Wagnermania
 


 LIBRETTO ESPAÑOL

PROLOGO

PRELUDIO

(En la roca de la Valquiria)

Norna
¿Qué es esa luz que brilla?

Norna
¿Ya amanece?

Norna
Las tropas de Loge resplandecen con fuego
alrededor de la roca.
Todavía es de noche.
¿Por qué no hilamos y cantamos?

Norna
Si vamos a hilar y cantar,
¿dónde asegurarás la cuerda?

Norna
Para bien o para mal,
yo enrollo la cuerda y canto.
Bajo el Fresno del Mundo
tejía antes, cuando a éste
aún le crecían hojas
grandes y fuertes de su tronco,
cuando aún era un bosque de nobles ramas.
De su sombra fresca
nacía un riachuelo
que susurraba sabiduría
cuando sus aguas fluían.
En aquel entonces, mi hijo era sagrado.
Un dios valiente
vino a beber de sus aguas,
le faltaba un ojo,
que había dado como prenda.
Del Fresno del Mundo
Wotan arrancó una rama,
y con toda su fuerza se hizo una lanza con ella.
Durante mucho tiempo,
la herida fue destrozando el bosque.
Las hojas secas se caían,
y el árbol se marchitó y murió.
Triste y completamente seca
se quedaron la fuente y sus aguas.
Mi canción se volvió
triste en mi corazón.
Así que, si hoy ya no tejo
junto al Fresno del Mundo,
el abeto me bastará
para asegurar la cuerda.
Canta, hermana,
te lanzaré la cuerda.
¿Sabes que ha ocurrido?

Norna
Wotan grabó
en el puño de su lanza
los pactos que con tanto honor
había establecido.
Blandía su lanza como guardiana del mundo,
pero un osado héroe
le rompió esa lanza
durante un enfrentamiento.
En ruinas cayó
la sagrada depositaria de los pactos.
Wotan envió
a los héroes de Valhalla
al Fresno del Bosque;
su tronco y sus ramas marchitas rompieron en pedazos.
El freno cayó,
el riachuelo se secó para siempre.
Hoy, yo ato
la cuerda a la roca cortante.
Canta, hermana:
te lanzaré la cuerda.
¿Sabes lo que ocurrirá?

Norna
El castillo que los gigantes construyeron
todavía se alza.
Allí Wotan permanece sentando,
junto con los dioses y héroes
como sus compañeros sagrados.
Trozos de madera
se apilan
alrededor de la fortaleza.
Esos trozos eran antes el Fresno del Mundo.
Cuando se prenda fuego a la madera,
y ésta empiece a arder luminosa y solemne,
las llamas alcanzarán
la espléndida fortaleza y la devorarán.
Entonces, el último día de los dioses inmortales
se acabará para siempre.
Si quieres saber más,
pásame la cuerda otra vez.
Desde el norte, una vez más
yo te la pasaré a ti.

Norna
Hila, hermana y canta

Norna
¿Ya amanece?
¿O son las llamas?
Mis ojos no ven bien y me engañan.
No recuerdo con claridad
aquellos días heroicos y ya pasados
cuando Loge
se marchó ardiendo de ira.
¿Sabes lo que ha sido de él?

Norna
Wotan logró domarlo
con su lanza mágica.
Loge le ayudó con buenos consejos.
Para ganarse la libertad,
con sus dientes mordía y roía
las muescas de la lanza.
Y después, con la imperiosa
punta de esa lanza,
Wotan le ordenó
que encendiera un fuego alrededor de la roca de Brünnhilde.
¿Sabes lo que será de él?

Norna
Un día Wotan
clavará en el corazón del fuego
las afiladas astillas
de su lanza ahora rota,
y unas llamas devoradoras
se alzarán sobre ellas.
El dios lanzará al fuego los
trozos de madera
del Freno del Mundo.

Norna
Si queréis saber
cuando ocurrirá esto,
pasadme la cuerda, hermanas.

Norna
La noche se acaba
y ya no veo nada.
Ya no encuentro
los hilos de la cuerda.
Están enredados.
Una visión borrosa
me confunde y me pone de mal humor.
El Oro del Rin
Alberich un día robó
¿Sabéis que ha sido de él?

Norna
La roca afilada
está cortando la hilo;
ya no hay tensión
en la urdimbre
y está enredada la trama.
Veo el anillo del Nibelungo
alzarse de entre el odio y la desgracia
Una maldición vengativa se teje
entre los hilos de la cuerda.
¿Sabéis que provocará esa maldición?

Norna
La cuerda está demasiado floja
y ya no llega.
Si he de dirigir la punta
hacia el Norte,
tendré que estirar.
¡Se ha roto!

Norna
¡Se ha roto!

Norna
¡Se ha roto!

Las tres Nornas

Nuestra eterna sabiduría ha llegado a su fin.
El mundo no volverá a aprender
nada más de ella.

Norna
¡A las profundidades!

Norna
¡A las profundidades con nuestra Madre!

Norna
¡A las profundidades!

INTERLUDIO
(El Amanecer)

Brünnhilde
Querido héroe,
ansías nuevas aventuras.
¡Qué poco demostraría quererte
si no te dejara marchar!
Tan sólo una cosa me preocupa
y me hace dudar:
que tu recompensa por conseguirme
haya sido muy pequeña.
Te he dado lo que los dioses
me ordenaron darte:
grandes cantidades
de encanto sagrado.
Pero el héroe ante el cual
ahora me someto,
me robó mi fortaleza
y soporte de muchacha.
Carente de sabiduría,
pero llena de deseo,
rica de amor,
pero privada de fortaleza …
no desprecies
a esta criatura
que no te pide nada,
pero no tiene nada más que ofrecerte.

Siegfried
Mujer maravillosa,
me has dado más de lo que podría quedarme.
No me riñas si tus enseñanzas no han servido de nada
y me han dejado tan ignorante como antes.
Sólo quiero saber una cosa:
que Brünnhilde vive para mí.
Pensar en Brünnhilde es una lección
que aprendí con facilidad.

Brünnhilde
Si quieres darme amor,
piensa sólo en ti,
piensa en tus aventuras:
piensa en las fieras llamas,
que sin ningún miedo atravesaste
y que ardían alrededor de la roca …

Siegfried
… para conseguir a Brünnhilde.

Brünnhilde
Piensa en la mujer
que encontraste dormida
bajo el escudo y cuyo apretado casco rompiste …

Siegfried
¡… para despertar a Brünnhilde!

Brünnhilde
Piensa en los juramentos
que nos hicieron uno,
piensa en la confianza
que hemos depositado el uno en el otro,
piensa en el amor
que nos mantiene vivos,
y así Brünnhilde siempre resplandecerá
en tu corazón como un lugar santo.

Siegfried
Mi más querida, te dejo aquí
al solemne cuidado del fuego,
y a cambio de tus enseñanzas
te entrego este anillo.
De todas las hazañas que he llevado acabo,
el anillo es lo único que tiene virtud.
Maté al salvaje dragón
que durante mucho tiempo lo protegió.
Ahora, tú deberás proteger su poder
como sagrada prenda de mi fidelidad.

Brünnhilde
Lo disfrutaré como si fuera lo único que poseo.
A cambio del anillo, llévate mi caballo,
que antes valiente
corría conmigo por el cielo,
y que junto a mi
perdió esa habilidad mágica.
Ya no volverá
a volar sin temor
por las nubes
entre truenos y relámpagos.
Más allá donde lo lleves,
incluso a través de las llamas,
Grane te seguirá si miedo alguno,
pues sólo a ti, héroe,
te obedecerá.
Cuídalo bien
y escuchará lo que le digas.
¡Oh, dale muchas veces, a Grane,
recuerdos de Brünnhilde!.

Siegfried
¿Seguiré llevando a cabo
hazañas sólo gracias a tu virtud?
Tú eliges mis batallas;
mis victorias se reflejan en ti;
sobre el lomo de tu caballo,
bajo la protección de tu armadura,
ya no me considero Siegfried;
tan sólo soy el brazo de Brünnhilde.

Brünnhilde
¡Ojalá Brünnhilde pudiera ser tu alma!

Siegfried
¡Ella enciende mi valentía!

Brünnhilde
Entonces has de ser Siegfried y Brünnhilde a la vez.

Siegfried
Dondequiera que me halle, seré los dos.

Brünnhilde
Entonces ¿mi cueva no estará vacía?

Siegfried
Nos tiene a los dos ahora que somos uno.

Brünnhilde
Oh dioses sagrados,
oh seres majestuosos,
deleitad la vista
con esta bendita pareja.
Separados… ¿quién puede separarnos?
Separados… ¡nunca nos separaremos.

Siegfried
Saludos, Brünnhilde,
¡estrella reluciente!.
Saludos, amor resplandeciente.

Brünnhilde
Saludos, Siegfried,
¡luz triunfal!.
Saludos, vida resplandeciente.

Brünnhilde Y Siegfried
¡Saludos! ¡Saludos!

INTERLUDIO
(El viaje de Siegried por el Rin)


ACTO I

Escena primera

(El castillo de los Gibichungos junto al Rin)

Gunther
Escucha Hagen
y dime, héroe:
¿gozo de un gran prestigio en todo el Rin?
¿hace Gunther honor a los Gibichungos?

Hagen
Tu buen nombre
me causa envidia.
Aquella que nos engendró como hermanos,
la Dama Grimhilde, me lo ha hecho comprender.

Gunther
Yo te envidio a ti…
tú no tienes porqué envidiarme a mí.
Aunque yo también heredé algo de ella,
sólo tú heredaste su sabiduría.
Nunca se había resuelto mejor
la rivalidad entre hermanastros.
Cuando te pregunto sobre mi prestigio
sólo lo hago para alabar tu inteligencia.

Hagen
Entonces, debería enfadarme con mi inteligencia
porque todavía no gozas de un gran prestigio:
yo sé de grandes tesoros
que el Gibichungo todavía no ha conseguido.

Gunther
Si no me hablas de ellos,
yo también me enfadaré.

Hagen
Veo los hijos de Gibich
en el resplandor de su fuerza y madurez:
tú, Gunther, aún no te has casado,
y tú Gutrune todavía no tienes marido.

Gunther
¿Con quién crees que deberíamos
casarnos para así obtener un mayor prestigio?

Hagen
Conozco una mujer,
la más gloriosa del mundo:
su casa se halla en lo alto de las montañas
rodeada por las llamas.
Sólo atravesando esas llamas,
un hombre podrá casarse con Brünnhilde.

Gunther
¿Crees que mi valor lo resistiría?

Hagen
Ese privilegio está reservado para un hombre aún más fuerte.

Gunther
¿Quién es el más valiente de los hombres?

Hagen
Siegfried, el hijo de los Wälsungen:
él es el más fuerte de los héroes.
Dos hermanos gemelos,
Siegmund y Sieglinde,
empujados por el amor,
engendraron este noble hijo,
que creció robusto en el bosque
y al que me gustaría convertir en el esposo de Gutrune.

Gutrune
¿Qué hazañas tan valerosas ha llevado a cabo
para considerarlo entre los héroes más gloriosos?

Hagen
En Neidhöle
un monstruoso dragón protegía
el tesoro de los Nibelungos,
pero Siegfried logró cerrarle para siempre
sus feroces fauces
matándolo con su espada victoriosa.
Este hecho tan excepcional
le aseguró su fama de héroe.

Gunther
Del tesoro de los Nibelungo, he oído hablar.
¿No se trata de las riquezas más codiciadas?

Hagen
El hombre que sepa usarlo,
tendrá el mundo a sus pies.

Gunther
¿Y Siegfried ganó en la lucha?

Hagen
Los Nibelungos son sus esclavos.

Gunther
¿Y sólo él puede conseguir a Brünnhilde?

Hagen
Ante ningún otro se rendirán las llamas.

Gunther
¿Por qué suscitas dudas y enfrentamientos?
¿Acaso has de despertar
mi deseo por aquello
que no puedo conseguir?

Hagen
Si Siegfried te trajera
a Brünnhilde hasta aquí
¿no se convertiría en tu esposa?

Gunther
¿Y quién haría que ese hombre dichoso
me consiguiera la mujer con la que he de casarme?

Hagen
Con facilidad lo convencerías si se lo pidieras,
si Gutrune lo conquista a él antes.

Gutrune
Te estás burlando de nosotros, Hagen, villano
¿Cómo podría conquistar a Siegfried?
Si él es el más glorioso
de los héroes del mundo,
la mujer más hermosa de la tierra ya lo habrá
dejado satisfecho desde hace tiempo.

Hagen
No olvides la pócima que guardas en el cofre
y confía en mí que te la conseguí:
cegará de amor por ti
al héroe que deseas.
Si Siegfried llegara ahora mismo y
se bebiera esa pócima de especias,
se olvidaría por completo de cualquier mujer
que haya visto antes que a ti …
se olvidaría de que otra mujer había estado con él.
Y ahora, dime:
¿que te parece el plan de Hagen?.

Gunther
Alabada sea Grimhild
que nos dio a Hagen como hermano.

Gutrune
Ojalá pudiera ver a Siegfried.

Gunther
¿Cómo podemos encontrarle?

Hagen
Cuando se dirige felizmente
a la caza de aventuras,
el mundo para él
no es más que un pequeño bosque.
Quizás su infatigable cacería lo empuje hasta
las costas de Gibich junto al Rin.

Gunther
Me complacerá darle la bienvenida.
Se oye la llamada de un cuerno desde el Rin.

Hagen
Un héroe y un caballo en un barca:
él es el que hace sonar el cuerno alegremente.
Sin ninguna dificultad,
como si ni siquiera necesitara mover los brazos,
va remando rápidamente
a contracorriente.
Esa gran fuerza
que empuja los remos
sólo puede venir
del hombre que mató al dragón.
Se trata de Siegfried… seguro… de nadie más.

Gunther
¿Va a pasar de largo?

Hagen
¡Hoiho!, ¿Hacía
dónde te diriges alegre héroe?

Voz de Siegfried
A ver al robusto hijo de Gibich.

Hagen
Te invito a que te quedes en su palacio.
Aquí está… amarra aquí tu barca.

Escena segunda

Hagen
Bienvenido Siegfried, querido héroe.

Siegfried
¿Quién es el hijo de Gibich?

Gunther
Yo, Gunther, soy el hombre que buscas.

Siegfried
He oído hablar
de tu valor por todo el Rin.
Ahora, lucha conmigo
o sé mi amigo.

Gunther
Dejémonos de luchas.
Eres bienvenido.

Siegfried
¿Dónde puedo dejar mi caballo?

Hagen
Yo le encontraré un lugar en el establo.

Siegfried
Me has llamado Siegfried.
¿Acaso ya me habías visto antes?

Hagen
Sencillamente te he reconocido
por tu fuerza.

Siegfried
Cuídame bien a Grane;
nunca has sostenido
las riendas
de un caballo más noble.

Gunther
Oh héroe, alégrate de saludar
la casa de mi padre.
Considera como tuyo
todo lo que veas y
los lugares por donde pases.
Mi herencia,
mi tierra, mis gentes son tuyas.
¡Que mi cuerpo sea garantía de mi juramento!
Me ofrezco a ti como tu hombre.

Siegfried
No poseo ni tierras ni gente,
ni la casa y las tierras de mi padre para ofrecerte,
pues tan sólo heredé
mi cuerpo,
que se irá consumiendo mientras viva.
Lo único que poseo
es una espada que yo mismo forjé.
¡Que mi espada sea garantía de mi juramento!
Con ella me ofrezco a ti como tu aliado.

Hagen
Pero, he oído rumores de que tú eres
el amo y señor del tesoro Nibelungo.

Siegfried
¡Casi me olvido del tesoro! …
eso demuestra el poco valor que le doy.
Lo dejé en la cueva
donde el dragón antes lo protegía.

Hagen
¿Y no te llevaste nada?

Siegfried
Este casco, pero no sé para que sirve.

Hagen
Conozco el Tarnhelm,
el trabajo más elaborado del Nibelungo.
Si te lo pones, te permite
transformarte en lo que quieras;
si deseas visitar algún lugar lejano,
te llevará hasta allí en un abrir y cerrar de ojos.
¿No te cogiste nada más del tesoro?

Siegfried
Un anillo.

Hagen
¿Lo has dejado en un lugar seguro?

Siegfried
Me lo guarda una mujer maravillosa

Hagen
¡Brünnhilde!

Gunther
Siegfried, no deberías proponerme un cambio.
Aunque te llevaras todos mis bienes,
eso sólo sería una baratija comparado con tus joyas.
Con placer, te serviré a cambio de nada.

Gutrune
(Sale llevando una bebida en un cuerno. Se dirige a Siegfried con ella)
Bienvenido huésped,
a la casa de Gibich,
su hija te ofrece algo de beber.

Siegfried
Aunque me olvidara
de todo lo que me has dado,
hay algo
que nunca podré olvidar:
Brünnhilde, a ti,
mi verdadero amor
te ofrezco esta bebida.
(Toma un gran sorbo)
Me has quemado la vista
como un resplandor.
¿Por qué bajas la vista ante mí?
¡Ay, hermosísima mujer!
Cierra los ojos;
¡Mi corazón arde en mi pecho
por sus rayos!
¡Siento como si ríos de llamas
me quemaran y abrasaran la sangre!.
Gunther, ¿cómo se llama tu hermana?

Gunther
Gutrune

Siegfried
¿Son propicios los presagios
que leo en sus ojos?
Me ofrecí a servir a tu hermano,
y con orgullo me rechazó.
¿Me tratarías tú también de forma tan arrogante
si me ofreciera a ti en matrimonio?
Gunther ¿tienes esposa?

Gunther
Aún no estoy casado,
y me costará encontrar
la esposa adecuada.
Me he decidido por una,
pero no tengo manera de conseguirla.

Siegfried
¿Qué no conseguirías
si yo te ayudara?

Gunther
Su casa se halla en una alta roca…

Siegfried
¿Su casa está en una alta roca…?

Gunther-
…rodeada por fieras llamas.

Siegfried
¿…rodeada por fieras llamas?

Gunther
Sólo atravesando el fuego…

Siegfried
¿…sólo atravesando el fuego…?

Gunther
…puede un hombre conseguir a Brünnhilde como esposa.
Y yo no puedo subir a la roca:
el fuego nunca se apaga para mí.

Siegfried
Yo… yo no tengo miedo del fuego.
¡Yo te conseguiré a esa mujer!
Puesto que soy tu hombre
y mi valor está para servirte
si puedo casarme con Gutrune.

Gunther
Con placer te entrego a Gutrune.

Siegfried
Pues yo te traeré a Brünnhilde

Gunther
¿Cómo la engañarás?

Siegfried
Gracias a la magia del Tarnhelm,
me transformaré en ti.

Gunther
Entonces hagamos un juramento.

Siegfried
Que la sangre de nuestra
hermandad sea nuestro juramento,
La vida vuelve ha nacer
con la sangre fresca
que he derramado con esta bebida.

Gunther
Que nuestra sangre valerosa
haga arder la bebida
con nuestro amor de hermanos
Los dosBrindo por la lealtad de mi hermano.
¡Que nuestro juramento
de sangre de hermandad
crezca feliz y libre hoy!

Gunther
Si un hermano rompe el juramento…

Siegfried
Si un amigo traiciona al otro…

Los dos
…las gotas de sangre que hoy
tan solemnemente hemos bebido
fluirán por los ríos
para matar al amigo.

Gunther
Acepto el juramento.

Siegfried
Brindo por mi lealtad hacia a ti
(A Hagen)
¿Por qué no tomaste parte en el juramento?

Hagen
Mi sangre estropearía vuestra bebida,
pues no fluye tan pura
y noble como la vuestra.
En mi interior está estancada,
obstinada y fría,
y ni siquiera da calor a mis mejillas.
Por eso me mantengo al margen
de pactos de sangre caliente.

Gunther
Deja tranquilo al infeliz muchacho.

Siegfried
¡Partamos hacia nuestro destino!
Ahí está mi barca que velozmente
nos llevará hasta la roca.
Te quedarás una noche
esperando junto a la orilla,
y después podrás traerte a casa a tu esposa.

Gunther
¿No querrías descansar un poco antes?

Siegfried
Tengo mucha prisa en volver aquí.

Gunther
Tú, Hagen, guarda el palacio.

Gutrune
¿A dónde se dirigen con tanta prisa?

Hagen
A cortejar a Brünnhilde

Gutrune
¿Siegfried?

Hagen
Mira que prisa tiene
en hacerte su esposa.

Gutrune
¿Siegfried… mío?

Hagen
Aquí me quedo haciendo guardia
para proteger la casa y
defender el palacio
de los enemigos.
El viento sopla
para el hijo de Gibich
que se dirige a cortejar a una mujer.
Un fuerte héroe
que se enfrentará al peligro por él,
guía el timón.
A su propia esposa
traerá al Rin para que Gibich se case con ella.
Pero a mí me traerá el anillo.
Vosotros, hijos de la libertad,
felices compañeros,
alejaos alegremente en vuestra barca.
Aunque ahora lo consideréis inferior,
llegareis a ser siervos
del hijo del Nibelungo.

INTERLUDIO

Escena tercera

(En la roca de la Valquiria)

Brünnhilde
A lo lejos oigo un ruido
que me trae recuerdos del pasado.
Un caballo alado cabalga
hacia aquí;
a través de las nubes se dirige a esta roca
con gran estrépito.
¿Quién es el que me busca en mi soledad?

Waltraute
Brünnhilde, hermana
¿estás despierta o dormida?

Brünnhilde
¡Waltraute me está llamando!
¡que feliz me hace!
¿Eres tú, hermana, la que viene?
¿Has volado con valentía para venir a verme?
Aquí, en el bosque
… aún te acuerdas…
baja del caballo
y deja que ese valiente descanse.
¿Has venido a verme?
¿Eres tan valiente que no has tenido miedo
de venir a saludar a Brünnhilde?

Waltraute
Sólo por tu propio bien
he venido tan aprisa.

Brünnhilde
¿Y por el bien de Brünnhilde te has atrevido
a contradecir las órdenes del Padre de las Batallas?
¿O se trata de algo más? Dime
¿se ha desvanecido ya
el antagonismo de Wotan?
Cuando le desobedecí
y protegí a Siegmund
cometiendo así un gran error - eso ya lo sé -
…aún así llevé a cabo sus deseos.
También sé
que su furia se debilitó,
pues aunque me dejó aquí para someterme a un largo sueño
y hacerme prisionera de esta roca,
y me reservara sólo para el hombre
que me encontrara y despertara,
accedió a mis súplicas
y rodeó la roca con un fuego
abrasador para impedir
el acceso a los cobardes.
Mi sentencia
me trajo la felicidad,
pues el más maravilloso de los héroes
me consiguió como esposa.
Hoy, resplandezco
y sonrío con su amor.
Hermana, ¿te sedujo mi destino?
¿querías gozar
de mi felicidad y compartir
lo que me ha ocurrido?

Waltraute
¿Compartir ese delirio
que se ha apoderado de ti, loca?
Otro asunto me ha obligado, aunque con miedo,
a desobedecer las órdenes de Wotan,

Brünnhilde
Pobre hermana ¿acaso la ansiedad y el miedo
se han apoderado de ti?
¿Aún no se ha arrepentido Wotan de su severidad?
¿Aún tienes miedo de su ira y sus castigos?

Waltraute
Si aún los temiera,
pondría fin a mis temores.

Brünnhilde
Me dejas asombrada… ¡no entiendo nada!.

Waltraute
Contrólate
y escúchame atentamente.
Mi miedo me empuja
de vuelta a Valhalla
tal como me ha empujado a venir aquí desde Valhalla.

Brünnhilde
¿Que les pasa a los dioses inmortales?

Waltraute
Escucha con atención e inteligencia lo que voy a decirte.
Desde que se despidió de ti,
Wotan no ha vuelto
a enviarnos a la lucha.
Perdidas y desorganizadas
cabalgamos con ansia a la guerra.
El Padre de la Guerra no llevó consigo a los
valientes héroes de Valhalla,
y sólo con su caballo,
sin descanso,
recorrió el mundo como el Viajero.
No hace mucho tiempo, regresó a casa,
llevando en sus manos
los trozos de su lanza
que había sido destrozada por un héroe.
Con un gesto, envió
a los nobles de Valhalla
al bosque para que talaran
el Fresno del Mundo,
e hizo que amontonaran
los trozos de madera
en una pila monstruosa
alrededor de la casa de los Benditos.
Hizo llamar
al consejo de los dioses,
tomó asiento
en su trono solemne
y ordenó a los atemorizados dioses
sentarse junto a él.
Los héroes llenaron el palacio
formando círculo alrededor de él.
Y allí permanece sentado,
sin decir palabra,
en su trono majestuoso,
silencioso y serio,
sosteniendo en su mano
los restos de su lanza.
Se niega a tocar
las manzanas de Holda.
El asombro y el miedo
se han apoderado de los dioses inertes.
Ha enviado a sus dos cuervos
a viajar por el mundo:
si le traen buenas noticias,
entonces una vez más…
por última vez
el dios volverá a sonreír.
Las Valquirias permanecen sentadas junto a él
agarradas a sus rodillas,
pero él ni siquiera se da
cuenta de nuestras miradas llenas de lágrimas.
Todos estamos consumidos
por el miedo y la ansiedad que nunca se acaban.
Yo, me agarré a su pecho
llorando y entonces,
al pensar en Brünnhilde
su mirada se hizo más dulce.
Suspiró profundamente,
cerró los ojos y
como si se hallara sumido en un sueño,
susurró estas palabras:
"Si ella devolviera el anillo
a las Ninfas del Rin,
los dioses y el mundo se verían
libres del peso de la maldición".
Así que yo, después de pensarlo,
me deslicé
entre las filas de héroes
y en secreto y a toda
prisa monté mi caballo y
cabalgué hasta a ti a toda velocidad.
Oh hermana,
deja que te suplique:
ten el coraje para llevar a cabo
lo que tú puedes hacer.
Pon fin a esta desgracia eterna.

Brünnhilde
¿Qué historias me explicas
de sueños de ansiedad con tanta tristeza?
Por mi locura,
estoy apartada
del sagrado cielo del dios.
No entiendo lo que me dices.
Tu historia me parece
confusa y sin sentido.
En tu ojos
¡que cansados parecen!
brillan llamas relucientes.
¿Qué quieres de mi,
lívida hermana
de mejillas pálidas?

Waltraute
El anillo de tu dedo:
eso es lo que quiero. ¡Acepta mi consejo,
y por el bien de Wotan, déshazte de él!

Brünnhilde
¿El anillo?
¿Deshacerme de él?

Waltraute
Devuélvelo a las Ninfas del Rin

Brünnhilde
¿A las Ninfas del Rin? ¿Yo? ¿Este anillo?
¿La prenda de amor de Siegfried?
¿Estás loca?

Waltraute
Escucha, escucha mis temores.
Los dolores que el mundo padece
se deben a él.
Déshazte de él,
échalo al agua.
Tira el maldito anillo al río
para poner fin a la desgracia de Valhalla.

Brünnhilde
¿Qué? ¿Sabes lo que este anillo significa para mí?
¿Cómo podrías entenderlo tú, hermana,
que no tienes sentimientos?
Para mí, este anillo
significa más que los placeres de Valhalla,
más que la gloria de los dioses.
Una sola mirada a este oro reluciente,
un solo rayo de su brillo majestuoso
significa más para mí
que todos los dioses
y su eterna felicidad!
Pues, como un paraíso, a través de él
el amor de Siegfried brilla sobre mí:
¡El amor de Siegfried!
Oh, si pudiera explicarte la alegría que ello me supone.
Eso es lo que el anillo es para mi.
Regresa a tus dioses
y su secreta asamblea,
y sobre el anillo,
diles esto:
nunca renunciaré al amor;
nunca me separaran del amor,
aunque el radiante esplendor de Valhalla
caiga en ruinas.

Waltraute
¿Es así como demuestras tu lealtad?
¿Así que con dolor y sin amor
abandonas a tu hermana?

Brünnhilde
Vete,
cabalga en tu caballo.
No te llevarás mi anillo.

Waltraute
¡Maldita! ¡Maldita!
Hermana, estás maldita.
Los dioses están malditos en Valhalla.

Brünnhilde
Vete,
el viento ha despejado el cielo
de nubes y relámpagos.
No vuelvas otra vez por aquí.
La luz del crepúsculo
cubre ya el cielo,
y mi fuego guardián
brilla aún más.
¿Por qué las llamas
se alzan con tanta furia?
El fuego, se extiende hasta la cima
de este páramo rocoso.
¡Siegfried!
¿Acaso ha vuelto Siegfried?
Está haciendo sonar el cuerno para mí.
¡Sube! ¡Sube!. ¡He de verle!
¡He de ir a los brazos de mi dios!.

Brünnhilde
¿He sido engañada? ¿Quién se ha abierto camino hasta mí?

Siegfried
Brünnhilde, ha llegado un pretendiente
que no tenía miedo de las llamas.
Ahora te he conseguido como esposa:
debes seguirme.

Brünnhilde
¿Quién es el hombre
que ha podido hacer
lo que sólo un héroe tiene derecho a hacer?

Siegfried
Un héroe que puede domarte,
si es que sólo con la fuerza se te puede controlar.

Brünnhilde
Un demonio ha usurpado
esta roca.
Un águila ha descendido su vuelo
para devorarme.
¿Quién eres, hombre terrible?
¿Eres un ser humano?
¿Vienes de las huestes
de la noche de Hella?

Siegfried
Soy un Gibichungo,
y Gunther se llama el héroe
al que, como mujer que eres, has de seguir.

Brünnhilde
¡Wotan! ¡Dios
furioso y cruel!
Oh, ahora comprendo
el significado de tu castigo.
Me has sentenciado
a la burla y a la desgracia.

Siegfried
Ya cae la noche.
En tu cueva
debes casarte conmigo.

Brünnhilde
¡No te acerques más! ¡Este es un símbolo que debes temer!
No podrás empujarme a la deshonra
mientras este anillo me proteja.

Siegfried
Debes entregárselo a Gunther, pues tiene derechos de esposo.
Este anillo será tu anillo de bodas.

Brünnhilde
¡Aléjate de mí bandido!
¡Ladrón villano!
No te atrevas a acercarte a mí.
Este anillo me hace
más fuerte que el acero.
¡Nunca me lo robarás!.

Siegfried
Ahora me puedes enseñar
como sacártelo.
(Le saca el anillo del dedo)
Ahora ya eres mía,
Brünnhilde, esposa de Gunther:
déjame hacer uso de tu cueva.

Brünnhilde
¡Cómo podría impedirlo,
desgraciado!

Siegfried
Notung, se testigo
de que le hice la corte con castidad.
Para mantenerme fiel a mi hermano,
debes separarme de su esposa.


PRELUDIO

ACTO II

Escena primera

(En la orilla, delante del palacio Gibichungo)

Alberich
¿Estás dormido Hagen, hijo mío?.
Estás dormido y no me oyes a mí
a quién el descanso y el sueño traicionaron.

Hagen
Sí te oigo, duende malvado
¿qué tienes que decirle a mi sueño?

Alberich
Recuerda el poder
que tienes,
si es que eres tan valiente
como la madre que te trajo al mundo.

Hagen
Aunque mi madre me enseñó lo que era el coraje,
no estoy dispuesto a darle las gracias por ello
porque cedió a tus engaños:
envejecido demasiado pronto, arrugado y pálido,
odio a la gente que es feliz y
nunca estoy contento.

Alberich
¡Hagen, hijo mío!
¡Odia a la gente que es feliz!
Así, a mi, que vivo sin placeres
abrumado por la pena,
me amarás como es debido.
Si eres fuerte,
valiente y astuto,
aquellos contra los que luchemos
en las batallas nocturnas
se hallarán en peligro gracias a nuestro odio.
Aquél que me robó my anillo,
Wotan, el malvado ladrón,
fue vencido por su propio hijo,
ante el Wälsung perdió
todo su poder y autoridad,
y ahora, sentado junto a los dioses,
contempla asustado su caída.
Ya no le temo.
El deberá morir con los demás.
Hagen, hijo mío ¿duermes?

Hagen
¿Quién heredará
el poder de los inmortales?

Alberich
¡Yo… y tú!
Heredaremos el mundo,
si es que me eres leal,
si compartes
mi desgracia y mi furia.
La lanza de Wotan
está rota en pedazos. La destrozó el Wälsung
que se encontró con Fafner
y lo mató en la lucha,
y que sin saber lo que ello suponía, se hizo con el anillo.
Él tiene absoluta
autoridad ahora.
Valhalla y Nibelheim
se inclinan ante él.
Ese intrépido héroe
ha conseguido incluso acabar con mi maldición.
Como no tiene ni idea
del valor del anillo,
no utiliza su
preciado poder.
Riéndose va quemando su vida
en las llamas del amor.
¡Destruirlo
es nuestra única solución!
¿Me oyes Hagen, hijo mío?

Hagen
En este momento lo estoy utilizando
para poder matarlo después.

Alberich
El anillo de oro,
eso es lo que hemos de conseguir.
Hay una mujer inteligente
que sólo vive por amor al Wälsung:
si ella llegara a aconsejarle
que fuera hasta donde viven las Ninfas,
que en las profundidades del Río
una vez me hicieron volver loco,
y devolverles el anillo,
entonces todo mi oro se perdería por siempre
y ninguna artimaña astuta me ayudaría a recobrarlo.
Así que no te demores más
y consigue el anillo.
Eres valiente,
pues así te engendré
para que te mantuvieras firme
en las luchas contra los héroes.
A pesar de que no estabas dotado
de la fuerza necesaria para enfrentarte al Dragón
(pues eso estaba reservado sólo para el Wälsung),
yo crié a Hagen
dotándole con un odio feroz,
y ahora él me vengará,
se apoderará del anillo
y desprestigiará al Wälsung y a Wotan.
¿Juras que lo harás, Hagen, hijo mío?

Hagen
Tendré el anillo.
Tú descansa y espera.

Alberich
¿Lo juras, Hagen mi héroe?

Hagen
Me lo he jurado a mi mismo.
Deja de preocuparte.

Alberich
¡Hagen, hijo mío, se fiel!.
¡Tú, héroe al que amo! ¡Sé fiel!
¡Sé fiel! ¡Sé fiel!.

Escena segunda

Siegfried
¡Hoiho, Hagen!
¡Dormilón,
¿Me has visto llegar?

Hagen
¡Hola, Siegfried!
¡Héroe veloz!.
Has llegado muy pronto ¿De dónde vienes?

Siegfried
De la roca de Brünnhilde,
en donde inhalé el aire
con el que te he llamado:
así de rápido ha sido mi regreso.
Los otros dos llegarán después, pues van más despacio.
Llegarán en la barca.

Hagen
¿Así que has logrado someter a Brünnhilde?

Siegfried
¿Está Gutrune despierta?

Hagen
¡Hoiho, Gutrune,
sal fuera,
Siegfried ha regresado
¿Por qué te quedas ahí dentro?

Siegfried
Os explicaré a los dos
como vencí a Brünnhilde
¡Dame la bienvenida,
hija de Gibich!
Te traigo buenas noticias.

Gutrune
Que Freia te de la bienvenida
en nombre de todas las mujeres.

Siegfried
Sé generosa y amable conmigo,
pues yo me siento muy feliz:
hoy te he conseguido como esposa.

Gutrune
Entonces ¿Brünnhilde pertenece ya a mi hermano?

Siegfried
¡Con que facilidad la consiguió!

Gutrune
¿No le abrasaron las llamas?

Siegfried
Aunque no le hubieran hecho ningún daño,
yo atravesé las llamas por él
porque quería conseguirte a ti.

Gutrune
¿Y no resultaste herido?

Siegfried
No, pero disfruté con el calor de las llamas.

Gutrune
¿Brünnhilde te tomó por Gunther?

Siegfried
Me parecía a él en todo,
y eso lo conseguí con el Tarnhelm
tal como Hagen tan amablemente me dijo.

Hagen
Te aconsejé bien.

Gutrune
¿Así que has logrado someter a esa valiente mujer?

Siegfried
Se rindió… ante la fuerza de Gunther.

Gutrune
Y … ¿se casó contigo?

Siegfried
Brünnhilde se sometió a su marido
durante toda una noche nupcial.

Gutrune
Pero … ¿Tú suplantaste a su marido?

Siegfried
Gutrune estaba junto a Siegfried.

Gutrune
¿Acaso no era Brünnhilde la que estaba junto a ti?

Siegfried
Entre el este y el oeste está el norte:
así de cerca y así de lejos estaba Brünnhilde de mí.

Gutrune
¿Cómo consiguió Gunther suplantarte en la noche de bodas?

Siegfried
A través de las llamas que ahora se consumían,
al amanecer ella y yo bajamos
de la roca hasta el valle.
Cuando estuvimos cerca de la orilla,
Gunther ocupó mi lugar
en un abrir y cerrar de ojos.
Yo, haciendo uso del casco,
llegué rápidamente hasta aquí.
Los amantes llegarán por el Rin
empujados por una fuerte brisa.
Así que prepárate para recibirlos.

Gutrune
¡Siegfried, hombre fuerte,
cuánto miedo te tengo!

Hagen
Veo una vela a lo lejos.

Siegfried
Pues así, dale las gracias a tu mensajero.

Gutrune
Démosle una gran bienvenida y,
así se sentirá contenta y feliz de estar aquí.
Hagen, reúne a las tropas
para que formen
para la boda que se celebrará en la corte de Gibich.
Las mujeres estarán encantadas,
las invitaré al banquete.
Con placer se ocuparán de mí en mi alegría.
¿Querías descansar, héroe terrible?

Siegfried
Ayudarte será todo el reposo que necesito.

Escena tercera

Hagen
¡Hoiho! ¡Hoihohoho!
¡Vosotros vasallos de Gibich,
levantaos!
¡Peligro, peligro!
¡A las armas, a las armas!
¡Tomad las armas!
¡Buenas armas!
¡Fuertes armas!
Y afiladlas bien para la lucha.
¡Estamos en crisis!
¡Crisis! ¡Peligro, peligro!
¡Hoiho! ¡Hoihohoho!

Las tropas
¿Por qué suena el cuerno?
¿Por qué llamas a las tropas?
Hemos venido armados,
hemos venido con todas nuestras armas.
¡Hagen! ¡Hagen!
¡Hoiho! ¡Hoiho!
¿De qué crisis hablas?
¿Qué enemigo se acerca a nosotros?
¿Quién nos ataca?
¿Está Gunther en peligro?
Hemos venido armados con lanzas
y espadas afiladas.
¡Hoiho! ¡Ho Hagen!

Hagen
Armaos bien
y no os entretengáis;
debéis recibir a Gunther
que acaba de casarse.

Las tropas
¿Que peligro le amenaza?
¿Tiene al enemigo en los talones?

Hagen
Nos trae a casa
una esposa impresionante

Las tropas
¿Acaso la familia de ella
les persigue?

Hagen
Viene sólo.
Nadie le sigue.

Las tropas
¿Acaso ya ha vencido al peligro?
¿Ganó la batalla?
¡Dínoslo!.

Hagen
El asesino del dragón
venció al peligro.
Siegfried el héroe
vigiló por su seguridad.

Las tropas
Entonces, ¿cómo debe ayudarte su ejercito?

Hagen
Debéis sacrificar
toros robustos y
dejar que su sangre corra
por el altar en honor a Wotan.

Las tropas
Bien, Hagen ¿y qué quieres que hagamos después?

Hagen
¡Sacrificad un jabalí
en honor a Froh!
¡Una cabra ya madura
en Honor a Donner!
¡Pero las ovejas deben ser
sacrificadas en honor a Fricka
para que ella bendiga el matrimonio!.

Las tropas
¿Y qué hacemos cuando hayamos sacrificado
todos esos animales?

Hagen
Sacad los cuernos de beber,
y dejad que vuestras queridas esposas
os traigan aguamiel y vino
para llenarlos con alegría.

Las tropas
¿Y qué tenemos que hacer cuando
ya tengamos los cuernos llenos?

Hagen
¡Seguid bebiendo
hasta que la embriaguez os domine!
¡En honor a todos los dioses
que han de bendecirles con un buen matrimonio!.

Las tropas
La buena suerte y la falta de peligro
deben de sonreír sobre el Rin
si el sombrío Hagen
se muestra tan alegre.
El Espino
ya no pincha:
ha sido elevado a la categoría
de anunciador de bodas.

Hagen
Ya os habéis reído lo suficiente,
mis bravos soldados.
Dad la bienvenida a la esposa de Gunther.
Aquí ya llega con Brünnhilde.
Sed amables con vuestra señora
y leales a vuestra fidelidad para con ella.
Si alguien le hiciera algún mal,
no demoréis en vengarla.

Las tropas
¡Saludos! ¡Saludos!
¡Bienvenido! ¡Bienvenido!
¡Bienvenido Gunther!
¡Hurra! ¡Hurra!

Escena cuarta

Las tropas
¡Saludos Gunther!
¡Saludos para ti y para tu esposa!.
¡Bienvenidos!.

Gunther
A Brünnhilde, la más noble de las mujeres,
os he traído por el Rin.
Nadie ha conseguido jamás
una esposa más noble.
La divina gracia nos la ha otorgado a nosotros,
la raza de Gibichungo,
y ahora puede acceder
a la gloria suprema.

Las tropas
¡Hurra! ¡Hurra a ti!
¡Afortunado Gibichungo!

Gunther
Saludos, querido héroe;
saludos, estimada hermana.
Me siento feliz de verte al lado del hombre
que te ha conseguido como esposa.
Aquí puedo ver ahora dos parejas
resplandecientes de felicidad:
¡Brünnhilde y Gunther;
Gutrune y Siegfried!.

Los hombres
¿Qué le pasa? ¿Se ha vuelto loca?

Siegfried
¿Por qué Brünnhilde parece estar tan contrariada?

Brünnhilde
¿Siegfried … aquí?
¿Gutrune?

Siegfried
La tierna hermana de Gunther
se casó conmigo
tal como tú te casaste con él.

Brünnhilde
¿Yo … con Gunther? ¡Estás mintiendo!
Se me nubla la vista …
¿Acaso… Siegfried no me reconoce?

Siegfried
Gunther, tu esposa se encuentra mal
(Gunther se dirige hacia ella)
¡Despierta mujer!
Aquí tienes a tu esposo.

Brünnhilde
¡Mira! El anillo …
¡En su mano!
¿Él? ¿Siegfried?

Los hombres
¿Qué pasa? ¿Qué pasa?

Hagen
Escuchad atentamente
de lo que se queja esta mujer.

Brünnhilde
He visto un anillo
en tu mano,
que no te pertenece.
A mí me fue arrancado,
me lo arrancó este hombre.
¿Cómo conseguiste hacerte
con el anillo si lo tenía él?

Siegfried
Sí, conseguí el anillo,
pero no de él.

Brünnhilde
Si eres tú quien me quitó el anillo
gracias al cual me hiciste tu esposa,
ahora debes exigir tu derecho,
pídele que te lo devuelva.

Gunther
¿El anillo? Yo no se lo di,
pero ¿lo conoces bien?

Brünnhilde
¿Dónde has ocultado el anillo
que me arrebataste?
Mirad, éste fue el hombre
que me lo arrancó:
¡Siegfried, ese sucio ladrón!.

Siegfried
El anillo no llegó hasta mí
procedente de ninguna mujer,
ni lo obtuve
de ninguna mujer.
Lo reconozco bien,
me fue otorgado como recompensa
por mi lucha en Neidhöhl
lucha que gané cuando maté a un enorme dragón.

Hagen
Brünnhilde, valiente mujer,
¿de verdad reconoces este anillo?
Si se trata del anillo que le diste a Gunther,
entonces le pertenece a él.
Siegfried lo obtuvo gracias a un engaño
y ahora deberá pagar por su deslealtad.

Brünnhilde
¡Engaño! ¡Engaño!
¡Un deshonroso engaño!
¡Traición! ¡Traición!
¡Que habrá de pagarse con una venganza sin precedentes!

Gutrune
¿Traición? ¿Hacia quién?

Hombres y mujeres
¿Traición? ¿Hacia quién?

Brünnhilde
¡Sagrados dioses,
gobernantes celestes!
¿Estaba todo esto
predestinado?
¿Acaso pretendéis hacerme sufrir
como nadie jamás ha sufrido?
¿Acaso planeasteis hacerme soportar
una deshonra tal que nadie jamás ha soportado?
Si es así, ayudadme ahora a vengarme
con una furia que no haya existido jamás.
Encended en mí la ira
como nunca antes se haya encendido.
Haced que el corazón
de Brünnhilde se rompa,
si con ello se logra traer
la ruina al hombre que la traicionó.

Gunther
¡Brünnhilde, esposa mía!
¡Contrólate!.

Brünnhilde
¡Aléjate de mí, traidor!
¡Te traicionaste a ti mismo!
Dejad que os lo diga todo:
no a él,
sino a aquel hombre
con quién estoy casada.

Hombres y mujeres
¿Siegfried? ¿El esposo de Gutrune?

Brünnhilde
El logró despertar en mí
el deseo y el amor.

Siegfried
¿Es así como valoras
tu propio honor?
¿Acaso soy yo quién provoca
estas calumnias y mentiras?
Escuchad y decidid si falté no a la palabra dada.
Juré a Gunther
fraternidad de sangre .
Notung, mi propia espada,
garantizó el juramento de lealtad.
Su filo me separó
de esta desgraciada.

Brünnhilde
Héroe astuto,
mira que mentiras estás diciendo
poniendo a tu espada
como testigo.
Sé muy bien cuán afilada está,
y conozco también la vaina
en la que tan tranquilamente descansaba,
recostada contra la pared
Notung, la fiel amiga,
mientras su amada se casaba con su amo y señor.

Hombres y mujeres
¿Qué? ¿Faltó a su palabra?
¿Manchó el honor de Gunther?

Gunther
Tendré que soportar la deshonra
y aceptar haber sido vergonzosamente utilizado
si no eres capaz de negar
lo que dice en tu cara.

Gutrune
¿Desleal … Siegfried?
¿Acaso podrías ni siquiera pensar en engaños?
Prueba que esta mujer
te acusa falsamente.

Las tropas
¡Limpia tu nombre
si dices la verdad!
¡Pon fin a sus acusaciones!.
¡Júralo solemnemente!

Siegfried
Si pongo fin a sus acusaciones
y juro solemnemente,
¿cuál de vosotros se atreverá
a sellar mi juramento con su espada?

Hagen
Mi lanza
se atreverá a hacerlo y
con honor defenderá el juramento.

Siegfried
¡Lanza brillante!
¡Sagrada arma!
¡Ayúdame a asegurar mi juramento!
Sobre la punta de la lanza
lo pronuncio:
¡Tú lanza, marca mis palabras!
Allá donde tu afilada punta pueda herirme.
que me hiera;
Allá donde la muerte pueda golpearme,
golpéame;
Si esa mujer me acusa justamente,
si rompí el juramento que le hice a mi hermano.

Brünnhilde
¡Lanza brillante!
¡Sagrada arma!
¡Ayúdame a cumplir este juramento!
Sobre la punta de la lanza
lo pronuncio:
¡Tu lanza, marca mis palabras!
Golpea a este hombre con todo tu poder
para abatirlo;
Bendigo tu afilada punta
que le herirá;
pues rompiendo todo sus votos,
este hombre ha cometido perjurio.

Las tropas
Ayúdanos, Donner
envíanos tus tormentas
para que ellas pongan fin a este monstruoso deshonor.

Siegfried
Gunther, ten cuidado con tu esposa,
pues no es más que una embustera sin vergüenza ni honor.
Concédele algún tiempo para que se relaje,
ya que se trata de una mujer salvaje de las montañas,
y así esa ira ciega quizás logre calmarse,
pues un maligno
y amargo complot
la ha vuelto contra todos nosotros.
Vosotros soldados, marchad a vuestras casas,
y olvidaos de esta mujer, que sólo causa disputas.
Una retirada cobarde se convierte en un placer
cuando las palabras hacen la guerra.
Creedme, el hecho de que afirme que yo la engañé
me pone más furioso que a vosotros:
sólo me cabe pensar que el Tarnhelm
no me ocultó del todo
Sin embargo, las mujeres furiosas
pronto se calman;
y pronto vuestras esposas os agradecerán
el hecho de que yo os consiguiera esta mujer.
¡Animaos, tropas
y seguidme al banquete!.
Disfrutad con la boda,
y vosotras mujeres, echad una mano.
¡Dejad que el puro placer
os haga reír sin cesar!
En el palacio y en sus tierras,
ante todos vosotros
hoy me veréis alegre.
Si vosotros podéis disfrutar del amor,
mi corazón lleno de felicidad
también deberá haceros felices a vosotros.
(Brünnhilde, Gunther y Hagen se quedan atrás)

Escena quinta

Brünnhilde
¿Qué astucia malvada
se esconde tras todo esto?
¿Qué brujería
lo provocó?
¿Dónde encontraré la sabiduría
que me permita aclarar esta confusión?
¿Dónde están mis hechizos
que me permitirían aclarar este enigma?
¡Oh, desgracia! ¡Desgracia!
¡Desastre, sí desastre!
Todos mis conocimientos han pasado a él.
Con su poder
detiene a la muchacha
y con sus garras agarra a su presa,
y aunque ella se compadezca de su desgracia,
él, ahora que es rico, con alegría la entrega a otro.
¿Quién puede ofrecerme la espada
con la que pueda romper esos lazos que nos unen?

Hagen
Confía en mí,
mujer engañada.
Yo me vengaré
de aquél que te traicionó.

Brünnhilde
¿De quién?

Hagen
¡De Siegfried, el cual te traicionó!

Brünnhilde
¿De Siegfried? … ¿Tú?
Con una sola mirada
de sus ojos ardiente
(una mirada como
la que brilló sobre mí)
y hará que tu gran coraje
se convierta en miedo.

Hagen
Entonces, ¿mi lanza no debe
ser lanzada contra este perjuro?

Brünnhilde
No vale la pena molestarse
por juramentos y perjurio.
Tendrás que buscarte algo más fuerte
con que afilar tu lanza,
Si quieres vencer al mas poderoso.

Hagen
Conozco bien la fuerza
vencedora de Siegfried que,
hace difícil de matarlo en la batalla.
Por ello tú debes darme
algún consejo útil
de como puedo vencer al héroe.

Brünnhilde
¡Oh que recompensa tan ingrata y vergonzosa!
No conozco
ninguna técnica
de la que la seguridad de su cuerpo no haya sacado provecho,
pues sin ni siquiera saberlo,
fue dominado por una magia
que no permite que nadie le hiera.

Hagen
Entonces, ¿ninguna arma puede herirle?

Brünnhilde
No en la batalla; pero
si le golpeas en la espalda …
yo sabía que nunca
le daría la espalda al enemigo,
que nunca huiría y dejaría su espalda indefensa,
así que ahí nunca le concedí el beneficio de mis hechizos.

Hagen
Y ahí precisamente mi lanza le golpeará.
Levántate Gunther,
noble Gibichungo.
Ahí tienes a tu valiente esposa:
¿pero qué haces ahí tan abatido?

Gunther
¡Qué deshonra!
¡Que vergüenza!
Yo, el más desgraciado de los hombres, estoy maldito.

Hagen
Estás deshonrado:
¿acaso puedo negarlo?

Brünnhilde
Tú cobarde,
compañero falso.
Te escondiste
detrás del héroe
para que él te consiguiera
el precio de la fama.
Hasta el fondo se hundió
tu querida casta
cuando procreó un cobarde como tú.

Gunther
¡Engañé y fui engañado!.
¡Traicioné y soy traicionado!.
¡Rómpeme los huesos!
¡Destrózame el corazón!
¡Ayúdame Hagen!
¡Ayuda a mi honor!
¡Ayuda a tu madre
que también a mi trajo al mundo!.

Hagen
Ninguna inteligencia te ayudará,
ningunas manos te ayudarán:
sólo la muerte de Siegfried podría ayudarte.

Gunther
¡La muerte de Siegfried!

Hagen
Sólo eso pagará tu deshonra.

Gunther
Nos juramos ser
hermanos de sangre.

Hagen
Romper un juramento
sólo puede pagarse con sangre.

Gunther
¿Acaso rompió él el juramento?

Hagen
Sí, ya que te engañó.

Gunther
¿Me engañó?

Brünnhilde
Él te engañó,
y todos vosotros me engañasteis a mí.
Si yo pudiera vengarme,
toda la sangre del mundo no bastaría
para empequeñecer vuestra culpabilidad.
Sin embargo, una sola muerte
será suficiente para exculparos.
Siegfried habrá de morir
para así expiar su culpa y la vuestra.

Hagen
¡El morirá … para salvarte!.
Tendrás un poder inmenso
si le quitas el anillo,
y sólo la muerte te permitirá quitárselo.

Gunther
¿El anillo de Brünnhilde?

Hagen
¡El anillo del Nibelungo!

Gunther
¡Entonces, ha llegado el fin de Siegfried!

Hagen
Su muerte nos beneficiará a todos nosotros.

Gunther
¡Pero… oh Gutrune…
yo se la entregué a él!…
Si castigamos a su marido de esta manera,
¿cómo nos justificaremos ante ella?.

Brünnhilde
¿Qué me dijo mi sabiduría?
¿De qué me sirvieron mis hechizos?
En mi indefensa desgracia
he visto con claridad
que Gutrune es la bruja
que sedujo a mi marido.
¡Que el terror se apodere de ella!

Hagen
Ya que la muerte de Siegfried
la entristecería, ocultémosla.
Mañana saldremos
a una partida de caza:
El noble muchacho se distanciará de nosotros,
y un jabalí lo matará.

Gunther y Brünnhilde
Así será:
¡Siegfried morirá!.
Pagará por la deshonra
que me ha causado.
Ha traicionado
el juramento de lealtad,
y con su sangre
expiará su culpa.
¡Dios omnipotente
y vengativo!
¡Tu Wotan,
que compartes promesas
y proteges los juramentos,
pon tu mirada sobre nosotros.
Ordena a tus
terribles huestes
que escuchen
nuestro juramento de venganza.

Hagen

El morirá,
el héroe brillante.
El tesoro es mío,
debe pertenecerme.
Así que deja
que le arrebaten el anillo.
¡Padre Duende
Príncipe caído!
¡Guardián de la noche!
¡Señor de los Nibelungos!
¡Alberich!
¡Escúchame!.
¡Una vez más ordena
a las fuerzas Nibelungas
a obedecerte
como al señor del anillo!.



PRELUDIO


ACTO III

Escena primera

(Un bosque silvestre y valle rocoso junto al Rin.)

Las tres Ninfas
La mujer del Sol
envía rayos de luz;
la noche duerme en las profundidades
que una vez fueron luminosas
cuando seguro y majestuoso
el oro de nuestro padre brillaba en ellas.
¡Oro del Rin!
¡Oro resplandeciente!
¡Con cuanto resplandor brillabas entonces,
noble estrella de las profundidades!
Weialala leia,
wallala leialala.
Por favor, Señora Sol,
envíanos al héroe
que nos devolverá el oro.
Si él nos lo trae,
nunca más envidiaremos
tus brillantes ojos.
¡Oro del Rin!
¡Oro brillante!
Que felizmente resplandecías entonces,
estrella libre de las profundidades!

Woglinde
Oigo un cuerno

Wellgunde
Ya viene el héroe

Flosshilde
¡Sigamos nuestro plan!

Siegfried
Un duende me ha enviado
en la dirección equivocada y me he perdido.
He, tú bribón, ¿en que montaña
has escondido mi presa con tanta rapidez?

Las tres Ninfas

¡Siegfried!

Flosshilde
¿De qué gruñes tanto?

Wellgunde
¿Con qué duende estás enfadado?

Woglinde
¿Acaso un duende peludo te ha estado tomando el pelo?

Las tres Ninfas

¡Dínoslo, Siegfried, dínoslo!.

Siegfried
¿Acaso habéis seducido entre vosotras
a ese desgreñado
que se me ha escapado?
Si se trata de vuestro amado,
alegres mujeres,
entonces con placer lo dejaré con vosotras.

Woglinde
Siegfried, ¿qué nos darás,
si te enseñamos dónde está tu presa?

Siegfried
Todavía no he cazado nada,
así que ¿qué queréis?

Wellgunde
En tu dedo brilla un anillo de oro…
Las tres Ninfas¡Dánoslo!

Siegfried
Maté a un monstruoso dragón
por ese anillo,
y ahora debo cambiarlo por una
insignificante piel de oso?

Woglinde
¿Acaso eres tan tacaño?

Wellgunde
¿Tan mezquino cuando compras algo?

Flosshilde
Deberías ser generoso
con las mujeres.

Siegfried
Si desperdicio mis bienes con vosotras,
mi esposa sin ninguna duda me reñirá.

Flosshilde
¿Así que es estricta?

Wellgunde
¿Te pega?

Woglinde
El héroe ya puede sentir la mano de su esposa pegándole.

Siegfried
Bueno, seguid riendo,
pero yo no os haré felices:
aunque anheléis el anillo,
nunca os lo daré, ninfas.

Flosshilde
¡Tan apuesto que es!

Wellgunde
¡Tan fuerte!

Woglinde
¡Tan deseable!

Las tres Ninfas

¡Qué pena que sea tan tacaño!

Siegfried
¿Cómo podré soportar
su cumplidos tan llenos de rencor?
¿Acaso he de dejar que me insulten de esta manera?
Si volvieran
a la orilla del río,
podrían quedarse con el anillo.
¡He! ¡he, he, alegres ninfas,
venid, rápido!
¡Os daré el anillo!

Flosshilde
Quédatelo, héroe,
y cuídalo bien
hasta que aprendas el peligro…

Woglinde y Wellgunde
…que comporta quedarse con el anillo.

Las tres Ninfas
Entonces te alegrarás
de que te libremos de su maldición.

Siegfried
Bueno, cantad lo que sabéis.

Las tres Ninfas
¡Siegfried, Siegfried, Siegfried!
Sabemos del diablo que te aguarda.
Te quedas el anillo a riesgo
de poner tu vida en peligro.
El anillo fue forjado
con el Oro del Rin.
El hombre que astutamente lo forjó,
y vergonzosamente lo perdió,
lo maldijo,
y por siempre,
el anillo traerá la muerte
a cualquiera que lo lleve.
De hecho hoy,
tal como tú mataste al dragón,
así te matarán a ti también
(eso te lo podemos asegurar),
si no nos devuelves el anillo
para que lo escondamos
en lo más profundo del Rin.
Sólo este río
puede redimir la maldición.

Siegfried
Astutas mujeres,
parad.
Si apenas me creí todos vuestros cumplidos,
vuestras amenazas me impresionan aún menos.

Las tres Ninfas
¡Siegfried! ¡Siegfried!
¡Estamos diciéndote la verdad!
Cuidado, ten cuidado de la maldición,
pues cada noche esa maldición
queda asegurada por las Nornas
que tejen los hilos de la ley primitiva.

Siegfried
Mi espada rompió una lanza.
La ley primitiva
y sus hilos inacabables,
si tejen con él
maldiciones salvajes,
Notung les arrancará a las Nornas.
Es cierto que una vez un dragón
me advirtió de la maldición,
pero no me enseñó a temerla.
Con el anillo conseguí
poseer el mundo,
pero con placer renunciaría a él
a cambio del amor.
Os lo daría si pudierais hacer que os amara.
Pero como me amenazáis con mi vida,
aunque tan sólo tuviera el valor
del dedo en que lo llevo,
no os lo daría.
Mi vida… mirad:
Así es como, la tiro!

(Coge un puñado de tierra, y por encima de su cabeza la tira, mientras va diciendo las últimas palabras)


Las tres Ninfas
Vámonos hermanas;
dejemos a este loco.
Aunque él se crea un héroe
inteligente y fuerte,
se comporta como un ciego atado de pies y manos.
Hizo juramentos
y no los cumple.
Sabe de misterios
pero no les hace ningún caso.
Se le concedió
la posesión de algo glorioso,
pero como no lo sabe,
la tiró.
Es sólo el anillo
que le condena a muerte,
sólo el anillo quiere quedarse.
¡Adiós Siegfried!.
Una mujer orgullosa
se convertirá hoy en tu heredera, rufián.
Ella nos escuchará mejor que tú.
¡A ella! ¡A ella! ¡A ella!
Weialala leia,
Wallala leialala.

Siegfried
En las aguas y en tierra firme
he aprendido cómo son las mujeres:
cuando sus cumplidos no convencen,
nos aterrorizan con amenazas.
Cualquiera que se atreva a desafiarlas,
ha de soportar sus abusos.
Y sin embargo,
si no fuera por la confianza que me tiene Gutrune…

Las tres Ninfas
¡La, la!

Siegfried
Fácilmente podría haber seducido
a una de esas voluptuosas mujeres.

Escena segunda

Hagen
¡Hoiho!

Las tropas
¡Hoiho! ¡Hoiho!

Siegfried
¡Hoiho! ¡Hoiho! ¡Hoihe!

Hagen
¿Por fin hemos descubierto
dónde habías escapado?

Siegfried
¡Bajad!
¡Aquí hace fresco y corre el aire!

Hagen
Descansemos aquí
y preparemos algo de comer.
Dejemos descansar la caza
y saquemos las odres.
Nos ha espantado las presas
y ahora tenemos que escuchar
las maravillas de su cacería.

Siegfried
No tengo suficiente comida;
tendré que pediros
de la vuestra.

Hagen
¿No has matado ningún animal?

Siegfried
Salí a perseguir caza mayor
pero sólo he encontrado aves acuáticas.
Si alguien me hubiera avisado antes,
habría cazado
los tres pájaros acuáticos silvestres,
Allí en el Rin con su canción
me han dicho que hoy sería asesinado.

Hagen
Eso sí que sería una pobre cacería:
que una bestia al acecho matara al cazador
que no ha conseguido ni una sola presa.

Siegfried
Tengo sed

Hagen
Siegfried, he oído decir
que tu puedes entender
el canto de los pájaros
¿Es verdad?

Siegfried
Hace mucho tiempo que no me paro
a escuchar su canto.
Bebe, Gunther, bebe;
tu hermano te ofrece algo de beber.

Gunther
Esta bebida no tiene consistencia ni color;
en ella sólo hay tu sangre.

Siegfried
Pues entonces, mezclaré la mía con la tuya.
La mezcla ha desbordado la copa:
lo que ha caído seguro que
ha revitalizado a la Madre Tierra.

Gunther
Héroe, estás demasiado feliz.

Siegfried
¿Acaso Brünnhilde le está causando problemas?

Hagen
¡Ay! Si él pudiera entenderla tan bien
como tú entiendes el canto de los pájaros.

Siegfried
Desde que escucho el canto de las mujeres,
he olvidado a los pájaros.

Hagen
Pero ¿hubo un tiempo en que los entendías?

Siegfried
Hola, Gunther,
compañero desgraciado,
si me lo agradecieras,
te contaría historias
de cuando era un muchacho.

Gunther
Me gustaría oírlas.

Hagen
Bueno pues ¡cántalas, héroe!

Siegfried
Mime se llamaba
un enano de muy mal genio.
El odio le obligó
a criarme para que el niño,
cuando se hiciera fuerte,
matara por él un dragón
que vivía en el bosque
y que guardaba un tesoro.
Me enseñó el arte de la herrería
y la forja de metales,
más lo que este artesano
no pudo hacer,
su aprendiz tuvo que lograrlo:
los trozos de una espada
tuvieron que ser forjados de nuevo.
Era la espada de mi padre
lo que yo forjé otra vez.
Hice a Notung
tan fuerte como el acero y
el enano dijo que era
apta para la batalla.
Así que me llevó al bosque
y allí maté
a Fafner, el dragón.
Pero ahora, escuchad
atentamente mi historia:
os explicaré algo realmente raro.
La sangre del dragón
me quemó los dedos y yo
me los metí en la boca para apaciguar el calor.
Apenas había mojado
mi lengua con la sangre,
cuando los pájaros empezaron a cantar,
y en seguida entendí su canto.
Uno se sentó en una rama y cantó:
"Hola, Siegfried posee ahora
el tesoro del Nibelungo,
que encontrará en la cueva.
Si coge el Tarnhelm,
éste le reportará grandes aventuras.
Pero si coge el anillo,
éste le convertirá en señor del mundo".

Hagen
Anillo y Tarnhelm…
¿te los llevaste?

Un hombre
¿Volviste a oír al pájaro?

Siegfried
Cogí el Anillo y el Tarnhelm,
y volví
a escuchar
a aquél maravilloso parlanchín.
Se posó en los árboles y cantó:
"Hola, Siegfried tiene ahora
el casco y el anillo;
no debes confiar
para nada en Mime, pues es desleal
y sólo quiere robarte el tesoro;
está al acecho en tu camino.
Va tras tu propia vida, Siegfried.
Oh, Siegfried no debe confiar en Mime".

Hagen
¿Y se trataba de un buen consejo?

Cuatro hombres
¿Te vengaste de Mime?

Siegfried
Vino a mí
con un brebaje letal.
Tartamudeando y lleno de miedo
me dijo lo peor.
¡Notung acabó con el bribón!

Hagen
Lo que no pudo forjar,
Mime sí que probó.

Dos hombres
¿Qué te dijo el pájaro después?

Hagen
Bebe algo antes, héroe,
ten mi cuerno:
te la he calentado bien con especias
te despertará la memoria
y no olvidarás el pasado.

Siegfried
En mi dolor, volví a mirar
a las copas de los árboles y a escuchar.
Allí estaba el pájaro que cantó:
"Hola, Siegfried ha matado
al malvado enano.
Ahora, podría hablarle
de la más maravillosa de las mujeres;
ella duerme en una roca alta,
y las llamas arden alrededor de su morada;
si atraviesas esas llamas
y despiertas a la mujer,
Brünnhilde será tuya.

Hagen
¿Y seguiste
el consejo del pájaro?

Siegfried
Sin demora
empecé a caminar
hasta que llegué a la feroz roca.
Atravesé las llamas
y como recompensa hallé
una maravillosa mujer que dormía
cubierta con una brillante armadura.
Cogí el caso
de aquella gloriosa doncella,
y con un beso atrevido la desperté.
¡Oh, cómo me quemaba abrazado
por los brazos de la hermosa Brünnhilde!

Gunther
¿Qué es esto que oigo?

Hagen
¿También entiendes
lo que dicen esos cuervos?
Yo creo que gritan venganza.

(Clava su espada en la espalda de Siegfried)


Cuatro hombres

Hagen, ¿qué haces?

Otros dos hombres
¿Qué has hecho?

Gunther
Hagen, ¿qué has hecho?

Hagen
He vengado el perjurio.

Siegfried
¡Brünnhilde!
¡Mi sagrada esposa!
¡Despierta! ¡Abre los ojos!
¿Quién te hizo
volver a dormir?
¿Quién te ha forzado a sucumbir a este terrible sueño?
El que te despertó vino hasta a ti,
te despertó con un beso,
y cuando las ataduras de la esposa
se rompieron,
Brünnhilde le sonrió.
Ay, esos ojos,
abiertos para siempre.
Ay, esa maravillosa
brisa de tu aliento.
Morir es dulce,
estremecerse es encantador.
Brünnhilde me da la bienvenida.
(Se cae y muere)

INTERLUDIO

(Marcha fúnebre)

Escena tercera

(El Palacio Gibichungo)

Gutrune
¿Qué es ese cuerno?
¡No! ¡Todavía
no ha vuelto a casa!
Me he despertado
con pesadillas.
Su caballo relinchaba
de una manera salvaje.
La risa de Brünnhilde
me ha despertado.
¿Quién era la mujer
que he visto caminando hacia la orilla?
Tengo miedo de Brünnhilde
¿Está en casa?
¡Brünnhilde! ¡Brünnhilde!
¿Estás despierta?
La habitación está vacía.
Era ella la que vi
caminando hacia el Rin.
¿Qué era ese cuerno?
¡No!.
Todo está desierto.
¡Ojalá pudiera ver pronto a Siegfried!

Hagen
¡Hoiho! ¡Hoiho!
¡Despertad! ¡Despertad!
¡Luces! ¡Luces!
Encended las antorchas!
A casa traemos
el botín de la cacería.
¡Hoiho! ¡Hoiho!
¡Levántate Gutrune!
¡Da la bienvenida a Siegfried!.
El gran héroe
ya regresa a casa.

Gutrune
¿Qué ha pasado Hagen?
No he oído su cuerno.

(Hombres y mujeres con antorchas encendidas se unen a la procesión de los soldados que regresan con el cadáver de Siegfried. Gunther se halla entre ellos).

Hagen
El héroe está pálido y
ahora ya no puede hacer sonar el cuerno.
No puede salir de cacería,
no puede ir a la batalla,
no puede hacerle la corte a mujeres hermosas.

Gutrune
¿Qué es lo que traen?

Hagen
La víctima de un jabalí salvaje:
Siegfried, tu amado esposo.

(Gutrune grita y se deja caer sobre el cadáver)

Gunther
Gutrune, querida hermana,
¡abre los ojos,
háblame!.

Gutrune
¡Siegfried … Siegfried muerto!
Apártate de mí, hermano desleal,
tu has asesinado a mi esposo.
¡Ayudadme! ¡Ayudadme!
¡Oh, oh!
Han matado a Siegfried.

Gunther
A mí no te quejes,
quéjate a Hagen.
Él es el maldito jabalí
que ha dado la cornada a este hombre noble.

Hagen
¿Estás enfadado conmigo por ello?

Gunther
¡Qué el miedo y la mala fortuna
se apoderen de ti para siempre!

Hagen
Bien, entonces, yo le he matado.
Yo, Hagen,
acabé con su vida.
Lo atravesé con mi lanza
sobre la que perjuró contra sí mismo.
Con todo derecho fue mi víctima y
yo exigí ese derecho:
por ello ahora pido su anillo.

Gunther
¡No te acerques! Nunca tendrás
lo que a mí me pertenece.

Hagen
Vosotros soldados juzgaréis si tengo razón.

Gunther
¿Te atreverías a tocar la herencia de Gutrune,
tú que sólo eres el hijo sinvergüenza del duende?

Hagen
(Sacando la espada)
Así exige el hijo
la herencia de su padre el duende

(Cae sobre Gunther que intenta defenderse. Luchan. Gunther cae muerto a causa de las estocadas de Hagen)

¡Dame el anillo!

Brünnhilde
Dejad llorar
y lamentaros.
Todos vosotros traicionasteis
a la mujer que ha venido a vengarse, su esposa.
He oído niños
gimoteando a sus madres
cuando derraman la dulce leche.
Pero nunca he oído
un lamento digno
del más noble de los héroes.

Gutrune
¡Brünnhilde! ¡La envidia te ha convertido en una amargada!
Tú nos trajiste esta tragedia;
tú volviste a los hombres en su contra.
¡Qué pena que vinieras a esta casa!

Brünnhilde
¡Cállate, pobre desgraciada!
Nunca fuiste su verdadera esposa:
fuiste unida a él
como su prostituta.
Yo soy su esposa legal:
a mí me juró fidelidad eterna mucho antes
de que Siegfried te pusiera la vista encima.

Gutrune
¡Maldito seas Hagen,
por recomendarme aquella droga
que le robó el marido!
¡Oh, que desgraciada soy!
Ahora, de repente, lo entiendo todo
Brünnhilde era la amada
que el brebaje le hizo olvidar.

Brünnhilde
Junto a la orilla del Rin
quiero que me levantéis
una pila de gruesos trozos de madera.
Alta y brillante
se alzará la pira
donde el noble cuerpo
de este gran héroe arderá.
Traed su caballo
y junto a mí seguirá al guerrero,
para que el honor más sagrado
del héroe sea compartido:
eso es lo que yo deseo.
Haced lo que Brünnhilde ordena.

(Mientras ella continua hablando, los jóvenes levantan una enorme pira)

Como puros rayos de sol
su resplandor brilla sobre mí.
Era el más puro
y me traicionó.
Engañó a su esposa,
pero permaneció leal a su amigo
y de su amada,
su única amiga,
se separó con su espada.
Jamás un hombre más sincero que él
hizo un juramento;
Jamás un hombre más leal que él
hizo un trato;
Jamás un hombre más honesto que él
llegó a enamorarse.
Y sin embargo traicionó
todos sus juramentos,
todos sus tratos
y a su más sincero amor:
los traicionó como nadie jamás ha traicionado.
¿Sabéis como ocurrió?
¡Oh, tú que tan solemnemente
proteges los juramentos,
presta atención
a mi dolor creciente.
Mira tu eterna culpabilidad
y escucha mi queja,
dios majestuoso
¡Con la más valiente de sus hazañas
le involucraste en aquello
que tú tanto deseabas
y al hacerlo,
provocaste tu propia ruina.
Yo tuve que ser traicionada
por este santo
para poder convertirme en una esposa con sabiduría.
¿Qué si sé lo que tú necesitas?
Todo, todo,
todo lo que yo sé:
ahora lo entiendo todo.
Hasta puedo oiros a vosotros
cuervos moviendo las alas.
Ahora os enviaré a los dos a casa
para que llevéis la noticia tan temida y deseada.
¡Descansa, descansa, tú, dios!

(Da la señal para que los soldados lleven el cuerpo de Siegfried a la pira, y al mismo tiempo, le saca el anillo del dedo)

Ahora he tomado
lo que me pertenecía legalmente.
¡Anillo maldito!
¡Terrible anillo!
Cojo tu oro
y ahora me deshago de él.
A vosotras inteligentes hermanas de las profundidades,
Ninfas nadadoras del Rin,
os doy las gracias por vuestro buen consejo.
Os entregaré
lo que tanto deseáis:
cogedlo
de entre mis cenizas.
Este fuego que me quema
limpiará el anillo de su maldición.
Vosotras en el agua
lo disolveréis
y con cuidado protegeréis
este oro brillante que
tan vilmente os fue robado.

(Coge una enorme antorcha de uno de los soldados)

¡Cuervos, volad a casa!
Contadle a vuestro señor
lo que habéis oído decir aquí junto al Rin.
Viajad más allá
de la Roca de Brünnhilde,
donde las llamas todavía arden.
Enviad a Loge a Valhalla,
pues ya se acerca
el fin de los dioses.
Así … a la orgullosa fortaleza
de Valhalla tiro esta antorcha.

(Tira la antorcha sobre la pila de maderas)

Grane caballo mío,
a ti te saludo.
Amigo mío, ¿también sabes
a dónde te llevo?
Tu amo,
Siegfried mi héroe glorioso,
yace brillando entre las llamas.
¿Relinchas de ganas
de seguir los pasos de tu amigo?
¿Acaso las llamas sonrientes
de atraen hacia él?
Siente como arde
también mi pecho.
El fuego resplandeciente
se ha apoderado de mi corazón
que ansía abrazarle
y ser abrazada por él
y así permanecer unidos
en un amor monumental.
¡Heiajoho! Grane
saluda a tu señor.
Siegfried, Siegfried, mira:
tu alegre esposa te saluda.

(Monta al caballo y de un salto se lanza a la pira. Cuando todo el escenario parece estar rodeado de llamas, el fuego se apaga de repente, y pronto, sólo queda una nube de humo. Al mismo tiempo, el Rin se desborda y echa sus aguas sobre el fuego. Aparecen las Tres Ninfas y una ola se levanta por encima de la pira. Hagen, rápidamente, tira su lanza, su escudo y su caso y se tira al agua como un loco, llorando).

Hagen
¡Alejaos del anillo!.

(Woglinde y Wellgunde enlazan sus brazos alrededor del cuello de Hagen y lo llevan, nadando hasta las profundidades. Flosshilde llena de alegría sostiene el anillo recuperado. Desde las ruinas del palacio
que se ha derrumbado, hombre y mujeres observan cómo las llamas se elevan al cielo).