El pasado 14 de abril fallecía la mezzosoprano sueca Kerstin Meyer, una de las más destacadas cantantes de su país en la segunda mitad del siglo XX. Tenía 92 años.
A lo largo de su carrera se especializó en las óperas de Richard Wagner o Richard Strauss.
Debutó en el Festival de Bayreuth en 1962, con 34 años, interpretando el papel de Brangäne, junto a la mítica pareja formada por Wolfgang Windgassen y Birgit Nilsson. Tras tres temporadas en el personaje, en 1965 cantó en el mismo lugar Flosshilde (Oro y Ocaso) y Waltraute (Ocaso).
Fuera ya de Bayreuth, también interpretó otros personajes wagnerianos como los de Rossweisse, Fricka, Erda, todos ellos de El Anillo de Nibelungo; o Magdalena en Los Maestros Cantores que Karajan dirigió en Berlín.
En 1978 participó en el estreno mundial de “El gran macabro”, la única ópera del compositor húngaro György Ligeti, dando vida a Spermando.
Tras retirarse de los escenarios a finales de los ochenta, siguió en el mundo de la lírica enseñando canto a las nuevas generaciones.
mayo 2020 |