Inauguramos este mes la obertura de Los maestros cantores de
Nuremberg en esta sección. Antes de empezar con la descripción
de esta pieza, quisiera dejar claras varias cosas. En primer lugar,
mi elección del término obertura, cuando Wagner denominó a esta
pieza preludio (Vorspiel). Me ha parecido apropiado distinguir
entre un preludio y una obertura. Aun a riesgo de simplificar demasiado
las cosas, se puede definir el preludio en Wagner como una pieza
musical que sirve de introducción a la acción de una obra; incluso
musicalmente su forma no es tan definida como la obertura, sino
que es más libre. El preludio del primer acto de Tristán e Isolda,
analizado en anteriores ediciones de Wagnermanía, es un ejemplo
claro. Por otro lado, la obertura, en Wagner, suele seguir con esquemas
ampliados o modificados la forma sonata, y constituye un resumen
del argumento de la obra. Quede claro, en todo caso, que mi decisión
de llamar obertura a esta pieza, lejos de discutirle a Richard Wagner,
sólo tiene como fin dejar clara esta distinción formal para una
mejor comprensión del lector.
En segundo lugar, el contrapunto1
es de una importancia crucial en esta obra. Tanto que podría decirse,
en principio, que es el contrapunto y no el leitmotiv lo
que actúa como motor de la pieza. ¿Por qué en principio? Pues porque
los temas principales siguen siendo leitmotivs y porque en
la reexposición, al final de la obertura, Wagner convierte sus leitmotivs
también en elementos contrapuntísticos.
La obertura empieza con el Tema2
de
los Maestros, cuya melodía tocan los violines, las
trompetas, los oboes y los clarinetes. El contrapunto lo marcan,
en la línea del bajo, los violonchelos, los contrabajos, el tercer
trombón y la tuba, a los que más tarde se añaden los fagots. Aquí
se observa un recurso típico de las figuras contrapuntísticas (tan
abundantes en esta obertura), que es el movimiento contrario.
El movimiento contrario consiste en que cada línea melódica lleva
una dirección opuesta, es decir, si una asciende, la otra desciende.
Este
motivo se alarga en esta primera exposición con la repetición del
siguiente diseño melódico:
Este
diseño melódico es una variación de este otro que ya hemos escuchado,
pero
con movimiento retrógrado. El movimiento retrógrado consiste en
leer una melodía del final al principio, como si la leyéramos en
un espejo colocado perpendicular a las líneas del pentagrama, y
es otro recurso musical muy usado en el contrapunto, por lo que
aparecerá bastante en esta obra.
Durante
las repeticiones, se puede apreciar cómo unas voces imitan a las
otras, lo cual es una forma básica de contrapunto.
Tras
la primera exposición, el Tema
de los Maestros Cantores vuelve a sonar en la subdominante
(Fa mayor). El segmento final de este tema se va repitiendo con
imitaciones entre las distintas voces, tal y como se ve en la figura
siguiente:
Durante
estas repeticiones, si nos fijamos en los instrumentos del bajo,
veremos que interpretan un diseño melódico que ya hemos escuchado
con anterioridad.
Llegamos
al compás 27: se modula a Sol mayor y se escucha el Motivo de
la insinuación.
Primero
lo toca la flauta y luego el oboe. Después se repite con el final
cambiado, primero en la flauta y luego en el clarinete. Unos compases
después se introduce el siguiente diseño, en los violines:
Y se
repite, cada vez más agudo. Acto seguido, se inicia una escala descendente,
en la que se intercalan ciertos saltos ascendentes. Esta escala
no es más que un recurso para modular otra vez a Do mayor. Porque
en Do mayor suena el Motivo del rey David:
Normalmente
este motivo se repite dos veces, más una tercera
en la que se desarrolla un poco. Después, se repite toda
esta frase, aunque el desarrollo final modula a Sol mayor, si bien
muy brevemente, pues no tarda en volver a Do mayor.
Llegamos
al compás 58, donde se expone en los violines una variación del
tema de los maestros cantores, que se puede etiquetar como Tema
del arte de los maestros cantores:
A esta
melodía le acompaña el siguiente contrapunto en las violas, los
chelos y las trompas primera y segunda:
Este
tema se repite una vez más, pero modulando al final a Sol mayor.
Entonces la melodía
pasa a las maderas (excepto los fagots) y la trompeta primera,
mientras el contrapunto lo interpretan los violines primeros, las
violas, los chelos y las trompas tercera y cuarta.
A continuación
se inicia un episodio modulante, en el que los violines segundos,
las flautas, los oboes y los clarinetes interpretan el siguiente
diseño melódico (que es el diseño inicial del Tema
del arte de los maestros cantores):
al
tiempo que los violines primeros y las violas tocan una escala
descendente. Dicho diseño se va repitiendo, cada
vez más agudo, hasta que la melodía llega al Do sobreagudo. En ese
momento, la melodía cambia al tercer diseño del Tema
del arte de los maestros cantores:
En
la línea del bajo se escucha una figura
melódica que consta de un salto de tercera, y que
se va repitiendo cada vez un grado más aguda.
Esto
no es más que una variación lenta de una de las frases que se ha
escuchado al principio de la obertura.
Por
fin la modulación lleva a la melodía hasta la nota Sol, y a partir
de ahí se repite el Tema
del arte de los maestros cantores (en los violines
segundos, las flautas, el flautín, los clarinetes y las trompas
tercera y cuarta), con su contrapunto
(en los oboes, los fagots, los violines primeros y las violas).
Por último, este tema realiza una cadencia sobre la dominante (Sol
mayor, con séptima y novena).
Hasta
aquí aproximadamente lo que equivaldría a la exposición en la forma
sonata. El mes que viene seguiremos con el desarrollo: la resolución
de esta cadencia a Do mayor y la aparición de nuevos motivos, alejados
de la tonalidad inicial.
Bibliografía:
- Richard
Wagner. Das Buch der Motive. Band I, Ed. Schott, Mainz, 1920
-
Richard Wagner, Die Meistersinger von Nürnberg, Dover, Nueva
York, 1976.
[1] Para quienes desconozcan
lo que es el contrapunto, lo definiré como la combinación de melodías
independientes, que genera una sensación de movimiento en una pieza
musical. Quizá no sea una definición muy ortodoxa, pero he preferido
que primara la facilidad de comprensión a la exactitud. El ejemplo
más típico de contrapunto es una fuga.
[2] En este estudio usaré los términos tema,
motivo y diseño, para denominar diferentes secciones de una frase
musical. La diferencia radica en la longitud y en la personalidad
de cada uno: el diseño es una figura de ritmo uniforme que no excede
un compás; el motivo es una figura con capacidad generadora que
puede durar hasta dos compases; el tema es aún más extenso y puede
aglutinar varios diseños e incluso varios motivos.
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