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WOLFGANG
SAWALLISCH.
Bernd
Weikl, Kurt Moll, Siegfried Lorenz, Hans-Joachim
Ketelsen, Ben Heppner, Deon van der Walt, Cheryl
Studer, Cornelia Kallisch. Coro y Orquesta de
la Ópera Estatal de Baviera. (Munich,
Abril de 1993, E).
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EMI
555 142-2 (4 CDs, 1994, estéreo, con libreto
en alemán, inglés y francés) (257'
aprox.)
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En
1993, 17 años después de la anterior grabación
es estudio de Los Maestros cantores de Nuremberg (Solti en DECCA),
la EMI reunió a un equipo vocal solvente en torno al maestro
muniqués Wolfgang Sawallisch y sus, por aquel entonces, huestes
de la Ópera Estatal de Baviera, santuario wagneriano donde
Maestros es un título querido que se pone todas las temporadas.
La grabación, en colaboración con la Radio Bávara,
se realizó en Munich, en el Estudio 1 de la Bayerischer Rundfunks
y la Herculessaal der Residenz.
Wolfgang
Sawallisch es un director de probada competencia y solidez, pero
al que falta ese soplo de inspiración que distingue a los
verdaderamente grandes. En la Obertura (9'38'') hay claridad, solemnidad,
quizá demasiada seriedad, y poca fantasía. La dirección
de Sawallisch es irregular. En "Am stillen Herd in Winterszeit"
(CD 1, pista 14) acompaña primorosamente a Ben Heppner, especialmente
en la tercera estrofa. Todo el final del Primer Acto, desde "Fanget
an!" (CD 2, pista 1) es muy bueno, está lleno de vida.
También es notable la labor de Sawallisch en el Quinteto,
donde tanto el maestro como sus cantantes brillan a gran altura.
Sin embargo, en otros pasajes, Sawallisch está poco efusivo,
casi frío (encuentro Walther-Eva en la Escena Quinta del
Segundo Acto, CD 2, pista 11); su acompañamiento es neutro
("Ach, nein! Du irrst: der Freundin Hand", CD 2, pista
11, 1'20'') o directamente resulta aburrido (dúo Sachs-Eva
del Segundo Acto, CD 2, pista 9). En el Preludio del Acto Tercero
el tempo es bastante rápido y hay poca emoción. La
entrada del tema de la renuncia de Sachs en 4'30'' (la partitura
indica "espressivo") es como una molesta explosión
de sonido, pero no se refleja la angustia, la soledad. Tampoco hay
tensión, que se consigue reteniendo ligeramente la entrada
del melancólico tema, algo que hacía muy bien Knappertsbusch...y
ahora hace Christian Thielemann.
El
vienés Bernd Weikl (n. 1942), Hans Sachs y Holandés
de los 80, hace valer su experiencia en el papel para componer un
zapatero creíble, con algunos momentos muy buenos y otros
no tanto, pero que resuelve con profesionalidad y recursos. Es una
lástima que no grabase el rol unos años antes. Weikl
brilla especialmente en los dúos y en las escenas de conjunto.
Así, en su intervención "Ihr mahnt mich da gar
recht" (CD 2, pista 4) en la Tercera Escena del Primer Acto,
o en "Das sagt ihr jetzt"" (CD 2, pista 16, 4'48'')
en la Sexta Escena del Segundo Acto, exhibe una dicción perfecta
y un fraseo cargado de intención, matizando cada palabra.
Está espléndido en su escena con Beckmesser del Tercer
Acto (a partir de "Das Gedicht?", CD 3, pista 11), con
frases llenas de comicidad e ironía. El monólogo de
la ilusión (CD 3, pista 4) está muy bien cantado,
pero falta poesía en la última sección, "Ein
Kobold half wohl da" (4'19''). En "Hat man mit dem schuhwerk
nich seine Not!" (Escena Cuarta del Tercer Acto, CD 3, pista
14, 0'16'') Weikl está francamente mal, todo el pasaje resulta
muy atropellado. Además, muestra un molesto vibrato en torno
al Re3. Muy floja la arenga final "Verachtet mir die Meister
nicht", en la que Weikl se toma bastantes libertades con la
duración de las notas y vuelve a mostrar problemas con el
Re3 y el Mi3.
Siegfried
Lorenz es un Beckmesser con escasa personalidad, monocorde. Canta
bien, y es cómico sin caer en excesos, pero muchas veces
resulta gris. Donde mejor está es en la serenata del Segundo
Acto (CD 2, pista 17), en la que consigue un justo equilibrio entre
el histrionismo y el canto. Pero en la escena con Sachs del Tercer
Acto (CD 3, pista 10) se pone de manifiesto que la voz no es de
mucha calidad, con apuros en los pasajes de agilidad, y en general
pasa desapercibido frente a un experimentado Weikl.
El
tenor canadiense Ben Heppner (nacido el 14 de Enero de 1956 en Murrayville,
British Columbia) posee una de las voces más importantes
de la actualidad: lírica ancha, timbrada, de gran volumen
y belleza, es ideal para encarnar a Walther von Stolzing. En la
grabación que nos ocupa, deslumbra de principio a fin la
precisión y la engañosa facilidad de Heppner, fruto
de una excelente técnica. Keiner wie er so hold zu werben
weib. Pocos como él (por no decir que ninguno) son tan respetuosos
con la altura y duración de las notas, las dinámicas,
los adornos. La canción del Premio es prácticamente
perfecta, y es una gozada seguir a Heppner partitura en mano. A
sus innegables dotes canoras, une una pulida dicción alemana.
En el lado negativo, señalemos una seriedad excesiva, falta
de empuje y espontaneidad. Escúchense como ejemplos de lo
dicho el "Am stillen Herd in Winterszeit" (CD 1, pista
14), donde no termina de transmitir el espíritu soñador
del caballero de Franconia o el "Fanget an!" (CD 2, pista
1), espléndidamente cantado, pero excesivamente calculado.
Para redondear su magnífico Walther, le falta algo de calidez
en el fraseo, ese "dejarse ir" de un Sandor Konya o un
Wolfgang Windgassen, menos precisos pero más expresivos.
En cualquier caso, debe destacarse que desde un punto de vista "estrictamente
vocal", el de Heppner es posiblemente el mejor Walther von
Stolzing en disco.
La
estadounidense Cheryl Studer (Midland, Michigan, 24-X-1955) es una
Eva con demasiada voz para el papel (es -o era- una spinto), poco
dulce y carente de frescura. Canta muy bien, pero apenas se mete
dentro del personaje. En el dúo con Sachs del Segundo Acto,
"Gut'n Abend, Meister!" (CD 2, pista 9) las palabras parecen
no tener significado para ella, le falta picardía ("Könnt
einem Witwer nicht gelingen?", 2'48''), y este distanciamiento
de la Studer contrasta con un Weikl que, como ya se ha indicado,
en estas escenas donde prima la actuación sobre el canto
puro, se muestra muy fino. Más ajustada suena la voz de la
Studer en el Tercer Acto. En la Escena Cuarta (dúo con Sachs,
CD 3, pista 12) exhibe un cierto temblor que le da un aire candoroso.
En el "O Sachs! Mein Freund!" (CD 3, pista 15) está
mucho más expresiva que de costumbre, y la voz se mueve con
comodidad.
Magnífico
el Pogner del veterano Kurt Moll (n. 1938) poseedor de una bellísima
voz de bajo, noble, aterciopelada, con gran cuerpo. Carente de interés,
aunque no ofende al oído, el Kothner de Hans-Joaquim Ketelsen,
con una voz fea e impersonal.
El
surafricano Deon van der Walt es un David suficiente, con una voz
un punto chillona, sin la técnica de un Anton Dermota o un
Peter Schreier y la adecuación idiomática de estos
y otros David clásicos (Witte, Unger, Stolze). Estupenda
la Magdalene de Cornelia Kallisch. A destacar en el breve papel
del Sereno un joven René Pape (ya no prometedor, sino firme
realidad), aquí recogiendo el testigo de otros cantantes
señeros que han registrado el papel en sus comienzos (Hermann
Prey con Kempe en 1956, Kurt Moll con Karajan en 1970).
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DANIEL
BARENBOIM.
Robert
Holl, Matthias Hölle, Andreas Schmidt,
Hans-Joachim Ketelsen, Peter Seiffert, Endrik
Wottrich, Emily Magee, Brigitta Svendén.
Coro y Orquesta del Festival de Bayreuth. (Bayreuth,
, Junio de 1999, E).
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TELDEC
3984-29333-2 (4 CDs, 2000, estéreo, con libreto
en alemán, inglés y francés) (267'
aprox.)
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Daniel
Barenboim ha estado vinculado al Festival de Bayreuth desde 1981
ininterrumpidamente. En él ha dirigido 161 representaciones
(Knappertsbusch "sólo" lo hizo en 95 ocasiones),
entre las que se cuentan 15 ciclos completos del Anillo y 62 Tristanes.
En 1996 dirigió por fin Maestros en la Colina Verde (lo ha
hecho en 28 ocasiones), pero con esta obra no cosechó el
éxito indiscutido que obtuvo con el Tristan de Heiner Müller
(1993-97). En 1999, año de su marcha de Bayreuth, se realizó
esta grabación en el Festspielhaus, con un reparto mediocre,
en varias tomas (se aprecian diferencias de sonido y de balance
voces-orquesta a lo largo de las cuatro horas y media de música),
durante los días de ensayo (en algunos pasajes de la grabación
se escuchan ruidos de escena, ausentes en otros) y sin público
en la sala.
La
dirección de Barenboim es decepcionante, más conociendo
lo que es capaz de hacer con Tristan. En general, el maestro argentino
parece más preocupado por la armonía, de la verticalidad,
que por el fluir de la música, la horizontalidad. La elección
de los tempi y las dinámicas en algunos momentos se antoja
algo caprichosa (algunos ff son atronadoras descargas decibélicas).
Tras una magnífica Obertura (en 9'28'', misma duración
que Karajan '70), de gran claridad expositiva, pronto da muestras
Barenboim de fraseo cuadriculado y a ráfagas, falto de poesía
(CD 1, pista 3, desde 3'36'' hasta el final de la pista). En "Am
stillen Herd in Winterszeit" (CD 1, pista 14) hace caso omiso
de la indicación sforzando (0'12''). En el Preludio del Acto
Tercero (CD 3, pista 1), la entrada del melancólico tema
de la renuncia de Sachs (5'08'') no es ni "Sehr breit",
ni "espressivo" ni fortissimo (ff). El final del Primer
Acto, bien que la partitura indique "Sehr schnell", resulta
caótico, enloquecido, tal es el infernal tempo que imprime
la batuta (CD 2, pista 3, 4'23'' y especialmente de 6'25'' a 6'41'').
Durante el desilusionante monólogo de la ilusión (aburridísimo),
Barenboim se muestra nuevamente "original", y no hace
el habitual (¡la tradición!) ritardando seguido de
la entrada de la orquesta en fortissimo (ff) después de la
frase de Sachs "mein liebes Nürenberg!" (3'01'').
Un poco más adelante (5'09'') queda muy difuminado ese amplio
arco orquestal ("Sehr breit" dice la partitura) sobre
el "Johannistag!" de Sachs, al mantener el tempo bastante
animado. Debe ser que al maestro le gusta así, porque a finales
del pasado mes de Junio dirigió Maestros en el Teatro Real
de Madrid y las cosas discurrieron sobre los mismos cauces. Por
supuesto, y como no podía ser menos tratándose de
una batuta tan ilustre, hay momentos muy buenos, como la ya mencionada
Obertura, un extraordinario dúo Sachs-Eva del Segundo Acto
"Gut'n Abend, Meister" (CD 2, pista 8), con un poético
y detallista Barenboim, la agitación y arrebatamiento que
precenden a la llegada de Walther en la Quinta Escena del Segundo
Acto (CD 2, pistas 11). Toda esta Escena Quinta es magnífica:
préstese especial atención al pasaje que va de 3'28''
a 3'57'', que culmina con un imponente crescendo.
El
bajo-barítono holandés Robert Holl (Rotterdam, 1947)
tiene una voz de timbre gutural, emisión dura, poco grata,
gastada, muy apurada en la zona alta, y que además mueve
con dificultad. Es, por lo general, bastante monótono, no
transmite nada (las notas a duras penas, y no todas). Esto es especialmente
palpable en sus dos grandes monólogos. Curiosamente, en Bayreuth,
en vivo, el verano de 2000, cuando Christian Thielemann se hizo
cargo de estos Maestros (1), Holl pareció transfigurarse
en otro cantante, más rico en matices, más expresivo.
En el monólogo de la ilusión, por ejemplo, aquí
totalmente plano y falto de convicción, con Thielemann Holl
siente en voz alta ("wenn er sich wühlt ins eigene Fleisch"),
las palabras realmente laceran el alma y el "Wahn" cobra
vida. ¡Qué fácil parece! (2). Por no hablar
de la dirección del joven maestro berlinés, que es
de otra galaxia comparado con lo que aquí se nos ofrece.
Está bien Holl en la segunda mitad del dúo con Eva
del Segundo Acto "Gut'n Abend, Meister" (CD 2, pista 9),
sin duda favorecido al tratarse de una toma efectuada durante un
ensayo (hay ruido escénico, y las voces a veces parecen desvanecerse
al no cantar directamente frente al micrófono). Le va mejor
a Holl en la faceta de zapatero, como en el "Jerum!" (CD
2, pista 14), donde la voz, menos fatigada, suena con la nobleza
y personalidad que uno espera en Hans Sachs.
Andreas
Schmidt (Düsseldorf, 1960) es un convincente Beckmesser; ha
preparado muy bien el personaje y en los últimos años
es insustituible como escribano. Un tanto exageradamente algunos
críticos han comparado con Hermann Prey. El Beckmesser de
Schmidt es refinado, bien cantado (3), aunque quizá le falte
algo de mordacidad y acritud.
Peter
Seiffert (Düsseldorf, 1954) es un buen tenor lírico,
con una voz agradable sin ser especialmente bella. No tiene la consistencia
ni los apoyos de la de Heppner, por comparar con un contemporáneo.
También es menos técnico que el canadiense, aunque
tiene recursos suficientes. En disco no parece que el volumen sea
muy grande. En el "Fanget an!" (CD 2, pista 1), por ejemplo,
canta con entrega y efusividad, pero se echa de menos una voz con
más de cuerpo. Está apurado en los La3 de "stimmte
an" (1'46'') y "liebes Lied" (3'38''), y Sib y Do
centrales en "Erlaubt Ihr's, Meister, dab er mich stört?"
(pista 2, 0'33'') son apenas audibles.
La
joven soprano neoyorkina Emily Magee no canta mal, pero tiene un
timbre oscuro, un punto matronil, que cuadra más con el papel
de Magdalena que con la lozana juventud y el encanto y picardía
de Eva. Esto puede apreciarse claramente en el dúo con Sachs
del Segundo Acto (CD 2, pistas 8 y 9). Son de agradecer la entrega
y la pasión puestas en el "O Sachs! Mein Freund!"
(CD 3, pista 15), pero la Magee pasa muchos apuros, con notas abiertas
y casi bordeando el grito, como en el inicial "Freund",
en "du liebest mich erblüh'n" (0'55'') o "du
warest mein Gemahl" (1'26'').
El
Pogner de Matthias Hölle (4) es muy molesto: canta sin legato
ninguno, es pedestre, muy basto. En el primer verso del "Das
schöne Fest Johannistag" (CD 1, pista 11, 0'26''), ya
tiene problemas con el Mi3. Interpreta con liberalidad la duración
de las notas. Pasa sobre los tresillos como un bulldozer, el Fa3
de "Pogner" (4'30'') prácticamente lo escupe. Es,con
diferencia, lo peor de esta grabación. Repite Hans-Joachim
Ketelsen como Kothner, de quien ya se ha hablado más arriba
al comentar la grabación de Sawallisch.
Endrik
Wotrich, con su voz fea, dura y engolada, no es lo suficiente lírico
que requiere el papel de David. En "Der Meister Tön und
Weisen" (CD 1, pista 7) exhibe un timbre gutural muy desagradable.
Además, tiene problemas insuperables con las notas. El La3
sobre "Schwarz" (0'50'') es un grito ahogado. La nota
(Sib 2) sobre "die englische Zinn" (1'35'') y "Mit
dem Atem spart" (2'41'') está eructada. Los trinos sobre
"summt" (2'50'') y "brummt" (2'54''),especialmente
este último, parecen dados bajo el agua. Muy chillona y con
la voz muy cascada la Magdalene de Birgitta Svendén. Magnífico
como siempre el Coro del Festival de Bayreuth.
(1)
El mismo reparto que en la grabación que nos ocupa, a excepción
de Walther von Stolzing (Peter Seiffert con Barenboim, Robert Dean
Smith con Thielemann) y Augustin Moser (Helmut Pampuch con Barenboim,
Arnold Bezuyen con Thielemann.
(2)
Cuentan que Thielemann mantuvo varias sesiones de ensayos, preparando
el papel de Sachs con Holl, con el propio director al piano.
(3)
La voz me ha gustado más aquí y en la retransmisión
radiofónica desde el Festival de Bayreuth de la temporada
2000 que el pasado mes de Junio en los Maestros que pudimos presenciar
en el Teatro Real de Madrid.
(4)
Nació en Rottweil, Baden-Würtenberg. O sea, es un rottweiler,
y oyéndole en esta grabación no me cabe duda alguna.
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