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La ira de Sara, contemplar o profundizar |
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Os remito este comentario aparecido en La Vanguardia del dia 7, me parece interesante poderlo aplicar a Wagner respecto a las formas de entender sus obras. El inminente estreno de "La Traviata" en el Liceu invita a frecuentar los textos en los que se basa esta ópera maestra -"La dama de las camelias", la novela y el drama de Dumas,hijo- y los comentarios de Verdi o de otros coetáneos suyos que muestran la recepción de esta obra por la sociedad de su época. En todos ellos hay la convicción de que fue un aldabonazo estético y social que los conmovió: "Su estreno representó en la historia del teatro una fecha tan considerable como la del estreno de ?Hernani?", escribió un crítico como Brunetière. Algo, pues, ciertamente nuevo, que producía gran impacto. Porque "La dama de las camelias" no sólo situaba en el centro de la acción la prostitución, la tuberculosis y, lo que es peor, la hipocresía social, sino que además las situaba en un ambiente contemporáneo y entre personajes reales que en su mayoría aún vivían. El realismo venía dado por la sensación de que el escenario era una fotocopia moral de las plateas. Tanto, que cuando se estrenó "La Traviata" en La Fenice se situó la acción en el siglo XVIII con una intención diametralmente opuesta a la que hoy inspira estos cambios: si ahora se aproxima la época de la acción para que el espectador sienta que la obra habla de "sus" problemas, entonces se trasladó ciento cincuenta años atrás para que nadie pudiera sentirse aludido. En cualquier caso, la obra era osada, inquietante e inequívocamente viva. Por eso la eligió Verdi. Y, ciertamente, la música de Verdi -tan bella, tan fuerte- "dice" lo mismo, y más intensamente, que el drama. Todos lo sabemos, pero una ópera tan popular y conocida como "La Traviata" ¿la sentimos todavía con la fuerza con que fue creada? A veces pienso que la reiteración puede haberla convertido, para muchos de nosotros, en un espectáculo un punto retórico que sólo nos reclama la pasividad de disfrutarlo. Y la popularidad de una música que nació para prestar más fuerza dramática a su argumento puede acabar sirviendo para diluirlo. Sara Bernhardt, que interpretó muchas veces el papel de Marguerite Gautier, refiere una escena en sus memorias "L’art du théâtre" (1923) que sintetiza perfectamente lo que quiero decir: "Un día, ante una encantadora dama del faubourg Saint-Germain, yo expresaba mi extrañeza al ver que las chicas jóvenes nunca asistían a las representaciones de ?La dama de las camelias?. -¡Oh! -exclamó-. Mi hija conoce la obra. -¿Y cómo así, señora? ¿La ha leído? -Oh, no - dijo un poco sorprendida-, ha oído "La Traviata". -Pero a mí me parece -repliqué- que viene a ser lo mismo. -¡Oh, no! -dijo la señora-. La música corrige el realismo de la obra. Mi hija no se daba cuenta de que lo que oía cantar se podía hablar. Me quedé estupefacta ante tal respuesta y volví la espalda a mi interlocutora". Se ofendió porque constató que la pasividad ciega con que aquella muchacha se refería a Verdi mataba el arte y lo convertía en un espectáculo amable y exangüe. Contra ese uso narcotizante de la música pueden luchar el cantante o el director de escena, pero ante la pasividad, el arte tiene pocos recursos. No discuto que sea divertido y legítimo ver una ópera tan brillante como "La Traviata" como mero espectáculo, pero lo es sin duda mucho menos que experimentar toda su fuerza dramática y musical. Es tan amable y legítimo como utilizar unas frutas para ornamentar el centro de una mesa en vez de comérselas, es decir, en vez de masticarlas, deglutirlas y digerirlas. RAMON PLA I ARXÉ |
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Saudações , L. Casanova!!! O dever da arte é tanto comtemplar quanto profundizar! O problema é que, às vezes, alguns diretores menos capacitados, e muitas vezes, o próprio público, tornam o espetáculo teatral apenas uma fantasia enjoada!! Querem ver apenas o que não seja capaz de irritar a mente e fazê - la entrar em sua atividade primordial: pensar!!! Hoje existem, cada vez mais, certos amantes de ópera que só escutam Pavarotti, Domingo e Carreras fazendo macaquices, fazendo macacadas, e ainda abrem a boca feia para dizer que amam arte!!! Amam nada!!! Esses tontos de intelecto!!! Mas a culpa disso também é desses três tenores!!! Imaginem que Pavarotti teve aqui no Brasil e só cantou trê ou duas árias!!! O resto, ele se acompanhou de algumas cantoras populares brasileiras ( Gal Costa e Maria Bethânia ), e foi um showzinho brega e de mal - gosto!!! Ouvir um tenor se acompanhar de cantores populares e ficar num verdadeiro espetáculo de prostituiçao artística, nem pensar!!! Eu não fui e desliguei a TV!!! Como Pavarotti é cínico!!!! E os outros dois tenores, também! Só Domingo ainda se salva, um pouco só!!! Mas o público, esse também mata a arte!!!! Um abraço forte para ti! Alex Parzifal. :):):):):):):):):):):):) |
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Bueno, yo creo que una cosa es sentir la fuerza de un drama, y otra muy distinta es dejar que tu hijo se case con una golfa, o casarse con una. Habría que ver entonces quién es el hipócrita. Aunque la historia nos ofrece algún que otro caso sorprendente, como el de Teodora, pero, en fin, ahí queda la duda. Además, hay que tener en cuenta que la fuerza de estas obras se encuentra precisamente en el drama y la incomprensión. Si todo el mundo hubiese aceptado los hechos y sin enfermedad de por medio, seguro que con el tiempo los amantes hubiesen terminado aborreciéndose. Saludos. |