Durante el último casi medio siglo, los asistentes al Festival de Bayreuth aprovechaban los entreactos y el final de las funciones para tomar un refrigerio en el restaurante Steigenberger junto al teatro, donde con suerte podían coincidir con algunos de los artistas.

La suspensión del Festival en 2020 provocó que la casa de restauración se replanteara su estrategia y en 2021 no renovó la concesión. Entonces, a poco más de un mes del Festival, la empresa local Eila se hizo cargo contrarreloj de la restauración de ese año, ayudado por unos foodtrucks, pero en 2022 declinó repetir.

Lo mismo sucede con el otro restaurante del Festival, el Walhall, algo más alejado que el antiguo Steigenberger, que en 2021 no abrió y que para el presente aún no ha anunciado sus planes.

Pero hace unas semanas se anunció que una empresa de nueva creación y de inequívoco nombre wagneriano, Wahnfood, (https://www.festspiel-gourmet.de) se encargará de dar de comer y beber a los asistentes al Festival.

Para ello, habilitará cuatro zonas con distintas ofertas culinarias, en función de si solo se quiere beber, picar algo, o comer sentados. Por un lado, el “Festival Garden” (antiguo Steigenberger), para tomar algo frío y ligero. El “Green Hill Kitchen” es un buffet todo incluido. El “Walk of fame” es una barra para tomar un refrigerio de pie y algo de comer. Y, finalmente, el “Wagner-to-go”, pequeños puestos callejeros en bicicletas para bebidas y pequeños snacks.

Y para los más exquisitos, el “Picknickkorb”, una cestita de picnic para dos personas con comida y una botella de champán, junto a una manta para tumbarse en cualquier lugar de la Colina Verde.

agosto 2022