El pasado 19 de abril fallecía en la ciudad alemana de Überlingen, junto al lago Constanza, Verena Wagner, hija de Siegfried y Winifred Wagner y, por tanto, nieta de Richard Wagner y bisnieta de Franz Liszt. Tenía 98 años.
Verena ha sido la última superviviente de la tercera generación de la saga familiar originada por Richard Wagner, al que ha sobrevivido casi siglo y medio. Era también la última persona con vida que llegó a tener trato directo con Cosima, segunda esposa de Wagner, que falleció cuando Verena contaba 10 años.

Al contrario que sus hermanos, sobre todo Wieland y Wolfgang, apenas desarrolló actividad en el Festival de Bayreuth, dirigido actualmente por su sobrina Katharina, más allá de alguna aparición en el Festspielhaus o en otros conciertos wagnerianos. Sí era, por su ilustre apellido, vicepresidenta de la Fundación Richard Wagner, responsable del Festival, así como miembro honorífico de diversas sociedades wagnerianas por todo el mundo.

En 1943 se casó con el teniente coronel de las SS Bodo Lafferentz, fallecido en 1974, con el que tuvo cinco hijos y del que tomó su apellido. Como miembro del partido nazi, Lafferentz formó parte de los organizadores del Festival de Bayreuth durante la II Guerra Mundial, unas funciones reservadas para soldados heridos en combate y simpatizantes del régimen.

Verena mantuvo una estrecha relación de amistad con Adolf Hitler, como el resto de la familia Wagner, y algunas fuentes insinúan un interés amoroso entre ambos. Por su parte, Amelie Wagner, hija de Verena y Lafferentz, mantiene en su poder cartas nunca publicadas entre el dictador y su abuela, Winifred Wagner.

La ciudad de Bayreuth, a través de su alcaldesa Brigitte Merk-Erbe, emitió un comunicado de condolencia por la muerte de Verena, nacida allí en 1920. Merk-Erbe destacó la labor de la nieta de Wagner en la creación de Museo Richard Wagner, situado en Wahnfried, la casa donde Verena pasó una infancia que, según confesó su hermana Friedelind, transcurrió en un bonito y confuso mundo de ancestros y tradiciones, donde vivir en Wahnfried era como vivir en un cuento de hadas.

mayo 2019