Al
abordar este estudio discográfico de Los maestros cantores de
Nuremberg, he optado por limitar el número de grabaciones a
comentar, siguiendo criterios que más abajo se exponen, dado el
considerable número de grabaciones disponibles de la obra (cerca
de la treintena, aproximadamente), no pocas con algún punto de interés.
He preferido escuchar con detenimiento y en su integridad un puñado
de grabaciones y extenderme un poco sobre ellas que pasar por encima
del mayor número posible.
Es
curioso detenerse momentáneamente en la distribución cronológica
de los registros conocidos, que podríamos resumir de la siguiente
forma: algo más de un tercio datan de la década 1950-60; no existen
(salvo error) grabaciones, ni en estudio ni procedentes de tomas
en vivo, del período 1976-92; pese al progreso habido en las técnicas
de grabación y el auge del disco a partir de 1950 aproximadamente,
hay tantas grabaciones del período 1936-50 como de 1960-75.
CRITERIOS
Los
criterios de selección han sido los siguientes:
- Grabaciones
completas: Esto ha dejado fuera de la relación dos grabaciones
del MET con el Sachs de Friedrich Schorr y el importante registro
dirigido por Wilhelm Furtwängler en el Festival de Bayreuth de 1943
(en Toshiba-Emi Japón y varios sellos piratas).
- Grabaciones
con sonido aceptable: Fundamentalmente, esto deja fuera a la
grabación dirigida por Arturo Toscanini (¡su único Wagner completo!),
registrada en el festival de Salzburgo de 1937 (Melodram LP, Eklipse...),
de pésimo sonido. Lástima porque el reparto es muy bueno (Maria
Reining, Kerstin Thorborg, Hans-Hermann Nissen, Heink Noort) y la
dirección magnífica.
- Evitar
la repetición de directores: Esto afectaría a Hans Knappertsbusch
(4 grabaciones conocidas), André Cluytens (3), Herbert von Karajan
(2), Erich Leinsdorf (2), Rudolf Kempe (2), Eugen Jochum (2), Sir
Georg Solti (2).
- Grabaciones
antiguas y modernas: Esto ha eliminado alguna grabación antigua
de relativo interés en beneficio de alguna grabación moderna de
interés comparable o superior.
Por
supuesto la selección final se debe al criterio más discutible de
todos:
- Mi
gusto personal: He primado aquellas grabaciones que, bajo mi
punto de vista, reúnen mayor interés (artístico) global en detrimento
de otras que sólo destacan por algún acierto (o desacierto) muy
puntual(es).
Espero
que alguna omisión que seguramente no pasará por alto a algunos
lectores, quede compensada en el artículo
sobre intérpretes que ha preparado José Alberto Pérez
y por alguna referencia ocasional en éste. De todos modos el trabajo
queda abierto, y no descarto futuras adiciones.
LAS
GRABACIONES
El
orden en que aparecen las grabaciones es el cronológico, aunque
por pura casualidad, las tres grabaciones que comento este mes son
las que considero mejores, aquellas a las que vuelvo una y otra
vez cuando escucho Maestros. En lo que sigue, los datos de
las grabaciones se consignan siguiendo el esquema de la Guía
de Wagner de Ángel-Fernando Mayo (1), figurando en primer lugar
el nombre del director musical, seguido de los intérpretes principales
de la obra en el siguiente orden: Hans Sachs, Veit Pogner, Sixtus
Beckmesser, Fritz Kothner, Walther von Stolzing, David, Eva, Magdalene.
A continuación coro y orquesta y, entre paréntesis, lugar y año
de grabación, y una letra indicando si el registro es en estudio
(E) o en vivo (V). Finalmente el sello discográfico.
Las
grabaciones que he seleccionado son: Abendroth (1943), Knappertsbusch
(1955), Kempe (1956), Cluytens (1956), Kubelik (1967), Karajan (1970),
Sawallisch (1993) y Barenboim (1999). Esta última no tanto por sus
méritos como por su actualidad, dado que Daniel Barenboim dirigirá
tres funciones de Los maestros cantores de Nuremberg en el
Teatro Real de Madrid el próximo mes de Junio.
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HERMANN
ABENDROTH
Paul Schöffler, Friedrich Dalberg, Erich Kunz,
Fritz Krenn, Ludwig Suthaus, Erich Witte, Hilde
Scheppan, Camilla Kallab. Coro y Orquesta del
Festival de Bayreuth. (Bayreuth, 16 de Julio de
1943, V).
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PREISER
RECORDS 90174 (4 CDs, 1993, sin libreto) (262’ aprox.)
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En
1943 y 1944, Los maestros cantores de Nürnberg fue la única
obra programada en el Festival de Bayreuth, y los asistentes eran
fundamentalmente militares y trabajadores de la industria bélica,
que veían así recompensados los servicios prestados. En 1943 se
dieron 16 representacions de Maestros en Bayreuth, repartiéndose
Hermann Abendroth y Wilhelm Furtwängler la dirección musical. Furtwängler,
espectador de una de las funciones dirigidas por Abendroth, le comentó
a su mujer: "yo no podría hacerlo mejor". Afortunadamente
se conserva una grabación de cada uno, y hoy podemos comparar los
resultados alcanzados por ambos (no lo haremos aquí y ahora) en
un ambiente algo más relajado.
La
orquesta del Festival de Bayreuth exhibe su alto nivel habitual,
con unas cálidas cuerdas y metales empastados. Sin embargo el coro
acusa las circunstancias de la guerra y no tiene nada que ver con
lo que vino después de la mano de Wilhelm Pitz. Se agradece el ambiente
propio de una toma en vivo, con los ruidos escénicos. Esto favorece
de manera especial a la Escena de la Pradera en la que las
conversaciones, gritos, risas, ruidos de pisadas, resultan muy convincentes
y representan una inestimable ayuda para meterse en la obra.
La
dirección de Abendroth, director poco conocido del gran público,
es magistral. Ya desde el Preludio, llevado a buen ritmo (9’), todo
fluye con naturalidad. La toma de sonido es buena para la época,
salvo algún momento puntual (CD3, pista 9, justo antes de la entrada
de Eva), y permite apreciar múltiples detalles de gran calidad.
Por destacar algunos: los instantes previos al encuentro de Eva
y Walther en la Escena Quinta del Segundo Acto (CD2, pista 8), llevados
con urgencia; el Preludio del Tercer Acto (CD3, pista 1), en el
que se oye un sonoro pisotón de Abendroth en 5’40’’ pidiendo la
entrada de violines y violas en el pasaje más sentido del Preludio,
de tintes parsifalianos, o el acompañamiento en la segunda
estrofa de la canción del premio (CD 4, pista 8).
Paul
Schöffler es un Sachs ideal, con una voz noble, recogida aquí en
gloriosa plenitud (46 años). Si exceptuamos algún apuro episódico
en la zona alta (por ejemplo en "im süsser Mai!", en el
monólogo "Was duftet doch der Flieder", CD 2, pista 6),
Schöffler está aquí insuperable, ofreciendo una de las mejores interpretaciones
conocidas del difícil papel del zapatero-poeta. En el monólogo del
Segundo Acto (CD 2, pista 6), el fraseo y el aire de ensoñación
que transmite son para recordar. Como lo es también el monólogo
"Wahn!" del Tercer Acto (CD 3, pista 4), donde Schöffler
se muestra muy sentido, y también sobrado de facultades, con un
"Johannisnacht!" (5’49’’) y un último "Wahn"
pletóricos. Nótese el arranque patriótico en la orquesta
cuando, hacia la mitad del monólogo, Sachs canta aquello de "¡Cuan
pacífica y fiel a sus costumbres, contenta con sus hechos y sus
obras, está en el centro de Alemania mi querida Nürnberg!".
En el dúo con Eva de la Escena Tercera del Segundo Acto hay detalles
de lo gran actor que fue: basta oír la frase "Ja, ja! Das hast
du mir schön erdach" (CD 2, pista 7, 4’45’’). La intervención
final, "Verachtet mir die Meister nicht", es para escuchar
de pie, como seguramente hizo el público de esta función, porque
faltan palabras para describir lo que alcanza aquí Schöffler acompañado
por un Abendroth exaltado. Yo me descubro.
Erich
Kunz es un excelente Beckmesser. Como debe ser, resulta cómico pero,
rara avis, también canta, y muy bien por cierto. En su
canción del premio (CD 4, pista 6, 2’30’’) recuerda a Hermann
Prey.
Ludwig
Suthaus es claramente inadecuado para el papel de Walther von Stolzing,
que requiere un lírico spinto, de línea diríamos casi italiana
(¡pero tampoco un Turiddu!). A la voz de Suthaus le sobra anchura
(es menos tenor que barítono con agudos), pero resulta pesada y
tosca en exceso, además de pasar demasiados apuros, como por ejemplo
en "gleich einer Braut" (CD 3, pista 6, 3’39’) o en el
quinteto, cuya tesitura es demasiado alta para su voz, y se lo quita
de encima como puede. En la canción del premio, Suthaus comienza
titubeante, con una emisión insegura y estrangulada. En la tercera
estrofa bordea el desastre (o lo sobrepasa, según se mire). En el
lado positivo, en su examen ante los Maestros (CD 2, pista
3) está efusivo, romántico, heroico, aunque se echa de menos una
voz más lírica.
Hilde
Scheppan es una magnífica Eva, con una vibración próxima
a Elisabeth Grümmer, aunque la voz no es tan bella como la de ésta.
Construye un personaje muy convincente, como se aprecia por ejemplo
en la frase "Ein Ritter? Mein, sagt! Und ward er gefreit?"
(CD 2, pista 6, 6’08’’) de su dúo con Sachs del Segundo Acto. El
"O Sachs! Mein Freund! Du teurer Mann!" (CD 3, pista 10,
1’39’’) es excelente, con una voz muy bella y detalles vocales de
gran calidad, como el regulador en "du liessest mich erblühn!"
(2’26’’), la frase "den Preis reicht ich nur dir."
(3’04’’) o el difícil trino en su última frase en la obra, "Keiner
wie du so hold zu werben weiss!" (CD 4, pista 8, 5’43’’).
Quizá pueda ponerse algún reparo a su dicción, no muy clara en algunos
momentos.
Friedrich
Dahlberg, en mejor forma que en registro de Bayreuth 1951 dirigido
por Karajan (EMI), es un Pogner bastante aceptable, aunque palidece
ante nombres como Gottlob Frick o Josef Greindl, el primero de los
cuales dejó, en mi opinión, marcado el papel.
Bien
el David de Erich Witte quien, aunque a veces se inclina demasiado
por la vena cómica, cuando decide cantar lo hace muy bien. El Kothner
de Fritz Krenn es en exceso bufo, vocalmente suficiente sin más,
como se aprecia en su intervención "Was Euch zum Liede Richt
und Schnur / vernehmt nun aus der Tabulatur!" (CD 1, pista
12), en la que pasa apuros en los adornos. Por el contrario, mal
la Magdalene de Camilla Kallab, con una voz fez, ajada y mucho vibrato.
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HANS
KNAPPERTSBUSCH.
Ferdinand Frantz, Gottlob Frick, Heinrich Planzl,
Albrecht Peter, Hans Hopf, Paul Kuën, Lisa della
Casa, Hertha Töpper. Coro y Orquesta de la Ópera
Estatal de Baviera. (Prinzregententheater, Munich,
11 de Septiembre de 1955, V)
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ORFEO
D’OR C 462 974 L (4 CDs, 1997, sin libreto) (266’ aprox.)
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Entre
1868 y 1997, Munich había visto 11 producciones de Los Maestros
Cantores. El 10 de Diciembre de 1949, seis años después de la
última representación de esta obra en Munich (2), con Hans Hotter
como Sachs (hay grabación en el sello MYTO), se estrenó la octava
producción muniquesa de Maestros. Esta grabación recoge una
representación de 1955 de aquella producción histórica de Heinz
Arnold, la primera después de la guerra. La toma sonora es de gran
calidad, se oye prácticamente todo con nitidez, y los ruidos escénicos,
magníficamente recogidos (por ejemplo, las herramientas de Sachs
en la Primera Escena del Segundo Acto), dan un plus de realismo
y cercanía a una versión vital y humana.
¡Qué
puedo decir de la dirección de Kna! En mi opinión, estos
son los Maestros mejor dirigidos, con una variedad de matices
inigualable. La entrada en el foso de Kna es recibida con
vítores y, como era habitual en él, tras agradecer friamente el
recibimiento arranca a toda máquina sobre los aplausos del público,
para completar el Preludio en 8’38’’ (¿no quedamos que Knappertsbusch
era lento?). A muchos sorprenderá la ligereza, el humor del
‘pesado’ Kna en el final de la Primera Escena del Primer
Acto, desde la entrada de David (CD 1, pista 3, 4’30’’) o la elegancia
con la que dirige la música arcaizante que acompaña la explicación
de Kothner de las reglas de la Tabulatura (CD 1, pista
11, 2’38’’). Los degustadores de este gran director apreciarán un
sinfín de detalles característicos, inconfundibles: durante el monónogo
de Sachs en el Segundo Acto, una intervención del clarinete casi
grotesca (CD 2, pista 4, 1’40’’); la manera de acentuar la comicidad
de los motivos asociados a Beckmesser en las trompetas con sordina
en el breve interludio entre las escenas Segunda y Tercera del Acto
Tercero (CD 3, pista 6, 0’24’’); los valses en la Tercera
Escena (Sachs-Beckmesser) del Acto Tercero (CD 3, pista 6, desde
7’04’’ hasta el final de pista). Otros detalles también característicos
son una pelea nocturna algo embarullada (en honor a la verdad habría
que decir que rara vez queda bien en disco) y algunos desajustes
en las fanfarrias de la Escena de la Pradera, que sin embargo
no desentonan en ambiente tan festivo, casi de cervecería bávara.
Ferdinand
Frantz, bajo-barítono fallecido prematuramente a la edad de 53 años,
es para mí uno de los grandes Sachs, vocalmente no tan perfecto
como Schöffler, pero uno de los más humanos. Aquí contaba 49 y estaba
en gran forma, como también lo estaba en la grabación de estudio
de Rudolf Kempe que se comenta más abajo. El Sachs de Frantz está
excelentemente cantado y dicho, y llega entero al final.
En el monólogo "Was duftet doch der Flieder" del Segundo
Acto (CD 2, pista 4), Frantz refleja perfectamente el carácter meditativo
y sosegado del maduro Sachs, acompañado por un poético Kna;
hay autoridad en "...fasst zu einem Meisterliede Mut!"
(CD 3, pista 4, 4’57’’); se hace querer en sus dúos con Eva, el
primero de los cuales, en la Segunda Escena del Acto Segundo (CD
2, pista 5) justificaría la adquisición de esta grabación: no cabe
más ternura, gracia, picardía.
Heinrich
Pflanzl es un buen Beckmesser, papel que debutó en 1929. La voz
suena un tanta ajada, vieja, lo que no va mal con el personaje.
Todas sus intervenciones tienen el punto justo de comicidad, pero
sin caer en los excesos que suelen lastrar la mayoría de las interpretaciones
de este antipático personaje. Su escena con Sachs en el Tercer Acto
(CD 3, pista 6) es inolvidable, ambos arropados por un divertido
Kna.
El
Walther von Stolzing de Hans Hopf es muy tosco e inseguro. En la
mayoría de sus intervenciones, es claramente audible la voz del
apuntador, lo que a veces puede resultar molesto, especialmente
si se escucha con auriculares. En líneas generales las cualidades
de su voz que la hacen poco adecuada para el papel son similares
a las descritas más arriba al hablar de Ludwig Suthaus. Además,
la voz de Hopf no es grata, y presenta cierto engolamiento y tendencia
a los golpes de glotis. Sin embargo, quien en 1960 encarnase a un
excelente Siegfried en Bayreuth, tiene algunos detalles vocales
de calidad, especialmente en el ensayo de la canción del premio
(CD 3, pista 5), con una tornada muy bien cantada y un espléndido
regulador en "...hehr mein Gesicht" (5’52’’). Hopf
destaca también en el quinteto (CD 4, pista 1), cuya tesitura
elevada no le causa ningún problema.
Lisa
della Casa se aproxima al ideal de Eva. Voz cristalina, de gran
belleza y calidez, sonidos aflautados bien apoyados. Resulta algo
menos niña que Grümmer y más terrenal que Schwarzkopf. En la Cuarta
Escena del Segundo Acto, el dúo con Sachs (CD 2, pista 5), da pefectamente
el tipo de niña-mujer enamorada sin un pelo de tonta, un poco liante
incluso ("Konnt’s einem Witwer nicht gelingen?", 3’29’’).
Irradia alegría en su encuentro nocturno con el caballero von Stolzing,
con un "Held des Preises / und mein einz’ger Freund!"
(CD 2, pista 7, 0’32’’) luminoso. Está extraordinaria en el "O
Sachs! Mein Freund!" (CD 3, pista 9, 2’00’’), dirigido con
ternura infinita por Kna, y encabeza un soberbio quinteto
(CD 4, pista 1).
Gottlob
Frick (3) es un Pogner de auténtico lujo, de voz negra nobilísima,
aterciopelada, con una dicción y un legato prodigiosos. Su "Das
schöne Johannistag" (CD 1, pista 8) es modélico.
David
está interpretado por el histriónico Paul Kuën, el gran Mime del
Nuevo Bayreuth. La voz tiene más entidad de lo habitual en esta
parte (4), y su David es un aprendiz con personalidad, bien que
a veces exagere el lado cómico. Suficiente el Kothner de Albrecht
Peter en su breve cometido, aunque no puede compararse con el gran
Gustav Neidlinger (con Kempe, ver más abajo). Bien la Magdalene
de Hertha Töpper.
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RUDOLF
KEMPE
Ferdinand
Frantz, Gottlob Frick, Benno Kusche, Gustav Neidlinger,
Rudolf Schock, Gerhard Unger, Elisabeth Grümmer,
Marga Höffgen. Coros de la Deutschen Oper, Staatsoper
y Catedral de Santa Eduvigis de Berlín, Orquesta
Filarmónica de Berlín. (Wintergarten, Berlíb,
Abril de 1956, E)
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EMI
CMS 7-64154-2 (4 CDs, 1992, sin libreto) (259’ aprox.)
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Los
Maestros ‘de toda la vida’. La versión en estudio más cuidada
y completa, con una dirección experta aunque no ‘espectacular’ y
un reparto prácticamente sin fisuras, globalmente el mejor en disco.
EMI, que recientemente ha reeditado el extraordinario Lohengrin
de Kempe en su colección Great Recordings of the Century,
debería hacer lo propio urgentemente con esta versión imprescindible
que, salvo error, en la actualidad no está disponible en España.
Rudolf
Kempe conduce el Preludio con majestuosidad, sin correr, pero con
impulso (9’16’’). El sonido monoaural de 1956 es bueno (5), aunque
favorece a las voces. La respuesta orquestal es de primer orden,
con un sonido bellísimo (¡esos violines!). La única pega quizá sea
el sonido algo apagado de las cuerdas graves, sin duda debido a
la toma y el procesado. El acompañamiento a la explicación de Kothner
de las reglas de la Tabulatura (CD 1, pista 16, 2’17’’) rezuma
ligereza y elegancia. Kempe dirige impecablemente el dúo Eva-Sachs
del Segundo Acto (CD 2, pista 8). En la pelea nocturna que cierra
el Acto Segundo, aquí sí, registrada con gran claridad, se aprecia
toda la riqueza del tejido polifónico, con unos conjuntos perfectamente
llevados con pulso firme y atento. En el Preludio del Acto Tercero
(CD 3, pista 1) es sumamente expresivo, pero no carga las tintas
en el sentimentalismo. Otros momentos que me gustaría destacar de
la dirección de Kempe son las bellas escalas descendentes en violines
en la danza de los Aprendices (CD 4, pista 3) y el breve
pasaje que precede al "Silentium!" (CD 4, pista 4) en
la escena de la pradera.
Ya
se ha hablado más arriba del Sachs de Ferdinand Frantz al comentar
la grabación de 1955 dirigida por Hans Knappertsbusch. Poco difiere
su interpretación aquí, registrada tan sólo siete meses después.
Frantz repite su paternal zapatero, de elegante línea vocal, con
un fraseo fluido y una dicción clarísima y llena de inflexiones.
Tan sólo pasa algún apuro ocasional en la zona aguda, pues Frantz
era más bajo que barítono. Sin embargo, esos escollos los resuelve
con inteligencia, como en el primer "Johannisnacht!"
del monólogo "Wahn!" (CD 3, pista 4), que ataca en falsete
(también con Kna), aunque no llega a resultar feo.
El
inevitable Benno Kusche (aquí con 40 años) encarna al irritable
escribano de la corporación de Maestros. Todas sus intervenciones
resultan divertidas, especialmente su canción del premio
aunque a veces puede resultar excesivamente bufo. Un pilar más de
este monumento discográfico.
Rudolf
Schock es un Walther modélico, con una voz grata, de emisión algo
estrangulada, especialmente en el agudo, menos pastosa que las de
Suthaus o Hopf (para bien), con metal más que suficiente y un punto
de lirismo. Recuerda remotamente en algunos aspectos a Plácido Domingo
(quien cuestiones de pronunciación aparte canta una buena canción
del premio en la grabación de estudio de Eugen Jochum de 1976,
que cuenta con el Sachs de Dietrich Fischer-Dieskau). Uno de los
mejores von Stolzing en disco.
Elisabeth
Grümmer es, para quien esto escribe, la mejor Eva del disco. Poseedora
de un instrumento privilegiado, de bellísimo timbre y una calidez
incomparable (ese vibrato apenas perceptible), tenía también una
gran inteligencia y una técnica prodigiosa. En compañía del noble
Frantz, está deliciosa en el dúo con Sachs del Acto Segundo ("Gut’n
Abend, Meister", CD 2, pista 8). Obsérvese la amplia paleta
de matices de Grümmer en su intervención "Ja! Anderswo soll’s
ihm erblühn" (7’52’’), cómo refleja el cambio de humor de Eva,
pasando de la pena por la posible marcha de Walther al enfado. Canta
con pasión arrebatadora en "O Sachs! Mein Freund!" (CD
3, pista 11, 1’55’’), y en uno de los mejores quintetos posibles
está sencillamente excelsa.
Gottlob
Frick repite aquí su insuperado orfebre, cincelando con sabiduría
cada frase. Gerhard Unger tiene una voz juvenil que muy apropiada
para el aprendiz. Gustav Neidlinger, el gran Alberich del Nuevo
Bayreuth encarna con solvencia el breve papel de Kothner. La Magdalene
de Marga Höffgen, magnífica Erda en Bayreuth 1960 y, nota curiosa,
el modélico Sereno de un jovencísimo Hermann Prey (¡26 años!) completan
un reparto intachable. ¡Chapeau!
(1) Ángel-Fernando Mayo: Wagner: discografía
recomendada; obra completa comentada. Ediciones Península, Barcelona,
1998.
(2)
La que se dice era la obra favorita de Adolf Hitler, la única que
se programó en Bayreuth en 1943 y 1944, no hacía mucha gracia a
los vencedores, que durante algún tiempo impidieron que Maestros
se representara en Alemania. Circula la anécdota de que, con motivo
de la puesta en escena de La Walquiria en Munich en 1947,
lo que supuso el retorno de Wagner a la ciudad bávara, un anónimo
wagneriano muniqués coronó de laurel el busto de Richard Wagner
y le colgó un cartel que rezaba: "¡Enhorabuena por tu desnazificación!".
(3)
Ver sección Intérpretes
del Mes de Marzo.
(4)
Se cuenta que Hans Knappertsbusch dijo en cierta ocasión, en relación
con el reparto de unos Maestros que si Günther Treptow (tenor
heroico, Siegmund y Siegfried en el Anillo de 1948/49 Rudolf
Moralt, Siegfrid en el Anillo de La Scala 1950 dirigido por
Furtwängler) no cantaba el Walther von Stolzing, habría que replantearse
el contar con Kuën como David, pues Kuën era también un tenor heroico
y podría borrar a un Walther de poco peso.
(5)
¿Por qué no haría EMI una toma en estéreo, como hizo con El caballero
de la rosa de Karajan?
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