no es lo que está en las notas sino lo que está detrás de ellas?. Ampliando esta idea, Roberto Andrade dice: ?La música no es lo que está descrito en la partitura; ésta actúa como un esbozo que requiere el entendimiento de todas sus líneas, vocales o instrumentales, y una mente rectora que las interprete y aúne todas las voluntades de los participantes en el concierto o en la representación. El director de orquesta ha de dar al conjunto aquella otra dimensión que en defintiva, se concreta un poco en la idea que expresaba Mahler?.

Todos vemos claro que Furtwängler no es Toscanini, no es un director ?objetivo?, como tampoco lo fue, por citar un director más moderno, Leonard Bernstein, al que nadie a igualado en su Mahler ?subjetivo? y a la vez genial.

En la novena de 1944 con Furt, éste nos transmite toda la tragedia de un mundo desmoronándose y también su propia tragedia personal. Nos lleva a aquella sala de conciertos en un Berlín arrasado por las bombas y nos hace participes de la historia, porque hasta tal punto está compenetrada esta versión con el momento histórico en que se produjo.

Una última cosa; y perdonad que vuelva a citar. Pérez de Arteaga nos propone un experimento. Dice que si cogemos una obra como la Patética de Tchaikovski, común en el repertorio de dos director opuestos ( y totalmente válidos, todo hay que decirlo) como Toscanini y Furtwängler, en el primero encontraremos una Patética que podrá gustar más o menos, pero que seguramente estará muy bien ejecutada. Con la Patética de Furtwängler, probablemente la ejecución será menos acabada, pero a cambio se nos dará ?algo más? que la Patética de Tchaikovski. Esto produce, según JLPA, una sensación de incomodidad que no se experimenta con Toscanini.

Lo que no gusta a Calaforra de esta versión o lo que le incomoda quizás, es precisamente lo que a mí me entusiasma. Como he dicho antes no dudo ni por un momento de que es una persona de una cultura musical altísima ( seguramente mucho más que la mía). Pero Furti es así; o conectas o no conectas, pero quien lo rechaza por subjetivo no sabe lo que se pierde. Yo creo que se puede disfrutar, tanto de directores objetivos, más fieles a la letra, como Toscanini, Szell o Carlo Maria Giulini como con directores subjetivos como Furtwängler, Kleiber o Bernstein que además de las notas, nos dan mucho de sí mismos.

Alberich, coincido plenamente con lo de Celi; por cierto, y aunque sea ponerte en un compromiso: elige ¿Munich o Stturgart? No vale hacer trampas y elegir una de aquí y otra de allá ¿eh? ;-) Voy a duplicar alguna las sinfonías de Bruckner y necesito de tus sabios consejos, que en otras ocasiones me han sido de tanto ayuda. ¡Viva el ?ibérico?, digo el ?rumano?!

Un saludo.
Juan Carlos.




De: Alberich
Fecha: 06/11/2001 15:23:31
Asunto: Celi y Bruckner (opción geográfica)
"Alberich, coincido plenamente con lo de Celi; por cierto, y aunque sea ponerte en un compromiso: elige ¿Munich o Stuttgart? No vale hacer trampas y elegir una de aquí y otra de allá ¿eh?" (Juan Carlos)

La sección Celi (150 CDs aproximadamente) la tengo en una estantería en el pasillo, cerca de la puerta de casa, por si algún día tengo que salir corriendo sin tiempo de hacer las maletas. Y la caja Bruckner de EMI es lo primero que cogería (¡ojo, de la sección Celi!). ¿Munich o Stuttgart? Difícil pregunta. Puestos a elegir, yo me quedo con Munich. Sinfonías 3-9, Te Deum, Misa en fa menor. Summa Artis. El Nuevo Testamento Bruckneriano en versión Nowak.

Hay algún documento audiovisual impagable a la hora de acercarte al "modus operandi" y las ideas musicales del rumano, que no puedo evitar recordar aquí:

- Ensayo de la Sinfonía Clásica de Prokofiev. Me ha "machacado" la obra. Ya no me gusta ninguna otra versión. Y cada vez que oigo la Gavota me acuerdo del "ruski, ruski" de Celi.

- Ensayo de la Misa en fa menor.

- Documental con una escena profundamente conmovedora: un emocionado Celi que prácticamente rompe a llorar durante un ensayo de una obra de Bruckner (no recuerdo ahora cuál) en San Florián.

Cuando el joven Nibelungo termine algunos encargos (entre los que se encuentra duplicar un "documental" de Fritz Lang sobre nuestra familia, que te prometí cuando Siegmund era aun un mozalbete) le pasaré algo de Celi.

Un abrazo,

Alberich

De: Juan Carlos
Fecha: 06/11/2001 23:05:34
Asunto: Agradecimiento al nibelungo.
Querido Miguel, te agradezco sinceramente tu interés.

Un abrazo.
Juan Carlos.

De: telramund
Fecha: 09/11/2001 20:18:22
Asunto: EL OTRO BRUCKNER
Querido Juan Carlos:

Acabo de leer tu interesante "artículo", y me apresuro a responder a tus comentarios.
Sobre el resto del repertorio de Bruckner, lo más destacado es sin duda la música religiosa. En cuanto a las versiones, das en el clavo: el mejor es Jochum, en parte por su excelencia y en parte porque no hay mucho donde elegir. Su semiintegral para DGG es excelente.En cuatro discos está representado lo mejor de Bruckner en este campo: las tres misas mayores, el Te Deum, el Salmo 150 y diez motetes.Referencia: 423 127-2. El católico y "romántico" Jochum entiende y siente esta música plenamente. Además, de joven fue organista y director de coros.
Sobre otras versiones: recuerdo haber visto (pero no las he escuchado)la misa en fa menor por Colin Davis y por Celebidache. Las primeras misas, por desgracia, no las conozco.
Sobre el quinteto: mi versión es la del cuarteto Melos, en Harmonia Mundi(HMC 901421). Es una obra maravilosa. Especialmente adoro el movimiento lento.
El cuarteto nunca lo he encontrado.
En cuanto a las primeras sinfonías, son interesantes, especialmente la 1ª, que ya es netamente bruckneriana. La número 0 me sorprendió la primera vez que la escuché. La número 00 no está mal, pero es más convencional.
Me comentas el artículo de Mayo "El otro Bruckner", del Scherzo de Junio de 1996. Lo tengo, pero el artículo al que yo hacía referencia se titula "El finale de la Novena Sinfonía". Apareció en otro dossier de Scherzo, pero desgraciadamente cuando realicé la fotocopia me olvidé de anotar la fecha ¡Lo siento!
Gracias por la traducción del extracto de Calaforra. He copiado el artículo en mi ordenedor, pero como comprenderás no lo puedo leer bien.
Para terminar, te quería preguntar a ti y a todos los wagneriano-brucknerianos qué opinas/opinais de las primeras versiones de las sinfonías 3ª, 4ª y 8ª de Bruckner. No estoy hablando de las ediciones de Schalk o Löwe: me refiero a las primeras redacciones "de la mano de Bruckner",que prácticamente nunca se han tocado al haberse impuesto las versiones revisadas. Por ejemplo: la primera versión de la 4ª es casi una sinfonía totalmente distinta a la que solemos escuchar: el scherzo es un movimiento diferente, y el finale es casi irreconocible. Las únicas versiones que conozco de estas sinfonías son las de Inbal, en su integral para TELDEC (11 sinfonías). Este es un tema con el que no he discutido todavía con nadie. Ángel Fernando Mayo lo desarrolló en su magnífico programa de Radio 2 "Las sinfonías de Bruckner", que tuve la habilidad de grabar: Bruckner: ¿sinfonista u organista?
Un abrazo.

De: Juan Carlos
Fecha: 14/11/2001 20:22:57
Asunto: RE: EL OTRO BRUCKNER

Apreciado Telramund:


Tendré en cuenta tu recomendación en cuanto a la música religiosa y el quinteto. De hecho, ya tengo localizado un CD doble de D.G. (Originals) con las tres misas dirigidas por Jochum. Aunque no hemos hablado de ello, también tengo en cartera asimismo la quinta por Jochum de 1964 con el Concertgebouw (Philips). Hay que reivindicar a Jochum. Era un director excepcional. Y ya que estamos en un foro wagneriano, ¿Qué me dices de su caballeresco Lohengrin en Bayreuth (1964)? ¿Lo conoces? Es mi ?Lohegrin? favorito.

En cuanto a la Urfassung (es decir, las partituras originales) de la Tercera, Cuarta y Octava, la verdad es que poco puedo decir. Sabía que Inbal las había utilizado para su integral en Teldec pero poco más. Hace mucho escuché la Tercera, con sus citas wagnerianas, pero debido al tiempo que hace no sé ahora mismo valorar sus diferencias con respecto de la que tengo, de Karl Böhm (segunda revisión ?1889). Según Angel Mayo, las revisiones posteriores no mejoraron en el caso de la Tercera, la partitura original, y considera, la interpretación de Inbal como ?magnifica e imprescindible?.

Lamento en este caso, no haberte sido de mucha ayuda, pero no quería dejar esta bruckneriana conversación a medias.

Un abrazo.
Juan Carlos.


De: telramund
Fecha: 16/11/2001 21:17:22
Asunto: Jochum y Wagner.
Apreciado Juan Carlos:
Efectivamente, conozco el Lohengrin de Jochum de 1954. Y debo confesar que en conjunto también es mi favorito. El reparto es excepcional y muy equilibrado. No hay mejor heraldo ni mejor pareja de malvados. El rey es muy bueno, pero superable. Los protagonistas son maravillosos, pero al ferviente Windgassen creo que lo supera Franz Völker (Heger, 1943) y a la Nilsson, Elisabeth Grümmer (Kempe, von Matacic). Y sobre todo, la dirección de Jochum está llena de vida: directa y teatral, pero también lírica, variada, "romántica".
Por último: hablando de Jochum y Wagner, no sé si conoces su Tristán de Bayreuth de 1953, con Vinay y la Varnay. Creo que en conjunto hay Tristanes superiores, pero este merece la pena conocerse: está lleno de fuego.
Lo que no conozco es la grabación de Los maestros cantores en Múnich en el año 1944, con Hotter. Los ponen muy bien ¿Los conoces? Sin embargo, sus Maestros en estudio para DGG, con el relamidísimo (en esta ocasión) Fischer-Dieskau, me parece que carece de la cualidad más notable del Wagner de este director: la vitalidad. Además, el reparto es bastante flojo (lo que se podía encontrar en los años 70).
En resumen: estoy de acuerdo de que Jochum es un gran director, y no sólo en Wagner y Bruckner: Brahms (los conciertos con Gilels), Beethoven,...y Elgar (maravilosas Variaciones Enigma).
Un abrazo.

De: Manuel Pérez de Rozas
Fecha: 18/11/2001 0:43:30
Asunto: RE: Jochum y Wagner.

Queridos amigos:

Yo también soy un gran fan de Jochum, no sólo como músico, sino también como persona. Su gran honestidad (y un par de c....) le posibilitaron conservar su puesto de Generalmusikdirektor en Hamburgo durante los años nazis...sin tenerse que afiliar al partido. Su actitud estaba tan libre de sospecha que fue de los escasos directores que no se vio implicado en ningún proceso de desnazificación, y ya en 1945 pudo reiniciar su carrera en Munich, tocando música del judío Mendelssohn, hasta entonces prohibido.
Por otra parte, durante la guerra programó música de Hindemith, de Bartok, todos ellos prohibidos, e incluso algo de música rusa (casi nada, en aquel momento).
También es tremendo que, teniendo en cuenta que su debut en Amsterdam fue en el 41, ya con la ocupación, se convirtió en un músico queridísimo para los holandeses, con los que tuvo relación hasta esa postrera 5ª de Brucknerd e Amsterdam, en 1986. Por otra parte, igual que Furtwängler, se abstuvo (todo lo contrario que Karajan, por ejemplo) de dirigir en Francia durante la ocupación, por lo que conservan los dos hasta hoy el cariño del aficionado francés, al margen de su calidad musical, claro.
No hay que olvidar su profunda fe católica (que al menos para mí es otra cosa a elogiar), su gran amistad personal con el gran teólogo Romano Guardini, su gran cultura humanística (su admiración por la poesía de Hölderlin y Rilke, por ejemplo)... .
Los Meistersinger de que habláis son de 1949, no de 1944 (lo que sí es del 44 es una propina que incluyen: unos Adioses de Wotan también con Hotter, y dirigidos por Hollreiser). Es una muy buena versión, superior desde luego a la del 76, donde ciertamente Fischer-Dieskau no "da el tipo vocal" para Sachs, y Peter Lagger es un flojo Pogner. Domingo me convence bastante como Walther, en cambio (al menos para lo esperable). Pero ciertamente entre los Maestros del 49 y del 76 de Jochum (sonido aparte) no hay discusión posible.
Ciertamente sus Variaciones Enigma son sensacionales; de hecho, Jochum siempre sorprende en lo que menos te esperas: también es preciosa su canción de la Tierra, o su versión del Poema Sinfónico Cabalgata Nocturna y Salida del Sol, de Sibelius (DG The Originals).
Para acabar, espero que Philips saque otra vez en CD su ciclo Beethoven con el Concertgebouw (1967); yo lo tengo en LPs de segunda mano. Es muy bueno, pocas veces las maderas están tan presentes y pocas veces se oye un Beethoven con un sonido tan personal. En CD salieron el año de la catapúm en la serie Concert Classics, totalmente inencontrable. Ahora Disky ha sacado en álbum barato el ciclo de EMI con la Sinf de Londres (que no conozco) y falta que DG saque el suyo (con la Fil de Berlín y la Orq de Radio Baviera, que el propio Jochum fundó).
Por último, os cito mi discoteca ideal de las sinfonías de Bruckner por Jochum:
1ª: Fil Berlín (DG); 2ª: aquí es indistinto entre Radio Baviera (DG) y Dresde (EMI), pero ¡ay! usan la edición Nowak y no Haas; 3ª: prefiero con mucho Radio Baviera (DG); de esta interpretación existe también grabación de un ensayo, ¿conoce alguien ese documento?; 4ª: para mí, Fil Berlín (DG, encontrable separada en The Originals); 5ª: todas buenas: la de Dresde (EMI) es la más perfecta instrumentalmente; la de Concertgebouw en el Monasterio de Ottobeuren es la más impactante (Philips) pero la postrera de 1986 (TAHRA) es también gloriosa, y muy emotiva. Y ahora disponemos también de la de 1938 (Music and Arts, Hamburgo); 6ª: mejor Dresde (EMI);
7ª: creo que me quedo con la 1ª que hizo en Berlín (DG, reedición Tahra, 1952), muy furtwängleriana en espíritu; 8ª: sin duda la de Hamburgo (DG The Originals), con la edición Haas; 9ª: me quedo con Dresde (EMI), verdadera caja de los truenos (brucknerianos).
Un saludo
Manuel