El
mes pasado llegamos en esta sección hasta el momento en que el motivo
definitivo de la Naturaleza alcanzaba el final de su primera exposición.
Ahora empezamos la siguiente parte.
4)
16 compases: la velocidad se multiplica por dos, suenan los cellos
y los clarinetes
Los
violonchelos interpretan un tema que consiste en una variación del
motivo de la Naturaleza a doble velocidad (las notas son semicorcheas
en vez de corcheas).
Así,
el lento motivo de la Naturaleza se acelera para generar otro: el
del río Rin. Éste se desarrolla siguiendo una melodía en los clarinetes
y el clarinete bajo que parece monótona, pero que en realidad experimenta
ligeros cambios en la longitud de sus repeticiones (otra característica
normalmente asociada al minimalismo). Obsérvese las distintas longitudes
de las diferentes células musicales.
Y escúchese
ahora los chelos
y los clarinetes juntos.
5)
16 compases: sigue el motivo del Rin, pero ahora en toda la cuerda
junto con los oboes y clarinetes
Este
mismo tema que hemos escuchado en los clarinetes lo interpretan
también los oboes y el corno inglés, pero una octava más agudo.
A su
vez, el tema de los chelos también pasa a las violas y los violines
segundos, una octava más agudo.
Si
juntamos la cuerda y las maderas, el resultado
es, como antes, el tema de la cuerda desarrollado según la forma
determinada por el tema de las maderas.
6)
16 compases: el motivo del Rin suena en la cuerda y las maderas
Los
violines primeros se unen al resto de la cuerda para interpretar
el motivo
del Rin, aunque una octava más agudo.
Por
su parte, los oboes tocan ahora a dos octavas y se añaden las flautas
a la melodía.
El
desarrollo del tema del Rin en las maderas y la orquesta llega de
esta forma a su final.
7)
8 compases: escalas ascendentes junto a arpegios
Toda
la cuerda repite un arpegio en Mi bemol mayor.
Sin
embargo, en el primer compas de esta parte, los chelos inician una
escala ascendente, que continuarán los violines segundos en el segundo
compás.
Y toda
la cuerda junta suena así.
En
la madera sucede algo parecido. Los primero y segundos flautas,
oboes, clarinetes y fagots repiten la melodía del motivo (la parte
final),
pero
los terceros flauta, oboe, clarinete, fagot y el corno inglés y
el clarinete bajo se dedican a tocar una escala de Mi bemol mayor.
Todo
esto se repite hasta que la armonía de las trompetas nos eleva la
tensión para dar la entrada a la ondina Woglinde. Pero en ese momento
acaba el preludio y nosotros debemos detenernos aquí.
Antes
de dar por terminado este análisis, quisiera hacer un resumen de
las descripciones del preludio. El acorde de quinta inicial es claramente
el principio del mundo, estático, sin movimiento, pero no sin vida;
es una vida pero sin consciencia de sí misma. El motivo
original de la Naturaleza nos da la impresión de
la aparición de la vida en el universo, el inicio de la consciencia
de la existencia. Después, con el
motivo definitivo de la Naturaleza
la vida se pone en movimiento, pero un movimiento lento, como la
respiración al despertar, como el crecimiento natural, lento pero
inexorable. A continuación, el motivo
del Rin nos provoca una sensación de vértigo, de
velocidad, el fluir de la Naturaleza en forma de río, el agua como
medio de vida; al principio, suena oscuro y profundo, sólo en clarinetes
y chelos, pero luego el color se va haciendo más claro, conforme
se añaden los oboes y flautas y también los violines; es como si
la luz fuera iluminando cada vez más el río. Por último, las escalas
ascendentes finales parecen ser onomatopeyas para
el continuo nadar de las ondinas.
Bibliografía:
- Deryck
Cooke, Der Ring des Nibelungen -An introduction, DECCA 443581-2
-
Martin Gregor-Dellin, Richard Wagner, Alianza Editorial,
Madrid, 1983.
-
Richard Wagner, Das Rheingold, Dover, Nueva York, 1985
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