Desde su fundación en 1876, el Festival de Bayreuth es uno de los teatros de ópera qué mas tradiciones acumula, y en los que más difícil es cambiarlas.

Pero esa idea está perdiendo vigencia a marchas forzadas en los últimos años: proyecciones en cine, óperas en versión concierto, jornadas sueltas de El Anillo, conciertos no wagnerianos (fuera de la temporada del Festival)…

La edición de 2022 traerá una novedad muy poco habitual: la puesta en escena de dos nuevas producciones (Tristán y El Anillo), en lugar de la única que suele estrenarse en cada edición.

Desde la reinauguración del Festival tras la II Guerra Mundial, en 1951, es algo que solo había sucedido en dos ocasiones anteriores. La primera de ellas, lógicamente, ese 1951, con Maestros, El Anillo y Parsifal a cargo de Karajan y Knappertsbusch. Y la segunda vez, en 1981, con Tristán (Barenboim-Ponelle) y Maestros (Elder-Wolfgang Wagner).

En el lado contrario, en los últimos 70 años ha habido 16 ediciones en los que no se ha estrenado ninguna producción (la última vez, en 2014) e incluso en un par de ocasiones (1991-92 y 1997-98) dos ediciones consecutivas se basaron únicamente en reposiciones.

marzo 2022