Número 276 - Zaragoza - Diciembre 2023
INTERPRETES 

MARTHA MÖDL: LA VOZ DE LA TRAGEDIA

            Este artículo estaba programado desde hacía muchos meses. De hecho su publicación estaba prevista para finales del año 2001 como homenaje a una de las grandes leyendas -entonces- vivas del canto wagneriano. No pudo ser.

            Con gran tristeza recibí la noticia: Martha Mödl moría en Stuttgart el lunes 17 de diciembre de 2001, tras una larga enfermedad.

Su carrera ha sido una de las más largas de las que tengo noticia. Debutó en 1942 y, por lo que sé, la última vez que salió a un escenario fue en mayo de 2001, cuando apareció en el Bayerische Staatsoper como la Nodriza del Zar en “Boris Godunov” de Modest Mussorgsky.

Son, por tanto, 59 años en las tablas. Nunca se retiró.

Nació en Nuremberg, el día 22 de marzo de 1912.

Durante su juventud no tuvo demasiado contacto con el mundo del teatro. Cuenta en sus memorias (1) que estuvo de joven sólo tres veces en un teatro: dos en la Ópera (una de ellas fue “Rienzi”; la otra fue “Der Evangelimann” de Wilhelm Kienzl) y otra vez en una opereta cuyo nombre no conseguía recordar.

Trabajó como secretaria en varias compañías hasta un año después del estallido de la guerra, cuando contaba 27 años de edad.

Es entonces cuando decide educar su potente voz e ingresa en el conservatorio de Nuremberg, donde tan solo permanece seis meses.

Llega entonces su gran oportunidad. Una compañera de conservatorio llamada Erna Wölfel es contratada como soprano lírica en el teatro de Remscheid, donde casualmente necesitan además a una mezzosoprano. Martha Mödl consigue entonces, sin apenas estudios musicales, su primer empleo como cantante de ópera.

Debuta finalmente en 1942, a los 29 años, como Hänsel en “Hänsel und Grettel” de Engelbert Humperdinck.

Primera aparición de Martha Mödl en un escenario: como Hänsel junto a su compañera de conservatorio Erna Wölfel

Permanece en Remscheid dos años cantando en la tesitura de mezzosoprano en papeles como Azucena de “El Trovador” de Verdi, Cherubino de “Las bodas de Fígaro” de Mozart o Adelaide en “Arabella” de Richard Strauss.

En medio del fragor de la guerra, comienza a trabajar en una fábrica de munición militar. En 1944 es contratada como invitada para cantar Maddalena en “Rigoletto” de Verdi en Düsseldorf, donde le es ofrecido un contrato estable.

Permanece en Düsseldorf añadiendo más y más papeles a su repertorio: Dorabella de “Così fan tutte”, Niklaus en “Los cuentos de Hoffmann”, la Carmen de Bizet, Octavian en “El caballero de la rosa”, la Pricesa de Éboli en “Don Carlos”...

Única vez que interpretó Marie en "Wozzeck" de Alban Berg, su primer papel de soprano

En 1948 canta también en Viena, Berlín y Hamburgo. Es en ese año precisamente cuando canta su primer papel de soprano: Marie en “Wozzeck” de Alban Berg, en Hamburgo. Comentó más tarde que fue una locura de juventud, que no estaba preparada para ello. Nunca volvió a cantar ese papel, pero aún así fue su verdadero primer contacto directo con la música del siglo XX, de la que luego se haría gran intérprete.

Debuta como Kundry en Berlín en 1950, en el que es su papel wagneriano más memorable.

Llega entonces el gran hito de la carrera de Martha Mödl: Bayreuth.

Wieland Wagner estaba luchando por reabrir el Festival después de los horrores de la guerra. Wahnfried estaba parcialmente en ruinas y el Festspielhaus se había salvado de milagro de las bombas aliadas, y había sido ocupado por algún tiempo por las tropas americanas, que lo utilizaron como sala de baile y entretenimiento.

Wieland debía ahora (1951) reunir a un equipo de cantantes de primer orden para hacer renacer la tradición wagneriana en Bayreuth. Es la época que hoy llamamos “el Nuevo Bayreuth” (Neu Bayreuth), y en Martha Mödl jugaría un importante papel.

Tras una audición al borde del desastre, donde, según cuenta Frau Mödl, se quedó casi sin voz, Wieland decidió contratarla como Kundry para su nueva producción de “Parsifal”, consciente de sus extraordinarias dotes dramáticas.

Por fin, el día 22 de agosto de 1951, se estrenó la producción wielandiana de “Parsifal”, que habría de durar hasta 1973, nada menos.

El reparto es ya clásico gracias a la grabación discográfica que se realizó entonces: London, Van Mill, Weber, Windgassen, Uhde y Mödl, y el titán Hans Knappertsbusch en el foso.

Se inicia entonces su gran etapa wagneriana, que duraría hasta el verano de 1967, año en que se despidió de Bayreuth.

Canta allí las tres Brünnhildes del Anillo, Sieglinde, Fricka, Gutrune, Isolde, Waltraute (Götterdämmerung), la Tercera Norna y el Solo de contralto de “Parsifal”.

En este tiempo aparece en todos los grandes teatros del mundo: La Scala de Milán, el Met de Nueva York, el Colón de Buenos Aires, el Liceu de Barcelona, el Covent Garden de Londres...

El próximo mes hablaremos in extenso de este tiempo de triunfos que ha pasado a la historia del canto wagneriano.

Martha Mödl como Leonore en "Fidelio" de Beethoven en Hamburgo en 1950

Un hito en su carrera fue sin duda su recreación del papel de Leonore en  el “Fidelio” de Beethoven, en el que debutó en 1951 en Hamburgo. Pero la producción que ha quedado para la posteridad ha sido la de 1953 en Viena, con Furtwängler a la batuta, en el Theater an der Wien, que tuvo un enorme éxito (existe grabación en vivo, hoy inencontrable). Es invitada a grabar la obra en estudio para EMI con el mismo reparto básico: Gottlob Frick (Rocco), Otto Edelmann (Pizarro), Wolfgang Windgassen (Florestan), Rudolf Schock (Jaquino), Sena Jurinac (Marzelline) y Alfred Poell (Fernando).

Como decíamos, en 1967, con la voz ya bastante gastada, se ve obligada a dejar de cantar a su querido Wagner; como muchas veces ha dicho: su compositor favorito.

Inicia una “tercera carrera” (la primera: como mezzosoprano; la segunda: como soprano dramática) en la que cantará papeles de los llamados “de carácter”.

Una de sus especialidades era Klytämnestra en “Elektra” de Richard Strauss. Este papel requiere una presencia dramática brutal, y eso es lo que Martha Mödl fue más que capaz de darle. Había debutado en este papel ya en 1949 en Remsheid, y lo mantuvo en repertorio hasta finales de los setenta.

Como intérprete de Richard Strauss, la encontramos además en otros papeles: Adelaide y la Echadora de cartas en “Arabella”, el Compositor en “Ariadna en Naxos” (Ariadne auf Naxos), la Gobernanta de Sir Morosus en “La mujer silenciosa” (Die schweigsame Frau), el Ama en “La mujer sin sombra” (Die Frau ohne Schatten) y Herodias en “Salome”.

Como curiosidad podemos resaltar su participación en “Boris Godunov”. En toda su carrera intervino en tres papeles distintos: el papel femenino principal, la princesa Marina Mnishek (inmortalizado en una grabación radiofónica con Eugen Jochum y Hans Hotter como el atormentado Zar), y dos secundarios: la Posadera y la Nodriza. Esta última encarnación, como decíamos al principio de este artículo, ha sido posiblemente su último papel en escena.

Destacó como intérprete de obras del siglo XX. Podemos citar su participación en  “Matías en pintor” (Mathis der Maler) de Paul Hindemith, como la Condesa Helfenstein, que cantó en Remscheid casi inmediatamente después de la Guerra, en 1947.

Además de su única Marie en “Wozzeck”, cantó en bastantes ocasiones el papel de la Condesa  Geschwitz en “Lulu”, la impactante obra de teatro de Frank Wedekind convertida en ópera por Alban Berg, que hizo por primera vez en 1970 en Munich.

Cantó en dos óperas de ese genio británico que fue Benjamin Britten. En  Münster en 1968 como la anciana reina Isabel I de Inglaterra, en “Gloriana”, una excelente y tristemente subestimada ópera compuesta para la  coronación de la otra Reina Isabel, la segunda y ahora reinante (y también anciana).

Además en 1966 en Hamburgo como Mrs. Herring en “Albert Herring”.

Figuraron también en el repertorio de Martha Mödl dos óperas del ahora nonagenario Gian Carlo Menotti: “The Medium” (primera vez: 1972 en  Trier) y “The Consul” (1951 en Hamburgo).

Una obra además de Carl Orff , “Antigonae”,  cuyo papel titular cantó en 1956 en Stuttgart bajo dirección escénica de Wieland Wagner.

Caracterizada como una explosiva Leokadja Begbick en "Mahagonny" de Kurt Weill

Curiosamente, intervino en dos óperas de tema lorquiano: Bluthochzeit de Wolfgang Fortner (basado en “Bodas de sangre”; cantó el papel de la madre) y Bernarda Albas Haus (sobre “La casa de Bernarda Alba”; donde hizo de Bernarda) de Aribert Reimann.

Podemos citar otras dos obras de Igor Stravinsky:  “Oedipus Rex” (el papel de Iocaste en presencia del propio compositor) y “La historia del soldado” (como la madre).

Además frecuentó el papel de la viuda Leokadja Begbick en “Ascensión y caída de la ciudad de Mahagonny” (Aufstieg und Fall der Stadt Mahagonny) de Kurt Weill, una obra que afortunadamente cada día está más considerada.

Cantó también dos papeles en óperas de Leoš Janácek:  Kostelnicka (la Sacristana) en “Jenufa” y Kabanicha en “Katja Kabanova”.

Entre las muchas curiosidades que podemos encontrar en el mercado discográfico, existe una grabación de una obra muy poco conocida: “La canción de la bruja” (Das Hexenlied) de Max von Schillings. Grabada entre 1991 y 1992 por el sello CPO, en la que Martha Mödl recita el texto de Ernst von Wildenbruch. Su interpretación del poema es absolutamente sobrecogedora.

Martha Mödl caracterizada como la anciana Condesa de "La dama de picas" de Tchaikovsky en la Deutsche Oper de Berlín en 1979

En los últimos tiempos apareció asiduamente como la viejísima Condesa en “La dama de picas” (2) de Piotr Tchaikovsky, un interesante papel hecho a medida para las viejas glorias de la cuerda de soprano (también lo han hecho Elisabeth Södeström y Astrid Varnay, por ejemplo). Se puede ver a Martha Mödl interpretando el aria de la Condesa en una preciosa película de Werner Schröter, "Poussieres d'Amour" (1996), en la que comparte pantalla con grandes cantantes como la legendaria Anita Cerquetti, Rita Gorr y Trudeliese Schmidt.

Como dato podemos decir que en España sólo pudimos disfrutar de su arte en dos señaladas ocasiones, ambas en el Liceu de Barcelona: en 1955 (cuando Wieland trajo la compañía de Bayreuth al completo; Mödl cantó “Tristán”, “Parsifal” y “La Walkyria”) y en 1974 cuando cantó el papel de Yocasta en “Edipo y Yokasta” de Soler.

El mes que viene abordaremos ya plenamente sus interpretaciones wagnerianas, que constituyen el pilar fundamental de la exitosa carrera de Martha Mödl.

 

(1) Martha Mödl “So war mein Weg” Gespräche mit Thomas Voigt. Parthas Verlag GmbH. 1998

(2) Ha habido cierta controversia últimamente sobre el título de esta ópera. Transliterado del ruso es Pikovaya Dama. En francés: “Pique Dame”. En inglés “The Queen of Spades”. En español se ha venido traduciendo siempre como “La dama de picas”. El título se justifica en la obra por el nombre de la carta en la baraja francesa: la dama del palo de picas.

En la obra de Puschkin a partir de la que se compuso la ópera, la Condesa personifica a la dama de picas. El oficial Gherman juega a las tres cartas que el fantasma de la Condesa le ha indicado en sueños. Tras haber ganado dos veces, apuesta a la tercera... sale la dama de picas, la carta tradicionalmente vinculada a la muerte, pierde todo su dinero y muere.

He leído hace poco a un crítico hablar de “El caballo de espadas” en un intento por castellanizar el título. Bien, creo que es un error.