El pasado 25 de julio se inauguraba una nueva edición del Festival de Bayreuth con el estreno de una producción de Parsifal, dirigida por el español Pablo Heras Casado, que fue acogida con entusiasmo por el público asistente y la crítica especializada.

La propuesta escénica de Jay Scheib incluía la utilización de gafas de realidad aumentada que mostraba a los espectadores distintos elementos en 3D. A pesar de la apuesta del Festival por esta tecnología, solo 330 personas pudieron disfrutar de esta versión digital ya que el elevado coste de las gafas (más de 1000 € por unidad), algunas graduadas, hicieron imposible su aplicación a todo el público.

El día del estreno fue una jornada de gala en los aledaños del Festspielhaus en el que, a pesar de que la lluvia apareció poco antes del estreno, no faltaron nombres como los de la ex canciller Angela Merkel o el de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Las semanas previas al Festival estuvieron marcadas por las cancelaciones de última hora. Una de las más sonoras fue la del tenor maltés Joseph Calleja que debía debutar en el rol solista de Parsifal, pero que fue sustituido a última hora por Andreas Schager. Otro importante nombre que se cayó de la programación fue el del tenor Stephen Gould, que alteró los repartos de Götterdämmerung, Tristán y Tannhäuser.

Otra de las polémicas del inicio del Festival es que no se han vendido todas las entradas sacadas a la venta, algo impensable no hace mucho en Bayreuth cuando la lista de espera para conseguir localidades podía durar varios años.

agosto 2023