Wahnfried, la casa donde Richard Wagner pasó sus últimos años de su vida, reabrirá sus puertas en julio de 2015 tras varios años de reconstrucción, no exentos de polémica. La reconstrucción ha permitido duplicar el espacio del museo Richard Wagner, creado en Wahnfried en los años 70 del pasado siglo, cuando la casa fue donada a la ciudad de Bayreuth, que tuvo que ser restaurada al quedar gravemente dañada durante la II Guerra Mundial.

Tras su apertura, en el museo tendrán cabida tres exposiciones permanentes diferentes, donde se exhibirá la vida y obra de Richard Wagner. Wahfried alberga una importante colección de miles cartas del compositor, reconstrucciones de decorados o grabaciones de cantantes legendarios. Los tesoros del museo son las partituras originales de Tristán, El holandés Errante, Lohengrin, Sigfrido, El Ocaso de los Dioses y Parsifal.

En la casa de Siegfried Wagner, construida al lado de Wahnfried, una exposición relatará la relación entre la familia Wagner y el nazismo, una de las épocas más oscuras del Festival de Bayreuth.

Como todo lo que rodea a Bayreuth y Wagner, la reconstrucción de Wahnfried también ha estado acompañado de polémica. En un principio, por el elevado coste de su reparación, ya que el proyecto, sacado a concurso público por el Estado de Baviera y ganado por el estudio berlinés Staab, contaba con un presupuesto de 12 millones de euros, que poco a poco se ha ido elevando hasta los 20 millones.

Después, por el continuo retraso de las obras, iniciadas en 2009 y cuya fecha de finalización prevista era 2013, coincidiendo con el bicentenario del compositor. No ha sido hasta el mes pasado cuando se ha anunciado la fecha definitiva la reapertura.

Además, en 2012, Iris Wagner, primogénita de Wieland Wagner y, por tanto, bisnieta de Richard Wagner, inició una campaña en contra de la reconstrucción, sobre todo cuando se supo que el proyecto contemplaba la construcción de una cafetería y una tienda de regalos en el jardín de Wahnfried, muy cerca de donde yacen Richard y Cosima en sus tumbas. El director Christian Thielemann mostró también en 2012 sus dudas sobre el proyecto.

mayo 2015