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La obra de arte del futuro |
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Estoy leyendo la Obra de Arte del Futuro de R. Wagner de la Colección Estética y Crítica. Es una obra que aconsejo su lectura, no sólo en cuanto se refiere a la obra en sí, sino también por la introducción y el post scriptum que firman Joan B. Llinares y Francisco López Martín. He escogido un párrafo de la introducción, que me parece muy interesante, por lo que lo detallo a continuación. Me agradaría saber vuestra opinión: El autodidacta Wagner estaba poco familiarizado con el rigor en el uso de la terminología filosófica. Las diversas lecturas de esos años- Hegel, Proudhon, Feuerbach, Bakunin- se amalgamaron en una maraña de axiomas apenas soluble. De ahí las contradicciones que se advierten, si se afina el análisis: determinismo y libertad, azar y providencialismo, individualismo y comunitarismo, etc., se afirman a la vez sin el menor rubor. Se ha dicho que sus páginas parecen los apuntes de un alumno despistado, que juega a la originalidad reproduciendo fuera de contexto algunos fragmentos que ha copiado de diferentes maestros. No en vano el texto peca de redacción muy alegre, excesivamente profética y convencida, como si expusiera un dogma de fe, algo así como una especie de socialismo utópico para artistas. Pero no todo es fruto de estos excéntricos injertos y tajantes soflamas: la fortísima personalidad del compositor emerge con afortunadas metáforas y con brillantes sugerencias, y hasta en los pasajes más apelmazados se detectan valiosas peculiaridades del artista, que Angel F. mayo ha sabido describir con gran acierto. Como bien dice nuestro reputado especialista, en el epílogo a su traducción a Opera y Drama: Pero hay que tener bien presente que Wagner no era un filólogo o un musicólogo. Su expresión se corresponde con las intuiciones del artista, difíciles de encerrar en palabras. Entonces pueden descubrirse pasajes clarividentes, exposiciones sutiles y relámpagos geniales en medio del combate del excepcional "hombre del lenguaje de los sonidos" contra el menos dotado "hombre del lenguaje de las palabras". Este estilo "sonoro" de Wagner es oral Un saludo Víctor Córcoles |
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Hola, la semana pasada encontré en La Central (Barcelona) un librito que no pude zamparme el fin de semana por varias razones, pero que ya estoy viendo que no me dejará dormir esta semana: Bryan Magee, "Wagner and Philosophy", Penguin, 2001. ISBN 0-14-029519-4. Por lo que llevo leído lo encuentro bastante competente; precisamente he terminado los capítulos dedicados a sus años de formación, sus lecturas anarquistas, Proudhon; Feuerbach; el ambiente hegeliano dominante, etc. Pese a las contradicciones, el autor logra conectar ese periodo con el proceso de gestación del Anillo, sobre el que logra arroja alguna luz. Si a alguien le gustó el tono á la A.F. Mayo, este es su libro. Ignoro si está editado en español, o en catalán,....(es broma, ..quiero decir, ..ejem,...podría estar en catalán y no en español, bueno, lo dejo...) o si alguien ya lo ha comentado en este foro. En fin, cuando lo acabe os soltaré alguna parrafada. un saludo Sergi |
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Estimados amigos wagnerianos, Después de leer el fragmento de Ópera y Drama que aparece en el artículo sobre Tristán del sr. Mayo, me parece bastante evidente que en la época en la que Wagner escribe este libro no tiene unas concepciones filosóficas muy claras, y más que contradicciones me parece encontrar confusión. Pero es injusto enjuiciar una obra tras haber leído sólo un párrafo, por muy significativo que este pueda parecer en lo referente a dejar claras ciertos vacíos conceptuales. A pesar de lo que dice el sr. Mayo, y por mucho que trate de disfrazar lo que son claros errores como intuiciones de artista. Aunque tras leer la guía sobre Wagner escrita por el sr. Mayo, he podido comprobar que también él muestra alguna que otra laguna filosófica. Sin embargo, es extrañamente frecuente toparse con defensas sobre una clara influencia de la filosofía o el pensamiento de personajes como Hegel, Proudhon, Feuerbach o Bakunin en el contenido del Anillo. Lo que nunca he podido encontrar es a NADIE que lo demostrase con argumentos. Me parece encontrarme (algo que suele ser bastante frecuente)ante la típica afirmación que se ha ido "pasando" de escrito en escrito, sin que nunca nadie se haya tomado la molestia de argumentar sobre su validez. Por eso estaría encantada de que alguno de ustedes pudiese arrojar alguna luz sobre este asunto, que estoy segura de que conduciría sin duda un interesantísimo debate. Un afectuoso saludo. |