Si
por algo será recordado el Festival de Bayreuth de 2004,
será sin duda por la representación de la nueva producción
de Parsifal, que ha venido acompañada de la polémica
y las sorpresas desde su anuncio por Wolfgang Wagner, director del
Festival, consagrado a la música de su abuelo Richard Wagner.
En
noviembre de 2001, se hizo oficial que el director de orquesta de
la nueva producción iba a ser el francés Pierre Boulez,
casi octogenario, 25 años después de haber dirigido
por última vez en el festival el famoso Anillo del
Centenario, ideado por su compatriota Patrice Chéreau. Junto
al francés, la dirección escénica correría
a cargo del director de escena austriaco Martin Kušej y el
escenógrafo y habitual colaborador Martin Zehetgruber.
Los primeros
contratiempos de la nueva producción del Festival Escénico
Sacro llegaron en mayo de 2003, cuando los dos Martin decidieron
abandonar el proyecto por diferencias con la dirección del
Festival. Rápidamente, Wolfgang Wagner reaccionó y,
en un golpe de efecto, propuso al mes siguiente como sustituto al
polémico director de cine berlinés Christoph Schlingensief,
lo que supondría su debut en el mundo de la ópera.
Semanas
antes de la producción, los roces entre Schlingensief y Wolfgang
se hicieron cada vez más notorios. La producción ideada
por el primero no era del agrado de la dirección del Festival,
sobre todo por el uso de proyecciones visuales en la representación.
A ello se unía la queja de Schlingensief por no contar con
plena libertad artística para llevar a cabo su versión
de Parsifal. El mal ambiente provocó la renuncia,
durante unos días, de Schlingensief, lo que puso en serio
peligro la representación. Finalmente, todo se arregló
y la producción siguió su curso.
Pero la polémica
no terminó ahí. Días antes del estreno, el
tenor protagonista en el rol de Parsifal, Endrik Wottrich, pareja
de Katharina Wagner, hija de Wolfgang y asistente en esta producción
de Schlingensief, manifestó en unas declaraciones a la radio
de Baviera su total desacuerdo con la producción de Schlingensief,
lamentando no haber renunciado a interpretar el papel protagonista,
y anunciando que no lo interpretará en el próximo
festival de 2005 al tratarse de una “porquería, una
producción deplorable, intelectual y emocionalmente una basura
absoluta [...]. Es una imbecilidad, una mierda multimediática
infantil”. En el cruce posterior de declaraciones entre Wottrich
y Schlingensief hubo acusaciones mutuas de racismo, que terminaron
en los juzgados.
El
25 de julio, Parsifal subió finalmente a escena, y
lo que tendría que haber sido el día del retorno de
Pierre Boulez, se convirtió en el día de la polémica.
El público recibió con aplausos a la parte musical,
mientras que a la escénica respondió con unos sonoros
abucheos.
Agosto
2004
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