| Parte 
            1ª: HANS SACHS 
                         
              Los siguientes meses, dedicaremos esta sección "Intérpretes" 
              a hacer un estudio sobre los diferentes tipos de voces requeridos 
              en la ejecución de "Los Maestros Cantores de Nuremberg", 
              y de quiénes y en qué circunstancias interpretaron la obra a lo 
              largo de todo el siglo XX.  
            Este 
              estudio se enmarca en el Especial que Wagnermanía dedica a la obra 
              como preparación  para las tres funciones que se ofrecerán en el 
              Teatro Real de Madrid a finales del mes de junio.  
            Esta 
              idea de los números especiales es realmente muy buena, y procuraremos 
              repetirla en futuras ocasiones, como por ejemplo con motivo del 
              "Tristán" en el Liceu de Barcelona, o el "Oro del 
              Rin" o el "Lohengrin" del Teatro Real, el año próximo. 
            "Los 
              Maestros Cantores" requiere un reparto de personajes realmente 
              amplio, tanto en número como en diversidad de tipos vocales.  
            El 
              reparto según se indica en la partitura es el siguiente: 
            
               
                |  
                   Maestros 
                    Cantores 
                 | 
                  | 
                 
                    
                    Hans Sachs, zapatero 
                    Veit Pogner, orfebre 
                    Kunz 
                    Vogelgesang, peletero  
                    Konrad 
                    Nachtigal, hojalatero  
                    Sixtus 
                    Beckmesser, escribano 
                    Fritz Kothner, panadero 
                    Baltasar 
                    Zorn, estañero  
                    Ulrich 
                    Eisslinger, abacero  
                    Augustin 
                    Moser, sastre 
                    Hermann 
                    Ortel, jabonero 
                    Hans 
                    Schwarz, calcetero  
                    Hans 
                    Foltz, calderero 
                     
                 | 
                  | 
                 
                    
                    Bajo 
                    Bajo 
                    Tenor 
                    Bajo 
                    Bajo 
                    Bajo  
                    Tenor 
                    Tenor 
                    Tenor 
                    Bajo 
                    Bajo 
                    Bajo 
                     
                 | 
               
              
                |   | 
                  | 
                  | 
               
               
                |  
                   Walther 
                    von Stolzing, joven caballero de Franconia 
                    David, 
                    aprendiz de Sachs 
                    Eva, 
                    hija de Pogner  
                    Magdalene, 
                    ama de Eva 
                    Un 
                    sereno 
                 | 
                  | 
                 
                   Tenor 
                    Tenor 
                    Soprano 
                    Soprano 
                    Bajo 
                 | 
               
             
              
             
              Pero 
              las indicaciones en la partitura son muy generales y poco indicativas 
              de los tipos vocales que realmente se necesitan. Por ejemplo, la 
              única diferenciación en la voz masculina está hecha entre "tenor" 
              y "bajo", y a los dos personajes femeninos están catalogados 
              simplemente de "sopranos". 
            De 
              todos modos, sólo el papel de Sachs es típico del fresco vocal wagneriano: 
              un auténtico barítono-bajo. Faltan aquí el tenor heroico (del tipo 
              de Siegfried o Tannhäuser) y la soprano dramática (Brünnhilde o 
              Isolde), tan típicos y necesarios en la mayoría de las obras de 
              Wagner. 
            Este 
              mes estudiaremos solamente un "Maestro", el protagonista 
              de nuestra historia: Hans Sachs. Lo he querido así porque es un 
              personaje sobre el que merece la pena extenderse ampliamente. 
            Dejaremos, 
              por tanto, el resto de la Corporación, Walther, David, Eva, Magdalene 
              y el Sereno para los próximos meses. 
             
             
            
            El 
              personaje protagonista de la obra es sin duda alguna el zapatero 
              Hans Sachs. Creo que ningún personaje wagneriano alcanza tal nivel 
              de complejidad como Sachs (con la excepción, tal vez, de la misteriosa 
              Kundry de "Parsifal"), siendo uno de los personajes mejor 
              delineados de la obra wagneriana como conjunto. 
            Es 
              el único personaje verdaderamente histórico de Meistersinger. 
              Hans Sachs nació, vivió y murió realmente en Nuremberg entre los 
              años 1494 y 1576, y fue el zapatero-poeta sobre el que Wagner nos 
              habla. Es autor, por ejemplo, de un canto ensalzador de la figura 
              de Martín Lutero, titulado "El ruiseñor de Witemberg". 
            En 
              esta obra se nos presenta ya maduro, viudo y a cargo de un joven 
              aprendiz, David, que está aprendiendo de él el oficio de zapatero 
              y a la vez el arte del canto. De corazón grande y generoso, es cabeza 
              indiscutible de la corporación de Maestros Cantores de la ciudad 
              de Nuremberg.  
            Idolatrado 
              por el pueblo que lo reconoce como su líder espiritual, y de quien 
              es único defensor dentro de la burguesa corporación de Maestros. 
               
            Pero 
              a la vez, es astuto, muy ingenioso y algo malicioso, como demostrará 
              a lo largo del segundo acto, donde hace de "marcador" 
              con la suela y el martillo mientras Beckmesser canta su amor a una 
              Eva que no es otra que Magdalene.  
            Su 
              evidente mérito final, y lo que le da la enorme dimensión humana 
              al personaje, es el de renunciar a la mano de Eva en favor de Walther. 
              Como afirma dirigiéndose a Eva: 
                                    
              "Niña mía, de Tristán e Isolda conozco una triste historia: 
                                      
              Hans Sachs fue prudente y nada quiso de la suerte del Rey Marke".  
              (1) 
            El 
              papel requiere a un auténtico barítono-bajo wagneriano, en la línea 
              de Wotan o el Holandés Errante. Tiene que cantar durante un tiempo 
              muy prolongado (el bajo Giorgio Tozzi calculó una vez que el papel 
              requería cantar durante unos cincuenta minutos), manteniendo en 
              todo momento la línea vocal. 
            Se 
              pide aquí un cantante verdaderamente excepcional, con un centro 
              muy sólido, unos graves bien apoyados y un registro agudo amplio 
              y de fácil acceso. Por ello, un barítono podrá solventar las notas 
              agudas con no demasiada dificultad, pero quedará muy corto en el 
              grave. Un bajo demasiado profundo, no resistirá el ataque de agudos 
              y acabará por fracasar.  
            Realmente 
              es un papel muy problemático, teniendo en cuenta además que la tesitura 
              requerida se extiende desde el Fa 1 hasta el Sol 3.  (2) 
            
              
                | 
                  
                 | 
               
              
                | 
                   El 
                    gran Hans Hotter vestido como Hans Sachs, el papel que parecía 
                    hecho a su medida 
                 | 
               
             
            En 
              general, todos los grandes intérpretes de Wotan han sido magníficos 
              Sachs. Aunque existe la grave excepción del enorme Hans Hotter, 
              el barítono-bajo por definición, que, aún pareciendo predestinado 
              a ello, frecuentó el personaje con poca asiduidad, por razones que 
              ni el mismo ha conseguido explicar convincentemente. 
            Existen, 
              de todos modos, dos excelentes grabaciones del Sachs de Hotter: 
               
            La 
              primera datada en 1949 dirigida por Eugen Jochum (los primeros Maestros 
              tras la guerra en Munich recuérdese que esta obra sube al escenario 
              de la Ópera de Baviera todos los años ). La segunda, del Festival 
              de Bayreuth de 1956, dirigida por André Cluytens, en la segunda 
              producción de la obra tras la guerra en la Colina Verde, muy polémica 
              por la escenografía de Wieland Wagner (llegó a decirse que eran 
              "Los Maestros Cantores SIN Nuremberg"). Véase la fotografía 
              de la escena del segundo acto. 
            En 
              ambas da cuenta de sus excepcionales dotes canoras e interpretativas, 
              si bien la primera, de 1949, conserva el testimonio de un Hotter 
              menos cansado vocalmente. No hay que olvidar que Hotter padecía 
              fiebre del heno, una enfermedad respiratoria similar al asma, que 
              le dificultaba tremendamente la inspiración de aire (lo que es audible 
              incluso en grabaciones de los años sesenta). 
            El 
              resto de los grandes traductores de Sachs se comentan a continuación: 
            Se 
              dice que Friedrich Schorr ha sido el más grande Sachs de 
              principios del siglo. Es probable que sea cierto, pero no hay que 
              olvidar que a partir de mediados de los treinta se resintió muy 
              gravemente en el agudo. Nos han quedado, que yo conozca, dos tomas 
              de su Sachs, ambas del Met: una con Bodanzky en 1936 y otra con 
              Leinsdorf en 1939. Ambas versiones están muy cortadas, costumbre 
              habitual en el Wagner de la "Edad de Oro" del Met. En 
              la segunda, por ejemplo, está ausente una estrofa entera de la "Canción 
              del Premio" y digamos el sesenta por ciento de la "Arenga 
              de Sachs" al final de la obra. 
            
               
                  | 
                  | 
                 
                  
                 | 
               
               
                | El 
                  gran Friedrich Schorr caracterizado como Sachs en la zapatería | 
                  | 
                 
                   Otra 
                    fotografía de Schorr como Hans Sachs, leyendo la Biblia 
                    en la mañana del día de San Juan 
                 | 
               
             
            Sin 
              embargo, y pese a todo, Schorr fue un Sachs de categoría, que creo 
              supo comprender la psicología del personaje en buena medida.  
            Paul 
              Schöffler, de voz tersa con un color extremadamente bello, ha 
              sido uno de los grandes Sachs del siglo XX, afortunadamente documentado 
              en disco en varios registros. Siempre tuvo dificultad con el agudo, 
              aunque ello no merma la calidad de su visión de Sachs.  
            Es 
              protagonista de la versión de estudio firmada por el insustituible 
              Knappertsbusch del año 1950-51 (DECCA), y de las de Hermann Abendroth 
              y Karl Böhm, de 1943 y 1944, respectivamente. 
            Escúchese, 
              a modo de ejemplo, el inicio de su Fliedermonologe en la 
              versión de Kna ("Was duftet doch der Flieder", 
              disco 2º, corte 5 de la edición disponible en DECCA Historic). Es 
              de una belleza y calidez apabullante. Es una verdadera lástima que 
              luego falle en los agudos, en algún caso apenas sugerido. 
            Ya 
              de paso, me permitiré una pequeña recomendación no wagneriana: escúchese 
              su Barak en Die Frau Ohne Schatten ("La mujer sin sombra") 
              de Richard Strauss (grabación de DECCA firmada por un reparto impresionante, 
              encabezado en la dirección por Karl Böhm, aquí inusualmente eléctrico 
              y vivaz). Es realmente sorprendente que el papel del tintorero parezca 
              enteramente hecho a medida de la voz de Schöffler. 
            Otro 
              de los grandes que merece un comentario aparte es Ferdinand Frantz, 
              buen Wotan (recuérdese la Walkyria de Furtwängler en EMI) 
              y magnífico Marke con Kna (producción de la Ópera de Baviera 
              de 1950, editada por Orfeo D’Or en soporte compacto), marido de 
              la soprano Helena Braun (Isolde en aquella producción, para más 
              señas), con la que cantó habitualmente.  
            Es, 
              casualmente, el Sachs de las seguramente dos mejores versiones en 
              disco: la de Knappertsbusch de 1955 (en vivo, en la Ópera del Estado 
              de Baviera) y la de Rudolf Kempe (de estudio, de 1956).  
            Ambas 
              están comentadas por Miguel Ángel González en su artículo 
              de este mes en la sección "DISCOS", así 
              que no me extenderé más. Lean, escuchen y comparen. 
            
              
                  | 
               
              
                | Fotografía 
                  de Hans Hermann Nissen, gran Sachs de la primera mitad del siglo | 
               
             
            Otros 
              Sachs histórico a tener en cuenta es Hans-Hermann Nissen,  protagonista 
              de los raros Maestros de Arturo Toscanini del Festival de 
              Salzburgo de 1937, que concibe un personaje algo a la antigua (lo 
              que no es en absoluto negativo), muy preocupado de cantar con buena 
              potencia y convicción. Magnífico sin duda alguna, y sobrado en el 
              agudo. 
            Los 
              Maestros de Toscanini salieron hace bastantes años en LP, 
              y  han sido editados en compact disc en varios sellos. El que escribe, 
              de todas formas, sólo posee la edición en LP. El sonido no es demasiado 
              bueno, pero conserva testimonio del gran wagneriano que era Toscanini, 
              y de grandes bazas vocales, no disponibles en otras grabaciones, 
              a saber: la Eva de la maravillosa Maria Reining y el ya comentado 
              Sachs de Nissen.  
            Además 
              podemos escuchar a Nissen en un registro del Tercer Acto, grabado 
              en 1939, por HMV con Karl Böhm, recientemente reeditado por el sello 
              Pearl (además el doble CD se completa con unos lujosos "bonus" 
              de rarezas wagnerianas de los años 10, 20 y 30 del siglo pasado, 
              es decir, de las primeras generaciones de cantantes dedicados casi 
              enteramente a Wagner). 
            Otro 
              grande fue Rudolf Bockelmann, que debió ser realmente impresionante, 
              y del que sólo conservamos un registro de cierta extensión del año 
              1938 de la Ópera de Viena, dirigido por Furtwängler, acompañado 
              por Tiana Lemnitz, Eugen Fuchs, Josef von Manowarda y Georg Hahn. 
            Mencionaremos 
              también al enorme bajo este sí, bajo puro Josef Greindl, 
              que hizo el esfuerzo de salir de su cuerda para cantar Sachs en 
              Bayreuth en la producción de Wieland estrenada por Hotter en el 
              56 y de la que ya hablamos (en esa producción, el gran Wieland se 
              hizo un pequeño lío con los repartos, llegando a programar al gran 
              Gustav Neidlinger, el Alberich del siglo, como Sachs). Es realmente 
              maravilloso en lo interpretativo y muy considerable en lo vocal. 
               
            Es 
              protagonista de otro de los registros excepcionales de Maestros, 
              el de Knappertsbusch de 1960, acompañado lujosamente por la excelsa 
              Elisabeth Grümmer, el injustamente ninguneado Wolfgang Windgassen, 
              Karl Schmitt Walter (excepcional Beckmesser, como veremos en próximos 
              artículos), Theo Adam (aquí como un joven Pogner), Gerhard Stolze 
              y el inimitable Ludwig Weber (inusual e hilarante Kothner, ya en 
              sus últimos años como cantante activo). La toma sonora es buena, 
              pero la edición de Golden Melodram es francamente mejorable.  
            Greindl 
              es un Sachs absolutamente destacable. Un artista de pies a cabeza 
              que demuestra aquí su faceta de excepcional liederista (muy recomendable 
              su Winterreise de Schubert), componiendo un Sachs lírico 
              y atento a los matices. Es cierto que se debate con alguna dificultad 
              en el agudo, pero hay que recordar que estamos ante uno de los grandes 
              Hagen o Hunding, un bajo grave y robusto. De todos modos acierta 
              incluso a cantar con gran potencia la terrible "Arenga" 
              final, que es donde terminan de despeñarse los malos intérpretes 
              de Sachs. 
            Escúchese, 
              a modo de ilustración, el Fliedermonologe (CD 2, track 7 
              de la edición Golden Melodram). Es de un absoluto lirismo, y salva 
              los agudos sobradamente. Además recomendaría una audición exhaustiva 
              de toda la escena con Beckmesser en el segundo acto, hasta la escena 
              de la pelea. Siempre me ha parecido una escena de un humor desbordante, 
              pero aquí se nota además la magia del teatro, de lo "vivo", 
              de unos intérpretes entregados a sus personajes (carcajadas de Elisabeth 
              Grümmer incluidas). Nótese la intención que pone Greindl en todo 
              lo que dice. Realmente grande y emotivo. 
            Un 
              gran Sachs podría haber sido George London, otro de los mayores 
              barítonos-bajos de la historia del canto. De él sólo conservamos 
              los dos monólogos principales (el Monólogo del Saúco y el 
              Monólogo de la Ilusión), grabados para DECCA con Hans Knappertsbusch 
              a la batuta. Escucharlos es un verdadero deleite. 
            
              
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                   Escena 
                    del acto segundo de la muy controvertida producción 
                    bayreuthiana de Wieland Wagner de 1956. Nótese el enorme 
                    seto circular, que simboliza el saúco, sobre la casa 
                    de Sachs, colgando sobre el mismo Sachs, que está sentado 
                    en su silla (aquí creo que es Hans Hotter), y el banco 
                    frente a él, con otro arbusto de menor tamaño 
                    detrás (¿la casa de Pogner y el tilo?) 
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            Evidentemente 
              me dejo algunos en el tintero: Michael Bohnen (un grande 
              de principios de siglo), Theo Adam (protagonista de uno de 
              los registros de Karajan), Jaro Prohaska (Sachs en los Maestros 
              de Furtwängler de Bayreuth de 1943), Otto Edelmann (el rudo 
              Sachs de la primera producción de Bayreuth tras la guerra en 1951), 
              Karl Ridderbusch y alguno más.  
            En 
              tiempos recientes hemos escuchado a Bernd Weikl (algo tosco 
              y poco matizado; solución en tiempos de escasez), Wolfgang Brendel 
              (estrella fugaz; no mal Papageno, de todas formas), Robert Holl 
              (muy vetusto, pero bastante convincente en la producción actual 
              de Bayreuth) y Falk Struckmann (un "chico Barenboim", 
              aunque no sé qué demonios ha visto el argentino en él: su voz es 
              fea y su estilo "patanesco", si me permiten la expresión. 
              Su Kurwenal y su Amfortas ya eran una tortura para los oídos. Tal 
              vez en vivo gane, pero eso lo comprobaremos en junio en el Teatro 
              Real). 
              
            
              
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                   Escena 
                    de la pradera del acto tercero, en la misma producción 
                    de Wieland en el año 56. El pueblo con los brazos levantados 
                    ensalzando a Hans Sachs; delante de él, la figura de 
                    Walther y Eva 
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              Y el próximo mes, más y mejor, como se suele decir. 
            Antes 
              de terminar este artículo, me gustaría comentarles que estoy a su 
              entera disposición para cualquier duda, sugerencia o consulta en 
              mi dirección de e-mail particular, que aparece si "pinchan" 
              con el ratón sobre mi nombre al final de la página. La dirección, 
              en todo caso, es: niblungen@wagnermania.com 
               
            (1) 
              En ese momento se escuchan dos motivos de Tristán e Isolda, una 
              auto-cita evidente y genial.La versión española utilizada es la 
              siguiente: Los Maestros Cantores de Nuremberg, Ángel-Fernando Mayo 
              Antoñanzas, 1999. Edición privada.    
              (2) Los datos de la tesitura de cada personaje están extraídos del 
              libro del profesor Ramón Regidor, Tristán e Isolde, Maestros Cantores, 
              Parsifal, publicado por Real Musical, Madrid, 1982. 
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