El escultor alemán Ottmar Hörl lleva años colaborando con el Festival de Bayreuth, cediendo varias de sus esculturas para decorar la ciudad o el propio teatro durante la temporada de ópera. En años anteriores se han podido ver esculturas de plástico con la figura de Wagner dirigiendo o incluso de Russ, el perro del compositor, de aproximadamente un metro de altura
Para 2023, Hörl se propuso reducir el tamaño de la escultura de Wagner a la mitad, unos 45 centímetros, y aumentar así su producción. El verde jardín que está a los pies del Festspielhaus se llenó desde finales de julio de estos pequeños Wagner dorados a escala nibelunga.
Las figuras tenían una mínima sujeción al suelo, para evitar el hurto, ya que se encontraban en el exterior las 24 horas del día, sin especial protección. En las primeras jornadas parece que no se echó en falta casi ninguna de las esculturas, pero una noche de agosto todas ellas, más de un centenar, desaparecieron.
El coste de producción de las figuras está valorado en 12000 €, y Hörl las pensaba vender tras la finalización del Festival a un precio de 90 € cada una. El escultor lamenta además que, en verano, la fábrica donde las produce se encuentra cerrada por vacaciones, lo que retrasará su reposición.
Hörl ya daba por hecho que alguna de sus figuras desaparecería, pero no se imaginaba que fueran todas ellas de la noche a la mañana, porque a pesar de su reducido tamaño, los ladrones consiguieron llevarse cien de ellas de los pies del Festspielhaus, presumiblemente en una furgoneta, sin que nadie se diera cuenta.
septiembre 2023 |